Lo malo de las bandas de death metal técnico es que, en muchas ocasiones, a uno le resulta muy, pero que muy difícil distinguir entre una canción y otra… y The Faceless no son una excepción. Aún así, y tras empaparme a base de bien de su obra, creo haber dado con mis canciones favoritas. ¿Qué opináis?
«An Autopsy»
Álbum: Akeldama (2006)
Autores: Derek Rydquist,Michael Keene, Steve Jones, Brandon Giffin, Michael Sherer y Nick Pierce
Es, básicamente, la canción que te da una idea de qué esperar del álbum y, posiblemente, de la banda en sí: ritmaco y riffs geniales a la par que complejos. La canción comienza con la batería y te sitúa en un entorno que te deja esperando aún más. A medida que las voces entran, te das cuenta de que te espera un viaje serio a lo largo de todo el álbum. Un poco más adelante, cosa que se repite en más de una ocasión a lo largo de todo el álbum, te encuentras con todo un abanico de estilos que vienen a mostrar (y demostrar) que estos músicos tienen influencias del deathcore, lo que le da un poco de sabor pero no agrega nada significativo y/o serio a la canción. El estilo vocal se divide entre gruñidos de la muerte y un sonido brutal, de gran alcance, bastante poco comunes para un álbum así. Batería trepidante y riffs apoteósicos. De eso va exactamente «An Autopsy».
«The Ancient Covenant»
Álbum: Planetary Duality (2008)
Autores: Derek Rydquist, Michael Keene, Steve Jones, Brandon Giffin y Lyle Cooper
Al parecer, esta canción trata sobre la integración de extraterrestres o seres de mayor poder (antiguos) y seres humanos. Sobre un posible trato entre ambas razas que permitía a los primeros venir a visitar la Tierra y reproducirse con nosotros, los humanos, creando así una raza completamente diferente de seres extremadamente inteligentes.
«The Ancient Covenant» se abre con un genial barrido (sweep) de bajo que te deja boquiabierto y luego se lanza a gran velocidad hacía un épico final en el que los alienígenas anteriormente mencionados son los protagonistas. Lamentablemente, es uno de los único momentos en los que los bajos brillan a lo largo de todo el álbum. Aún así, el bajo, cuando realmente te llega, lo hace en bastantes más ocasiones que en muchas otras obras de bandas actuales de death metal. El trabajo del bajista Brandon Giffin es bastante técnico y complementa muy bien a las guitarras, pero a veces se ahoga entre los otros instrumentos. Como sucede con la mayoría de las bandas, desearía que el bajo estuviera un poco más presente, cosa que sí sucede en diversos pasajes de su más reciente publicación, In Becoming A Ghost (2017), para poder «cortar» mejor la mezcla. Los únicos aspectos más destacados del bajo son ese épico barrido inicial y la sección jazzy de otro de los temazos incluidos en este mismo álbum, «XenoChrist».
«Pestilence»
Álbum: Akeldama (2006)
Autores: Derek Rydquist,Michael Keene, Steve Jones, Brandon Giffin, Michael Sherer y Nick Pierce
Esta canción describe una inexplicable plaga que golpea a nuestro mundo, matando todo a su paso, arrasando con todo y a todos. La gente pierde la racionalidad y se instala el más caótico de los caos, en lo que podría incluso ser una referencia, un guiño, a la peste negra, a la pandemia de peste más devastadora en la historia de la humanidad que afectó a Europa en el siglo XIV. O no.
Las voces en este álbum son excelentes; no suenan ni débiles ni cansadas. Derek Rydquist nos ofrece un gran rango de ellas, potentes y sólidas, que hablan por sí mismas. Sus altibajos son muy buenos y nunca me canso de ellos. Incluso, en este álbum, la banda parece asemejarse a gigantes del género como Necrophagist o Cynic , dejando un poco a un lado a bandas más deathcore, como pueden ser Whitechapel o los primeros Suicide Silence. Por otro lado, las voces limpias, a cargo de Michael Keene, son una buena adición a la música y realmente me mola mucho el contraste con los guturales de Rydquist. Los riffs de esta bestia son absolutamente aplastantes. Son increíblemente pesados, pero el aspecto técnico definitivamente está ahí, claramente en contacto con sus influencias más progresivas.
«Pestilence» es, probablemente, mi pista favorita de las ocho que conforman el álbum.
«Prison Born»
Álbum: Planetary Duality (2008)
Autores: Derek Rydquist, Michael Keene, Steve Jones, Brandon Giffin y Lyle Cooper
El álbum comienza con «Prison Born», que es, a mi entender, la mejor de sus canciones de presentación/apertura. Solo dura dos minutos pero, a lo largo de estos ciento veinte segundos, se acumula gran cantidad de trituración, de destrucción, y hasta un solo de bastante buen gusto. El oyente se ve avasallado por toda una serie de redobles de batería realmente retorcidos, de unos punteos de guitarra ultra rápidos, de saltos del prog al death como si no hubiera un mañana y por mezcla de voces brutales y robóticas. Y todo esto se repite una y otra vez a través de casi todas las pistas, dando al álbum una sensación muy unificada.
Para mí, el álbum gana muchos enteros gracias al impulso inmediato que supone «Prison Born»; es una intro frenética y abrumadora que establece los estándares y el ambiente para el resto del álbum. Combina esto con un intrigante ambiente de ciencia ficción, un fascinante art y tenéis ante vosotros el mejor álbum death metal técnico del año 2008.
Ojo, que tampoco hubiera pasado nada si el tema hubiera durado un par de minutillos más…
«All Dark Graves»
Álbum: Akeldama (2006)
Autores: Derek Rydquist,Michael Keene, Steve Jones, Brandon Giffin, Michael Sherer y Nick Pierce
Todas las canciones incluidas en el álbum son memorables, pero en especial «All Dark Graves» se me ha quedado ahí, grabada a fuego. La mejor canción del álbum tiene que ser la primera por lo memorable que es, pero la atmósfera general del álbum se mantiene durante la media hora que dura y rara vez te permite descansar.
«All Dark Graves» es una canción rápida con un sonido único. Comienza a ritmo lento y luego, de la nada, cambia completamente gracias a ese descanso suave a partir del minuto y medio que te prepara para algunos riffs muy técnicos que llenan la segunda mitad de la canción. La canción termina con un riff del tipo «chug chug». Jones y Keene son dos guitarristas increíbles. Desde los riffs hasta los barridos que vuelan por todas partes, vemos que lo pueden tocar TODO. Los riffs progresivos, especialmente en «All Dark Graves» y la canción principal («Akeldama»), son míticos. ¡Bravo!
«Autotheist Movement I: Create»
Álbum: Autotheism (2012)
Autores: Geoff Ficco, Michael Keene, Wes Hauch, Evan Brewer y Lyle Cooper
La auto-adoración es una manera injustamente simple de describir esta pieza. Es pérdida de fe. Asimilar y hacer entender al resto de que uno es Dios es incluso peor que el ateísmo porque, la realidad es que cada uno de nosotros somos nuestro propio Dios. Reivindicarse a uno mismo como Dios requiere de una gran responsabilidad… de la que la Humanidad carece.
Autotheism se abre con su canción principal, que comprende tres movimientos: «Create», «Emancipate» y «Deconsecrate» y los tres son absolutamente perfectos. El primero de ellos es un viaje sónico para la contemplación. Se puede notar que las voces limpias son mucho más prominentes que en álbumes anteriores. Mucha gente tiene un problema con la prevalencia o ejecución de las voces limpias, pero no me molesta para nada ese tonito a lo Opeth. El tema establece un comienzo lento y melódico, con un piano suave, que se rompe con el inicio de «Emancipate», el segundo de los movimientos, que cambia enormemente a lo largo de sus más de siete minutos de duración. «Autotheist Movement I: Create», en mi opinión, es el tema en toda la carrera de The Faceless en el que mejor uso hacen de las voces limpias de Keene.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.