Las hordas paganas se alzan victoriosas en la primera jornada del IV Folk Fest

Cada vez que me toca escribir sobre folk metal siempre tengo una serie de clichés a mano para comenzar el artículo, véase: la buena salud de la que disfruta el género en la actualidad, su naturaleza sincrética y capacidad para absorber múltiples culturas, la paradoja de que pese a ello salgan vikingos hasta de debajo de las piedras… Una serie de trucos que me permiten hilvanar algo decente cuando tengo el cerebro seco y no consigo encontrar un comienzo ni con una pistola en la sien. El problema es que llega un punto en que amenazan con echarte de la redacción si vuelves a escribir sobre las mismas mierdas otra vez, y claro tampoco vas a llevarles la contraria porque tienen razón y al final los que te dan las acreditaciones son ellos. Así que toca cambiar de tercio y hablar sobre el Folk Fest, lo que es, lo que fue y lo que ha de ser. Aunque presentado de esta manera parezca una cuestión profunda y amplia, no os preocupéis, la voy a rematar rápido: el folk es lo único que le queda de valor a esta maldita ciudad, en lo referente a la música metal. Todo lo demás ha naufragado de manera estrepitosa, se ha ido al infierno o ha desaparecido sin hacer ruido. Si cae, estamos jodidos, desaparecemos del mapa igual que un montón de ruinas polvorientas. Así que más nos vale conservarlo, porque oportunidades como las concedidas por este festival hay pocas. ¿Dónde si no podría encontrar a tanta gente dispuesta a destrozarme los huesos y ayudarme a levantarme después con la misma naturalidad y entusiasmo? Pequeños detalles que le alegran a uno la vida y que hay que cuidar, que luego mientras Powerwolf tocan en la ciudad de al lado tú estás viendo a los metalpacos de turno meándose en “Run to the Hills”. Esto es lo que representa el Folk Fest y lo que puede continuar siendo. Si quieres ver lo que fue, al menos esta última edición, sigue leyendo.

Ulfsark

Todos recordábamos los tremendos retrasos que acumuló la anterior edición del festival, que me tuvieron a las 3 de la madrugada tirado en los asientos al fondo del recinto esperando que alguien viniera a acabar con mi sufrimiento. Por ello mi actitud al llegar era, como mínimo, escéptica, e iba preparado para pegarme un tiro en caso de que la hipotética espera se alargase demasiado. Por suerte la organización puso todo su empeño en lograr una coordinación perfecta que arrancase ese problema de raíz, y vaya si lo consiguió. Con desacostumbrada puntualidad, Ulfsark salieron al escenario para inaugurar la primera jornada del evento. Tarea que cualquier ser con un mínimo de empatía no desearía ni a su peor enemigo, pero alguien tiene que hacerlo. Y el entusiasmo con el que recibieron dicho encargo resulta encomiable, pues lograron que el público, que durante las primeras horas suele tener más de horda de muertos impávidos que de seres humanos susceptibles de sentir emociones, se acabase volcando con ellos y se involucrase en los primeros pogos y walls of death del día, una marca que cada grupo intentaría repetir so pena de entrar en los anales de la infamia. Pese a que el sonido no gozó del favor de los dioses y el diálogo con el respetable tenía un carácter algo torpe y bisoño, Ulfsark dio un gran concierto que desplegó el estandarte del Folk Fest y marcó el punto de desembarco de sus camaradas, dispuestos a entregarlo todo por la causa.

Setlist Ulfsark:

Blood and Beer
Udhun
Drakkars in the Mist
Stormcaller
Yisus
Hela
Relent
Ulfsark
Einherjar

Ocelon

Es justo decir que Ocelon traspasó los límites del mero concierto para crear una suerte de performance colectiva en la que lo visual y la participación del público se incorporaban a la música como fragmentos de una obra mayor. Si desde el principio apostaron por un espectáculo intenso y sin concesiones, los asistentes no fueron menos y se convirtieron en un furibundo mar sobre el que el grupo navegaba sin miedo ni contención. Los pogos se sucedían mientras el grupo optaba por bajarse del escenario para interpretar una emotiva pieza semi-acústica y los presentes se sentaban a su alrededor cual culto, antes de que la escena evolucionase a un drakkar surcando las aguas e impulsado por el mismo público (os juro que las drogas no han tenido nada que ver en todo esto). La entrega del respetable era total, guiados por David, que de guitarrista había pasado a maestro de ceremonias al pegarse en el instrumento un cartel para poder indicar a la gente cuándo tenían que ponerse a corear oooooooh. Una genialidad cachonda donde las haya. Otro victoria para Ocelon, que se alza como un valor incontestable y un patrocinador seguro de walls of death. Si no quieres que falten en tu festival, invita a Ocelon.

Setlist Ocelon:

The Moon Hunter
Pilgrimage
Amber Blood
Raven´s crown
Forest of Mist
Communion
Among Mountains
Introll
Battletroll

Incursed

Lo malo de que tus compañeros de cartel monten un espectáculo tan brutal que es a ti te dejan en una situación bastante jodida, ya que tienes que intentar no quedar como un pelele inútil. Cosa difícil cuando Ocelon han montado un drakkar humano y han barrido toda la sala con los huesos del respetable. Ante una situación así, ¿cuál es la mejor estrategia? Incursed lo tenían claro: al ataque. Si ellos meten caña, tú la metes más y más fuerte. A bordo de un estilo más directo que sus predecesores asaltaron el recinto con resolución y ánimo conquistador con el que conectaron de inmediato con el público. Pese a que el sonido seguía haciendo de las suyas, el grupo encadenó una serie de golpes directos de enorme potencia que lograron la total adhesión de los asistentes, al tiempo que demostraban que tampoco iban faltos de humor y buen talante. Y si ya de paso ponemos una versión del “Take on me” de A-ha para rematar, ¿quién necesita más?

Setlist Incursed:

Cryhavoc!
Heart of Yggdrasil
Beer Bloodbath
Amalur
Suaren Lurraldea
Homeland
Zombeer Alcoholocaust
Take on Me

Lemuria

A la hora de organizar el cartel del festival supongo que decidieron que juntar a tantos grupos de carácter más alegre o festivo suponía blanquear la fama de oscuros y depresivos de los metaleros, y dado que hay tradiciones a respetar seguramente optaron por incluir un grupo más apegado a esa temática. Lo cual fue sin duda una grata decisión, pues Lemuria arrasó el centro cívico como una tormenta crepuscular. Pese a que las tonalidades más sinfónicas de su música se perdieron, presas de un sistema de sonido incapaz de garantizar un funcionamiento óptimo y constante, permaneció la umbría violencia que tiñó de oscuridad la sala. Con gran entrega y habilidad, el grupo supo ganarse a un público que a priori se decantaba por estilos diferentes y desconocía el trabajo de los belgas. Pero convertidos en ventrílocuos de una voz que atronaba por encima de todas las demás, Lemuria combinó elegancia y furor a través de una galería de bellas disonancias, cristalizadas en una actuación de primer orden. La ofrenda a entregar, un wall of death salvaje que marcó el final del concierto y cerró el pacto entre Zaragoza y sus tenebrosos visitantes.

Setlist Lemuria:

Intro
A Plague Upon the Land
Requiem
Between Man & Wolf
The Cross & the Crusade
Deceptive Hibernation
As Darkness Falls
Of Winter & Hell
Endgame (The Impending Truth)
A Coming Storm

Salduie

Tras las grandes actuaciones que nos había deparado el día, todas y cada una de ellas magníficas de un modo u otro, llegaba el gran final. El momento que la mayor parte de los presentes esperaba con fervor. El salto a las tablas de Salduie, hijos pródigos de Zaragoza y una de las formaciones que más ha crecido con el paso de los años gracias al esfuerzo calculado y constante. Pese a que les había visto en directo hacía poco, este concierto era especial para mí ya que tenía connotaciones de revancha. Y es que en la anterior edición del festival para cuando salieron a tocar mi cerebro a duras penas conectaba con la realidad, por lo que no se puede decir que disfrutara con gran intensidad de su trabajo. Ahora iba con energía de sobra y esperaba destrozarme a base de bien en todos los pogos que pillara por banda, aunque por desgracia la gente ya debía de andar un poco magullada porque no fueron muchos los que se animaron a castigar más el cuerpo. Pero si el público desatendió sus compromisos masoquistas no así el grupo, que articuló un show dinámico y pletórico. Con gran criterio supieron ordenar de manera estratégica el amplio espectro emocional que conjugan sus temas para lograr una respuesta apasionada de sus seguidores, quienes corearon cada canción de principio a fin. Logrando una estampa magnífica en el escenario fruto de la compenetración y su intempestivo ardor, Salduie erigieron una gran victoria que fue también la de todos los grupos que participaron en el festival. Una enorme grito de guerra y triunfo que resonó con la fuerza conjunta de quienes lo forjaron, en una noche que no ha de olvidarse.

Setlist Salduie:

Viros Veramos
Sedeisken
Fuegos de Belenus
Sertorio
Vaelia
El Audillo de Vaeliko
Bosnerau
Netón
Carus de Sekaiza
R.T.N.P.
Numancia
Hidromiel

Juan Mari Sauras

Buscador incansable de experiencias que abran las puertas a nuevos mundos. Nunca hay suficientes libros o música, la frontera de la imaginación siempre puede ir más allá. Obsesionado con los lobos, la noche, lo gótico y demás estereotipos de joven incomprendido. Defensor de los pogos como estilo de vida.