Los británicos Inglorious parecen ser la nueva gran esperanza del hard rock clásico procedente de las islas. En una época donde las nuevas generaciones se decantan más hacia los breaks de Bring Me The Horizon y Architects que a recordar el legado de Led Zeppelin, la súbita aparición de este quinteto ha llenado un hueco que parecía necesario y, por ello, han sido abrazados como una pequeña sensación en su país natal. Liderados por la magnética personalidad de Nathan James, un chico lleno de empuje y talento que salió del The Voice británico y que ya se ha labrado unas generosas tablas cantando en directo para la Trans-Siberian Orchestra y el ex Scorpions Uli Jon Roth, Inglorious recuperan lo mejor de los Whitesnake más blueseros, sexys y sudorosos de principios de los ochenta en los dos discos que han sacado al mercado con tan solo tres años de vida.
Esta será su segunda visita a la península después que ya se pasaran por aquí acompañando a The Winery Dogs y cosechando excelentes críticas. No hay duda que su propuesta no es la más original, pero estos chicos se creen perfectamente lo que hacen, lo viven con intensidad y, lo que es más importante, saben transmitirlo a un cancionero de calidad y repleto de mojo. El sudor, los morritos, las sonrisas seductoras y la insinuaciones vuelven a la Sala Bóveda, donde los acompañarán Alchemist Vision. ¡A ver si nos vemos por allí!
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.