Los oriundos de Iowa Radio Moscow ya son unos habituales de los escenarios catalanes. Hasta seis veces han venido por nuestras latitudes presentando sus discos, y lo que es mejor, creciendo en cada venida. Os recuerdo que el concierto del pasado lunes estaba programado para la Rocksound y que pronto agotó entradas. Se decidió entonces pasar a la tercera de las Razz, pero la enorme demanda terminó con Radio Moscow en el Razz 2. Todo un logro para una banda de sus características y otro triunfo para el retro rock como estilo. Radio Moscow son una mezcla entre power trío de los 70 con los devaneos alucinógenos y psicodélicos de los 60, pero puestos al día. Una de las mejores agrupaciones en su estilo a pesar de que para el oído no avezado a su material, puede parecer que sus temas son algo similares entre si.
No hubo teloneros, y con un poquito de retraso saltaron sobre escena Anthony Meier, Paul Marrone y su indiscutible líder Parker Griggs. Entraron de lleno en la densidad de “New Beginning”. Tocaba presentar un disco nuevo y lo hicieron con todas las de la ley. Los focos combinaron tonos anaranjados a juego con los cabezales Orange para pasar por ocres y violetas. Sudorosos y directos en “So Alone” (con toques funkies) y “Broke Down” con su líder que dio mucho las gracias pero que en ningún momento se animó a soltar parrafada alguna. Dan todo el protagonismo a su música mientras la sala Razz 2, en formato mitad (una sola barra abierta), se contoneaba al son de los hipnóticos ritmos. Se agradece que esta vez hayan ido más de cara hacia los temas y hayan aparcado más su faceta más jam sideral.
Fue agradable perderse entre composiciones tan intrincadas como “Rancho Tehama Airport” que inevitablemente te conectan a los tiempos en los que Jimi Hendrix dominaba el mundo. Como buen power trio saben que hay que rendir cuentas con los más grandes, y en “Deceiver”, así lo hacieron. Faltaron para mi gusto unas proyecciones estroboscópicas, al más puro estilo King Gizzard and the Lizard Wizard, pero tampoco hizo falta, el grupo se basta para salir ganador. La entrega de sus tres miembros es total y la descomunal base rítmica luce en todo momento con un impecable Meier al bajo, disfrutando en “Deep Blue Sea” o de “I Don’t Need Nobody”. Pasajes densos y mucha técnica en los continuos cambios de ritmo y variaciones en las bases. Parker demostró todas sus cualidades vocales ante un público heterogéneo y dispar que incluso se atrevió con algún cowdsurfing en “Speed Freak” del The Great Scape of Leslie Magnafuzz.
“Death of a Queen” fue recibida como uno de los grandes momentos, y no es para menos, siendo uno de los temas más representativos de su carrera. Impecables riffs básicos con una entrega animal por parte del baterista. El sonido orgánico y mutable de “Dreams” avanzó a toda vela mientras las cabezas del público se movían hasta desembocar en “No Time”. No dieron pausa ni respiro apenas. Excelente demostración de técnica y velocidad con sonido de época. “New Skin”y “No Good Woman” terminaron la primera parte de un show que colmó las expectativas gracias a la entrega del combo, el buen sonido y un público receptivo y motivado.
El primer bis fue un mix que incluyó la siempre festiva “250 Miles”, un tema ampliamente coreado y acompañado por las voces de la gente. Quizá su corte más pausado y con más feeling de la noche. Quedó fundido con “Brain Cycles” en el que los focos tuvieron tanto protagonismo como lo explícitamente musical. “Paicing” supuso el fin de fiesta demostrando que su nueva obra es uno de los puntos culminantes de su brillante carrera. Conciertos en lunes como los de Radio Moscow justifican el robarle horas a Morfeo. Un placer poder ver a una banda en su plenitud, a pesar de ser una habitual de nuestros escenarios. Siempre da lo mejor de si sobre las tablas y eso hay que agradecerlo y aplaudirlo.