Crucemos los dedos, pero parece (quizás, ojalá, esperemos) que el concierto que los madrileños Toundra tienen que dar en Granollers desde hace casi dos años y que ha sido pospuesto ya en varias ocasiones por culpa de los aparentemente interminables motivos que todos conocemos tendrá lugar finalmente (y aleluya) este próximo sábado 22 de enero. La fecha original para ese evento, enmarcado en el convencido acercamiento que los responsables de la Sala Nau B1 de la capital vallesana están profesando hacia el público rockero, era el 13 de marzo de 2020 (justo el día antes de que el cielo cayera sobre nuestras cabezas y la vida tal y como la conocíamos se fuera al garete en un abrir y cerrar de ojos), y mucho han cambiado las cosas tanto en la realidad del mundo en general, en la escena musical y en el universo particular de la banda.
Por esos lejanos entonces, Esteban, Macón y compañía estaban alternando sus habituales conciertos eléctricos presentando aún su anterior Vortex (2018) con ocasionales actuaciones especiales en apoyo a la banda sonora que compusieron y grabaron para el gran clásico del cine fantástico aleman El Gabinete del Doctor Caligari (la última de ellas, justo una semana antes del Apocalipsis en un abarrotado Cine Aribau barcelonés). Ahora, en cambio, nos los encontramos con su sexto disco de estudio (séptimo si contamos la mencionada banda sonora, y octavo si tenemos en cuenta ese fascinante proyecto junto a El Niño de Elche al que llamaron Exquirla) recién salido del horno (lo publicaron justo el viernes pasado) y listo para su puesta de largo en directo.
De hecho, si todo hubiera ido como estaba previsto (algo difícil de garantizar hoy en día), esa presentación por todo lo alto tenía que haber tenido lugar este pasado fin de semana en La Riviera de Madrid, pero la banda se vio forzada a posponerlo por culpa de el puñetero positivo de uno de sus miembros. Eso significa que su descarga en Granollers supondrá el debut de las canciones de Hex sobre un escenario y, en consecuencia, la presentación mundial y universal de este disco. Si no fuera por el motivo de mierda por el cual eso es así, me parece que es todo un honor y un privilegio poder gozar por vez primera de obras como la espatarrante «El Odio», así como una excelente oportunidad para disfrutar de ellos de nuevo sobre los escenarios catalanes tras un par de años habiendo podido actuar solo en grandes recintos al aire libre. Por desgracia, nuestros queridos dirigentes han vuelto a imponer las exasperantes sillas, distancias y reducciones de aforo en los conciertos, de modo que la experiencia no podrá ser del todo completa y, eso sí, garantizaran un más que sobrado sold out (que está ya al caer).
Por si fuera poco, hace nada se han apuntando al cotarro nuestros amigos de Malämmar como teloneros de lujo, presentando las canciones de su segundo disco, Mazza, publicado en abril del año pasado. El trío barcelonés lleva un tiempo en un segundo plano a nivel de conciertos (y quién no, ¿verdad?), pero siempre que hemos tenido la oportunidad de verlos en directo hemos disfrutado con la potencia de de su doom / sludge instrumental, y estamos seguros que esta vez no será menos. Dos bolazos sin micrófonos que nos permitirán abrir el año por todo lo alto mientras le ponemos velas a quien haga falta para que este 2022 nos depare un panorama conciertil bastante más halagüeño que los dos años que acabamos de pasar.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.