Poco más de dos años después de su sonado triunfo con el galardonado álbum Blood Harmony (2022), vuelven a la carga esas portentosas diosas que son las hermanas Rebecca y Megan Lovell, es decir Larkin Poe, a través de su séptimo LP de estudio; denominado éste Bloom.
Se repite aquí, por lo tanto, la muy vistosa colaboración del músico y productor Tyler Bryant con las dos deslumbrantes intérpretes consanguíneas de Georgia State (por cierto, premiadas ellas en el apartado de Mejor Dúo o Grupo, de 2024, por la Asociación de Música Americana); todo ello en busca de seguir explorando, domesticando y también modernizando el blues rock, el rock sureño, el hard rock, el country rock o el roots rock de la Norteamérica profunda. Cada vez más musicalmente eclécticas las aludidas Rebecca y Megan; expresado de otro modo.
Según declaraciones oficiales, en sus redes sociales, de las dos componentes de Larkin Poe sobre como tomarse el LP Bloom, de modo general:
“Cada una de las 11 canciones de este álbum representa un punto de referencia en el sinuoso viaje de encontrarse a uno mismo en medio del ruido del mundo, abrazando lo que es y aceptando los defectos e idiosincrasias que nos hacen reales a lo largo del camino.”
Así pues, arranca el repertorio sus contundentes motores a través de las muy emocionantes y férreas resonancias Southern del tema “Mockingbird”. Sobre esta misma canción, esa extraordinaria cantante que es Rebecca Lovell ha manifestado, públicamente, que es una tierna reflexión sobre el perpetuo viaje del devenir y sobre que enumerar todos los perpetuos pasos en falso que damos puede resultar desalentador, ya que mirar demasiado por el espejo retrovisor puede ser perjudicial para el futuro.
En definitiva, que con “Mockingbird” ella podría referirse a no obcecarse en errores del pasado.
Prosiguen arrollando la dupla norteamericana con la trotona y musculosa “Easy Love – Part 1” (con románticos versos acerca de, tal vez, conocer a tu “media naranja”); la cual, tiene como contraste rítmico, una más sosegada y también progresivamente intensa segunda parte; situándose ésta misma en la posición número cinco del repertorio.
Se tornan ciertamente dulces (pero sin empalagar) las Larkin Poe con la lenta, fina, pulcra y bastante óptima melodía que habla sobre vivir el presente, “Little Bit”, y es que bajo el específico punto de vista de Rebecca Lovell:
“Desde el principio, parece que hemos tenido la tentación de vivir la vida inclinados hacia adelante. Como músicos de gira, hemos cultivado una cultura de pisar el acelerador y de alto octanaje pero el brillo se ha ido desgastando lentamente. ‘Little Bit’ trata de bajar el ritmo y saborear los pequeños y preciosos detalles.”
Seguidamente, los demoledores, embriagadores y épicos compases hard de la apasionante y segura de sí misma “Bluephoria” captan tu atención auditiva desde el primerísimo instante; donde, según la opinión de la misma vocalista Rebecca,esta misma canción supone una reflexión de rock ‘n’ roll sobre la dualidad de la experiencia humana, donde el sufrimiento y la alegría se entrelazan para crear un significado.
Bajo mi prisma personal, la propia “Bluephoria” se erige, quizás, como el corte más prodigioso y estratosférico de todo el álbum.
Se presenta también trepidante, e incluso sabrosamente saltarín, el virtuoso ritmo de carretera estadounidense que es “Nowhere Fast” y, a continuación, el blues rock más atractivo y que les brota de modo más natural a las auto-producidas Larkin Poe se muestra, con brío y nitidez, por medio de la muy magnífica, ondulante e intrigante “If God Is a Woman”. Precisamente, acerca de dicho corte, prosigue con su discurso Rebecca Lovell afirmando, oficialmente, que:
“Desafiar las expectativas requiere un gran esfuerzo pero la alegría catártica de un auto-descubrimiento más profundo vale la pena. ‘If God Is a Woman’ fue escrita como un recordatorio para resistir al encasillamiento de las mujeres, tanto consciente como inconsciente. Hay muchos matices de existencia y nos divertimos pintando cuadros abstractos con este azul sarcástico.”
Las integrantes de Larkin Poe se preguntan y reconocen ellas mismas, aquí, lo siguiente: “Si Dios fuera mujer, ¿el diablo también lo sería?”; siempre basándonos en el testimonio de dicho combo meridional, recalcamos; donde concretan ellas también que el papel femenino en la Sociedad es tan amplio como el de cualquiera.
Más adelante, “Pearls” se desarrolla entrecortada, sugerente y, al mismo tiempo, desenvuelta, impetuosa y ágil; además de con la superlativa guitarra slide de Megan Lovell atrapándote, placenteramente, aquí y también en diversos momentos del resto del minutaje total.
Casi sin apercibirnos, aterrizamos ya en la amena “Fool Outta Me”, con interesante mixtura ésta entre el guitarreo más pantanoso y las almibaradas armonías vocales de textura femenina. Esclareceremos que las estrofas de esta misma tonada claman sobre preservar la verdadera personalidad de un artista cuando la audiencia le adora y las discográficas le exigen; ambas de manera constante y pública, siendo circunstancias estas últimas algo que pueden disparar demasiado el ego de dicho intérprete, siempre según el criterio de Larkin Poe.
Se defiende bien el medio tiempo “You Are the River”; sin embargo, la agrupación sureña, durante ciertos instantes y solo ligeramente, en este mismo punto cae también en terrenos sónicos demasiado convencionales; lo cual les bajaría una pizca la nota del cómputo global del disco; aunque siempre manteniendo el sobresaliente, en general.
Coloca la guinda final del álbum la delicada y sentimental “Bloom Again”, la cual ofrece la sensación de que estas chicas suenan levemente mejor cuando se ponen bravas que cuando se atemperan algo más, tal y como ocurre esto segundo en estas dos últimas piezas citadas; siempre dentro del realmente talentoso Arte que estas muchachas despliegan.
Y es que, haciendo un sencillo juego de términos con su apellido, ciertamente enamora el consistente planteamiento rockero de las honestas hermanas Lovell por medio de Bloom. En otras palabras, las impresionantes y cada vez más unidas creativamente Rebecca y Megan te pasarán por encima, musicalmente, y lo bueno es que te va a encantar.
Ellas continúan haciendo historia dentro del mundo del rock y ese mismo “Olimpo”, únicamente lo alcanzan escasas y escasos artistas.
Terminaremos comentando que las auto-confesadas influencias y referencias femíneas de esta misma banda son, por ejemplo, Bonnie Raitt, Joan Jett, Christine McVie, Stevie Nicks o Chrissie Hynde pero el que aquí redacta también opina que si te entusiasmaron Allman Brothers Band, en los años 70 o te encandilaron los hermanos Chris y Rich Robinson (The Black Crowes), en los 90; es altísimamente probable que Larkin Poe te persuadan, absoluta y completamente, durante el nuevo milenio que ahora vivimos.