No me hace falta darle al play para empezar a decir «¿pero qué mierda es esta?». 34 temas en 44 minutos ya es una declaración de intenciones muy evidente: tíos, os voy a aburrir hasta que no podáis más haciendo canciones (eso debería haberlo puesto entre comillas) de segundos, la mayoría. Vamos, que esto no es un «ve a descubrir algo nuevo», como debería ser esta sección, sino un «te doy una mierda emplatada para que la escuches». Sin ir más lejos, la Wikipedia, que es el primer enlace que aparece al buscar el álbum en internet, dice (traducción):
«El álbum ha recibido en gran medida críticas negativas citando su naturaleza abstrusa e inaccesible.»
Con eso ya podríamos dejar la review por cerrada, pero iré un poco (¡poco!) más allá. Efectivamente, esto no es un disco de canciones (ni el original ni el 20º Aniversario, que es el que he escuchado), es un disco de la matanza del cerdo, en el que el puerco (Patton) grita, hace la mosca, susurra y demás lindeces en una habitación de hotel mientras se aburría o tenía el cuerpo y la mente nublada de sustancias ilegales. Todo durante casi tres cuartos de hora. Es muy absurdo entrar a detallar cada tema, ya que no son eso, temas o canciones, son idas de olla de un overrated de manual. Sin ir más lejos, ahora está sonando «Inconsolable Widows in Search of Distraction» y es, justamente, lo que desearía estar haciendo, buscando distracción da una payasada tan grande que, si en vez de llevar ese nombre, lo viéramos por esos programas de humor de la TV en la que sacan a gente haciendo el mongolo, nos reiríamos a carcajadas mientras se viraliza a nombre de «un tío raro hace el gilipollas y se cree guay». Y ojo, que aquí, un servidor, en su día se escuchó y disfrutó de toda la obra de Eduardo Polonio, especialmente de la serie de discos Cuenca, que deja al Mike este en Quimicefa, en vez de experimental.
Intentaría destacar algún tema, sacarle algo, pero es que no lo hay, y ni el más ferviente seguidor del músico, por muy incondicional que sea, es capaz. Quizá, y solo quizá, se puede destacar «A Lizard with the Skin of a Woman» por ser suave, tranquila y nada irritante, pero ya está. Otros temas como «Catheter» o la tetralogía «Guinea Pig» están hechas a mala leche con el único objetivo de que personas disfuncionales y marginadas se gasten los cuartos comprando el disco por el nombre que aparece.
He escuchado el disco dos veces, lo juro, y no soy capaz de hacer una review más larga o detallada. El disco (porque es un disco, salió en formato redondo hace casi 30 años) no da para más, así que aquí lo dejo.
Yo nomino a nuestro querido Dídac a que se adentre en los sonidos más pastelosos y purpuríneos de los eurovisivos Wig Wam con su álbum debut, Hard to Be a Rock’n Roller (2005), en el que encontrará una gran variedad de temas bailables, melódicos, divertidos y que, si pasamos de lo más obvio, tienen una calidad enorme, practicando el estilo que practican. ¡A disfrutar!
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.