La guitarra es sinónimo de Steve Vai, y a pesar de que el Covid nos golpeó duro, el astro de las seis cuerdas tiene decidido que hay que recuperar el tiempo perdido. No esperábamos para nada que uno de los dioses del mástil decidiera volver a nuestra ciudad tan sólo un año después, pues tiene su edad y tenía bastante claro de que no iba a hacer más giras mastodónticas, pero repetirá en la ciudad condal después del mágico concierto que dio hace un año.
No soy para nada especialmente fan de ver en directo a estos súper-guitarras, y tampoco suelo ponerme discos instrumentales en casa, pero visto una vez quedé rendido ante lo que hace y cómo lo hace. Las dos horas de concierto de Steve Vai pasaron fugaces y nos quedamos todos boquiabiertos. Ahora no me importa recurrir a sus grandes discos como Sex & Religion (en el que canta Devin Townsend), Passion & Warfare o su última obra Inviolate.
Alumno aventajado de Joe Satriani y de Berklee consiguió estar en boca de todo el mundo cuando una revista regaló la primeriza «The Attitude Song», anticipando el disco Flex-Able. En esos días no había la inmediatez de las redes sociales, pero en pocos meses Vai pasó a ser un fenómeno. Ha tocado con genios de la talla de Frank Zappa, estuvo en Whitesnake y ha sido un habitual del formato G3 impulsado por Satriani. Otra de las cimas del artista fue cuando apareció en la película Cruce de caminos en la que personificó al diablo en ese memorable solo contra Ralph Macchio.
Nos vemos el domingo en la Paral·lel 62.
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.
