Tras escuchar un buen puñado de veces el inspirado décimo octavo álbum de Miguel Ríos, Un largo tiempo (2021), uno certifica que algunos artistas jamás deberían plantearse su retirada. Si en 1979, el granadino proclamó a los cuatro vientos que “Los viejos rockeros nunca mueren”, 42 años después reafirma dicha sentencia lanzando el citado flamante redondo, con el acertado minutaje de un vinilo, que incluye ocho canciones inéditas (entre las que destacan perlas como “Por San Juan”, “La estirpe de Caín” o “Para que yo me llame Ángel González”) y un par de versiones (“Send in The Clowns”, del prolífico compositor, letrista y autor teatral Stephen Sondheim, y “Comes Then Goes” del vocalista de Pearl Jam, Eddie Vedder) adaptadas al castellano. Un acústico temario, sabio y crepuscular, grabado con la complicidad del exquisito The Black Betty Trio. El mismo conjunto que le acompaña en su actual mini gira estatal (solo diez fechas anunciadas) y que el próximo domingo, 18 de julio, hará parada en Barcelona, dentro de la programación de la novena edición del Festival Jardins de Pedralbes.
Es de esperar, por supuesto, que además de los 10 cortes que conforman este último trabajo, el mítico cantante andaluz y su joven banda reinterpretarán clásicos imperecederos como «Bienvenidos», «Reina de la noche», «El blues del autobús», «En la frontera», «Santa Lucía», «No estás sola», «El himno a la alegría», «El río», «Un caballo llamado muerte», «Todo a pulmón», «Rocanrol bumerang» o «La señal».
Una velada que se augura inolvidable, al igual que una de aquellas legendarias noches musicales de verano.