A los amantes del thrash metal más old school la mayor cita del otoño nos pilla, casi, con el mojito en las manos y recogiendo los bártulos de la playa. Pero a pesar de que la temporada aún está casi a medio empezar, y aunque sea con chancletas, es imposible resistirse a la visita de dos mastodontes del estilo como son Overkill y Destruction, dos bandas veteranas en un momento de forma excelente que nos presentarán con toda su exhuberancia lo mejor y más auténtico de las vertientes americana y teutona del thrash clásico. Lejos de gozar de la fama y la transcendencia hacia las masas que tuvieron algunas de las bandas con las que compartieron años formativos, tanto los de Nueva York como los de Baden se han mantenido siempre en un más que saludable underground, fieles al thrash más contestatario y agresivo y cultivando una merecida reputación y un amplio fanbase que ha sabido disfrutar de cada uno de los excelentes discos y conciertos que ambas nos han ofrecido tanto en el pasado como en los últimos años.
Aunque nunca han sido mucho más que un (amplio, eso sí) fenómeno de culto, los neoyorkinos Overkill tienen a sus espaldas una carrera envidiable que ya querrían muchos para ellos. Con su tradicional calavera voladora y el verde fosforito y radioactivo que les sirve de seña de identidad, las huestes del viperino y estridente Bobby Ellsworth nos demostrarán otra vez que los años no pasan para ellos a base de un batallón de clásicos imperecederos del thrash encabezados por temas como «Electric Rattlesnake», «Hello From the Gutter», «Rotten to the Core» o «Elimination». Y al igual que vienen haciendo en los últimos años, lo harán para presentar otro discazo que se han sacado de la manga, un The Wings of War compacto como una roca y que certifica una vez más que son una de las bandas más electrificantes, más sólidas y más en forma de la escena ya de por si saludable thrashera actual.
De las tres bandas que forman este delicioso cartel, Destruction es sin duda mi favorita, y no necesariamente porque el thrash metal teutón me guste más (ni menos) que el americano. La pasmosa capacidad de contruir riffacos y temazos contundentes y agresivos sin dejar de ser melódicos y pegadizos es la seña de identidad de una banda que vuelve a ser un cuarteto tras la publicación de su último y de nuevo sobradamente solvente Born to Perish, algo que permitirá que sus directos cuenten con una intensidad y una cohesión que, sin duda, ayudará y mucho a que Schmier, Mike Sifringer y compañía nos vuelen la cabeza tal y como nos tienen acostumbrados con temazos irresistibles como «Nailed to the Cross», «The Butcher Strikes Back», «Curse the Gods» o la bestial (yeah) «Bestial Invasion». Destruction son unos grandes (grandísimos) del thrash, y si no estás de acuerdo con esta afirmación te invito a que lo compruebes en directo y me digas el qué.
Para acabar de completar un pequeño elenco de lujo, unos eternos (y probablemente injustos) segundones como son los americanos Flotsam & Jetsam, que más allá de ser la banda de donde salió Jason Newsted de camino a Metallica también publicaron dos discos brillantes en los ochenta como Hammerhead y No Place for Disgrace, algo que inexplicablemente no les sirvieron para obtener el reconocimiento del que sí gozaron muchos de sus coetáneos. Casi nunca han dejado de estar vivos, pero en estos últimos años se encuentran en un momento de forma especialmente dulce (como la mayoría de bandas de thrash de esa época, que todo hay que decir que han envejecido la mar de bien), y discos como el definitorio Flotsam & Jetsam (2016) o el reciente The End of Chaos, publicado este mismo año, son sobradamente disfrutables. Hace pocas semanas ya estuvieron de gira por aquí como cabezas de cartel, una visita que les llevó al Leyendas del Rock y a varias localidades peninsulares. Su última presencia en Barcelona, de todas maneras, se remonta al año 2016, cuando acompañaron precisamente a Destruction (y a Nervosa y Enforcer) en lo que acabó siendo, cómo no, una fabulosa velada de thrash metal.
Y una fabulosa velada de thrash metal es exactamente lo que promete ser esta nueva cita con lo más granado del género. Estoy seguro que no hace falta que os lo diga, pero si os mola el rollo, no podéis faltar a este conciertazo. Crepaos el pelo, dejaros el bigotito, agarrad los elásticos y la armilla vaquera con espaldera de Nuclear Assault y… ¡Nos vemos allí!
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.