La música forma parte de nuestra vida, es obvio e inevitable. La escuchamos desde hace años, muchos años, y ha marcado momentos, personas, experiencias que han transcurrido en nuestro devenir. Hay melodías que resuenan en nuestra cabeza cuando cerramos los ojos, cuando vemos una película o cuando, a lo lejos, vemos a una persona que hace tiempo que no veíamos. Y al revés ocurre lo mismo. Vamos a algún lugar en concreto y, sin pretenderlo, una canción nos viene a la mente.
Pero a veces pasan más cosas. A veces, por algunos intangibles, se nos aparecen canciones que nos definen. Bien por la música, bien por la letra (la mayoría, en mi caso), encontramos en ellas un diccionario de nosotros mismos. Aquí os dejo 5 de las canciones que más me representan, aunque me fastidia mucho dejarme tantas otras, y tantos grupos fuera (me viene a la mente Angra, Twisted Sister… ufff, no sé si habré hecho la elección correcta).
Mägo de Oz «Molino de Viento»
Álbum: La Leyenda de la Mancha (1998)
Era yo bastante jovencito cuando me dejaron La Leyenda de la Mancha (1998). En aquél momento me enganché mucho al disco y al grupo, aunque ese flechazo no durase demasiado tiempo. Las letras, basadas en la novela de Cervantes Don Quijote, me dieron una bofetada, me hicieron abrir los ojos o lo que sea, usad la expresión que más os guste. Me sentí tan identificado con aquello que, a la tierna edad de 20 añitos, decidí leer la obra literaria inmortal.
De entre todos los temas el que más fuerte hizo latir mi corazón fue la que ahora nos trae entre manos. Ese diálogo, o ese pasaje, no existe en el libro (¿Don Quijote diciendo que podía estar equivocado pero que hay que vivir de esa forma? Don Quijote nunca se equivoca, o no lo admitiría), pero la idea central del tema es atemporal, agrupal, apaisal y aloqueseal. “Bebe, danza, sueña, siente que el viento ha sido hecho para ti. Vive, escucha y habla usando para ello el corazón”. Es la vida, sin más.
Quedan fuera, del mismo grupo, temas como “El Fin Del Camino”, “La Danza Del Fuego” o “La Rosa De Los Vientos”
Lost Horizon «Perfect Warrior»
Álbum: Awakening the World (2001)
Llevo un ave fénix tatuado en la espalda, porque creo firmemente en lo que representa. Dicen los cristianos que la vida es sufrimiento. Yo discrepo, creo que el sufrimiento nos lo creamos nosotros solitos, pero desde luego hay que luchar, seguir y no rendirse, por difíciles que sean las circunstancias. Y todos, sin excepción, hemos tenido circunstancias adversas. Es el cómo las afrontamos lo que nos define.
“Perfect Warrior” describe este sentimiento, estas ganas de seguir aunque duela, que tengo e intento definir. “No me voy a rendir, aunque parezca derrotado”, nos susurra. “Ponme la zancadilla, que aunque me caiga, volveré a levantarme y seré más fuerte”. O como suele decirse, “Caer está permitido, levantarse es obligatorio”.
He tenido un debate muy fuerte conmigo mismo entre este tema y “Blood Red Skies” de Judas Priest. Lo escrito sirve para cualquiera de las dos canciones.
Helloween «I’m Alive»
Álbum: Keeper of the Seven Keys: Part I (1987)
Si llevo una calabaza tatuada en la pierna no es por casualidad. Correría el año 95 cuando un amigo me dejó una cinta, me dijo “escucha esto, quizá te guste” y mi vida cambió para siempre. Helloween es uno de los grupos de mi vida, quizá EL grupo. La alegría que transmiten sus Keepers me cautivó desde el instante cero, me hizo ver lo importante que es la felicidad y la diversión y me brindó muchísimos ánimos.
Podría poner muchas, muchísimas canciones de las calabzas, tanto de la época Kiskeriana como de la de Deris, pero me decanto por este “I’m Alive” porque creo que resume a la perfección lo que Helloween implica para mi. “You’re a King, can’t you see your crown?”. Directo y cierto. Las ganas de vivir hechas canción.
Quedan fuera taaaaantos temas… “Livin Ain’t No Crime”, “Eagle Fly Free”, “March Of Time”, “Sole Survivor”… pffff. Eso sí, fijaros, todas tienen un mensaje similar en sus letras. Incluso el «I Want Out».
Edguy «Fallen Angels»
Álbum: Mandrake (2001)
Corría el año 98 y hoy, 20 años después, tengo la imagen grabada en mi cabeza. Estaba en casa de mis padres, en el extremo derecho del sofá. El discman escupía el Vain Glory Opera (1988) por primera vez y antes de que acabase ya era fan absoluto de Sammet. Durante años y discos, a cada canción que escuchaba, pensaba “pero Tobias, cabrón, ¿cómo puedes entrar en mi mente, leerla y luego escribir sobre ella?”. Mi idilio músico-espiritual con el alemán bajito duró hasta el “Rocket Ride” (2006), época en la que debió pasar una mala racha con el sexo opuesto.
Podría poner álbumes enteros de Edguy en esta sección, incluso las dos primeras partes de Avantasia con la historia de Gabriel, pero si hay una canción que he llevado por bandera cuando el fugo y el inconformismo de la juventud corrían por mis venas, esa es “Fallen Angels”. Hasta un amigo y maestro que tuve, más sabio que viejo (y eso que pasaba ya de los 80), me dijo “¿te has dado cuenta de que esta canción habla de ti?”. Así es, amigos míos, aquí el capitán del Barco de los malditos.
Pero quedan fuera “Until We Rise Again”, “Babylon”, “Wake Up The King”… demasiadas, demasiadas canciones como para escoger sólo una.
Gigatrón «Heavy Hasta la Muerte»
Single (2012)
Existe en mi interior, en lo más oscuro y recóndito de mi alma, una cueva oscura y húmeda en la que habita un troll. Un troll friki que se reirá, que hará del putoamismo una forma de vida, que intentará sacarle punta a todo y que te llamará de todo, pero siempre desde el cariño.
Es mi esencia, ese troll friki es lo más visible que tengo, si logras acercarte lo suficiente. Si me ves sobrado, si te tomo el pelo, si me escuchas considerarme un Dios de Oro (que lo soy), es que has entrado en mi círculo (cosa difícil, normalmente), y que haré lo que sea para que no salgas de él. Si por el contrario me ves serio y excesivamente callado, es entonces cuando debes preocuparte.
Ahora mira qué le pasa a Charlie cuando descubre el Kill ‘Em All (1983), cuando sale con la americana molona de zebra, y lee mi bio, un poco más abajo.
Me acaba de venir a la mente otra que entraría en esta categoría, “The Burden of Being Wonderful”, de los grandes Steel Panther.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.
