El año pasado, en Madrid, tuvo lugar la primera edición del Okkult Session, un compendio de bandas oscuras liderado por Godflesh y que contó también con la presencia de Sinistro, Amenra, Dool y Louise Lemón. Desde el primer momento ya se veía que no se trataba exactamente de un festival al uso ni que fuera a tener una continuidad estrictamente periódica, sino que los chicos de Madness (en lo que creo que es una excelente idea, ojo) quieren dotar algunas de las muchas giras que llevan de una personalidad especial. Ocurrió con el «Madness Day», ocurrió con «El concierto de nuestras vidas» que ahora se ha multiplicado incluso en «El tanque de nuestras vidas» y «El desembarco de nuestras vidas», y también lo hizo con el Okkult Session.
En esta segunda sesión oculta se produce un cambio de ciudad (de Madrid a Barcelona) y de formato (de pequeño festival de cinco bandas a concierto más o menos estándar con tres). El escenario será inmejorable, una sala Apolo que suele presentar una acústica y una iluminación magníficas, y las bandas participantes tienen un nivel altísimo y son ciertamente una garantía de que viviremos una de las mejores veladas de oscuridad, misterio e intensidad que se pueden vivir a día de hoy. De hecho, es posible que enmedio de tanto festival grande este evento haya pasado algo más desapercibido de lo normal, pero una visita de Neurosis es un acontecimiento por si mismo.
Porque los americanos Neurosis son unas puñeteras leyendas y se han ganado por derecho propio la etiqueta de creadores del sludge y del post metal. Fundados como una banda de hardcore (un origen bastante común para muchas de estas bandas de sludge) a mediados de los ochenta, la agrupación liderada por Scott Kelly y Steve Von Till se ha convertido en todo un fenómeno de culto gracias a discos tan tremendamente impresionantes como Through SIlver in Blood, Times of Grace o A Sun That Never Sets. Intensos, pesados, agobiantes, violentos y, valga la redundancia, neuróticos como ellos solos, los californianos tienen un directo devastador que, si no recuerdo mal, no podemos disfrutar en Barcelona desde el lejano Primavera Sound de 2013. Su último trabajo, Fires WIth Fires, publicado en 2016, no desentona para nada con el resto de su discografía, y por poco que suenen como nos tienen acostumbrados a sonar, estos tíos nos van a volar la cabeza.
Como segundo espada, un nombre de lujo como es el de Yob. Los de Eugene, Oregon son una de las grandes perlas del nuevo doom metal, una etiqueta que en su caso se queda bastante pequeña al incorporar profusos elementos del sludge más viscoso, del stoner más vacilón o de la psicodelia más psicotrópica. De hecho, la banda liderada por Mike Scheidt está muy lejos de ser una novata en estas lides, con casi veinte años de carrera y ocho discos a sus espaldas (aunque los que les definen de verdad son los cuatro últimos). El último de ellos, la bacanal de compleja densidad que es Our Raw Heart, salió a finales de 2018, y aquí ya tuvimos la oportunidad de ver cuál es el nivelazo en directo que se gastan a día de hoy. Se trata de unos teloneros ideales para Neurosis que añadirán aún más opresión y ansiedad a la noche barcelonesa.
Por último, abrirán la velada unos chicos llamados Kowloon Walled City, que personalmente no me sonaban de nada hasta hace solo unos días. Investigando un poco sobre ellos, he descubierto a una interesante banda de noise disonante, magnético, intenso y ruidoso que se fundó en 2008 y que ya tiene tres muy buenos discos bajo el brazo, a cual más interesante. Quizás no son tan tremendamente densos como las dos bandas que les sucederán en el cartel (menudas unas para comparar), pero lo suyo tampoco es moco de pavo.
Esta primera Okkult Session en Barcelona es sin duda un evento imprescindible para los amantes de los sonidos más oscuros, pesados, densos, complejos, opresivos, hipnóticos y catatónicos. Descrito así, suena de masocas, pero yo, sin duda, allí estaré.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.