AM (2013), el quinto álbum de estudio de Arctic Monkeys, ha llegado a mis manos –con una década de retraso– de la forma más inesperada: gracias a la nominación de mi compañero Beto. Un reto musical que me ha llevado por un viaje sonoro vibrante y lleno de sorpresas, alejándome de mis habituales y amplios terrenos musicales.
Confieso que antes de embarcarme en esta aventura auditiva, mi conocimiento de Arctic Monkeys era escaso. Los había escuchado de pasada en alguna que otra ocasión, pero nunca me había adentrado en su discografía. Sin embargo, la propuesta de Beto me intrigaba. ¿Qué me depararía AM?
Con la mente abierta y la curiosidad a flor de piel, me he sumergido en las melodías y letras de este disco, y lo que he encontrado ha sido una explosión de rock psicodélico, soul y R&B que me ha atrapado desde el primer minuto.
AM no es un disco para escuchar de forma pasiva. Es una experiencia sensorial completa que te invita a moverte, a sentir, a reflexionar. La voz característica de Alex Turner, las letras cargadas de significado y la cuidada producción te transportan a un universo sonoro único.
A lo largo de esta reseña improbable, compartiré con vosotr@s mis impresiones sobre AM, un disco que me ha sorprendido (muy) gratamente.
Menudo viaje musical me han pegado los de Sheffield. El álbum suena a un antes y un después para la banda, como si la prensa especializada o ellos mismos ya se hubieran auto-coronado reyes del rock moderno. Fijaos que hasta el propio nombre del disco es intrigante: «AM». ¿Las siglas de la banda? ¿La frecuencia de la radio? ¿Un simple saludo matinal? El vocalista, Alex Turner, deja la puerta abierta a interpretaciones. Sea como sea, AM transmite un mensaje claro: Arctic Monkeys ha llegado para quedarse.
Como mencioné anteriormente, no estaba muy familiarizado con la banda antes de escuchar este álbum. Sin embargo, desde la primera canción, «Do I Wanna Know?», quedé atrapado por su ritmo casi mágico y su enigmática letra. Tenía la sensación de haberla oído antes en algún lugar, aunque no podía recordar dónde ni cuándo. Después, «R U Mine?», el primer sencillo, me hizo mover al ritmo de la música casi sin darme cuenta.
Pero AM no es solo fiesta y estribillos pegadizos. Hay canciones como «Arabella», la número cuatro, que te atrapan en un universo psicodélico con su ritmo machacón y su letra surrealista. Y eso sin mencionar la cuidada producción y la voz tan característica de Turner, que te sumergen en un torbellino de emociones.
AM no solo nos ha regalado himnos como «Do I Wanna Know?», «R U Mine?» o «Arabella», sino que también esconde otras joyas que merecen ser exploradas. «I Want It All», la número cinco –que, por cierto, no es una versión del clásico de Queen–, nos recibe con un ritmo pegadizo. Es una canción compleja que explora la naturaleza contradictoria del deseo. El narrador anhela la intensidad de la pasión, pero también anhela la estabilidad y la paz. La nostalgia por el pasado se mezcla con la frustración del presente, creando una atmósfera agridulce que te deja pensando mucho después de que termina la canción
La siguiente, «No.1 Party Anthem», sorprende por su lento ritmo y melancolía. La letra describe a alguien buscando consuelo en una fiesta, quizás para huir de sus emociones. Interpretada de varias formas, la canción podría ser un comentario sobre la soledad que acompaña a las fiestas pese a la apariencia de diversión. Describe un anhelo de conexión que falta en ese ambiente. En resumen, es una canción introspectiva que explora la soledad, el escape y las emociones humanas. El contraste entre el título y la letra añade profundidad a su significado.
«Mad Sounds» nos sumerge en un mundo psicodélico que te transporta a otra dimensión. Lo que más me ha gustado es que su pegadizo coro funciona como un gancho musical y como una representación de la liberación emocional que produce la música. La letra, aunque con toques de melancolía, nos invita a abrazar la energía de los «sonidos locos» y a disfrutar del momento. Es la experiencia sensorial más potente de todo el álbum.
Subimos un poco las revoluciones con «Fireside». Este medio tiempo melancólico con un toque folk nos invita a sentarnos junto a la chimenea y disfrutar de la voz cálida y emotiva del bueno del Sr. Turner.
Aunque soy nuevo en el mundo de Arctic Monkeys, puedo decir que el ritmo alegre de «Knee Socks» seguramente te sacará una sonrisa. Esta canción, compleja y fascinante, combina elementos de baile y melancolía de manera equilibrada. La música genera una atmósfera perfecta para la pista de baile, mientras la letra explora la emoción y la intimidad de una relación romántica. Describe encuentros íntimos y momentos compartidos entre dos personas, incluyendo detalles como el color de sus prendas y los lugares donde se encuentran. Captura la sensación de atracción y conexión, así como la nostalgia por lo que pudo haber sido. Si buscas una dosis de energía positiva, esta canción es ideal.
Y para finalizar, «I Wanna Be Yours» nos regala una declaración de amor sencilla y directa. Es una canción pegadiza y juguetona, pero bajo la superficie hay una exploración sorprendentemente emocional del amor y el sacrificio. Puede parecer una simple canción de amor a primera vista, pero si te paras a analizar la letra, verás que la banda explora temas de devoción, abnegación y vulnerabilidad. Si buscas una canción romántica y conmovedora, «I Wanna Be Yours» te cautivará. Pero una cosa también quiero decir: el final me parece abrupto y muy mejorable.
Me ha llamado la atención el cambio de sonido respecto a otras cosas que me ha dado por escuchar de Arctic Monkeys a raíz de este encargo improbable de mi buen amigo Beto. En AM coquetean con el hip-hop, con ritmos más contundentes y grooves marcados. También hay mucho de rock clásico de los 70, con riffs potentes y guitarras con el brillo de esa década. Se nota la influencia de bandas como The Black Keys, con ese rollo de rock garagero que tanto mola. ¿Estoy en lo cierto, Mar…?
El propio Turner dijo en su día que se inspiraron mucho en el R&B, y la verdad es que lo han integrado de forma la mar de natural en AM. Las melodías son súper catchy, aunque las letras no sean tan densas ni llenas de lírica como en otros trabajos suyos, según he leído por ahí.
En definitiva, AM me ha parecido un disco fresco, innovador y que te deja con ganas de más. No importa si eres un fan de la banda, del rock o si buscas descubrir nuevos sonidos, este disco me ha sorprendido muy gratamente.
Eso sí, mientras lo escuchaba, no podía evitar pensar en una cosa: ¿qué estarán haciendo ahora estos Arctic Monkeys? Porque las canciones de AM suenan a himnos de estadio, a una banda que ha llegado a la cima. Y por lo que he investigado, parece que después de este disco todo cambió para ellos. Quizás sea una etapa cerrada, un oasis de rock poderoso en medio de su trayectoria. Pero sea como sea, AM se ha ganado un hueco en mis listas de reproducción. Gracias, Beto.
Y tras mi análisis, la nominación. Xavi Prat, tu nombre ha resonado con fuerza en el universo de las reseñas improbables. Ha llegado (de nuevo) tu momento de demostrar tu temple ante un desafío auditivo sin precedentes: analizar Adult Themes for Voice (1996), la obra maestra de la vanguardia musical del genio Mike Patton.
Sí, lo has leído bien. Olvídate de tus power metaleros y hard rockeros melódicos habituales. Prepárate para adentrarte en un mundo sonoro donde la voz humana se retuerce y se explora en sus formas más extremas. Gritos desgarradores, susurros hipnóticos y sonidos guturales te acompañarán en este viaje sonoro que no es apto para oídos sensibles.
Adult Themes for Voice no es un disco para escuchar con ligereza. Es una experiencia sensorial que te exigirá abrir tu mente y dejarte llevar por la experimentación musical del Dios Patton. Pero si eres capaz de apreciar la belleza en lo extraño, si te atreves a explorar más allá de tus zonas de confort musicales, este disco te cautivará.
Xavi, estoy seguro de que tu bagaje musical te ha curtido para afrontar este reto. Tu capacidad de análisis y tu sensibilidad artística te permitirán descubrir los matices y la genialidad que esconde esta obra maestra. Atrévete, Xavi. Adéntrate en el mundo de Mike Patton y prepárate para una experiencia auditiva que te dejará sin aliento.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.