Las 5 mejores voces de Avantasia según… la redacción de Science of Noise

Prácticamente 35 cantantes han pasado, o están, en Avantasia, el enorme proyecto en solitario del carismático líder de EdguyTobias Sammet. Bueno, mencionamos a Edguy pero creemos que es obvio que lo que empezó siendo su proyecto paralelo, el plan B, se ha convertido en un gigante destinado a gobernar el futuro del metal más sinfónico, melódico y coral.

Con la llegada de su nuevo trabajo, Moonglow, en apenas 11 días, parte de la redacción de Science of Noise hemos deshojado la margarita para decidir cuales eran los cinco cantantes que más nos gustaban. Podrían aparecer otros (¡será por oferta!), pero estos son los cinco mejores cantantes de Avantasia según nuestra redacción. Y como nota, decir que la mayoría son de la primera época del proyecto. ¿Querrá decir algo?

 

Michael Kiske por Xavi Prat

Ya sabemos la historia. Unos alemanes que empezaban a hacer ruido y que por nombre llevaban Helloween deciden buscar cantante, y un chavalillo de cara redonda y larga melena rubia se hace con el puesto. Con él graban dos discos inconmensurables. El líder de la banda se larga, y los dos siguientes trabajos del grupo casi lo echan todo a perder. Ese cantante, de nombre Michael y de apellido Kiske, se va de la banda y prácticamente desaparece de la música. Sí, algún que otro disco saca, con más pena que gloria (como, por ejemplo, el Instant Clarity (1995) o el disco homónimo a la banda SupaRed, en 2003), y alguna colaboración hace (como con su antiguo compañero calabacero Kai Hansen y sus Gamma Ray cantando «Time to Break Free», en el Land of the Free (1995)). De echo, en esa época, parte de sus ingresos los tenía… ¡haciendo de modelo de gafas de sol! En general, y a pesar de esas tristes cosillas, el heavy metal había perdido a una de sus voces más jodidamente buenas.

Pues en esas estábamos cuando, en el año 2000, el señorito Tobias Sammet anuncia su proyecto personal, Avantasia – The Metal Opera pt. I (nombre compuesto por AvalonFantasía). Dice que siempre ha querido hacer canciones en las que cantase mucha gente, y tras empezar a despuntar con Edguy, se lanza. Uno de sus colaboradores, el que salía en la pegatina del CD (con el típico Feat.) era alguien llamado Ernie, que haría el papel de viejo sabio, y cuyo nombre real no querían desvelar. Era un secreto a voces, sí, pero fue escuchar «Reach Out for the Light» y todos supimos que el rey estaba de vuelta. Es decir, hay que agradecerle muy mucho a Sammet que recuperase (según palabras del propio Kiske) a una de las voces más prodigiosas de la escena. A partir de ahí, todo historia: todas y cada una de las entregas de Avantasia (siendo el único, junto a Oliver Hartman y el propio Sammet que ha participado en todos sus álbumes), otras colaboraciones similares (AinaRevolution Reniassence y otros tantos proyectos del ex Stratovarius Timo TolkkieMasterplan…) hasta liderar dos proyectos que ya se han consolidado, como son el bandón de AOR Place Vendome y el grupo de nuevo power (término que me he inventado ahora mismo) con varios ex compañeros Unisonic. Sí, eso está muy bien, pero todos sabíamos como debía acabar la cosa, a pesar de los reniegos, insultos y demás. Y la cosa se llamó Pumpkins United.

Musicalmente, hablar de la voz de Kiske es hacerlo de la de un superdotado. Llegando a agudos casi imposibles, su matiz hizo que Helloween fuese lo que llegó a ser, y si el grupo marcó un estilo que reinó durante años, la voz de nuestro protagonista hizo lo mismo. Influyente como pocos, incluso sonó como posible substituto de Dickinson en Iron Maiden, ese es el nivel. Su maestría la ha demostrado, durante más de 25 o 30 años, en temas como «I Want Out» (los pulmones que gasta en el himno calabacero son, sencillamente, espectaculares), en la sempiterna «The Keeper of the Seven Keys» o en la ya mencionada «Reach Out for the Light». Pero, y me atengo a la polémica, creo que donde más y mejor luce su voz espectacular es en Place Vendome. Los tonos más graves, la música más tranquila y la pausa hace que su registro se amplíe, usando registros que en otros estilos no puede utilizar. «Right Here», sin ir más lejos, es una auténtica maravilla.

En definitiva, hablar de Michael Kiske es hacerlo de una de las mejores 10 voces, quizá 5, del estilo, la que más ha influido en el subestilo y el regreso que más feliz me ha hecho. ¡Por muchos más discos!


David deFeis por Jordi Tàrrega

(Virgin Steele)

Cuando me dijeron de elegir a un vocalista de la saga Avantasia yo siempre lo tuve más que claro: David “The Lion” deFeis, el eterno vocalista de Virgin Steele y uno de los más grandes compositores del heavy metal como estilo.  Su participación en Avantasia la encontramos en el primer disco y en el segundo, justo cuando su carrera musical era más próspera con la monumental saga de los House of Atreus (1999). Es un vocalista totalmente diferente a todos, por lo que encajaba perfectamente en cualquier tema de Sammet, pues su versatilidad es su gran característica.

Tobias Sammet tenía claro para qué lo quería y en la espectacular “Serpents in Paradise” de su ópera prima le hace cantar todo su repertorio completo, empezando con el clásico rugido por el que le conocen como “The Lion” (el león). Arranca con la línea vocal del tema en la que luce gorgoritos, la rasga y le imprime toda su teatralidad, y a la que suma sus múltiples voces para las capas de coros. Todo muy Virgin Steele. Se marca una vuelta de estribillo y pasa a medio tiempo-baladero en el que puede lucir toda su gama de agudos y pasa a limpio, en la que destaca ese gemido agudísimo tan característico. 

Su segunda aparición es en la segunda entrega, concretamente en “The Final Sacrifice”, un corte que ya había aparecido en el primer single de Avantasia pero que se había quedado fuera de su disco debut. Por lo tanto ambos temas formarían parte de una única sesión de grabación. Un corte muy agresivo con un riff de guitarra muy marcado y con una parte hecha ex profeso para deFeis. Puedes imaginar perfectamente cuando aparecerá David en la canción. Aquí vuelve a desarrollar toda su amplia paleta de registros, pero sorprende cuando canta en limpio el puente hacia el estribillo.

Este neoyorkino de Long Island empezó en la que es la banda de su vida a principios de los 80 practicando un heavy metal clásico, algo típico, pero en el que podías percibir ya cierta genialidad. En los 90 alcanza la gloria con las dos partes de los The Marriage of Heaven and Hell (1995) y sobre todo con Invictus (1998). Le sucederían los maravillosos “House of Atreus”, pero luego la cosa iría para abajo. Hay que recordar que DeFeis estuvo enfermo durante varios años y que desapareció del mapa, un grave hándicap cuando surfeas la cresta de la ola. Veremos si algún día Sammet se lo lleva de gira para su Avantasia, un poco de autoestima no le iría mal a este genio y bellísima persona. 

En esta ocasión, hemos tenido la suerte de que el propio deFeis nos explicó en qué temas participa y qué opina de ellos:

Grabé todo el material para Avantasia en un día libre que me tomé en las sesiones de grabación de House of Atreus I. Para ello utilicé otro estudio diferente que el que trabajaba para mi disco, así que sencillamente gemí desde el inicio hasta el final, y ellos utilizaron todo lo que les envié.

«Serpents in Paradise»: melódica y rasgada. Le añadí muchas harmonías además de la voz principal, y es un tema que posee una vibración como si los Queen estuvieran cabreados, además de muchas notas altas. Disfruté mucho grabándola. Le explotó la cabeza al ingeniero de sonido cuando empecé a cantar. Llevaba auriculares puestos cuando inicié la parte rasgada.

«Final Sacrifice»: está es quizá la que mas disfruté de grabar. Hice una parte vocal muy agresiva y disfruté rasgando mi voz. Como te decía, venía de estar trabajando en el House of Atreus, y allí hay muchas canciones que requieren una voz muy agresiva y van acompañadas de muchas melodías adicionales, así que mantuve esa misma filosofía para el proyecto Avantasia. Este tema posee mucho fuego y furia. ¡Mi personaje, Jakob, estaba realmente enojado! A veces escucho esas grabaciones originales, sin alterar, y pienso… Uauu, este material es muy bueno. Debería sacarlo a la luz algún día de estos.

«The Seven Angels»: una vez más, muchísimas harmonías de nivel, gritos armonizados, voces crudas de garganta y partes cantadas de estómago, a la vez que hay momentos muy angelicales. Utilicé toda la gama de voces que viven dentro de mi garganta para esos temas. Aparte, también mi voz mas bluesy hace algunas apariciones aquí y allá. Me quise asegurar que cuando llegase mi parte el oyente supiera al momento que era yo el que estaba cantando.

Estuve muy contento de formar parte de todo lo que supuso Avantasia.


Andre Matos por Abel Marín

(Viper, Angra, Shaman, Aina, Luca Turilli, Symfonia)

Hubo una época en que todo el metal que conocíamos provenía de Inglaterra, Alemania y algún que otro español. Especialmente estábamos enganchados a unos germanos que pocos años antes había sacado dos discos (o uno doble separado en dos partes, según se mire) que serían nuestra Biblia. Hablamos de Helloween y especialmente de su virtuoso cantante Michael Kiske, referente máximo del cantante heavy a nivel mundial (tomemos siempre esta afirmación como opinión de éste humilde redactor).

Fue en este momento cuando descubrimos que en Brasil aparte de unos ruidosos y posteriormente idolatrados Sepultura, quedamos atrapados por el Angels Cry (1993) de Angra con Andre Matos al frente. ¡Qué delicadeza!, ¡Qué voz!, el “Carry On” lo llevamos grabado durante muchísimo tiempo en el cerebro y la piel. Aún sigue emocionándomecomo el primer día.

Matos tenía similitudes con nuestro idolatrado alemán en la juventud en la que inició su andadura en el terreno del Heavy Metal, vocalmente no llega al nivel de Kiske, pero recuerda muchísimo en algunas partes y eso saciaba nuestras ansias de agudos. Formado desde pequeño en la música clásica, con apenas 14 años lideró la banda Viper sirviéndole de cantera para lo que llegaría más tarde. Del 1991 al ’99 entró a formar parte de Angra grabando tres discos, Angels Cry (1993), Holy Land (1996) y Fireworks (1998). Después de su salida lamentablemente le perdimos la pista, pero continuó con diferentes bandas y proyectos siendo el más destacable Shaman, con antiguos compañeros enAngra.

Cuál fue nuestra sorpresa que unos años más tarde, sin noticias de él, volvimos a ver su nombre en los créditos de un disco, y nada más ni nada menos que de la mano del joven Tobias Sammet. Flipamos con la idea que había sacado de realizar una ópera Metal recuperando algunas voces que ya no estaban en primera línea de la escena Heavy así como otros que estaban en activo y triunfando con sus grupos.

En esta ocasión Matos colaboró en tres de las partes de Avantasia, primero en las dos primeras entregas “The Metal Opera” (2001) y “The Metal Opera pt. II” (2002) y posteriormente en “The Wicked Symphony” (2010). En todas las ocasiones interpretó el papel de Elderan the Elf.

En definitiva, ansiosos nos hallamos ante la llegada de Avantasia por nuestras salas y su despliegue de talentos.


Jon Oliva por Beto Lagarda

(Savatage, Doctor Butcher, Trans-Siberian Orchestra, Jon Oliva’s Pain, Circle II Circle)

Muchas son las decenas de colaboraciones estrella repartidas en toda la discografía de Avantasia y, sinceramente, desconocía totalmente la existencia de esta canción titulado “Death is just a Feeling” en el que el bueno de Jon Oliva toma el control en las voces en un tema hecho a su medida.

De 5:21 minutos de duración y ubicado en la cuarta posición del irregular álbum Angel of Babylon, publicado en 2010 por Nuclear Blast. Se trata de un tema teatral, un corte que bien podría encajar en un musical de terror.

La relación entre Tobias Sammet y Jon Oliva, curiosamente se fraguó en Jerez unos años antes, concretamente en el aeropuerto de la ciudad andaluza. Debido a los atrasos y una huelga de 24h en los aeropuertos peninsulares, Jon Oliva coincidió con Edguy y allí iniciaron una relación en la que “Jon debió mostrar su lado bueno ese día en Jerez y Tobías contactó conmigo y me preguntó si a Jon le gustaría formar parte del nuevo proyecto de Avantasia. Jon rápidamente estuvo de acuerdo, pues veía que esto era algo que valía la pena” según comenta el manager de Jon.

De todas formas, la primera opción no fue Jon Oliva, la canción fue pensada para Alice Cooper aunque nunca le llegó la propuesta formal. El reemplazo tendría que ser alguien con una voz teatral y dramática, algo trágico y muy profundo, entonces Tobias pensó en Jon y el acierto fue total.

En cuanto el tema, Tobias se trabajó una gran melodía orientada a las voces melódicas pero rotas de Oliva, el tema arranca con una especie de spokenwords al ritmo de varios instrumentos poco comunes hasta que en el minuto 1:40 arranca el rock. La batería, sencilla pero agradable corre a cargo del también Edguy Felix Bohnke, que colabora en dos temas más del disco. No es hasta finales del minuto tres cuando aparece a las voces un Tobias siempre claro y preciso, voces que preludian un bonito solo del mismo Sammet. En conclusión, un tema precioso con una espectacular ambientación teatral y un inspirado y enorme Jon Oliva.


Geoff Tate por Albert Vila

(Queensrÿche, Operation: Mindcrime, Hear ‘n Aid)

Cuando se me propuso formar parte de este Top 5 de cantantes de Avantasia, y como casi siempre me ocurre, me mostré totalmente entusiasmado en participar. El problema es que, aunque no les tengo ni mucho menos la tirria que les tienen muchos compañeros de redacción, también disto bastante de ser un fan demasiado dedicado de la banda alemana. Y una vez examinada la lista de cantantes (¡y hay casi 40!), parece que tampoco lo soy de ni uno solo de los vocalistas invitados que se han involucrado una hora u otra en este ambicioso y fascinante proyecto (Mille Petrozza a parte, pero no me pareció que el de Kreator tuviera la relevancia necesaria en el universo Avantasia como para quedarme con él). Quizás tampoco la tiene Geoff Tate (que antes de este nuevo Moonglow solo ha grabado una canción con la banda), pero aún así lo veo como un miembro más integrado, y en realidad lo he escogido más por la riqueza del personaje que por su contribución a la banda o, incluso, por mi conocimiento profundo (que no lo tengo) de su carrera al frente de Queensrÿche.

Es curioso porque alrededor de Queensrÿche, de su obra y del mismo Geoff Tate siempre ha habido un cierto halo de admiración generalizado: que si la banda es la inventora principal y casi única del metal progresivo, que si Operation: Mindcrime es el mejor disco conceptual de la historia, o que si Geoff ha sido, tal cual, el mejor cantante que había en todo el panorama metálico. A mí esas afirmaciones siempre me han parecido un poco exageradas, la verdad, pero a la vez han hecho que me mirara a los americanos con un respeto que, quizás, otras bandas coetáneas no han gozado a mis ojos. Y aunque no soy para nada conocedor en detalle de su discografía, disfruto sin duda de temas como «The Mission», «I Don’t Believe in Love», «Eyes of a Stranger» o «Another Rainy Night (Without You)», que a falta de mayor contexto, son temazos de hard rock / heavy metal americano ochentero como la copa de un pino grande.

Como ocurrió con la mayoría de bandas que vivieron sus días de gloria en esa época (y Queensrÿche, aunque algo distintos, llegaron un poco tarde al boom del heavy americano de los ochenta), los noventa y los dosmiles fueron días duros para ellos, aplastados por el auge del rock alternativo y de sonoridades muy alejadas de la estridencia vocal e instrumental en la que se sentían cómodos años atrás. Después de un par de décadas de una producción constante pero no particularmente excitante ni relevante, en 2012 Tate fue expulsado de la banda por el resto de sus ahora ex-compañeros, algo a lo que siguieron episodios bastante embarazosos entre unos y otros y que incluyeron batallas sobre el escenario, insultos cruzados y una lucha titánica (en los juzgados y fuera) por conservar los derechos a usar un nombre que cada vez estaba un poquito más sucio. Nada, eso sí, que no hayamos visto en un montón de otras ocasiones en bandas de todos los pelajes.

Desgraciadamente para él, supongo, Geoff perdió el litigio, así que después de apresurarse a sacar un disco bajo el nombre de la banda, se vio forzado a embarcarse en un proyecto en solitario que ha alternado su propio nombre y el de Operation: Mindcrime, un protecto cuyos álbumes, por ahora, no han impresionado demasiado a nadie. Enmedio de esa cierta crisis de identidad y de popularidad (agravada por el hecho que el resto de miembros de Queensrÿche seguían a lo suyo con relativo éxito después de alistar a Todd LaTorre en su lugar), llegó el bueno de Tobias Sammet para ofrecerle una tabla de salvación en forma de oportunidad de cantar en Ghostlights, el nuevo disco que Avantasia publicó en 2016.

Supongo que queda mal decirlo, pero lo cierto es que Avantasia ya ha sido siempre un poco eso: una especie de cementerio de elefantes en el que muchos grandes cantantes que han gozado de mejores momentos a nivel de popularidad pero que aún tienen mucho que ofrecer a nivel artístico se reunen para vivir una segunda juventud en un proyecto en que la suma de todos los nombres ofrece un resultado mucho mayor, a nivel de repercusión, emoción y épica, de lo que pueden conseguir cada uno de ellos de forma individual. Y de rebote, gracias a ello sus propias carreras se resienten positivamente de ello. Un win-win en toda regla, vamos.

El caso es que, aparte del disco, el señor Tate también participó en la gira posterior (bien, almenos en el concierto que los alemanes dieron en el Rock Fest en verano de 2017, que fue donde los ví yo). Y allí Geoff gozó de un papel absolutamente principal, ya no en cantidad de canciones sino a nivel de loas, elogios y respeto. Y es que Tobias Sammet, con ese gracejo entusiasta y encantador que siempre ha tenido el tío, lo presentó como poco menos que un dios de las cuerdas vocales, resultando en Geoff Tate bajando las escaleras del escenario henchido de orgullo como si fuera la mismísima Caballé, elegantísimo en su traje y su sombrero, y demostrando un nivel vocal magnífico para cantar el único tema grabado junto a Avantasia hasta el momento, la pesada, orientaloide y vacilona «Seduction of Decay». Y qué coño, si algo mola de esta banda son precisamente este tipo de performances.

El vocalista americano ya parece abonado al elenco habitual de vocalistas estrella de la banda, de manera que podremos disfrutar de su voz y de su presencia tanto en Moonglow como en los conciertos que el gran circo de Avantasia va a dar en nuestros escenarios en abril. Una gran incorporación, sin duda, para las huestes de Tobias Sammet.

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