Tengo que admitir que siempre me han dado una pereza infinita bandas como Exodus, Overkill, Tankard, Destruction, Death Angel, Heathen… Ese thrash de segunda división me ha irritado siempre. Y lo dice uno que lleva tatuado el logo de Metallica en el torso. Pero más allá de Slayer, Megadeth, Anthrax, Sepultura, Kreator y Sodom, el thrash es bastante aburrido y estático. ¡Alguien tenía que decirlo!
Mi buen amigo y compañero Abel me ha regalado un disco controvertido de Exodus. Vamos a ver, si su “obra maestra” me provoca sudores, ¿cómo tengo que afrontar un disco controvertido? Ardua tarea para el que firma modestamente este artículo. Pero me pongo manos a la obra tras aceptar la trampa, para poder hablaros de este disco en concreto, titulado Let there be Blood (2008), tengo que volver a escuchar esa “obra maestra” tan burda. Joder. Me la ha metido doblada el señor Abel. Parece ser que Exodus quedaron huérfanos de ideas en 2008 y se liaron a regrabar su debut de 1985 Bonded by Blood, contando con las tecnologías de grabación modernas así como con la formación de ese preciso momento. Parece que a Nuclear Blast Records le pareció bien, pues les permitieron esta especie de pérdida de tiempo.
Gary Holt, el espigado guitarrista y líder no fundador de la banda (hasta que decidió dejar Exodus a tiempo completo para enrolarse en las últimas giras de Slayer, quienes perdieron al irremplazable Jeff Hanneman), fue el único miembro que repitió en la grabación del disco. El resto de la formación la completan el vocalista Rob Dukes, el guitarrista Lee Altus, el bajista Jack Gibson y el batería Tom Hunting. En la actualidad, solamente Rob Dukes no forma parte de la banda, y en su lugar nos encontramos con la tercera ida y venida de Steve «Zetro» Souza.
Vamos al lío, primero a escuchar Bonded by Blood. Con la excusa me voy a mi perfil de last.fm a ojear cuánto y cuándo he escuchado a Exodus… no me avergüenza confirmar que he escuchado con más fervor a 464 bandas y que la última vez que escuché conscientemente a Exodus fue en 2015, cuando aproveché que les tenía que ver en directo para aprender un poco más de ellos. Podéis ver que no fue un éxito el tema. Ni los volví a ver ni los volví a escuchar hasta que mi amado Abel me los ha endiñado con vaselina. ¡Gracias, colega!
Bonded by Blood me parece un disco sobrevalorado. Me parece un disco mediocre con un sonido realmente malo. Pero lo del sonido se puede entender, pues Exodus debutaron con este disco. La banda aprovechó el momento adecuado con el thrash arrasando en Norteamérica y se subieron encima de la ola, la inercia de la escena les catapultó y les llevó a la fama pero siempre bajo la sombra de los que comúnmente conocemos como The Big 4.
Tras dejarme los oídos con Bonded by Blood, llega la hora de ver esta reinvención moderna. ¿Habrán mejorado? ¿Sonará más potente? ¿Se lucirán en la producción? Vamos por partes. Paciencia. Lo primero es comentar la portada, que sigue siendo igual de incómoda que la original. Perturbadora más bien. Mi punto de vista personal es que las dos son horribles. Sorry. Musicalmente, vamos a ver, voy a poner el dedo en la llaga de los que están leyendo el artículo, pues me parece muchísimo más bueno que Bonded by Blood. Ahora sí el disco logra aportar algo sustancial, thrash metal bastante plano pero al menos podemos disfrutar musicalmente de él. Las canciones son de sobras “conocidas”, aunque para un servidor solo hay una canción destacable en ambos discos, “A Lesson in Violence”. La única canción que puedo citar como buena de la carrera de Exodus (bajo mi punto de vista, claro).
El trabajo de los músicos es superlativo copiando las canciones antiguas y dotándolas de nueva energía. Como si fuera un examen de filosofía de esos en que las chuletas arrasaban, ¡copiar se nos da bien! ¡Hurra! Bromas a parte, Let there be Blood logra mejorar bastante el disco primigenio solamente por tener este sonido más moderno y usar técnicas más modernas de grabación y producción. Sin desmerecer nada, me parece un disco que uno puede escuchar sin hacer sangrar los oídos, que ya es mucho vista mi relación con el thrash metal segundón. También me gusta más la interpretación del vocalista, que aquí luce más que en el primer disco.
Pese a mi intento desesperado para intentar comprender que le encuentra el mundo a Exodus, seguiré lamentando y llorando fuertemente, pues no hay por dónde cogerles. Lo siento. No va conmigo este tipo de thrash de segunda categoría. No lo has logrado, Abel, lo siento. ¿Podemos ir juntos a la llorería a pegarnos un homenaje? Llegados a este punto, me gustaría pedir perdón a todos los ofendidos que intuyo que voy a ver en Facebook lapidándome sin piedad. Esta sección es así, un lamentable crítico de música hablando sobre truños y mojones, si bien a veces hablamos de discos que nos logran hacer cambiar la idea normalmente preconcebida sobre ciertas bandas o ciertos discos. Pero lo esencial de estos artículos es reír, pasar un buen rato, sin ofender a nadie por supuesto. Cada uno tiene sus gustos y sus preferencias. Hay quien escucha a Bertín Osborne, qué se le va a hacer.
Y ahora llega el momento más esperado, la nominación. Debe abandonar el programa Xavier Prat. Ala, ¡a tu p_ut_ casa! Nah, es broma, ¡le queremos mucho al Prat! Le voy a endosar algo bonito ya que estamos en estas épocas navideñas llenas de amor, turrones y uvas.
Tras los Juegos Olímpicos de París, hay una banda que ha crecido como la espuma y estoy convencido al 100% de que Xavi no los ha escuchado nunca (vamos, pongo las dos manos y la cabeza en el fuego). Así que le voy a dar el placer de viajar a lomo de las ballenas voladoras hacia Sirius. Personalmente, hice este viaje hace 20 años, pues en 2025 celebraremos por todo lo alto el 20° Aniversario de una de las obras maestras del metal del nuevo milenio: From Mars to Sirius (2005). Solo te pido una cosa, Xavi Prat: busca e investiga, lee sobre el disco, sobre la historia y el background que esconde Gojira. Si no lo haces, no podrás comprender la mística de una de las mejores bandas de metal extremo de todos los tiempos.