Mucho ha llovido desde que Editors se dieran a conocer como una banda de post punk con toques garajeros allá por el año 2005. Temas primerizos como «Bullets», «All Sparks» o «Munich», así como otros no tan primerizos como «The Racing Rats», «Papillon» o incluso «A Ton of Love» sabían aunar perfectamente la oscuridad y la aspereza del rock con melodías accesibles y estribillos para todos los públicos. En los últimos discos, en una evolución que parece bastante común en muchas bandas coetáneas, las guitarras han desaparecido prácticamente de su propuesta, y la envolvente y aterciopelada voz de Tom Smith se ha quedado ahora rodeada casi por completo de sintetizadores.
Aunque su último disco, llamado Violence y publicado hace pocas semanas, esté más cercano a un intento de colección de hits de discoteca que al rock, en directo los británicos acostumbran a sonar potentes y bailables a la vez. Personalmente, no he sabido disfrutar demasiado de las canciones de este último trabajo: «Cold», «Nothingness» o «Magazine» me han parecido tirando a vulgares. Ojo que no digo que sean malos temas en el submundo electrónico, un entorno en el que tengo un critero muy limitado, sencillamente que están muy lejos de lo que a mí me gustaba de esta banda.
Les acompañarán los también británicos October Drift, una banda que tiene una cierta retirada a lo que los propios Editors hacían hace unos años, sin prácticamente elementos electrónicos, con una voz profunda y meditativa y una interesante mezcla entre luz y oscuridad y algunos momentos ciertamente intensos y pesados.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.