Con discos tan brillantes e infecciosos como Skyline Whispers, Amber Galactic o su aún reluciente Aeromantic bajo el brazo, no es de extrañar que el crecimiento de los suecos The Night Flight Orchestra esté empezando a apuntar bastante alto. ¿Y es que a quién no le puede resultar atractiva una banda a caballo entre los setenta y los ochenta que coge lo más festivo del dance, el AOR y el hard rock, le añade unas gotas de farlopa y champán, lo enrolla todo en una alfombra roja y lo hace acompañar de un par de azafatas de vuelo susurrando en francés? El resultado de este cóctel, por supuesto, no puede sino ser una de las propuestas más frescas, bailongas, inspiradas y dinámicas del panorama actual. Y si pensáis que exagero, hacedme el favor de pegarle un escucho y luego me lo decís.
Lo que empezó como un proyecto paralelo y más o menos cachondo de Bjorn Strid de Soilwork y Sharlee d’Angelo de Arch Enemy ha acabado tomando bastante vuelo por sí mismo hasta el punto que, en mi opinión, y como si de unos Avantasia de la vida se tratara, no tardará demasiado en rebasar en popularidad a la banda principal de sus líderes Bjorn y David Andersson, también en Soilwork. Solo hace falta ver como en su última (y primera, en realidad) visita a Barcelona, los suecos tocaron en la sala Boveda (un concierto en el que no llenaron y en el que, en mi opinión, el público estuvo irritantemente parado), mientras que esta vez, solo un año y medio más tarde, se van a una sala casi el doble de grande como es Salamandra (que tampoco llenarán, por supuesto, pero que oye).
>Hasta que consigan amasar el presupuesto suficiente para poder plantar un fuselaje de jumbo jet en medio del escenario, Bjorn, David y los demás se conformarán en deleitarnos con su gorro de comandante de vuelo, sus brindis con champán barato y sus faldas por encima de la rodilla. Pero por encima de todo, nos harán bailar (si es que no sois rancios) gracias a un cancionero que va acumulando tres o cuatro himnazos a cada disco que sacan al mercado (que son muchos porque el nivel de creatividad de esta gente es incontenible). Porque si temas como «West Ruth Ave», «Living for the Nightime», «Gemini», «Paralyzed», «If Tonight is Our Only Chance» y una docena más no os hacen poner morritos y poneros a mover el esqueleto, ya me perdonaréis pero creo que no tenéis ni una pizca de sangre en las venas.
Para acompañarlos en esta gira, la banda finlandesa de hard rock melódico One Desire hará lo posible para calentar el ambiente con una propuesta (muy) en la vena de la que ofrecen vecinos suyos como son Eclipse o H.E.A.T. De hecho, la última vez que les vimos por estos lares fue precisamente abriendo para los de Erik Gronwall, en un excelente concierto que probablemente les ganó algún que otro nuevo fan entre la parroquia barcelonesa. Con un montón de temas dulzones, rítmicos y accesibles en su haber, la banda está a punto de sacar su segundo trabajo, llamado «Midnight Empire» a principios de abril. No sé si caerá gran cosa de ese nuevo disco, pero seguro que no nos dejarán indiferentes con el más que correcto catálogo que ya llevan acumulado hasta ahora.
Ya me veo venir que, a partir de ahora, las visitas de The Night Flight Orchestra a nuestros escenarios se van a convertir en citas totalmente ineludibles para mí. Y debo decir que tengo el presentimiento que los conciertos de esta gira van a ser especialmente memorables. ¡Ganísimas de comprobarlo!
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.