Es un placer tener a Oomph! de vuelta a nuestros escenarios tras tres años de espera desde su anterior show en el Bikini barcelonés. En esa gira también pasaron por Madrid, pero hay que remontarse hasta 2012 para encontrar la primera experiencia hispana de una de las bandas definitivas a la hora de mezclar el heavy metal con la música electrónica y de baile. He tenido el privilegio de poderlos ver en Wacken hasta dos veces en unos años en los que Oomph! eran completos desconocidos en la península ibérica y considerábamos su estilo como “música alemana para alemanes”.
El éxito de Rammstein hizo que el mundo se abriera de mente y las canciones en alemán pasaban de la noche al día de ser aceptadas y tarareadas a nivel mundial. Siempre se suele considerar a Oomph! como una gran influencia hacia los enormes Rammstein pero servidor siempre ha considerado que el gran influjo viene especialmente de los eslovenos Laibach. Oomph! Siempre ha ido más en la línea de otros pioneros germanos como Die Krupps o KMFDM, o incluso los ya olvidados Blind Passengers.
Su historia se remonta en 1989 con Dero Gol, Robert Flux y Andreas Crap capitaneando la nave en su natal Wolfsburgo. Alemania siempre ha sido un país rompedor y rico en lo musical y en escenas propias de todos los estilos. Una potencia envidiable que ha ido floreciendo a lo largo de las décadas por mucho que hasta el boom de Rammstein no se popularizan grupos como Oomph!. Aparece en 1992 su primer disco combinando inglés y alemán con ritmos electrónicos bajo el título de OOMPH!. Su evolución les lleva a aminorar el peso de la electrónica y de darle mucho más peso a las guitarras, consiguiendo que el combo gustara tanto a clubs de elektro dark alemanes como a fans de heavy metal.
Uno de sus episodios más conocidos fue cuando provocaron a propios y extraños con su videclip “Sex” en la que se podía ver a dos jubilados manteniendo relaciones sexuales entre ellos, algo que enfureció a la MTV, lo cual les llevó a ser censurados. También lo fue la portada del disco Sperm de 1994, una triquiñuela que siempre da una buena ración de publicidad extra.
Pero disco tras disco la banda demostró que iba más allá de la provocación gratuita. Han estado creciendo a pesar de pasar también años oscuros en grandes discográficas, pero también han podido disfrutar de grandes participaciones en algunos de los más grandes festivales en las décadas de los 90, 2000 y la presente. Singles de éxito como “Augen Auf!” con voces infantiles les acercaron a Clawfinger y entraron en bandas sonoras de videojuegos y en películas. Uno de sus grandes momentos fue abrir para Metallica en 2007. El pasado 2018 el grupo ficha por Napalm Records y lanza este pasado enero Ritual, el disco que será presentado en el concierto de Barcelona.
Su metal cibernético y la expresividad de su cantante son sus señas de identidad. Y recordemos que 13 discos les avalan. Será una noche muy especial…