Aunque me pongo a ello con gusto, estoy bastante seguro que no haría demasiada falta hacer esta previa. Primero, porque ya no quedan entradas que vender, así que no conseguiremos convencer a nadie que no esté convencido ya (y si lo conseguimos será una putada, porque se va a quedar con las ganas de ir), y segundo porque si a estas alturas alguien no conoce bien a cada una de las cuatro bandas que forman parte de este pedazo de cartel, sin duda el más potente de este otoño, no sé en qué mundo ha estado viviendo.
Si ya de por sí supongo que la despedida de una banda tan legendaria como Slayer es un atractivo suficiente, el nivel y el empaque de las bandas que los acompañan lo convierten en un cartel absolutamente imprescindible que ha hecho, incluso, que el normalmente inmenso Sant Jordi Club barcelonés se les quede pequeño. De eso es consciente todo el mundo, por supuesto, y por eso vienen a un recinto más grande que nunca y congregando más gente que nunca (también estuvieron aquí en 2011 junto a Megadeth y Angelus Apatrida, pero esa vez se quedaron lejos del sold out). Además, y aunque para mi será la décima oportunidad que tendré de estar cara a cara con ellos, he hablado con muchísima gente que se ha animado a verlos por primera vez. Así que, imaginad, a día de hoy Slayer les resultan incluso atractivos al fan ocasional.
¿Qué decir pues sobre Slayer? Han venido mil veces, y todas y cada una de ellas (bien, casi todas) han sido memorables. Lo fueron cuando Jeff Hannemann y Dave Lombrardo estaban en la banda y lo siguien siendo ahora que los han reemplazado Gary Holt y Paul Bostaph. Sí, seguro que no hay la misma mística con dos miembros históricos fuera de juego, pero la contundencia, la agresividad y la precisión de la banda en directo sigue tan potente como el primer día. Y lejos de vivir de las rentas como hacen tantos otros, se atreven (y así lo hacen habitualmente) a girar con tres bandas cuyos directos son notoriamente espectaculares. Tan espectaculares que, si no se tratara de Slayer, estaría convencido que los tres se los comerían con patatas.
Para esta ocasión, los californianos nos han preparado un setlist de greatest hits que hará las delicias de todos. Evidentemente, no van a faltar cortes imprescindibles y ya míticos como «Angel of Death», «Raining Blood», «War Ensemble», «South of Heaven», «Dead Skin Mask», «Black Magic», «Seasons in the Abyss», «Mandatory Suicide», «Disciple»…. (¿continúo?) sino que también habrá lugar para temas más modernos y alguna perla de su impresionante fondo de catálogo. Lo que es seguro es que toquen lo que toquen, y a poco que gocen de un buen sonido, nos van a aplastar la cabeza tal y como suelen hacer.
Si bien el resto de bandas del cartel son de nivelón, pocos podrán dudar que por repercusión y por tamaño, Lamb of God son los merecedores del segundo escalón. Que sí, que ya sé que para los fans de Slayer más old school son los más modernos y, en consecuencia, los menos dignos (aunque esto lo afirmen sin tan siquiera haberlos escuchado), pero los chicos de Randy Blythe ya han demostrado con creces que son dignos herederos del trono del metal, con casi veinte años de carrera, directos espectaculares y discazos como Sacrament o Wrath.
La presencia de Anthrax siempre es un plus en cualquier gira o en cualquier festival. Los de Scott Ian parecen haberse acostumbrado a ejercer de teloneros de lujo, ya que últimamente les hemos visto a menudo abriendo para Iron Maiden o los propios Slayer, calentando al personal como solo ellos saben hacer y poniendo el listón altísimo para que los cabezas de cartel tuvieran que dar el máximo de si mismos. Con Joey Belladonna totalmente asentado de nuevo al frente de la banda, la energía y la diversión que desprenden Anthrax sobre un escenario no tiene mucho rival. Estamos seguros que volverán a impresionarnos como… hummm… absolutamente siempre que les hemos visto.
Completan un cartel 100% americano los siempre magníficos e impecables Obituary. Si en Estados Unidos los encargados de abrir fueron el combo Testament / Behemoth (ya te cagas), aquí es el quinteto de Florida el que goza de este honor. También habituales por aquí, los que les hemos visto a menudo ya sabemos como se las gastan: son, probablemente, una de las bandas más contundentes en directo que ha parido la escena extrema. Y en estos últimos años parecen haber vivido una segunda juventud. A mí se me ocurren pocas bandas mejores para abrir a lo bestia una noche tan ambiciosa como esta.
Vamos, que nos espera una tarde / noche de auténtico lujo, seguramente un concierto, por épica de la situación y por enjundia en el cartel, que vamos a tardar a olvidar. Si sois de los afortunados que tenéis una entrada en vuestro bolsillo, disfrutadlo, y si no, pues la verdad es que me sabe mal. Pero aunque este cartel no se va a repetir, para el próximo verano Slayer ya han anunciado su presencia en algunos festivales como el Hellfest o Graspop (ahora sí, supongo que sus últimas visitas a Europa). Siempre nos queda rezar que alguien apueste por traerlos de nuevo aquí.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.