
No sé cómo se lo hacen mis compañeros para darme siempre discazos que no habría escuchado ni en millones de años si no hubiera sido por estas reseñas improbables…
En medio del underground más extremo, donde los guturales y los blast beats dominan con brutalidad, mi compañero Xavi Prat, en su reseña improbable de From Mars to Sirius de Gojira me ha colado el álbum Awaking the Centuries de Haggard, un disco que desafía cualquier categorización simple, la verdad. Para aquellxs que estéis acostumbradxs a la crudeza del brutal death, muy probablemente este álbum se os hará una experiencia extraña, o al menos, para mí lo ha sido. Es como una especie de híbrido entre lo sinfónico, lo medieval y lo extremo, con un montonazo de instrumentos.
No os voy a engañar, me he escuchado el álbum una sola vez antes de hacer esta reseña, y aunque es corto, en ocasiones se me hacía algo más largo de lo que esperaba. Debo decir, pero, que aunque tenía poca fe puesta en que me gustara este álbum, no me ha desagradado del todo y musicalmente es objetivamente bueno, el álbum. En la primera y última escucha, lo primero de lo que me he dado cuenta es del ambiente que crea Haggard, muy especial y con un montón de matices del medievo que casi parece de película. La intro «Rachmaninov: Choir» marca el tono con coros solemnes, mientras que «Pestilencia» empieza a insinuar la mezcla de instrumentos de orquesta con guitarras más duras. Pero es en «Heavenly Damnation» donde Haggard parece que se muestra en su máximo esplendor con guturales sobre sonidos neoclásicos y una batería que no sabría decir si es metal o sinfónica.
Pasamos a la pista que da nombre al álbum, «Awaking the Centuries», que es la pieza central del álbum, con una duración de más de nueve minutos donde la banda muestra su capacidad para mezclar melodía, fuerza y agresividad. Las partes más orquestales se combinan con riffs pesados, y la voz de Asis Nasseri destaca por encima con su gutural profundo, contrastando con la voz soprano de Karin Bodenmüller. Para mí es una ópera con toques macabros, cosa que me gusta bastante.
Llegando a «In a Fullmoon Procession», se puede notar un sabor más a death metal en el estilo renacentista y barroco que emanan los temas en general. De hecho, el álbum cuenta con interludios instrumentales, concretamente «Saltorella La Manuelina», «Menuett» y «Courante» que, según mi opinión, no están mal y funcionan muy bien con el concepto del álbum, pero tampoco sé si eran del todo necesarios.
No conocía a Haggard ni había escuchado nada de ellxs antes y, para mi sorpresa, me he encontrado con un álbum muy equilibrado y que logra mezclar la orquesta con el metal de una forma muy adecuada. Obviamente, para mí ha sido un poco como un choque cultural y me hubiera gustado escuchar algo más de metal y en ocasiones los riffs destacan poco y se pierden entre los instrumentos clásicos, pero la composición es muy compacta y todo cuadra bastante bien. Creo que el Awaking the Centuries es un disco que vale la pena escuchar y que merece ser respetado por el atrevimiento y riesgo que supone mezclar estilos de esta forma, con una delicadeza y un gusto ejemplares.
Para la siguiente improbable, nuestro compañero Jaime Arjona deberá escuchar el álbum The Orb (2023) de una de mis bandas favoritas, Gorod. ¡Espero que le encante tanto como a mí!