Por fin, joder. Desde que conocí a Revocation allá por 2011, cuando publicaron Chaos of Forms (un disco que, a día de hoy, cuento como uno de mis menos favoritos de la banda), que me muero de ganas de verlos en directo. Solo había tenido una oportunidad, cuando vinieron de teloneros de Cannibal Corpse en 2014, pero una inoportuna cena imperdible (recuerdo perfectamente cuándo, dónde y con quién, y la rabia que me dio perdérmelo) hizo que no pudiera asistir. Y por ello, cuando anunciaron este nuevo paso por nuestras salas marqué la fecha en rojo, bloqueé cualquier petición de agenda y, básicamente, empecé a contar los días mientras me frotaba las manos.
Porque Revocation, no me digáis que no, son la puta leche. Un bandón original, divertido y técnicamente hilarante que ha sido capaz de darle una pequeña vuelta de tuerca y ha arrojado un jarrón de agua refrescante a un estilo que, muchas veces, se toma demasiado en serio. La irrupción de los de David Davidson es de lo mejor que le ha podido pasar al metal contemporáneo (después de Science of Noise), y discos como Existence is Futile, Deathless, Great is Our Sin o su reciente The Outer Limits (obras maestras una detrás de otra), respaldan esta idea. Esta es la primera vez que el cuarteto de Boston se acerca a nuestros escenarios encabezando una gira que les haga justicia, y joder, ya era hora.
Pero más allá de unos cabezas de cartel brutales, el elenco de bandas que los acompañan son para aguantarte la mandíbula con una cuerda. Si la intención del agente de booking que ha montado este tinglado era la de juntar un line up con el que nos quedáramos mirando el escenario con cara de bobalicones de principio a fin (y, si lográbamos despegar los ojos, dejarnos un poco de cervicales por el camino), doy fe que lo han conseguido, ya que este paquete nos acrerca a cuatro bandas que se cuentan entre lo más interesante, progresivo y rematadamente técnico del panorama extremo contemporáneo.
Para empezar, contar con los americanos Rivers of Nihil presentando el fabuloso Where Owls Know My Name, el discarral absurdo que publicaron hace solo unos meses, es todo un lujazo, y me extraña ver que tal bandón (que por cierto, tiene un nombre espectacular) se vea relegados al escalón más bajo del cartel. Death metal, metal progresivo, soul y básicamente, una exhuberancia compositiva absolutamente maravillosa se juntan en una amalgama genial que seguro que se hará un sitio en muchas listas de lo mejor del año (en la mía está luchando por estar ahí). Después de Revocation, la banda que más me apetece ver.
Soreption eran, a priori, los grandes desconocidos para mí, y he tenido que investigar un poco por donde iba su propuesta. Con tres discos y un EP en el mercado, los suecos nos traen más y más death metal técnico, más y más ritmos brutales y más y más nudos en los dedos de los guitarristas. Con una aproximación algo más europea que sus compañeros de cartel (cuestiones geográficas al margen), querrán demostrar ser tan buenos como nadie.
Y si no querías death metal técnico, pues toma tres tazas. Los también canadienses Archspire se toman la etiqueta realmente en serio, y lo suyo es una bacanal de polirritmos frenéticos que, si no estás preparado, te puede dejar en un estado de absoluta confusión. De hecho, y aunque deben ser la ostia en directo (si es que suenan bien, que sería todo un mérito por parte de los técnicos de sonido) su propuesta me resulta, casi, demasiado compleja. Porque tíos, madre mía, esto es una puñetera locura. Y la cosa es que cuando eres capaz de asimilar por fin la densidad de sus composiciones, la cosa tiene incluso su mojo, pero que lo que encontremos suyo en YouTube sean guitar / bass / drums / vocals playthroughs en vez de video clips dice mucho de a qué le dan más importancia: a una técnica verdaderamente brutal.
Para mí, personalmente, ésta es la gran gira extrema de este otoño, y probablemente una de las más grandes del año. Un Razz 2 es una propuesta muy ambiciosa, pero Revocation lo tienen, así que con ellos todo es posible. ¡A ver si nos vemos ahí!
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Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.
