Hamlet, una banda veterana que las ha visto de todos los colores. Ahora, con el lanzamiento de Berlin (2018) y, la correspondiente gira de presentación, están viviendo una segunda juventud.
Aprovechando su inminente visita a Barcelona, en la redacción de Science of Noise, nos liamos la manta a la cabeza y unos cuantos redactores, nos propusimos hacer un Top 5 de su tremendo repertorio. ¿Caerá alguno de estos temas el próximo sábado en la Sala Razzmatazz 2? La respuesta solo la tienen Molly y sus compañeros…
«Irracional» por Joan Calderon
Álbum: Sanatorio de Muñecos (1994)
Autores: José Luis Molinero Fernández y Luis Tárraga
Me ha resultado difícil encontrar un único tema de Hamlet merecedor de estar en un Top 5. Hay tantas que podrían estar, desde mi punto de vista… “Límitate”, “Quien cree que Raquel se suicidó”, “J.F.”, “Denuncio a Dios” … En fin, un sinfín de temazos con groove, algún significado personal, algún bailoteo improvisado… Finalmente, me he decantado por “Irracional” de su disco Sanatorio de Muñecos (1994).
Corría el año 94, el metal internacional se abría a nuevos sonidos. Quizá ya se habían abierto, pero en ese momento una banda estaba revolucionando el panorama: Pantera. En cuestión de popularidad crecían de forma progresiva y disco a disco. Era cuestión de tiempo que en el ámbito estatal eso sucediera. Y sucedió. Hamlet adoptó esa nueva manera de interpretar el heavy metal. Sonaba en la radio La hora del Pirata (o como se llamara el programa…) y ¡Boooom! Estrenaban el nuevo disco de los madrileños. Quedé desarmado. Loco. Extasiado.
Primer corte del disco, empieza con un riff impresionante, rabia, groove, potencia. Cabezas implosionando. Molly inicia su homilía de manera sincopada y se va desgañitando progresivamente de manera coordinada con la línea de bajo que sustenta el tema. Aún hoy se me ponen los pelos de punta. Un temarral, que provoca la locura del personal en sus bolos.
El metal ibérico nunca sería igual, y yo había descubierto una banda a la que seguir siempre.
¡IRRACIOOONAAAAAAL!
«J.F.» por Dídac Olivé
Álbum: Revolución 12.111 (1996)
Autor: Luis Tárraga
Cuando desde redacción se dijo quién de nosotros se apuntaba a un Top 5 de Hamlet, la idea me gustaba, aunque no me sentía suficientemente preparado, al ser bastante desconocedor del grupo. Pero cuando vi que nadie escogía esta canción, entonces pensé: este es mi momento. Y es que Hamlet es un grupo que nunca he seguido de cerca, pero hubo un momento en que hizo una irrupción de tal magnitud en nuestro país, que prácticamente cualquier seguidor que se preciara del mundo del metal, supo quién eran estos madrileños. Y estoy seguro de que hay bastante gente que se identificará conmigo, y es que “J.F.” la “bailó” muchísima gente, independientemente del género que le gustase.
Aunque el disco salió en el 1996, en mi caso no fue hasta el 1997 cuando vino un colega al local que teníamos y se nos presentó con este discazo, eran tiempos en que muchos grupos se conocían con el boca a boca y este no fue una excepción. Fue escuchar Revolución 12.111 e hipnotizarnos con él, sobre todo con la canción que hablo. Aunque el estilo no se acababa de adaptar a lo que me gustaba, con un punto demasiado rapero de metal alternativo con toques nu metal (la batería de Paco Sánchez ayudaba con ese sonido tan metálico o de chapa, por así decirlo) pero la canción supuraba rabia por todos los lados, con su letra tan explícita y como vomitaba J. Molly el “¡Jodido facha!”. Salió en un momento crucial, donde se pedía ¡basta! Y es que era el hecho de decir basta a la corrupción, basta al racismo, basta al fascismo, cosas que aún por desgracia estamos batallando. De hecho, todo este Revolución 12.111 (1996) era con letra muy crítica (cosa que han perdido con los años), y el álbum tiene más excelentes temas como “Habitación 106″, sólo por poner la primera que me viene a la mente. Pero hoy solo toca hablar de “J.F.”. Musicalmente como he dicho hay mucha rabia y fuerza, como con Pantera, grupo al que mucha gente comparaba, y sí, quizá tenía sus toques, pero distaba mucho de serlo. Viendo el video y fijándote en el cantante José Molinero, más conocido como J. Molly o el guitarra Luis Tárraga, por ejemplo, con sus vestimentas, las gafas, con camisetas extra largas y el nombre de Deftones, se ve por donde vienen más las influencias.
Por cierto, a parte de ser el álbum (y la canción) que los catapultó al éxito, “J.F.” significó también su primer video clip. Y también con Revolución 12.111 fue el primer trabajo editado por el mítico sello Zero Records después de que la discográfica que estaba con Hamlet lo dejara, ¡vaya ojo eh! Posteriormente por Records (actualmente ya extinguida) pasaron grupos como Sôber, MCD, Barricada y un largo etcétera.
En fin, poco más puedo decir sobre esta canción que pasados 20 años, aún recuerdo perfectamente la letra como si fuera ayer, o como la cantábamos en el local mientras dábamos patadas “al aire”. Y es que fue una de las grandes sorpresas de los noventa. Pegadiza y directa a la yugular. ¿Qué más se puede pedir a una canción?
«El color de los pañuelos» por Abel Marín
Álbum: Revolución 12.111 (1996)
Autor: Luis Tárraga
5 minutos y 26 segundos de intensidad contenida en la que el destacado e inquietante bajo de Augusto marca la lenta progresión de la canción mientras que Molly susurra la trágica historia hasta explotar y desgarrarse justo en el minuto 3 y diez segundos hasta finalizar de nuevo con el marcado y lento bajo.
El color de los pañuelos es la sexta canción de un espectacular Revolución 12.111 (1996), tercer disco de la banda madrileña en la que ya se marca una evolución, alejándose poco a poco de la influencia Pantera, en la que los sonidos del nuevo metal americano de la época estaban en plenitud. Pocas bandas nacionales de la época habían conseguido destacar ese sonido, huyendo del clasicismo Heavy Rock de la capital y que se aprecia claramente en su debut Peligroso (1992).
Conocí a Hamlet a raíz de su Sanatorio de Muñecos (1994), CD que me costó encontrar en su época y que guardo como oro en paño. Aquí rompieron completamente con el pasado acercándose al sonido de los texanos anteriormente mencionados.
Pero el cambio radical y mi adicción en aquella época lo hicieron con uno de sus mejores discos, Revolución 12.111, marcando el camino a seguir. Fue aquí cuando pude verlos por primera vez en un concierto gratuito en Viladecans.
Después de la salida de su primer single «J.F.» (Jodido Facha) se enfrentaron a la censura de las radio fórmulas, en aquellos maravillosos años en los que podíamos ver algún que otro grupo metalero en las lista de éxitos y programas musicales de la televisión.
De este disco destaco especialmente «El color de los pañuelos» porque siempre ha sido una canción que me ha puesto especialmente tenso (totalmente alejado del significado sexual), pues esa rabia contenida me remueve por dentro.
Es la cruda descripción de la iniciación y los remordimientos de un miembro de banda callejera de Los Ángeles. Absurdas guerras territoriales por el control de las calles. Como decía, Molly susurra en primera persona la iniciación para entrar en la banda mientras va desgarrando la voz cada vez que el protagonista se arrepiente de su situación viendo las consecuencias de tan absurda guerra. La intensidad de la música va marcada por el bajo aumentando la tensión y el peso de la música antes del estribillo, desatando la tensión contenida a media canción en la que Molly grita agónicamente el dolor expresado en la historia.
Seguramente hay y habrán mejores canciones, pero que después de 23 años (¿tantos ya?) aún siga transmitiéndome las mismas sensaciones que entonces dice mucho de ella. Así que si hace mucho tiempo que no reproducíais aquella época ya tardáis en ir a por el CD. Eso sí, después de leeros todo el artículo que hemos preparado.
¡Salud y heavy metal!
«Tu Medicina» por Rubén de Haro
Álbum: Insomnio (1998)
Autores: José Luis Molinero Fernández y Luis Tárraga
Llevamos con esto de los Top 5 un tiempecito ya, y creo que nunca lo había tenido tan claro como lo tengo en esta ocasión.
Hamlet, esa banda en la que no existe el término medio: o les amas… o les detestas. Yo, sinceramente, no sabría posicionarme en ninguno de los dos bandos. Existen unos cuantos lunares en su haber, pero les amo (por encima de todo y de todos) por álbumes como Sanatorio de muñecos (1994), Revolución 12.111 (1996) o el que aquí nos ocupa, el que creo que es su mejor trabajo hasta la fecha, Insomnio (1998).
¡Trallazo de trabajo, joder! Lo que más me gusta de este álbum es que, con el paso de los años, como el buen vino, ha envejecido de putísima madre, y suena igual de fresco que hace 20 años. Dicen por ahí que el opener, la canción que abre un trabajo, te ha de entrar si o sí para seguir adelante y no desechar un trabajo así, de buenas a primeras, y “Tortura-Visión” cumple con este cometido a las mil maravillas. También hay quien dice que no importa si la pista primera no es 100% bombástica, pues la segunda pista es la buena, ya que es la que afianza tu confianza en un trabajo y, señoras y señores, aquí es donde entra en juego la mejor canción que jamás hayan parido los madrileños, “Tu Medicina”.
La cosa empieza entre una calma chicha que te hace prever que eso no puede más que tirar pa’rriba hasta reventarte el puto cráneo… y, efectivamente, así es. Una línea de bajo a cargo de Augusto Hernández de ponerse palote, acompañada por un simple pero efectivo ritmo de batería de otro infalible, el gran Paco Sánchez (un señor que toca la batería pero que no parece batería), nos traen, entre susurros medio rapeados, la voz de J. Molly, como siempre, poniendo a cada uno en su sitio. La canción va subiendo de intensidad a medida que avanza el reloj, y de ello se encarga su guitarra solista, Luis Tárraga, cuyas seis cuerdas se ocupan de dibujar un riff que, tras un minuto de canción, convierte, lo que era un medio tiempo, en todo un trallazo hardcore de esos de partirle la boca a alguien… porqué sí. El tan tararan tarananana de la guitarra se te mete en la cabeza a medida que el Sr. Molinero se desgañita a base de…
“¡Prueba de tu medicina!»
Tema que roza peligrosamente la perfección.
«7 historias diferentes» por Beto Lagarda
Álbum: La puta y el diablo (2009)
Autores: Alberto Marín, José Luis Molinero Fernández y Luis Tárraga
Primero, debo aclarar que soy fan de las segunda etapa de Hamlet, si es que hay una división de etapas, la cual dato en 2006, tras los regulares Syberia (2005) y Pura vida (2006). Viajamos ahora a 2009 con el trabajo titulado La puta y el diablo, el álbum en el que Hamlet resurge -cual Ave Fénix- y nos regalan un álbum duro, intenso, inteligente y, sobre todo, metalero.
Ese fue su trabajo más técnico hasta la fecha, un trabajo en el que la potencia es la base en la que asientan sus riffs, las camaleónicas voces de Molly, y hasta se vierte algún solo de Tárraga (Hamlet no destacaba por fabricar solos). A comentar también que se trata del primer álbum bajo el auspicio de Roadrunner Records.
«7 historias diferentes» es uno de los mejores temas del disco, un corte de algo más de cinco minutos en el que los entrecortados y originales riffs de Tárraga sorprenden a todo oyente, las voces de Molly se superan en todas sus facetas y el estribillo es exquisito. También, debo añadir, que es el primer tema en el que el nuevo guitarrista, Alberto Marín, juega un papel importante en la composición del tema.