Las 5 mejores canciones de Annihilator según… Science of Noise

Es imposible que te guste el heavy metal y no ames a Jeff Waters y a Annihilator. Banda que siempre mereció mejor suerte y que ha funcionado como un proyecto personal debido a la infinidad de gente que ha pasado por sus filas. La segunda ola de thrash metal trajo a un genio canadiense que es admirado y respetado por toda la escena. Velocidad de digitación y técnica exquisita que nos dio cuatro obras maestras en sus inicios y luego una trayectoria errática en la que también hay discos infumables. Pero Waters siempre tiene ese detalle de regalarnos algún nuevo clásico y es capaz de emocionarnos. Sus riffs marcados, veloces y coreables son la marca de fábrica.

Es complicado eso de elegir sólo cinco temas de toda su discografía y soy de esos que sería capaz de incluir en esta lista algún corte de su etapa con Dave Padden incluso o tener el detalle de recordar sus tiempos con el genial Joe Comeau. He podido verle en directo en infinidad de conciertos, incluso más allá de Annihilator y es un tipo divertido, afable y auténtico. Fue maravilloso hablar con él tras el show en Barcelona junto a Overkill con el loco de Randy Rampage (D.E.P.) en sus filas. Podía perfectamente hacer el TOP por mi mismo, pero la redacción de Science of Noise, siempre activa, ha querido participar. Esto es lo mejor para nosotros:

 

«Alison Hell» por Beto Lagarda

Álbum: Alice in Hell (1989)
Autores: John Bates y Jeff Waters

Primero voy a reconocer que, pese a que el thrash me inició en el mundo del metal, hay bandas a priori enormes que no han despertado mucho interés en mi. Overkill, Destruction, Death Angel, Exodus, Testament… incluso Annihilator.

He visto varios puñados de veces a todas ellas en directo, siempre de rebote. Siempre acabo tarareando algunos de sus temas por el fenómeno de la “simpatía”. Me puedo auto-considerar un “Felipe”, y no me importa. Pero si hay una canción de todas estas bandas que he citado que he escuchado decenas de veces esta sería “Alison Hell”. Y no sólo la versión original de Annihilator, me parece sublime la versión moderna de Cradle of Filth.

Quizás por ser la canción “menos thrash” de su catálogo le tengo más cariño. Los estribillos con vocecita afilada cantando “Alison Heeell, your mind begins to fold” me parecen de lo más bueno. El punteo inicial me flipa tanto como el orgasmo final. El riff principal con ese sonido ochentero que se funde en un punteo de guitarra me parece suculento. Incluso hay una sección semi teatral en el centro del corte que le aporta ese punto diferencial, a lo Alice Cooper. Ah, y por si alguien no se ha percatado, al final del tema hay el rugido de un león.

A modo de curiosidades. Originalmente las voces fueron a cargo de Dennis Dubeau pero la banda llegó a la conclusión de que su estilo no encajaba bien con lo que buscaban, finalmente Randy Rampage fue el escogido para interpretarla. Este fue el primer tema con voces de Randy, quien al terminar el disco decidió abandonar la banda para no perder su antigüedad laboral en los muelles de Vancouver. La carátula del disco fue inspirada en el esta canción y mezcla las películas de terror Poltergeist, The ExorcistAnnabelle. “Alison Hell” fue el primer tema de Annihilator con la discográfica Roadrunner.

En resumen, pese que Annihilator no son santo de mi devoción, admito que “Alison Hell” es uno de los temazos que dan sentido al thrash metal.


«Phantasmagoria» por Albert Vila

Álbum: Never, Neverland (1991)
Autor: Jeff Waters

Como me ha ocurrido con tantas y tantas bandas, llegué a los canadienses mucho más tarde de lo que debería haberlo hecho sobre el papel. Y es que a pesar de que durante mi adolescencia a mediados de los noventa me consideraba más fan del thrash que de ningún otro estilo y que adoraba a grupos como Slayer, Megadeth, Anthrax, Sepultura, Kreator, Nuclear Assault, Testament y un montonazo más, nunca me adentré en absoluto en el mundo de Annihilator. Claro que me sonaba su nombre, pero mi impresión prejuiciosa sobre ellos es que eran más jebiolada que otra cosa, y tal desinterés llegó hasta el punto que nunca jamás llegué a tener ni tan siquiera una sola cinta grabada de ellos. Qué cosas, ¿verdad?

A medida que pasaban los años, desaparecían mis manías y crecía la facilidad de acceso a todo tipo de música, claro, he querido pegarle un orejazo a casi todas esas bandas con las que siempre rehusé interactuar. Gracias a ello he encontrado auténticas maravillas (sobretodo en el mundo del hard rock) y, sobretodo, he hecho las paces con casi todo aquello a lo que le había puesto un sanbenito en su momento. Annihilator podría ser fácilmente una de esas bandas, de los que no os exagero si os digo que no escuché ni un solo tema hasta finales de la década pasada. Desde entonces, eso sí, y a pesar de que no me he convertido ni mucho menos en fan incondicional, los he visto tres o cuatro veces en directo y siempre me han gustado mucho, con un Jeff Waters demostrando ser uno de los tíos más talentosos, simpáticos y carismáticos de la escena thrash.

Al haber llegado a ellos tan y tan tarde, supongo que puedo decir que no estoy en absoluto mediatizado por lo que son los clásicos de la banda, así que he estado a un tris de escoger una canción para este top 5 que supongo que nadie habría escogido como es «Sixes and Sevens». El tercer corte de Never, Neverland, siempre me ha parecido muy divertido a pesar de ser un tema absolutamente menor en la trayectoria de la banda y de que hace casi 30 años que no lo tocan en directo. Pero como soy un tío entregado a la causa, decidí reescucharme un par de veces algunos de sus discos clásicos, y al final el tema que he visto claro que quería meter aquí ha sido «Phantasmagoria».

La octava pista de este mismo disco sí que es un tema con amplio recorrido en la trayectoria de la banda y uno de sus pilares básicos en sus directos desde que fue publicada en el lejano 1990. Y no me extraña, la verdad, porque se trata de todo un pepinaco de thrash metal veloz que supone un ejemplo perfecto del estilo característico de los de de Jeff Waters, con ese ritmo tan machacón y ese doble bombo tan marcado. El fantasmagórico estribillo, además, es uno de los más conocidos y coreable de toda su carrera, y en general se trata de un tema muy divertido y disfrutable de principio a fin y en todos sus matices.

Como detalle, Annihilator nunca ha sido una banda especialmente estable en cuando a formación, con Jeff como único miembro constante y hasta 36 componentes (ojillo) pasando por sus filas desde su fundación en 1984, la mayoría de ellos con poco más de un disco a sus espaldas. Eso viene a decir, por supuesto, que aquí Jeff es el que manda y que los demás son meros satélites. En este disco (el único) es Coburn Pharr el encargado de las voces y de dar su propia textura a algunos de los mayores clásicos de la historia de los canadienses, una banda sólida y monolítica como pocas que en directo son una garantía.


«Set the World on Fire» por Jordi Tàrrega

Álbum: Set the World on Fire (1993)
Autor: Jeff Waters

Un clásico desde su gestación muy a pesar de que todo el disco fue denostado desde que vio la luz. Waters quería seguir creciendo abarcando nuevos fans y eso implica hacer alguna concesión. Funcionó bastante bien en Europa y Asia, pero para nada en los Estados Unidos y Canadá y terminó por plantearse Waters el cerrar el chiringuito. El grunge amenazaba fuerte y tras dos discazos Jeff optó por Aaron Randall a las voces. Atención porque Mike Mangini estuvo tras muchas de las baterías… Vemos claro que los bailes de formación no ayudaron para nada a la lógica evolución del grupo. Para mucha gente estamos ante el mejor disco de Annihilator consiguiendo el balance perfecto entre thrash metal y hard rock accesible. Posiblemente la mezcla perfecta que consiguió Megadeth con Youthanasia.

El inicio deja más que claro de qué va esto con ese riff montado sobre el redoble de batería. Tiempos marcados con acentos y la base impecable de la guitarra de Waters a medio tiempo, huyendo de toda velocidad. Era el tema que daba nombre al disco y se grabó un videoclip así que os podéis imaginar las reacciones de la gente defraudada por no sonar a “Alison Hell”. Randall es un cantante cercano al heavy metal más tradicional y gracias a ello hay voces en el disco que Waters nunca podrá reproducir nunca en directo. A destacar esa guitarra chirriante que tanto juego da al tema en el estribillo, una de las genialidades de la pieza, que no la única. La cadencia del riff machacona y limpia es el otro gran logro. Al fin y al cabo, Annihilator son admirados y envidiados por esa cantidad de riffs inmortales. El interludio con acústica en el que parecen rebajar el pulso al tema, justo antes del solo, hizo que le saliera urticaria a más de uno.


«King of the Kill» por Jordi Tàrrega

Álbum: King of the Kill (1994)
Autor: Jeff Waters

Palabras mayores con esta canción y uno de los máximos logros de Annihilator. Este himno resume en gran parte lo que es el grupo y es muy a menudo el tema con el que se da apertura a los conciertos de la agrupación del divo Jeff Waters. Los canadienses venían de alucinar a toda la escena con dos maravillas del tamaño de Alison Hell y Never, Neverland pero los cambio de formación y un arriesgado intento de evolucionar y buscar terrenos más accesibles había hecho que naufragaran en Set the World on Fire. Es divertido ver las críticas a ese disco en su día, todas feroces. Con el tiempo esa obra es considerada por muchos como el mejor disco de Annihilator junto a su ópera prima.

No dejó pasar ni un año Waters para volver al ruedo y ofrecer algo más thrash para aplacar a sus decepcionados fans. La respuesta era el disco King of the Kill y nos situamos en pleno auge del grunge. A nivel creativo el grupo seguía a un nivel excepcional, pero sería algo atrevido hablar de banda como tal pues la cosa estaba bajo mínimos. Sólo estaba Jeff Waters junto al baterista Randy Black por lo que se marcó un Juan Palomo en toda regla. Prescindió de cantante un Jeff harto de las idas y venidas constantes. Puede que el primer tema “The Box” descolocara un poco por ser pausado, oscuro y muy acorde con los tiempos, pero la segunda píldora ya era el tema homónimo: “King of the Kill”. Impresionante demostración de técnica y de sacarle todo el partido posible a la pedalera.

King of the Kill” es un himno desde su génesis y posee todos los ingredientes que uno puede esperar del thrash como género. Personalmente tocaba este tema con batería en mi extinta y desastrosa banda Kronosfear. Los patrones de doble bombo son divertidísimos de tocar a pesar de la aparente sencillez de la composición. Velocidad, tempos marcados y la voz de Waters que funciona perfectamente muy a pesar de que estamos desde el rugido del león. “Yo mando en la jungla y lo hago con orgullo”. Mención aparte merece la portada con ese rey que te mira sobre el tablero desafiante con todas las piezas bancas abatidas. Por temas como este amamos a Annihilator.


«Sixes and Sevens» por Albert Vila

Álbum: Never, Neverland (1991)
Autor: Jeff Waters

Vaya, pues parece que al final si que vamos a incluir «Sixes and Sevens». El potencial autor del quinto tema de este top ha tenido un imprevisto logístico temporal, así que ha dejado un lugar vacante para ella. Y no por ser, de largo, el tema menos popular de este top entre los aficionados de la banda (y sus propios miembros) deja de ser un temazo divertido, bailable e incontestable como ya hemos comentado más arriba.

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