Tras el concierto de Bad Religion de la semana pasada y los cuatro en diez días que, como en los viejos tiempos, me metí entre pecho y espalda en la semana anterior, la verdad es que mentalmente tenía claro que iba a pegarme un pequeño descanso conciertil. Pero joder, aunque el par de años de excedencia me convencieron en querer bajar un pelín el ritmo, al ver que quedaba libre de redactor este bolazo de los señores The Ocean, la verdad es que me ha resultado imposible resistirme. La recaída es perfectamente justificada, porque los alemanes son un auténtico y maravilloso bandón: en estudio llevan sacando disco top 3 del año desde 2013 (y quizás más atrás y todo), mientras que en directo lo han petado las tres veces que he tenido ocasión de verles (en el Resu de 2014, en ese Madness Day! en el que juntaron las giras de Riverside y Solstáfir y, finalmente, como teloneros de Leprous hace un par de años largos). Me falta verlos como cabezas de cartel, así que tras dos años de posposiciones, esta visita se me antoja como una magnífica oportunidad.
Más que una banda, The Ocean se definen como un colectivo musical que va más allá de la composición y la interpretación de los temarrales que nos acostumbran. Entre otras historias, son responsables de la magnífica Pelagic Records, una discográfica que es una auténtica garantía de calidad y del que salen, precisamente, sus dos acompañantes en esta gira: los suecos pg.lost (que me suenan de haberlos visto en algun AMFest) también agarran el post rock como base para dar rienda suelta a su experimentación, mientras que los belgas Psychonaut provienen de una base algo más pesada y metálica, pero igualmente no escatiman en vaivenes y exploraciones inesperadas.
Tres bandas que garantizan una velada llena de elegancia, potencia y calidad a raudales con elementos de sobras para encandilar a cualquier aficionado a la música agresiva pero a la vez sensible y atmosférica. Post rock, post metal, sludge, metal progresivo o shoegaze son algunas de las etiquetas que comparten, pero la excitante de su experiencia sonora no se puede describir fácilmente con palabras.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.
