Debo empezar por decir que no tenía pensado ir a este concierto, ya que en realidad me fui especialmente hasta Girona a ver a Toundra hará cosa de mes y medio. Pero el chico que estaba apuntado para cubrir esta nueva visita de los madrileños a Barcelona (la primera en sala desde que presentaron IV en una Apolo abarrotada, creo) ha acabado siendo baja por motivos laborales inesperados. Así que he reflexionado un poquito y he dicho… joder… es un día entre semana que me va bien, es en BARTS que seguro que sonará como un tiro…. hummm… total, que un poco a escondidillas me he acabado apuntando (y que alguien me diga algo, que por eso soy el jefe). Es curioso, porque ya os digo que no contaba en absoluto con ir, pero la súbita posibilidad de hacerlo me ha llenado de excitación adolescente, cosa que, supongo, dice mucho tanto de Toundra por si mismos como de lo mucho que me gustan a mí.
En mi opinión, los madrileños son una de las grandes bandas de este país y, a la vez, una de mis bandas favoritas. A lo largo de sus diez años largos de carrera han ido creciendo disco a disco hasta alcanzar un nivel de reconocimiento bastante unánime tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, y su estilo tirando a inclasificable (aunque yo los calificaría básicamente como post rock) ha sido capaz de atrapar a aficionados a la música de todos los pelajes, desde metaleros, hardcoretas, indies o progresivos. O, por decirlo de una forma más amplia, ha conseguido atrapar a toda aquella gente a la que le gusta emocionarse con la música.
Su propuesta es un viaje lleno de subidas y bajadas, de intensidad, de dulzura y de emotividad. Sin necesidad alguna de voz son capaces de evocar escenas e historias vívidas y llenas de color, y un concierto suyo es, siempre, todo un desafío para los sentidos y para los sentimientos. Con cinco discos brillantes a sus espaldas, todos ellos llenos de temas memorables, llegan ahora para presentar Vortex, este nuevo trabajo en el que siguen ahondando en su fórmula y que de nuevo nos ofrece momentos memorables en forma de canciones como «Touareg», «Kingston Falls» o la espectacular «Mojave», que se mezclarán en su repertorio con clásicos tan brutales como «Oro Rojo», «Marte», «Magreb» o «Bizancio».
Si en Girona pudimos disfrutar de Ànteros como banda de apertura, aquí es otro de los grandes nombres del post-algo barcelonés el encargado de dar el pistoletazo de salida a una velada que promete ser memorable. Los también instrumentales Malämmar tiran más hacia el doom y son algo más duros y oscuros, pero su propuesta intensa y emotiva encaja perfectamente con los protagonistas de la noche. Con el EP Vendetta (2016) y el single Mil Mentiras (2018) como única producción discogràfica hasta el momento, el divertido trío formado por tres personajes tan conocidos en el underground barcelonés como son Xavi Forné, Victor Teller y Guillem Bosch parece una opción ideal para completar un cartel interesantísimo.
Y por último, la BARTS, una sala que suena espectacular y que nos tiene acostumbrados a acoger los mejores nombres del rock progresivo, y en el que los matices de la música de ambas bandas se podrán exprimir al máximo. Una garantía que añade motivos (por si no hubiera suficientes) para asistir a esta descarga, encuadrada dentro del siempre ecléctico Festival Mil·leni, que este año nos obsequia con propuestas tan diversas como Deacon Blue, Ólafur Arnalds, Niña Pastori o Manolo García.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.
