En el mundo del Séptimo Arte hay de todo un poco, si bien lo que más abunda son películas mediocres. Pero por muy mala que sea una película, siempre hay algo que puede salvar sus muebles: su banda sonora.
Ejemplos hay a patadas, y seguro que si os paráis a pensar, os vendrán a la mente bandas sonoras enromes de películas míticas. ¿Pero qué sucede cuando la película es algo así como un mojón del tamaño de un crío de seis años de grande? ¿Visteis antes la peli y descubristeis que la música no estaba nada mal, u os aventurasteis a ver la película tras escuchar su banda sonora?
Freddy vs. Jason (2003) es un claro ejemplo de esto que os digo, si bien yo me he decantado por estos cinco ejemplos + bonus track, elección basada únicamente en mi personal gusto musical.
«Mi matadero clandestino (Big Station)»
Artista: Los Piratas
Álbum: Manual para los fieles (1997) / B.S.O. Batman & Robin (1997)
Autor: Iván Ferreiro
Sinopsis – Arnold Schwarzenegger se mete en la piel de Mr. Freeze, el gélido malote de la peli que planea tomar como rehén a Gotham City congelando la ciudad en un invierno permanente, algo que me encantaría que hiciera con Barcelona estos días; el sudor me empaña la vista. Mientras tanto, una seductora nueva villana, Poison Ivy (Uma Thurman), parece causar una grieta en la relación amorosa entre Batman (George Clooney, el peor Hombre Murciélago de la historia) y Robin (Chris O’Donnell). Mientras todo esto sucede, el fiel mayordomo Alfred (Michael Gough) está apunto de palmarla, con tan mala fortuna que solo Mr. Freeze tiene la llave para salvar su vida. Y a todo esto, también revolotea por ahí Batgirl (Alicia Silverstone), que no sé exactamente qué coño pinta en la cinta, la verdad.
Lo que comenzó siendo una franquicia espectacular gracias a las dos primeras películas dirigidas por Tim Burton, se salió un poco de madre con la llegada de Batman Forever (1995), y la cosa empeoró -y de qué manera- con esta Batman & Robin, mojón infumable casi imposible de ver. me provoca una enorme carcajada ver al bueno del Chuache enfundado en papel de aluminio tratando de resultar graciosete. Su actuación es tan penosa e insoportable que despierta en mí una enorme ternura. La franquicia de Batman pasa, por culpa de esta cinta, de la oscuridad a la luz, echando a perder el biuen trabajo llevado a cabo años antes por Tim Burton, Michael Keaton, Jack Nicholson y Danny DeVito, entre otr@s, lo que me parte el alma.
La canción – Los Piratas, banda viguesa de rock liderada por Iván Ferreiro, venía de recoger las miles del éxito cosechado con su anterior trabajo, Poligamia (1995), álbum en el que aparece el que quizá sea su tema más conocido: “Promesas que no valen nada”.
Para su próximo disco, Manual para los fieles (1997), la banda decidió dar un paso más allá en su carrera musical y llevar la cosa a otro nivel, y vaya si lo lograron. El tono popi tan característico de sus anteriores trabajos, da paso a un estilo mucho más rockero en el que la banda parece sentirse mucho más cómoda. Estamos ante su madurez como banda, y para celebrarlo publican a través de Warner Music un puñado de temarrales -tan ambiciosos como irresistibles-, los mejores dentro de su carrera. El peso de las guitarras se entremezcla con algunas bases electrónicas que pasarían a ser marca de la casa a partir de entonces.
La canción más impactante y directa del disco es “Mi matadero clandestino”, tema que su productora se las arregló para colar en la versión española de la película Batman & Robin. Otro tema de este mismo trabajo, «M», también aparece en otra banda sonora, la de Mensaka (1998). «Mi matadero clandestino» está llena de guitarras poderosas, una deliciosa linea de bajo, dobles voces y versos que se entrelazan y atropellan, con una enigmática letra y un estribillo que marca el momento más hard del grupo hasta la fecha (y posiblemente también hasta su separación).
«Tango»
Artista: Hora Zulú
Álbum: Me duele la boca de decirlo (2002) / B.S.O. Slam (2003)
Autores: Aitor Velázquez, Paco Luque, Álex Bedmar y Javier Cordovilla
Sinopsis – Toño (Iván Hermés) es un capullo periodista de medio pelo de Madrid que decide ir a un festival de Almería -una especie de FIB– para entrevistar a Slam, una vieja gloria del rock que no ha sido entrevistada en años, para mantener su trabajo y restregárselo a Oliver (Octavi Pujades), otro periodista igual de capullo pero más pijo. Unos colegas se unen a la aventura, que está salpicada por un tufillo machista machirulo que tira patrás cosa mala, pues notas que, lejos de estar interesado en la entrevista, lo que busca es pillar cacho sea como sea.
Esta es, poco más o menos, una versión castiza y casposa de la típica comedia estadounidense de adolescentes con un roadtrip de por medio. Ni los actores ni la dirección son buenos, y la historia es totalmente absurda. Lo peor que le puede pasar a la Humanidad es que una serie tenga éxito en Telecinco y que el productor de turno decida que es bueno pillar a algunos de esos actores y ponerlos en la gran pantalla, peti qui peti. Esta mierda es un claro ejemplo de ello.
La canción – Desde la tierra de la mala follá, Hora Zulú nos regalaban su enorme disco debut, Me duele la boca de decirlo (2002), uno de esos trabajos en los que no hay ni un solo tema malo. La verdad es que no recuerdo un álbum debut de una banda nacional tan redondo como este, al menos en los últimos 20 años.
Tras la inicial y célebre «Agua de mayo», y justo antes de la apoteósica «Andaluz de nacimiento», tenemos «Tango», uno de sus temas más guitarreros y pegadizos. Todo un clásico en sus directos. Sobre una base rítmica bien definida, y tras unos scratches iniciales, llegamos a un estribillo antológico. Y ese final:
«Cada vez más gordo, cada vez más sordo…»
Esta banda no se está de nada. Lo tocan todo y lo bordan, desde el rap al flamenco, pasando por el rock, punk y metal. Rap metal andaluz as its finest!
Por cierto, en esta misma sonora también encontramos otros dos temarrales como son «Abre tu Sonrisa» de Sugarless , primera banda de funk metal de Huecco, y «Enchufa el Patch» de los enormes Super Skunk, aunque no salgan en el recopilatorio que Subterfuge Records editara en su día.
«Samuel Jackson»
Artista: Hot Action Cop
Álbum: B.S.O. S.W.A.T. (2003)
Autores: Rob Werthner y Barry De Vorzon
Sinopsis – El oficial Jim Street (Colin Farrell) y su junto compañero Brian Gamble (Jeremy Renner) deciden que es una brillante idea desobedecer las órdenes de su superior y abandonan su posición durante un secuestro. Total, que tratan de hacerse los chulitos y salvar a un rehén, que finalmente casi la palma. Pero si los S.W.A.T. no tuvieran suficiente con estos dos ineptos, entra en escena el capitán de la unidad, mucho más preocupado por cómo esa cagada del rehén le afectará políticamente, y de ahí que decida sacrificar a sus subordinados. Gamble renuncia, pero para Street, ser madero es su su puta vida y acepta ser degradado, esperando algún día tener la oportunidad de redimirse y volver a enfundarse de nuevo el uniforme de S.W.A.T.. Y, oh sorpresa, esa oportunidad le llega cuando el comandante del equipo Dan «Hondo» Harrelson (interpretado por el puto Samuel L. Jackson) es asignado para reclutar y entrenar a cinco oficiales de primer nivel para una nueva unidad. Después de semanas de seguir un entrenamiento físico riguroso, el nuevo equipo se pone inmediatamente en acción cuando Alex Montel (Olivier Martínez), un conocido narcotraficante, ofrece una recompensa de $100 millones a cualquiera que pueda liberarlo de la custodia policial. Mientras escoltan al capo de Los Ángeles para entregárselo a los federales, los S.W.A.T. son perseguidos por una despiadada banda de malotes mercenarios.
Estamos ante otro claro ejemplo del empecinamiento de Hollywood por ganar dinero a expensas de un gran espectáculo vacío de contenido y sin chicha. Empezaron en los años 90 a destrozar clásicos, ya sea a través de nefastos e innecesarios remakes con el mismo título o, sabiendo que eran mojones malos de cojones, cambiándoles el título. La mayoría de las secuelas han sido tan malas que no vale la pena mencionarlas y mucho menos verlas. Los productores de esta cinta -entre ellos, Neal H. Moritz, quien también está detrás de The Fast and the Furious (2001) o de los bodrios de terror teenager I Know What You Did Last Summer (1997) y Urban Legend (1998)- decidieron que era un plan genial engañar a la peña a través del uso de grandes nombres a merced de un guión pobre y vacío de contenido que dependía al 100% de las escenas de acción.
Si te va este rollo, mejor céntrate en Los Hombres de Paco (2005), que ahí sí que no intentan engañar al espectador.
La canción – Hot Action Cop nunca llegaron a despuntar como quizá deberían haberlo hecho, y se quedaron siendo una banda más de rock alternativo del nuevo milenio. La verdad es que en aquellos años eran difícil competir con bandas como Limp Bizkit o Linkin Park. Tras asentar su estilo en su EP Nutbag (2002), la banda publicó su primer y homónimo álbum de estudio en 2003, un trabajo repleto de un estilo eminentemente funky pero agresivo. No volverían a grabar otro trabajo completo hasta 10 años más tarde.
Su debut está plagado de ritmos súper pegadizos, como «Doom Boom», «Don’t Want Her to Stay» o «Fever for the Flava», tema este último que apareció en muchas películas y series de la época. Aprovechando el tirón, su vocalista Rob Werthner escribió la canción principal para la banda sonora de la película S.W.A.T., que no es más que una adaptación muy, pero que muy libre de «Theme from S.W.A.T.«, tema musical de apertura de la serie de televisión estadounidense de los años 70 S.W.A.T. escrito por el compositor Barry De Vorzon.
Lo que hace la banda con el tema es, básicamente, tomar su melodía principal y adaptarla a su ritmo funk metal contagioso, todo ello aderezado con una letra homenaje al gran Samuel L. Jackson, uno de los protagonistas de la película e ícono entre los íconos del cine de acción.
¿Y a ti, no te gustaría marcarte una farra con él?
«Look’s like it’s hot action
Jammin’ wit Samuel L. Jackson.»
«You Know What You Are?»
Artista: Nine Inch Nails
Álbum: With Teeth (2005) / B.S.O. Doom (2005)
Autores: Trent Reznor
Sinopsis – Investigadores ineptos en Marte, ¿qué puede salir mal? Toda la investigación ha cesado. La comunicación ha fallado y los mensajes que llegan son para echarse a llorar y cortarse las venas. Es una cuarentena de nivel 5 (spoiler alert) y las únicas almas que pueden entrar o salir son una especia de marines de élite armados hasta los dientes con suficiente poder de fuego para neutralizar al enemigo… o eso creen. Al mando está la estrella de la WWE Dwayne «The Rock» Johnson, que se pasa toda la peli alzando la ceja y pegando tiros.
Nunca he sido fan de los videojuegos, pero me da a mí que Doom no va de esto. Esto película es simplemente terrible, pues a alguien se le pasó por la cabeza que sería una brillante idea cambiar el concepto original e interesante que se les entregó y cambiaron la trama por la de un virus chungo… ¡originalidad al poder! Las actuaciones son insípidas, el guión es tedioso, es cursi más allá de lo creíble y lo único medianamente heredado del videojuego -original de 1993- es alguna que otra escena en first-person shooter (FPS). El objetivo de los productores estaba meridianamente claro: sacar pasta a merced del rotundo éxito cosechado en el pasado por el videojuego. Está claro que tenían sus propias ideas y no les importaba lo que los fans querían.
La canción – En mi opinión, Trent Reznor es uno de los pocos músicos capaces de crear canciones realmente atractivas e interesantes a partir de una gran variedad de sonidos, ya sean instrumentales, electrónicos, vocales o a partir de cualquier otra cosa. El tipo puede superponer capas y más capas de un número infinito de sonidos, uno sobre el otro, y hacer que trabajen juntos para crear una pieza de música gigantesca y, por lo general, siempre perfecta. Es, en definitiva, uno de los compositores más completos que existen en la actualidad. Por otro lado, también es capaz de crear algunas de las canciones más bellas e intrigantes que he escuchado con solo unos simples acordes de piano y su propia y seductora voz. Lo asombroso y único de Trent Reznor radica en su capacidad para lograr estos dos extremos: complejidad inteligente y sorprendente, y simplicidad efectiva. Opino que tal habilidad es rara en la actualidad, y creo que su álbum de 2005, With Teeth, demuestra y ejemplifica su enorme talento.
Cuando Nine Inch Nails publicaron With Teeth, Reznor estaba siendo golpeado tanto por el alcohol como por las drogas. Creo que este disco marcó un punto de inflexión en la carrera de la banda, en el sentido que ya habían hecho todo lo que se les suponía: ellos ya venían de definir las bases de un género como el metal industrial. Si bien With Teeth todavía contiene lo que a mí me gusta definir como «elementos de terrorismo sonoro», aquí encontramos algunos de los temas más accesibles y «alegres» que Reznor jamás haya creado.
La primera evidencia de ese «buen rollito» es la inicial «All the Love in the World», pero una vez finaliza, encontramos eso que os decía en el anterior párrafo. «You Know What You Are?» es un claro ejemplo que viene a demostrar que la banda no desea dejar de lado su punch más salvaje. El ritmo inicial de batería suena como si de las aspas giratorias de un helicóptero de combate se tratara. Y esas líneas de sintetizador… y esos coros explosivos enmarcan los gritos de Reznor. Uno de los mejores temas de su carrera, sin duda.
Doom, vaya puta mierda de película, pero qué gran banda sonora, que también cuenta con los servicios de Ringside, un tipo conocido por sus temas de entrada compuestos para varias estrellas de la WWE (The Rock fue uno de ellos), y con «Switchback» de Celldweller, tema solo utilizado en el trailer, pero que también podemos encontrar en películas como Halloween: Resurrection (2002), Spider-Man 2 (2004) o xXx: State of the Union (2005).
«Fades Like a Photograph»
Artista: Filter
Álbum: The Trouble with Angels (2010) / B.S.O. 2012 (2009)
Autores: Richard Patrick, Harald Kloser y Thomas Wanker
El geólogo Adrian Helmsley (Chiwetel Ejiofor) encuentra información que muestra que el mundo llegará a su fin en el año 2012. No se hace ningún anuncio, pero los países del G8 comienzan a prepararse para lo que se antoja como una orgía de proporciones bíblicas de tormentas, maremotos y terremotos a nivel mundial. Jackson Curtis (John Cusack) es un escritor divorciado y poco exitoso. Durante un viaje con sus hijos al Parque de Yosemite, conoce a Charlie Frost (Woody Harrelson), quien predica que el fin del mundo está muy, pero que muy cerca. Una serie de eventos lleva a Curtis a creer al majadero de Frost y con su familia, se dirige a China, donde los países industrializados han estado trabajando en una respuesta a tan inminente sucesión de desastres naturales.
La historia de Hollywood está ligada a toda una larga serie de películas sobre desastres naturales. Las mejores de estas cintas combinan suspense con efectos especiales de vanguardia para mantener la adrenalina del espectador en aumento, mientras que las peores combinan CGI de risa con personajes superficiales cuyas muertes, lejos de afectarte, te llenan de satisfacción y regocijo. Si te atreves a ver esta parodia de película, es posible que, por momentos, te veas en la situación de estar riéndote histéricamente de cosas, y esto es importante, que no estaban destinadas a ser divertidas. Si esto es lo que te mola, esta es tu película. Mi consejo es que no pagues por verla, y que si has de verla, que sea en un pantallote 4K para apreciar aún mejor la magnitud de la tragedia… tragedia, por cierto, orquestada por el director Roland Emmerich, el mismo que nos trajo Independence Day (1996) y 10.000 (2008). ¡Joder, con lo que mola Universal Soldier (1992), que también es suya! ¿Jean-Claude Van Damme y Dolph Lundgren pegándose tollinas con «Body Count’s in the House» de Body Count de fondo? Shut up and take my money!
Spoiler alert: ni en el 2012 se acabó el mundo ni en el 2015 los coches volaban…
La canción – ¿Alguna vez te has parado a pensar que una canción te suena de algo pero que no la recuerdas exactamente así? Pues eso es lo que me sucedió cuando me tragué 2012 y vi los créditos finales… ¿porque vosotr@s os quedáis siempre hasta el final, no? No, más que nada lo digo porque si no no sabréis de los que estoy hablando, pues este temarral de Filter solo sale al final de los créditos finales, justo después de tener que tragarte «Time for Miracles» de Adam Lambert, actual vocalista de lo que queda de Queen.
Pues lo que os decía. Algo no me cuadraba, pues no recodaba el tema exactamente así, y el motivo es porque la banda lo adaptó para la película, cosa que carece de sentido teniendo en cuenta que solo aparece en los créditos finales, pero bueno. El cambio lo encontramos en el estribillo que en mi opinión al de la original le falta algo de chicha; el de 2012 es bastante más guitarrero. Sea como fuere, la versión de 2012 es mejor que la original, incluida en su álbum de 2010 The Trouble with Angels.
El tema rezuma ese aire místico/salvaje que encontramos en casi toda la discografía de Cleveland. The Trouble with Angels puede describirse como una combinación cuasi perfecta de dod álbumes tan enormes como son Short Bus (1995) (¡se me pasó por completo su 25º Aniversario!) y The Amalgamut (2002) envueltos en el carácter pegadizo (catchy de toda la vida) de Title of Record (1999). No sé si lo habéis leído en alguna ocasión, pero hay quien dice es casi imposible para una banda re-escribir la historia después de experimentar un gran éxito y luego desvanecerse (como una fotografía). Pero con este álbum, Filter no solo re-escribieron la historia, sino que la agarraron por el cuello y le exprimieron hasta el último de sus suspiros.
«Fades Like a Photograph» es el tema que cierra el trabajo. El álbum comienza con «The Inevitable Relapse», que tiene unos riffs realmente agresivos y un potente ritmo de batería. Todo el álbum va en esta misma línea, cada canción comparte esa misma sensación nerviosa y desesperada, hasta que llegamos al último tema, en el que la ira de Patrick se apaga por completo. El tema es hermoso, triste y desgarrador, y es una de las canciones más maduras que Patrick jamás haya escrito. Poética y frágil a partes iguales.
¿Y vosotros…?
Have you ever seen the stars at night
And wondered, «Why so bright?»
Have you ever seen the sunset on a cloudy night
And wondered, «Why tonight?»
Richard Patrick (quien, por cierto, fuera guitarrista en directo de Nine Inch Nails de 1989 a 1993) sí, y nos lo explica en esta inmensa y descomunal canción.
¡Toda su puta banda sonora!
Artista: VV.AA.
Álbum: B.S.O. Judgment Night (1993)
Autores: VV.AA.
Sinopsis – Cuatro colegas, liderados por Frank Wyatt (personaje interpretado por el actor Emilio Estévez), se dirigen a un combate de boxeo, pero un atasco de tres pares de cojones les deja atrapados. Es por ello que, en un alarde de genialidad jamás visto, deciden tomar la primera salida que encuentran para tratar de encontrar una ruta alternativa con el fin de llegar a tiempo. Total, que así a lo tonto, aparecen en un barrio ultra chungo en el que ni Ice-T se dignaría a vivir, lleno de pandillas. Como quien no quiere la cosa, son testigos de un brutal asesinato, con tan mala suerte que el asesino se percata de su presencia y trata de darles caza para pelarlos también. En un alarde de astucia, consiguen escapar en primera instancia, pero el asesino no tarda en encontrarlos de nuevo.
Cuatro señores adultos de clase media (dos blanquitos, un hispano y un negro) corriendo entre alcantarillas y pandilleros que se calientan en bidones en llamas. Qué puede salir mal cuando su vehículo recreativo de lujo no puede brindarles la protección necesaria para eludir los envites del malo de turno, Denis Leary, que se empeña en perseguirlos hasta los confines de la Tierra (o hasta el final de este bodrio, lo que ocurra primero) para encubrir sus crímenes atroces. Creedme, pasados solo cinco minutos, le alentarás para que les dé matarile en cero coma…
Las canciones – Lo que tenía que decir sobre esta banda sonora, de las mejores jamás paridas, ya lo dije en su día en este artículo a modo de homenaje. Oiga, ¿tiene usted por ahí algo de rap y de rock? ¿Sí? Pues póngame cuarto y mitad de cada, y bien finito, que es para el bocadillo del niño.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.