Si realizásemos una encuesta sobre la música metal en la población general, es probable que la imagen prototípica que obtuviésemos fuese la de un maromo con el pelo largo desgañitándose frente al micrófono mientras intenta invocar a Satán con su guitarra. Y vale, es un estereotipo más casposo que las películas de Esteso y Pajares, pero entre todos los elementos enumerados anteriormente hay algunos que tienen visos de realidad. Y es que la escena metalera siempre ha sido un nicho principalmente masculino. Si queréis comprobarlo, haced una ruta nocturna por los principales garitos metaleros de vuestra ciudad y comparad el número de clientes de uno u otro sexo. Efectivamente, las cuentas os dirán que o poligamia o extinción, porque para distribuirnos por parejas las cuentas no nos salen.
Por suerte la presencia femenina ha ido ganando cada vez más protagonismo con el paso de los años y aunque dentro del movimiento musical sigue existiendo un amplio desequilibrio de fuerzas, hemos alcanzado un nivel de diversidad mayor que nunca. Y para celebrar este logro en pos de la igualdad nada mejor que disfrutar el demoledor directo de las suizas Burning Witches, grupo formado exclusivamente por mujeres que ha despuntado gracias a su apuesta por un heavy metal aguerrido y contundente. Su ferocidad y derroche de energía las ha impulsado de manera notable y se han paseado por los escenarios de buena parte del continente, logrando una estupenda acogida en la península. Tras cambiar hace poco de vocalista regresan para reafirmar su primacía y desbaratar unos cuantos tópicos referentes al papel de las mujeres en la música. Y si lo hacen acompañadas por Dark Embrace, que tras más de diez años de silencio han regresado con un potentísimo álbum, pocas excusas tienes para no estar ahí y encima gratis.