Hoy, 8 de marzo, es el día de la mujer. Y aunque en circunstancias normales un reportaje como éste no tendría que hacer falta, el hecho es que, si tomamos como ejemplo una revista como la nuestra, menos del 5% de los artículos tienen como protagonista a mujeres (por no hablar del ínfimo número de colaboradoras que tenemos). Creemos que esto es una anormalidad enorme, y que nos queda mucho camino por recorrer para poder decir que el rock y el metal no son, aún, un coto casi privado del género masculino.
Para preguntarles sobre todo esto, hemos contactado con más de 50 mujeres protagonistas de la escena rockera y metalera estatal, ya sean músicas, cantantes, promotoras, fotógrafas, periodistas, agentes o cualquier otro trabajo relacionado con el mundillo. El resultado es el reportaje más bestia de nuestra historia, y creemos, humildemente, que también es el documento de referencia sobre el tema en nuestro idioma. Es más largo que un día sin pan, sí, pero esperamos que tengáis un ratito (o varios), porque aquí hay mucho y muy interesante para leer y reflexionar, tanto si eres hombre como mujer. ¡Muchísimas gracias a todas por colaborar!
Estefanía Aledo (vocalista de ARISE y Mind Driller)
Si estás leyendo esto y no tienes ni idea de quién soy, mi nombre es Estefanía Aledo y canto en dos bandas de metal (ARISE y Mind Driller), somos procedentes de la Provincia de Alicante y como ya sospecharás soy una mujer. He perdido la cuenta de las veces que me han preguntado en entrevistas: ¿Qué se siente al ser una mujer en el metal? o ¿Cómo es ser la única chica de la banda? Y no deja de ser gracioso porque yo me siento genial aunque tengo la sensación de que no es la respuesta esperada, lo cual me lleva a pensar que algo está cambiando en la escena hoy en día.
Sin embargo, no hay que pasar por alto que aunque la situación ha cambiado respecto a años anteriores, queda mucho por avanzar pues en el presente no deja de resultar exótico y “raro” de cara a la galería ver a una mujer tocando la batería, la guitarra, haciendo growls… otra prueba de la falta de avance es la escasez de mujeres músicas, no sólo en el metal, sino en la música en general. ¿Y por qué pasa esto?, ¿Cuál es el origen? (podría escribir 20 páginas sobre el tema pero mejor hablar en términos generales).
El problema está en el principio de todo, en la sociedad, la teoría de género, los estereotipos… estos son solo algunos de los motivos principales de que a día de hoy haya una considerable cifra inferior de mujeres en el metal en comparación a la participación de hombres, no hay más que observar el cartel de cualquier festival de metal (Download, Resurrection Fest, Rockfest Bcn…). A pesar de todo, me mantengo positiva ya que creo que algo está cambiando, tal vez no a la velocidad que nos gustaría, pero hay avance y cada vez somos más visibles tanto dentro de las bandas como entre el público.
Por último, animo a todos los lectores a visitar una comunidad que recoge más de 40 vocalistas y bandas con integrantes femeninas en la escena metalera nacional: Aedea’s Daughters · Spanish female voices of metal & rock.
Joana Amaro (vocalista de Amaro)
El rock y el metal es un género duro de cantar, se necesita una fuerza vocal y física especial. No es que seamos más debiles, pero tienes que ser potente. Necesitamos que a la nueva generación le guste más el rock y que haya más solistas y músicos femeninos, aunque creo que se va haciendo camino y que, poco a poco, hay más y más mujeres en el rock, al igual que creo que esa consciencia crece en la sociedad en general a pasos agigantados.
Personalmente nunca he tenido problemas de discriminación o machismo. Me han respetado mucho y me han tratado con buen rollo, y siempre he trabajado codo con codo con hombres. En algunos camerinos no hay espejo, y eso sí… ¡las mujeres nos miramos más en éste que los hombres!
Karen Asensio Janssen (vocalista de The Mothercrow)
Comencemos partiendo desde la base, la proporción de las mujeres en casi todos los ámbitos artísticos y laborales ha sido inferior a pesar de haber grandes mentes y talentos femeninos, que ya fuera por falta de reconocimiento, posiblemente basado en menosprecio por inseguridades al ego masculino, fueron eclipsadas por sus compañeros varones. Es duro que cambien las tornas tan asentadas en un mundo en el que las mujeres dedicadas al constante cuidado de la tribu solo hayan podido monopolizar los trabajos que indignamente «¿cómo iba a hacer eso un hombre?».
Desde luego que no nadamos en un mar de abundancia de mujeres que se quieran aventurar a comprometer parte de su vida para adentrarse en un mundo tan duro cómo es de por sí el de la música, y muchas menos si le añadimos el aliciente de etiquetas como heavy, hard rock, metal… géneros duros, sudoros y viscerales en los que parecía no haber cabida, pero ya ha habido y hay mujeres que se han demostrado capaces de ser tan empoderadas, agresivas e implacables como para acarrear grandes bandas, pero aún así las compañias y los medios continuaban dando prioridad y oportunidades a otros productos sin impulsar con toda la fuerza que las grandes heroínas hubieran necesitado.
Por desgracia impulsar a quien siempre fue el objeto, a que tome el látigo por la empuñadura, crea situaciones tanto en negativo como en positivo, al igual que han conseguido en ocasiones crear una pantomima del feminismo, en la música a veces por buscar volumen de participantes o fomentar sin criterio se cae en la mediocridad la cual se respalda después con cruces como «para ser mujeres no lo hacen tan mal» ó «no se les puede pedir más». Quiero pensar que los roles van cambiando, que cada vez más mujeres ejercerán la decisión de tomar las riendas de una vida que por fin sienten suya y tener el valor de afrontar cualquier tipo de proyecto contra viento y marea. Seas hombre o mujer es una ardua tarea impulsar una banda de rock, trabajando día tras día la sincronía y calidad del conjunto, un pequeño monstruo que se va creando con constancia y trabajo duro, pero siempre será más una familia que un grupo, donde no existe discriminación positiva ni negativa por el género ni la condición sexual y mucho menos hay cabida al machismo.
Es difícil dibujar donde está la delgada linea entre piropear y ser grosero a igual que es delicado el exceso de alabanzas hacia una mujer por ser tan valiente de estar en un «mundo de hombres», cuando el alcanzar logros debería ser un mérito independientemente de lo que te cuelgue entre las piernas. Al igual, que a mi me cuesta definir mis sentimientos entre el arrope que he sentido moviendome en los círculos del rock y del heavy, con ese carácter luchador que ha ayudado a forjarme como soy, pero por otra parte haber crecido viendo como aquí y en cualquier lugar de esta sociedad, se podía cosificar a una persona y medir parte de su valía solo porque su cuerpo este lleno de unas u otras curvas.
Hemos oído desde lejos muchos comentarios despectivos e hirientes a los cuales no nos molestamos a dar ataque pues sólo sentimos lástima por aquellas personas que intentan dañar a los demás por puros prejuicios e inseguridades propias. Nunca hemos tenido ninguna situación extrema en la que el hecho de ser mujeres nos haya podido favorecer o perjudicar seriamente y esperemos que no llegue ese día. Ante cualquier situacion injusta no dudaré en golpear con el puño sobre la mesa, pues este mundo esta viviendo una revolución que en gran parte nos corresponde a nosotras y si algún ser humano sin alma decide que puede (intentar) hacernos daño en vez de luchar a nuestro lado, dejaremos de modernos las lenguas para empezar a afilarlas.
Tatiana Artacho (directora de Kaamos Tours y manager de Northland)
La verdad es que no sé por qué hay menos mujeres en el mundo del metal, quizás podemos remontarnos a los inicios del estilo en los que, es cierto que sí que se utilizaba más la imagen de la mujer como objeto sexual atrayente como imagen de portadas, como parte de videoclips o como temática de canciones, y aún sigue habiendo algún caso en el que esto ocurre, pero son sólo casos aislados afortunadamente.
Hoy en día, aunque el número de seguidoras siga siendo menor, la mujer puede sentirse protegida en festivales, conciertos y demás, ya que se están poniendo medios para ello. Lo que me da la impresión es que quizás haya mujeres que piensen que el metal sigue siendo algo muy machista, sólo hombres con mucho aceite en el pecho y que la mujer sólo sirve para aparecer medio desnuda en las portadas, o que en festivales con tantos hombres se pueden sentir perseguidas como pasa en otros ambientes, pero nada que ver por suerte. Es cierto que hay casos aislados en los que ocurren incidentes o se hacen comentarios fuera de tono sobre mujeres de un grupo, por ejemplo, pero por regla general sí que creo que tenemos la suerte de que los hombres metaleros son más respetuosos.
En mi caso, como mujer dentro del mundo de la producción de conciertos y el management, jamás me he sentido ignorada o menospreciada, siempre me he sentido igual que cualquier miembro de las bandas que he llevado o que algunos de mis compañeros de promotora, y lo mismo como espectadora. La verdad es que me siento muy orgullosa de formar parte de este mundo mayormente masculino, de poder abanderar a las mujeres del metal de alguna forma y de tener compañeras que también trabajan duro por hacerse un hueco importante en la escena.
Vane Balón (fundadora de DISTRITO UVE y Agencia VB comunicAction)
Sinceramente creo que hay poca investigación y poca visibilización, así que reivindico precisamente que eso se cambie por parte de quienes tienen impronta en el público (medios, promotores/as…). Partiendo de que no hay casi ni investigación ni visibilidad de mujeres en la música alternativa se producen situaciones controvertidas que alimentan frases manidas como que «estadísticamente hay menos mujeres que hombres en el plano alternativo», pero si nos ponemos a investigar resulta que hay muchas. Hay que analizar la presencia real (en blogs, webzines, ámbito fotográfico musical, management, en los escenarios…) y dar voz: así es como se podrá comprobar que se nos ha estado vendiendo una historia que dista muchísimo de la realidad.
Un ejemplo desde mi propia persona: en enero 2018 me confirman que paso casting de voz para dirigir sección mensual en el programa BANDERA NEGRA de Radio 3 Extra. Mi cometido va a ser visibilizar a la mujer en el plano del Rock, Metal y Punk. Buscando opciones para tener material de cara a varios programas me encuentro con que en 2 meses y medio ¡ya tengo más de 250 nombres de grupos con integrantes femeninas! Puse interés y ganas. Lo convertí en censo el 21/6/2018 con 500 opciones aproximadamente y voy subiendo actualizaciones periódicas. Actualmente ronda los 800 nombres. Está en www.distritouve.com/riotgirl y se puede consultar de manera gratuita porque lo he convertido en herramienta para quienes quieran trabajar en serio en buscar mayor presencia femenina en conciertos y festivales.
Tengo el corazón dividido: conozco a personas (hombres y mujeres) fascinantes dentro de las 2 escenas muy involucradas con la evolución, con el cambio de mentalidad, que apoyan iniciativas dedicadas a visibilizar y con ello describir la realidad actual, pero por otro lado hay bastante «garrulismo» todavía (en hombres y mujeres también). Pero soy una persona muy positiva y eso hace que me decante por quedarme con todo lo que estamos consiguiendo -que no es poco- aunque sin olvidar todo lo que nos queda por recorrer en lo que a reivindicaciones se refiere -que todavía queda, desde luego-.
Personalmente no me he encontrado con muchos problemas, pero sí los ha habido. Empecé oficialmente en 2010, aunque ya en 2009 trabajaba en silencio en este plano musical alternativo. Desde entonces hasta ahora me he topado con 3 casos concretos desagradables, y varios comentarios bochornosos a colación de crónicas (sobre todo en la etapa de 2011 que empezaba a escribir crónicas de conciertos sobre Hardcore, Metal…). El último gran problema precisamente lo he metido por vía legal, fruto de un impago en una agencia andaluza de booking, management y promoción para grupos de Metal y Rock en la que estuve trabajando entre julio y septiembre 2018 creando contenido para el blog de ese sitio. No solo se me debe una factura de septiembre 2018: también he recibido varios emails muy controvertidos desde que empecé a solicitar el pago de la factura que dan asco por el contenido. Mi marido, que conoce muy bien todo lo ocurrido, tuvo que lidiar con esta persona antes de llevarlo por vía judicial (fue el último intento para evitar litigios con ese hombre, pero no hubo manera). Mi marido decidió interceder porque el tono empleado en una gran parte de los mensajes era lamentable por parte del denunciado por impago. Espero que pronto se solucione esta etapa.
No obstante cabe mencionar que este tipo de situaciones, en lugar de empequeñecerme como persona, mujer y profesional generan precisamente el efecto contrario, así que quien me pone a prueba me encuentra, desde luego. Insisto en que en estos años han sido casos muy aislados, pero por desgracia no puedo decir que no me haya encontrado nada de nada y eso es triste. Hay que cambiarlo para que si se vuelve a formular una pregunta así podamos responder de una puta vez que hace años que ya no ocurren esas cosas: ahí será cuando por fin no hagan falta iniciativas concretas, ni censos, ni «días de», ni secciones específicas en medios que ahora mismo son imprescindibles. Gracias por este espacio para poder opinar.
Júlia Benevelli (colaboradora de The Metal Circus)
Por suerte, o igual por inexperiencia debido al poco tiempo que llevo en el gremio, nunca me he encontrado en una situación en la que me discriminen por mi género. Aun así soy consciente de que me puedo considerar afortunada: contínuamente nos encontramos en las redes sociales con noticias, y no precisamente antiguas, que informan sobre nuevos casos de discriminación como insultos a mujeres artistas, o incluso gente que desvaloriza la causa feminista porque no lo han vivido en sus carnes y, por ello, escribo lo siguiente.
En primer lugar, es indudable que hay razones sociales históricas detrás de este tema. La objetificación de la mujer está tan arraigada que cada vez que una de nosotras intenta cumplir su sueño, sea cual sea, se encuentra inevitablemente con una parte de la sociedad que se piensa que ella intenta llamar la atención, gustar o demostrar, y a menudo nos encontramos con el comentario de «a ver qué clase de favores has hecho para llegar ahí». De este modo, cómo no vamos a sentir que nuestras habilidades no son valoradas, e incluso negadas? Cuántas veces hemos leído/oído que el metal no está hecho para las mujeres, que el «sexo débil» no puede lidiar con la brutalidad? Pensaba que era la música de la revolución y la igualdad, el camino a la libertad, y resulta que nos encontramos con los mismos comentarios sexistas que recibíamos cuando queríamos dedicarnos a la ciencia hace medio siglo!Así, cómo se espera que no perdamos la esperanza? Desde luego hay que visibilizar esta condición, dejar de negarla, para empezar a valorar las habilidades de las mujeres del metal tal y como se hace con los hombres. No se trata de prestar una ayuda especial, no se trata de favoritismos, y mucho menos de despreciar a los hombres. Se trata de desterrar todo lo ligado a nuestro envoltorio de carne y hueso y ver, de manera objetiva y sin prejuicios, lo que hay detrás de eso, y apreciar la música por encima de los estereotipos que, aunque algunos no se dan cuenta, perduran en nuestra sociedad y, por ende, entre los heavies.
Irene Bernad (fotógrafa)
El mundo de la música en general, siempre ha estado centralizado por el hombre. A lo largo de la historia, pocas han sido las mujeres, en proporción a los hombres, que han destacado en este área, y no porque no hayan sido grandes artistas ni hayan tenido talento, sino porque la figura de la mujer ha estado vinculada más al papel de novia, fan o asistente, que a la de músico. Han tenido que lidiar y luchar por hacerse un hueco; incluso hoy en día, se frivoliza cuando es una mujer la que lidera una banda, la que compone o la que muestra su fuerza encima de un escenario. Y aunque esa manera de ver a la mujer está cambiando, despacio, eso sí, creo que es imprescindible normalizar la presencia femenina, desde la infancia, educando desde la igualdad y el respeto, y dando las mismas oportunidades sin importar el género, y ya no sólo en el ámbito de la música, y en el Rock en particular, sino en todas las áreas de la vida.
Porque esto no es sólo cuestión del tipo de música que se escucha o toca, en el Rock como en cualquier otro estilo, hay gente tolerante y hay gente que no lo es; por lo tanto, lo que hay que estimular de manera temprana es la educación, y que con el paso de los años y de las generaciones, se haga más fuerte el sentimiento de igualdad. Yo nunca he tenido problemas en mi trabajo por el hecho de ser mujer, tampoco he pedido nunca privilegios extra por serlo, simplemente me he dedicado a hacer mi trabajo lo mejor que he sabido y poniendo mis energías en avanzar, desoyendo todo aquello que de alguna manera me pudiera frenar, como profesional y/o como mujer.
Tamara G. Cisneros (redactora de Goliath is Dead)
Aunque la rebeldía, el romper con las normas y los estereotipos, sean componentes intrínsecos a la escena del rock/metal –sobre todo si tenemos en cuenta sus inicios- no podemos obviar que, al final, es un reflejo de nuestra realidad social. Pero quiero romper una lanza en su favor, porque la escena ha dejado atrás actitudes machistas mucho más arraigadas en décadas anteriores y, es una realidad constatada por aquellas que acudimos habitualmente a conciertos, que la presencia femenina se consolida y el aumento es progresivo y significativo.
Nunca se han juzgado mis escritos por ser mujer, pero sí que he sentido de cerca comentarios testimoniales que menosprecian la presencia femenina en un bolo de rock o metal (…) justificaciones, explicaciones… innecesarias.
Lo que al final trasciende es la música, sentir y emocionarte con ella, independientemente de tu género. Cada vez somos más las que escribimos, las fotógrafas, las que están en la industria, organizando conciertos… no se trata de ganar, de ser más o mejor, se trata de igualar. De empoderar. Que se hable del tema es importante, y que se generen opiniones y debates también, porque de todo se aprende. En una sociedad en constante evolución, creo que vamos por buen camino, dejando de lado obsoletos estereotipos sociales y culturales… y machistas. Y que así sea por muchos años más.
Laura Crehuet (vocalista y guitarrista de Les Cruet)
Creo que la base principal que fomenta un hábito, un querer, un parecer, una imagen normalizada, etc. ¡Es la visibilidad! El apoyar, acompañar, creer en el proyecto, dar voz y voto, tener en cuenta, dar coba a todo lo que conlleva el ámbito, promocionar, publicitar, en este caso el ámbito musical, és la base, si no se habla de… ¡no existe!
Si la presencia de la mujer en el rock es inferior a la presencia del nombre es sin duda por que el sector quiere que así sea. Es el machismo histórico que llevamos arrastrando de forma perpetua.
En la escena evidentemente te encuentras con personas progresistas, (en el mejor de sus sentidos) gente mas sensible y conscienciada, solo faltaría, en un ambiente artístico-cultural pocas veces me he sentido menospreciada, al contrario, el 95% diría que he topado con personas majas, bueno, personas normales. Es en otros muchos sectores, a mi parecer, cuando chocamos con muros obtusos, enfermos e infranqueables, difíciles de saltar y lidiar, donde hay que chillar y gritar con mas fuerza e intensidad.
Silvia Diez (fotógrafa)
Si nos referimos a público, creo que si no hay más mujeres es porque no les gusta este género de música, así de simple, cuando voy a conciertos veo tanto a chicas como chicos, no se en cuanta proporción es inferior… En cuanto a mujeres en bandas de rock, punk, metal… sí es bastante inferior. Las generaciones de ahora lo tienen más fácil que generaciones anteriores para hacer lo que realmente les gusta, sea cantar, tocar un instrumento, técnica de sonido/ luces…etc. Cada vez hay más grupos con mujeres y eso es algo muy bueno, quiero pensar que la sociedad progresa, y aunque sigue habiendo muchas situaciones donde predomina el patriarcado, o entre nosotras nos tiramos piedras, cada vez somos más conscientes de esta situación y eso está bien.
Creo que la solución, y hablo en general, es reconocer a la mujer como una persona y no como una vagina. Creo que la escena rock / metal gustaría diferenciarse por este motivo, pero hay mucha hipocresía, así que realmente es igual que el resto de la sociedad.
Por supuesto que me he encontrado muchas situaciones machistas:
Yo toco la guitarra, y estuve muchos años buscando grupo, y me encontraba con chicos que me decían que no, por el simple hecho de ser mujer, ya que consideraban sinónimo de problemas el tener a una mujer en el grupo. Años más tarde, estuve tocando en otro grupo, y de los 4 miembros, solo me hablaba el batería, el resto me ignoraba, hablaban entre ellos pero no conmigo, lo cual me hacían sentir como un músico, que llegaba al ensayo, tocaba las canciones y me iba a mi casa sin hablar con nadie.
Cuando empecé a hacer fotos, me hice unas tarjetas para repartirlas para dar a conocer mis fotos, me encontré con varios miembros de grupos que me escribían para quedar y no por mis fotos. Grupos que se piensan que soy una groupie por estar en el backstage… También llegó a mis oídos, que la foto de mi entrevista sobre fotógrafos de Barcelona, en vuestro medio, era inapropiada, porque salía sexy y con boca de devoradora, yo no veo la connotación sexual por ningún lado, es una foto inocente.
Cuando me meto en un Pogo a hacer fotos, o en conciertos sin foso, me encuentro mucha gente ( tanto chicos como chicas) que me ayudan si ven que alguien se me tira encima o van a chocar conmigo… Desconozco si a compañeros también les pasa, o me ayudan por ser chica… Lo cual creo que aunque esta es una situación favorable, no deja de ser desigualitaria. Creo que aún falta mucho camino por recorrer, por lo que deberíamos desaprender situaciones pasadas y reeducarnos para conseguir igualdad.
Gloria Falgueras (guitarrista de Worth)
Creo que el rock y el metal siempre han sido estilos vinculados a la masculinidad, hasta hace pocos años la figura de la mujer quedaba muy relegada. Sigue siendo un cliché que los hombres tocan la guitarra, el bajo y la batería y las mujeres cantan, es uno más de los estereotipos a los que la mujer se ha enfrentado y se sigue enfrentando, muchas veces en el día a día y en muchos ámbitos de la vida. Para “combatir” eso yo apuesto por la educación en valores, tanto a niños como a niñas, y a padres y madres, para crear una sociedad realmente igualitaria necesitamos romper el estereotipo y aprender.
Cada vez la escena es más progresista, aunque no creo que lo sea más que el resto de la sociedad, y eso sobretodo se ve (sin generalizar) en las nuevas generaciones. Aún nos queda mucho camino por recorrer pero definitivamente se aprecia un cambio, por pequeño que sea. Personalmente no me he encontrado con situaciones de desigualdad en mi trabajo, pero si conozco casos a mi alrededor. Aprovecho para denunciar la brecha salarial que existe al menos en nuestro país: las mujeres cobramos menos que los hombres por hacer exactamente el mismo trabajo. Supongo que las músicas profesionales sufren también esta desigualdad.
Victoria Fenoll (music curator, especialista de márqueting y desarrolladora de negocio musical)
Es cierto que si echamos la vista atrás vemos una infinidad de nombres masculinos como mitos del rock, y en menor proporción a las mujeres que también levantaron su voz hace años con una firmeza arrolladora. Salvo excepciones, los grandes fenómenos musicales han sido siempre masculinos, empezando por los fenómenos da fans como Rolling Stones, The Beatles y pasando por bandas de rock como Queen, Metallica o tantos otros. El rock se ha considerado un territorio masculino y aquellas que se atrevían a pisarlo corrían el riesgo de ser juzgadas. Afortunadamente eso ha cambiado en todos los aspectos de nuestra vida, tanto personal como profesionalmente.
Personalmente creo que la escena rock/metal ha sido siempre pionera eliminando fronteras de todo tipo: normalizando a la mujer en todas sus facetas y también por supuesto siendo muy receptivo a nuevos sonidos/nuevas bandas y nuevos conceptos dentro de la industria musical. Socialmente queda mucho por hacer pero precisamente en la industria de la música se ha avanzado mucho en este aspecto. Para mi un gran ejemplo es Belako. Son el claro ejemplo de actitud impecable, gran banda y con un sonido y unas ideas muy claras que muestran en todos sus shows. Ejemplos como ellas tenemos muchos, y de calada internacional, como podrían ser Guano Apes o incluso Garbage, eso sin contar el ejemplo de Hinds, que podrá gustar más o menos, pero han desarrollado y exportado un gran producto fuera de nuestras fronteras.
Creo que el mayor problema o tara que he podido observar en esta industria es todavía lo raro que parece encontrar a mujeres en puestos de responsabilidad. Es cierto que para muchos todavía es raro ver mujeres siendo capaces de llevar departamento y tomando decisiones de peso. La figura masculina en los altos cargos está muy presente todavía, pero es cierto que eso está igualándose dando paso a grandes mujeres con muchas ganas de hacer grandes cosas y sobretodo, ejerciendo con la mayor profesionalidad su trabajo.
Pilar Fernández (vocalista de Prima Nocte)
Pienso que tal vez se deba a la herencia cultural que todavía tristemente sigue latente, y que la educación ayuda a transmitir. Lo cierto es que en mi caso, llevo en la sangre por vía materna la pasión y las aptitudes para la música, y mi padre ha sido una persona con una importante apertura de conciencia para apoyarme en mi búsqueda de la felicidad, estas circunstancias me han facilitado mucho las cosas. Pero soy consciente de hasta qué punto una educación conservadora puede afectar negativamente, y lo digo también como maestra que soy (aunque ahora no ejerza).
El papel de las mujeres en el pasado como todos sabemos, siempre ha estado vinculado a las tareas domésticas, cuidado de los hijos, etc. la mujer fuera de esos roles, e incluso asumiendo algún tipo de liderazgo era algo muy difícil de ver, y dedicarse al espectáculo era mal visto por una gran parte de la sociedad, debido a tantos prejuicios que aún nos persiguen, así que muchas ni lo intentaban. El rock y por extensión el metal además, siempre han estado más asociados al género masculino me imagino que por considerarse estilos más agresivos, cumpliendo así con los estereotipos.
Poco a poco nos vamos deshaciendo de todos estos prejuicios, pero creo que están tan impregnados en nuestro ADN que en muchas ocasiones impiden, por un lado a las mujeres conectarse consigo mismas y dejar fluir lo que llevan dentro, y por otro lado a los padres una apertura de mente que les permita comprender que los hijos deben seguir su propio camino, sea este cual sea, en lugar de inculcarles otros dejándose llevar por el “Miedo a X situación”.
Además de esto creo que por el hecho de ser mujeres se nos exige más, por ejemplo con respecto al aspecto físico. Sé de algún caso en el que por no entrar dentro de los cánones de belleza, la cantante fue directamente rechazada para formar parte de una banda, lo cual hizo que esta chica abandonase su pasión. Espero que esto solo fuese momentáneamente, pero si un caso ha llegado a mis oídos cuántos más habrán.
Lamentablemente creo que es una cuestión de tiempo que esta situación vaya cambiando, se puede intentar concienciar a la gente, pero no creo que se obtengan resultados si las personas no se conciencian por sí mismas. A este respecto tengo serias dudas de que la escena rockera / metalera sea más consciente que el resto de la sociedad. Creo que hay de todo como en todas partes, no pondría la mano en el fuego. También es justo decir que más allá de algún comentario prejuicioso o machista, que en ningún caso ha influido en mi trabajo, por suerte hasta el momento no he tenido problemas de este tipo. Se trata más de casos de los que he tenido conocimiento que de experiencias
personales.
Emma García (promotora y organizadora de la W:O:A Metal Battle Spain)
Me he pasado la vida involucrada en diversas actividades dentro del mundo del metal, trabajé en dos tiendas de discos, he hecho radio, entrevistas, reseñas y crónicas para un webzine incluso tuve mi propia banda! Mientras, anduve vinculada en asociaciones sin ánimo de lucro apoyando la escena en mi país reforzándolo con la producción del festival MartoHell Un día tuve el sueño de que una banda española tocara en la meca del Metal y tuve la oportunidad. Por ello soy promotora de la WOA MB Spain desde 2009 y espero que por muchos más!
Por desgracia no creo que metal o rock sea igual a progresismo automáticamente, pese a que suene raro ya que en teoría el rock/metal es símbolo de libertad o contracultura, al menos para mí, pero los años me han hecho ver que al final, hoy en día cada uno tiene sus propias ideologías o falta de ellas. Por tanto, no veo esa consciencia general, para nada. Si que veo el intento y un principio de los hombres por su parte en darnos voz y de empezar a abordar el tema, pero falta mucho para que sea algo normalizado.
En realidad el motivo que haya pocas mujeres (ya no sé si más o menos que antes que a veces lo pongo en duda, quizá sí pero más visibilizadas gracias a las redes) es claro, el denominador común del mundo, la sociedad que vivimos es machista por consiguiente un estilo de música que ha sido históricamente machista si ha llamado la atención a las mujeres ha sido por aquel tema que hoy en día se oye tanto del “amor romántico” y los roles de la mujer amante y sumisa. Puede ser que la música les atrajera de per sé, pero no muchas se atrevieron a meterse en el mundillo para formar parte de él como un miembro más, si no, como la novia de, la fan de, la chica que… Total, faltan referentes empoderados para que las niñas pequeñas quieran coger una guitarra y tocar metal o rock.
Te podría contar algún ejemplo bestia como cuando he ido acreditada en algún festival me ha venido algún “monguer” y mirando la acreditación me ha preguntado a quién me he follado.
En el proyecto de la W:O:A Metal Battle solo hay 3 o 4 mujeres promotoras y como 40 hombres… (1 x país q participa) Yo fui la primera en 2009 y la verdad, acojonaba un poco estar rodeada de tíos q no conoces y de tantas nacionalidades, aunque cuando te pones a hablar de música con ellos y ven que te entienden la cosa cambia. Igualmente te sientes violentada en alguna ocasión cuando estás haciendo de jurado y escuchas según qué comentarios sobre tías en el escenario, obviamente esto no pasa solo en el metal, pero ya sabemos que aquí somos menos y hay que intentar no cortarse cuando sientes esas cosas y decir lo q opinas, quizá alguno reflexione.
Empecé en esto del metal con unos 13 y casualmente fue junto a mi vecina (otra chica), veíamos un programa q emitían en la TV3 llamado Sputnik y podíamos ver videoclips de Ozzy o Faith No More, etc.… empezamos a comprar revistas y discos y flipábamos, nos sentíamos poderosas escuchando esa música. ¡Pero llegaron los novios o los amiguetes del grupo con el q te ibas de birras y PAM! ¡Siempre te decía alguno aquello de que te mola tal banda porque está bueno el guitarrista, el cantante o X no podía ser por que sí y punto! Eso te hacía sentir mal, quizá a alguna hasta le cortó las alas, yo me cabreaba y seguía a lo mío, pero también caí cuando tenía unos 19 años; me planté después de haber sobrevivido a un maltrato machista y empecé a investigar sobre mujeres en el rock/metal y sobre el 2003 montamos un webzine un grupo de chicas llamado Metalkuins, fíjate, no había YouTube, teníamos q rebuscar bandas con chicas en sus filas por mil webs, fue algo apasionante, buscar tus otras tú por el planeta. Hicimos una gran base de datos de bandas, nos dijeron de todo, pero creo que si que creó un poco de precedente o al menos una semilla dejamos por ahí es lo que querría creer. Hablaría muchísimo sobre este tema, pues es algo que lo llevo dentro y mira, me pedisteis dos párrafos… y no me puedo contener hahahaha.
En fin, la solución no será rápida, hay que seguir cada una en su proyecto creyendo en él y haciendo normal lo que es casual.
Raquel Garcia (fotógrafa e impulsora del proyecto Rockin’ Ladies)
La proporción de mujeres es inferior en cualquier campo artístico, no sólo en el rock/metal. Históricamente los hombres nos llevan una ventaja tremenda. Cuantas artistas han firmado sus libros con pseudónimos masculinos, o pintado cuadros que eran firmados por sus maridos? Si nos centramos en el rock/metal, esa brecha se ensancha. Estos estilos siempre han sido considerados como más “duros”, para machotes. No solo se relegaba la figura de la mujer a simple grupie complaciente, si no que también se excluía a los homosexuales.
Hoy en día, más que nos pese, sigue siendo así. Está cambiando claro, porque las mujeres, y muchos hombres, estamos trabajando duro para que así sea. Esto no está exento de resistencia por una parte del sector masculino. Muchas veces he visto hombres con gran experiencia ya sea como músico, como redactor, etc… (y podría darte nombres) comentar por las redes que ahora ser feminista está “de moda”, y que por ser mujer nos dan facilidades. Ningunear un movimiento que busca una igualdad entre seres humanos diciendo que está “de moda” no es nada nuevo, pero sigue siendo una actitud bastante deleznable que esconde una gran inseguridad y miedo al cambio, y sobretodo; miedo a perder ciertos privilegios que te han caído del cielo.
Es muy difícil despuntar en la música, y más en ciertos estilos que sabes de antemano que nunca vas a vivir de ello. Quizás el hecho de que las mujeres nos estemos abriendo paso provoca un cierto miedo a que haya más competencia. Idea bastante absurda, bajo mi punto de vista. No estamos aquí para competir con nadie, estamos aquí para colaborar y crear cosas juntos. Y recordar que si dedicarse al arte de por sí, es durísimo, el ser mujer es una dificultad añadida. Muchas llevan grabado a fuego en la mente un “no voy a poder” gigante, y la actitud y comentarios de much@s la verdad es que no ayudan demasiado. Es como si tuvieras que hacer las cosas 3 veces mejor para considerarte un igual. Y no, eso NO está solo en nuestra cabeza.
No existen expresiones como “man fronted band”, no se incluye en la crítica de un concierto si el cantante ha tenido un hijo, o qué modelito lleva, o si es un divo (como mucho dicen que es un neurótico o un gilipollas). Nadie ha dicho nunca “ese está ahí por ser un rubio buenorro”, o un “boh… un hombre cantante… a ver qué tal…”. Hay miles de bandas mediocres dando conciertos y no escucho a nadie que diga “eso lo han conseguido por ser tíos”. Suena tonto, no? Claro, porque ES tonto. Antes de decir que si no hay más mujeres en la música, es porque no queremos, porfavor, LEED. Informaos. Hay suficientes estudios y ensayos de especialistas que han analizado a fondo el tema. Hay un bagaje cultural en nuestra sociedad que es pesadísimo y que no es fácil vislumbrar el gran alcance que esa losa tiene sobre todos.
Yo personalmente solo he tenido una mala experiencia relacionada con mi trabajo como fotógrafa. Pero no voy a perder un minuto hablando de esos fotógrafos que aparentemente, creen que aquí los que parten el bacalao y deciden quién merece un trabajo y quien no, son ellos. Mi tiempo lo dedico a cosas constructivas, si se quieren llenar la boca de mierda es su elección. Tampoco he sido su única “víctima”, ni estoy totalmente convencida de que sea porque soy mujer, aunque quizás influye. Al contrario, casi siempre he recibido muchísimo apoyo y ánimos, y el agradecimiento que siento por ello es difícil expresarlo en cuatro líneas.
Me gustaría añadir, que gracias a mi proyecto Rockin’ Ladies, me he llevado una sorpresa mayúscula al comprobar cuantísimos hombres tienen superado el machismo y luchan activamente contra él, en un gran ejercicio de humildad . Para mi son héroes sin capa, porque se enfrentan a toda una sociedad y a la sorna y menosprecios de sus propios compañeros. Ese es el camino. Como digo siempre, estamos aquí para trabajar codo con codo, no unos contra otros. Por eso creo que la labor que hacéis algunos medios como Sciende of Noise es maravillosa, y espero sinceramente que otros sigan vuestro ejemplo. Muchísimas gracias por darnos voz y poner de relieve toda esta problemática social que es tan real, y que necesita de nuestra atención. Un abrazo grande, sois enormes!
Susana González (Coordinadora de Rock & Metal Encounter)
La escena rock y metal reproduce los patrones culturales de la sociedad en la que está inmersa como cualquier otro grupo social, por tanto imita las desigualdades de género, así como otros estereotipos y prejuicios que no quedan anulados por el carácter subversivo y contracultural que se presupone a este tipo de música y sus seguidores. Más aún, el ser una música que transmite fuerza, poder y otras características tradicionalmente asociadas al género masculino, hace que ciertos estereotipos se mantengan e incluso se manifiesten de forma más frecuente o de manera más intensa.
Los roles tradicionales masculino y femenino se han manifestado de forma reforzada por la asociación que generalmente solemos hacer frente a cualidades masculinas y las sensaciones que percibimos en la escucha de este tipo de música por sus características sonoras. A lo anterior habría que sumar la imagen humillante que se ha proyectado de la figura femenina, como mero objeto sexual, por innumerables bandas del género y que ha contribuido a potenciar aún más los estereotipos. Estos prejuicios, dentro del rock, se van rompiendo poco a poco y al unísono con el contexto social en el que se enmarcan. La mujer está tomando posiciones de poder en la escena, tal y como lo está haciendo en la sociedad en la que se integra. Por tanto creo que la «contracultural» escena rock y metal ha sido, a lo largo de su historia, uno de los contextos menos progresistas y más machistas en los que una mujer podía desenvolverse.
Teniendo en cuenta que el contexto en el que trabajo no es la escena metal sino la Universidad y que desde allí colaboro siendo enlace con la escena metal, no he sentido prejuicios machistas en mi desempeño laboral. No así, cuando pienso en mi rol como seguidora dentro de la escena por casi 30 años. Sobretodo en los primeros años, si que sentí dificultad de integración como «un igual» en un entorno conformado casi exclusivamente por hombres.
Marisol Huertas (fotógrafa)
No soy defensora de tomar un día en el calendario para hacerlo especial por un motivo o por una causa, hay que luchar por tus objetivos día a día. Y en especial, el día de la mujer en concreto no me gusta, no lo celebro, creo que hacerlo marca más las diferencias entre hombres y mujeres, si es que las hubiera, para mí no hay diferencia entre hombres, mujeres, jóvenes, ancianos…. Todos nos complementamos en las cualidades que nos pueden faltar o no tenemos desarrolladas o estudiadas en un conocimiento.
Porque pensar en diferencias y hacer bandos hoy en día lo encuentro absurdo, además cada vez te encuentras más profesiones que eran vetadas para hombres o mujeres y ahí están tod@s ocupando esos puestos. Creo que existen otras discriminaciones más graves en la sociedad. Porque la que atañe al día de hoy a la mujer, yo la veo cada vez más fuerte. Eso sí, tienes que currártelo más, demostrarlo más, pero eso ya depende de cada situación y persona.
Quizás en lo que la mujer no este equitativa con el hombre sea en la remuneración ya que por el mismo trabajo su sueldo suele ser menor, pero ahí la solución a esto creo que está en manos de las leyes y los partidos políticos. Y ya sabemos que el folio donde se expone este tema debe estar cogiendo un tono amarillento junto al resto de folios en las mesas de sus despachos debajo de muchas reclamaciones que serán de prioridad para sus intereses personales, perdonar mi notable ironía en esto último, pero la política actual es algo que no me la puedo tomar enserio.
Otro tema que yo veo muy avanzado es que la maternidad cada vez más ya no entra a formar parte en la vida de la mujer. Ella ahora renuncia a ese papel entregándose a su carrera profesional y si decide ser madre han cambiado mucho también los patrones en ese hecho, compartiendo en el seno de la pareja las responsabilidades sin que ninguno tenga que salir perdiendo.
Ahora, en lo que tenía que desembocar este debate en el día de hoy 8 de marzo que era la mujer en la escena del rock, yo como fotógrafa, no he vivido ningún caso en concreto de discriminación o al menos yo no lo he sentido así. Actualmente hay un gran número de fotógrafas en el ámbito nacional e internacional dentro del mundo de la fotografía musical. Yo creo que aquí en este terreno hay una “competencia” de profesión no de sexo, pero yo siempre estaré en el lado del apoyo a quien le vea en esto una pasión y un compañerismo, desembocando en una unión en la que me dejo aconsejar y me encanta que cuenten también conmigo en algo que creo que puedo ofrecer bueno de mí.
Resumiendo, un poco el mensaje que quiero transmitir, es que, como mujer o hombre, hagas lo que hagas hazlo entregándolo todo, que no hagamos distinciones, piensa por ejemplo el ver una foto, un texto, una película… te puede gustar o no sin saber quién ha estado detrás de su elaboración, no? Pues por eso, quédate con el trabajo realizado, el quien lo ha hecho investígalo después no os cerréis en que si viene de una mujer no puede ser bueno.
Y sumo a todo lo citado, la importancia de la educación, en como mirar a una mujer creo que también es importante, por ejemplo, si cuando sobre el escenario hay una gran mujer por dentro y por fuera no quedaros con lo superficial de que esta “buena”, si “buena” esta, pero mirar más allá. Esa educación que cuesta encaminar o dirigir en algunas mentes. Pero esto es culpa de la historia, historia que desemboca a poner en el calendario un día así para cambiarla.
No me extenso más en mis palabras porque el escribir no es lo mío, tener ideas, opiniones, pensamientos … sí tengo muchos, pero expresar todo lo que me mi cabeza tiene me resulta difícil hacerlo por escrito o hablado, soy más de “disparar” a la música y de trato en la cercanía si surge la oportunidad.
Kenzy (vocalista de Megara)
Estoy segura de que este tema está relacionado directamente con la evolución de la figura de la mujer a nivel social. Hace ya bastantes años el rock o el metal era una cosa de hombres, muy pocas mujeres asomaban la cabeza. Es cierto que entonces el machismo estaba muy presente en diferentes aspectos (entre ellos la música) y la mujer era la que o bien iba a los conciertos a ver desde abajo a ese «Axl Rose» o bien era la que se quedaba en casa haciéndole la comida y cuidando de los niños esperando a que volviera de gira. Y como he dicho antes, es algo social porque esto ha ocurrido en todo, no solo en la música ni específicamente en el rock o el metal.
Afortunadamente, volviendo al tema musical que es de lo que va la entrevista, a lo largo de la historia han ido apareciendo excepciones (Janis Joplin, Tina Turner, Joan Jett…) que han luchado a capa y espada por romper estos estereotipos y dar un lugar digno a las mujeres dentro de este género. ¿Y que está ocurriendo ahora? Pues que como veis se trata simplemente de una evolución. Cada vez podemos encontrar a muchas más mujeres en las bandas y esto va a seguir creciendo. Es solo una cuestión de tiempo.
Personalmente creo que la escena de rock/metal es igual de consciente, progresista y feminista que el resto de la sociedad pero quizá tenemos una manera diferente de transmitirlo a la gente a través de las letras y demás. Yo afortunadamente (imagino que también por edad y por lo que me ha tocado vivir), no me he encontrado jamás con ningún problema o prejuicio por ser mujer. De hecho no me cabe en la cabeza que de repente escriba a un festival y me digan: «Me encantaría que tocárais porque lo hacéis de puta madre pero es que… canta una chica… ¡hastaluegui!». No se, eso hace años no te digo que no. Pero gracias a esas guerreras que nos han ido alisando el camino hasta hoy, creo que es menos probable ese machismo. Que ojo, puede seguir habiéndolos. Sobretodo a nivel sexual de comentarios que no vienen a cuento como «¿Y la guitarrista tiene novio?» o el típico «madre mía qué polvazo le echaba a esa»… Pero más que machismo considero que es una deficiencia neuronal considerable.
Cri Jill (vocalista de Worth)
La sociedad aún se encuentra en proceso de la integración de la mujer en igualdad al hombre, entonces es lógico que ese cambio no ocurra en días o meses. Aún se tardarán muchos años hasta homogeneizar el rol masculino y femenino. Creo que el metal también es un estilo muy machista, y me he encontrado más hombres que se piensan que no sabes tocar un instrumento por ser mujer, a hombres que les da igual y te tratan como a otro músico más. Hay miles de experiencias que podría contar y os cabrearía, pero no importa, nadie va a hacer que yo deje la música. A pesar de ello sigue faltando educar tanto a hombres como a mujeres para que no se cometan estos errores y mis alumnos se extrañan al ver que un hombre trata mal a la mujer, ¡eso es buena señal!
Poco a poco y con trabajo conseguiremos más presencia. Creo que el metal intenta ser más consciente, progresista y feminista pero la música electrónica hace años que acepta la figura de la mujer como DJ y no he visto los problemas que veo en el metal. Pero no hay problema, ahora las mujeres subimos y aquellos que no estén de acuerdo tendrán que conformarse y aceptar este cambio positivo. Yo sí he sufrido situaciones difíciles ligadas a mi sexo pero el cambio nace en aceptar que hay que sobreponerse y no dejar vencer, ¡nunca!
Ana Lipec (directora de Master of Metal y mánager de Crisix, Vita Imana, Brothers Til We Die, Childrain…)
La indústria de la música es difícil, la competición y el ritmo son duros, pero creo que lo mismo se puede aplicar a todo en la vida. Si quieres conseguir algo remarcable, tienes que trabajar duro para ello, tanto si eres hombre como si eres mujer. Creo que más importante que el género es la caliad del trabajo de cada uno. Tuve el privilegio de aprender y trabajar con algunos de los grandes expertos a nivel mundial, y muchas de ellas son mujeres. Hay muchas mujeres realizando trabajos importantes en sellos, distribución, promoción, management, contratacion, media,… y también hay muchas en el escenario, como mi Miriam de Vita Imana.
Está claro que he tenido que lidiar con algunas situaciones desagradables, pero en la mayoría de lo casos el problema es que los hombres tenían miedo o estaban heridos porque una mujer tenía razón. Pero ese es su problema, no el mío. Como mujer recibes muchos más elogios (algunos agradables y otros no tanto), pero la mayoria de la escena metalera, especialmente, nos respalda y no tiene prejuicios en absoluto. La escena está fuertemente conectada y aunque seas de la otra punta del mundo, el hecho de trabajar para la misma causa (el heavy metal) crea unos vínculos de amistad muy poderosos.
Paris Lakryma (batería de One Second Faith)
Creo que en el mundo del rock y del metal se ha asumido un discurso equivocado por el que se cree que desde su nacimiento ha sido un mundo exclusivo para hombres, donde lo que mas se enaltece es la masculinidad y conceptos semejantes. Desde los comienzos de estos estilos hubo mujeres ahí, mujeres que no fueron tomadas en consideración por la historia y cuyos nombres están conociéndose ahora por ser grandes precursoras. Si a día de hoy esa proporción es tan inferior, creo que muy probablemente se deba a que socialmente se ha asumido ese discurso social de que el rock es para hombres, y mucha gente se sigue sorprendiendo cuando ve mujeres en los escenarios. Esto es una forma de rechazo, el rock y el metal no invitan a las mujeres a participar en él.
Yo soy una mujer trans, y durante muchos años fui batería creyendo que era un tío, actualmente llevo casi 4 años tocando y siendo reconocida como una mujer. Una mujer que toca la batería en grupos de metal. Yo misma, en mis carnes he sentido un gran cambio en cuanto a como la gente reacciona ante mi presencia en los escenarios. Y también en cuanto a como, para algunas personas, he dejado de ser un músico para convertirme en otra cosa mas parecida a un producto… Muy triste. Sin embargo la cosa está cambiando y esta avanzando, aunque bastante despacio. Hoy día no resulta tan extraño ver mujeres sobre los escenarios, aunque es difícil que reciban el reconocimiento que muchas veces merecen. Sigue siendo habitual que a las mujeres se las juzgue más por su apariencia que por sus habilidades para cantar o tocar instrumentos. Y sigue siendo habitual que se las use como un reclamo estético precisamente por este motivo.
Un claro ejemplo de todo esto es que a las bandas con cantantes femeninas prácticamente se las considere un género en si mismo, independientemente del estilo de su música, las llamadas «female fronted bands». Creo que todo esto en conjunto hace que el rock y el metal en su conjunto, y generalizando «que siempre hay excepciones» no puede considerarse más feminista o progresista que el resto de las músicas del mundo… Es cierto que está avanzando, pero estamos muy lejos de ver como grupos de mujeres llegan a los grandes y medios festivales del mundo, y que lo hagan sin ser casos aislados… Hay un gran talento que se esta perdiendo porque la sociedad se niega a prestarle la atención que se merece.
Rosario López (fotógrafa y directora de Flashes and Sounds)
Cuando empecé en la fotografía de conciertos, en 2008, en la aplastante mayoría de los conciertos que cubría en Barcelona era la única mujer en el foso; y sí que notaba una cierta sensación de sorpresa, ya no de los otros fotógrafos, que siempre me han acogido y tratado como lo que soy, una igual, sino por parte del público, mayoritariamente masculino. A nivel anecdótico, algún que otro caso de «mansplaining» absurdo sí que me he encontrado, desde tíos que apenas me conocían y que me intentaban dar lecciones sobre la carrera de mi grupo favorito, que me sé de pe a pa, hasta fans «voluntariosos» en primera fila que se tomaban la libertad de decirme qué angular debía usar antes de empezar el concierto. «Gracias, hombres del mundo, pero os aseguro que las periodistas musicales sabemos muy bien lo que estamos haciendo y seguramente sepamos más de ese grupo que vosotros». Por suerte, son casos muy puntuales y los suelo atajar rápido.
A día de hoy las cosas han cambiado mucho, a mejor, las mujeres cada vez tenemos más presencia en la fotografía de concierto y hay muchísimo talento femenino que celebrar, mucha más presencia femenina en los fosos. También creo que esto solo es el principio, que el movimiento se demuestra andando, y que cuantas más despuntemos en esto, más modelos válidos verán las mujeres del futuro que se sientan atraídas por esta disciplina para seguir su vocación y emprender su propio camino en esto. No obstante, al igual que pasa con la presencia femenina sobre las tablas, y con los derechos laborales de las mujeres en general, el verdadero obstáculo a derribar está en el machismo heredado que hay ahí fuera, agazapado a menudo en nuestras propias mentes o las de quienes nos rodean, al que nos enfrentamos en nuestro día a día.
En esas expectativas tan arraigadas de que por ser mujer te conformes con un trabajo «estable» y no arriesgues queriendo llegar a directiva o haciendo algo artístico, en en el fenómeno de la carga mental por el cual muchas veces las mujeres asumimos que tenemos «que estar en todo» en casa, aún trabajando fuera de la misma, en los techos de cristal y en las brechas salariales entre géneros. En esa parte de la sociedad que casi parece dar por hecho que si decides ser madre mejor te olvides de tus aspiraciones profesionales. Y en ese sentido aún queda muchísimo por hacer, y no va a ser un camino corto ni fácil. En el mundo de la música concretamente, asociaciones como MIM y festivales como el Primavera Sound están haciendo mucho por romper esquemas y buscar la paridad real, desde carteles con equidad real entre géneros (PS) hasta charlas entre mujeres profesionales, actividades varias para visibilizar al colectivo femenino y reivindicar mejores condiciones. Juntas podemos conseguir lo que queramos.
Martillo (vocalista de The Capaces y Shake! Soul and Roll)
Si a una carrera de obstáculos entre hombres y mujeres, le vas añadiendo barreras al carril femenino el resultado es un lucha desigual. A muchas mujeres ni tan siquiera se les ha dejado participar, algunas ni la opción de soñar que podían hacerlo. Ser mujer no acarrea ninguna condición explicita que nos aleje del ámbito del rock ni todo lo que le rodea, son los roles impuestos, que en muchísimas ocasiones han pasado a rodillo por encima nuestro,silenciando sueños, talento, ilusiones, apagando la propia vida. Pero muchas mujeres llegaron a cruzar la meta tras librarle la batalla a una sociedad injusta y discriminatoria claramente diseñada por varones. Ahora su lucha y coraje son nuestra inspiración. Ahora ya no hay marcha atrás, el tiempo de las mujeres invisibles acabó. La historia envenenada de misoginia que tanto tiempo nos ninguneó ahora se llama presente y es solo nuestro, es cuestión de no dejar que te escriban la historia. Si hay algo que inventar que sea el futuro.
Personalmente no me he encontrado nunca con ningún problema ni prejuicio por el hecho de ser mujer en el ambito del rock, si fuera de el, y podría llenarte folios con mierda pura. Aún hoy hay mucha oscuridad vertida e incrustada en la sociedad. Hay mucho trabajo que hacer, y derrocar muchas instituciones herméticas y rancias que dan arcadas. Aunque por suerte no vamos a la deriva, el feminismo esta calando en la sociedad de forma sistemática, y ahora ya solo se pueden dar pasos hacia adelante. En referencia a mi experiencia en el entorno de la escena rock alternativa hombre y mujeres siempre han trabajado en equipo sin clasificación por sexo y eso es lo que he visto desde muy joven. Para mi el Rock’n’roll ha sido y es un oasis de libertad donde explotar y experimentar mil vertientes creativas, intelectuales, espirituales, un gran proyecto artístico al que dedico mi vida. Si es cierto que cuando empecé, hará más 20 años, eramos menos chicas pero por un problema de base social y cultural. Precisamente la contracultura del punk ha sido un arma para combatir el machismo y hoy somos imparables
Francesca Missori (bajista de Worth)
Supongo que por tema cultural, las mujeres han llegado bastante después a la escena musical más heavy, ya que el hecho de tocar un instrumento como guitarra, bajo o batería era «cosa más de hombres» y muy pocas se atrevian. Por suerte unas cuantas empezaron a introducirse en el mundo del metal, rock, punk, gracias también a movimientos como lo de las riot grrl, que despertó muchos ánimos e ideales. En la actualidad cada día hay más bandas femeninas, creo que vamos bien encaminadas! Los hombres ya estan mucho más acostumbrado a la presencia de mujeres rockeras/metaleras, hay más igualdad pero también reivindicación feminista; hemos avanzado bastante y avanzaremos aun más! En mi caso, por suerte hasta ahora no he tenido ningún problema por ser mujer ni en la escena musical ni en el ámbito laboral.
Marta Monistrol (guitarrista de Worth)
Creo que uno de los principales problemas de que no haya mucha presencia de mujeres es la educación. Ya desde pequeñas las niñas se les debe apoyar si su deseo es tocar en una banda de Metal/Rock.Esas niñas somos ahora mujeres que disfrutamos tocando este estilo de música y queremos que se vea normal que hayan componentes femeninas en los grupos de música sea cual sea el estilo.
Cada vez hay más presencia de mujeres en el Rock/metal,y creo que irá a más! Pero tampoco creo que se tenga que favorecer , ni ayudar especialmente a las bandas con componentes femeninas sólo por el hecho de que somos mujeres, sino porqué realmente te lo has currado y has demostrado que transmites tu música al publico,solo así conseguiremos que nos valoren por igual. Personalmente no he tenido ningún problema ni en el trabajo ni en la música por ser mujer.
Nina Montesó (vocalista de Illinoise)
Creo va muy ligado al sistema de creencias que nos han inyectado en vena. El patriarcado está tan enraizado que ha grabado en nuestras mentes un sistema de creencias limitantes tanto a privilegiados como a oprimidxs. Des de que existimos se nos mete con calzador como debe ser nuestra identidad y nuestra conducta de cara a la sociedad. Se nos hace a medida del sistema, delimitando – de forma implícita o explícita – nuestras zonas de confort, los lugares o círculos a los que pertenecemos con legitimidad. Creo que en todos los colectivos oprimidos la violencia que ejerce el poder es muy profunda, hecho que obviamente mina nuestra propia autoestima y seguridad, limitando de forma imaginaria nuestras capacidades. No se nos ha preparado para combatir esa violencia, así que muchas veces, acabamos creyendo de forma inconsciente que no pertenecemos a esos lugares entendidos como masculinos, o que realmente no tenemos las mismas habilidades.
Y aquí entramos en el ámbito del rock / metal / punk etc. No es ningún secreto que siempre ha sido un mundo muy masculino. Creo que se debe sobretodo a sus formas de expresión, más asociadas a la masculinidad. Son estilos más agresivos, contestatarios, con más garra, más rabia… Conductas que no corresponden a los patrones imperantes tradicionalmente femeninos. Es por eso que cuando, como oprimida, intentas formar parte un lugar que se te ha hecho creer como ajeno, significa nadar a contracorriente, luchar contra nuestra propias creencia limitantes.
Como mujer, cuando sales a un bolo, ya no se trata solo de salir a tocar. Se trata de exponerte a una mirada diferente llena de prejuicios. Significa expresarte de una forma que no corresponde a los patrones establecidos. Implica salir al escenario a sabiendas de que se van a cuestionar tus capacidades de forma mucho más exhaustiva. Y ya no solo eso, implica la lucha contra tu propia mente para conseguir que te resbalen esos prejuicios.
Y es que además como salgas a tocar y resulte que lo haces bien, corres el riesgo de tener que aguantar luego la típica condescendencia, con frases célebres soltadas alegremente y con cara de sorpresa como “lo has hecho muy bien por ser una tía” o “pensaba que ibas a cantar como la Oreja de Van Gogh y me has sorprendido”. Eso sí, esperando, cómo no, que agradezcas el “halago”. Y es que la rabia y la energía salida de un vestidito escapa aún de la lógica de algunos. Se rompen sus tan interiorizados esquemas. Ya ni mencionar la tendencia a cosificarnos y sexualizarnos, dirigiendo más atención a nuestros cuerpos que a nuestras formas de expresión.
Es por eso formar parte de este entorno, a menudo se convierte incluso en un acto de desobediencia y subversión, de desafío al orden establecido, de rotura de códigos. Creo que el trabajo personal que supone para las mujeres es muy distinto al que supone para los hombres. Y no siempre es fácil o se está dispuesta.
Diría que para romper con esta situación ambos lados tienen su parte por hacer, siempre ligada al trabajo personal como base y a la toma de consciencia.
Por parte de los privilegiados, creo que sería bueno esforzarse por liberarse de esos prejuicios. No negar la evidencia por mucho que cueste soltar los privilegios. Entender y aceptar que la opresión existe y que es necesario combatirla de una vez por todas. Dar visibilidad y darse cuenta de que SÍ, sorpresa! También sabemos tocar, también sabemos gritar, también somos capaces de expresarnos con mala leche y garra! Y eso no os va a robar validez. Y por favor, os invito a dejar vuestra condescendencia en casa, no la necesitamos.
Por parte de las mujeres, seguir luchando por nuestra deconstrucción y empoderamiento. Creer en nosotras, reconocer y alimentar nuestra valía, fomentar nuestra autonomía. Es importante apoyarnos con sororidad, crear tribu y hacernos oír sin miedo, aprendiendo a obviar según qué opiniones y a tumbar los prejuicios.
En primer lugar siento decir que ningún espacio está exento de las garras del heteropatriarcado. Es verdad que este tipo de conciertos se suelen dar más a menudo en ambientes más libertarios, donde las actitudes machistas quizá sean más sutiles, no tan obvias. Pero justamente es en entornos así donde más duele ver como los patrones opresores y la falta de consciencia siguen vigentes (aunque sea bajo la actitud de la crítica social). Aún hay dificultades y resistencias a la hora de identificar las distintas formas de violencia. Entiendo que no es fácil ser totalmente coherente y honesto con el discurso de uno mismo (todo estamos en constante aprendizaje), pero pincha ver tantas veces la negación ante la evidencia.
Porque a veces parece que el solo hecho de pertenecer a un entorno más alternativo o “antisistema” ya te otorga cierto nivel crítico incuestionable. Como una ilusión (un tanto pedante) de estar por encima de la moral de los que no pertenecen al círculo y que te salva de la autorevisión. Pues a mi parecer, debería ser al contrario. De qué sirve focalizar la crítica hacia el exterior cuando uno no está dispuesto a autoanalizarse y aceptar los privilegios de forma honesta? Aceptarlos es la única forma de desprenderse de ellos. Mientras no sea así se seguirán perpetuando los mismos esquemas de conducta, sea en el ambiente que sea. Para mí no vale repetir los discursos y asentir sin indagar más allá. No hay deconstrucción posible sin una mirada hacia adentro. Creo que es el primer lugar donde todxs deberíamos mirar.
Por muy concienciados que se supongan ciertos espacios, aún hay muchos hombres que asumen su poder sobre nosotras y su derecho a comernos la oreja. Parece que el privilegio de haber nacido con el órgano colgandero entre las piernas, siga haciéndoles creer con derecho a inmiscuirse en nuestras vidas y decirnos cómo vivirlas. Como el ejemplo de un chico que, por no querer acostarme con su colega, me vino a dar lecciones de como disfrutar de mi sexualidad y mi libertad. Muy antisistema él. Sabe mal, pero ni siquiera en estos ambientes podemos bajar la guardia del todo, pues no se salvan de actitudes y frases fuera de lugar que demuestran la profundidad del problema.
Si nos referimos a la banda, internamente ha habido un cambio progresivo significativo a lo largo de los años, al ritmo de nuestra evolución individual. Cuando empecé con 18 años, era extremadamente tímida y no la más sociable del universo. Así que presentarme allí con cuatro tíos que no conocía de nada, todos mayores que yo, me daba cierto pavor. De hecho, a los primeros ensayos siempre iba acompañada. Luego pude ver que eran unos cachos de pan. Aun así, con la perspectiva del tiempo, me doy cuenta de que nos dejábamos llevar por ciertos patrones típicos. Por ejemplo, a la hora de tomar decisiones, yo daba por hecho de forma inconsciente que mi criterio no tenía el mismo valor.
Esa creencia me llevaba a evitar exponer mi opinión y a que repitiéramos el mismo funcionamiento continuamente. Pues cuando me atrevía a opinar (desde la inseguridad), no se me tenía muy en cuenta y eso me frustraba, pero lo llevaba en secreto. Cómo iba a expresarlo?! También es verdad que en esa época tenía una relación que no ayudaba a romper con esa creencia, ya que para él, que yo estuviera en una banda rodeada de tíos, significaba buscar la atención masculina, en vez de una necesidad de expresarme a través de la música. Cada concierto era un drama. Por suerte, todo eso ha cambiado mucho. Ahora los integrantes de la banda son como mis hermanos 🙂 y no me callo ni una! jajaja.
Yo trabajo en mi empoderamiento y creo más en mi criterio, y ellos, a base de turras y turras, también me escuchan más activamente y van tomando consciencia de muchas cosas que quizá antes no veían tan claras. Y de cara al exterior, sí que a veces siento que los hay quien se dirigen a mí de forma de forma distinta que al resto de los integrantes. Nunca he oído que les digan con cara de sorpresa que lo han hecho muy bien por ser un tío, o pedirles que enseñen un teta…
En fin, es evidente que queda muchísimo por hacer, por eso deseo y agradezco ver implicación y esfuerzo por entender y tomar conciencia del gran problema.
Sara Moreno (fundadora y directora de Background Noise)
Siempre ha habido mucha diferencia en la proporción de mujeres en la música, no sólo en el rock. Hace años, los grupos de mujeres como, por ejemplo Vixen, o cantantes como Lita Ford o Doro que son referentes del estilo, era algo “glamuroso” pero gustaba aunque en los 80 no se echaba tanto de menos o no se hacía notar tanto la evidente desproporción, por la costumbre a ver siempre hombres en la música y en la sociedad.
En esa época y hasta principios del 2000, las mujeres que trabajaban en el sector se dedicaban principalmente a la promoción en las discográficas y alguna tenía algún puesto más alto pero casi todo relacionado con la comunicación.
Hoy en día hay muchas más bandas lideradas por mujeres o compuestas casi en su totalidad por ellas pero aún queda mucho camino por recorrer. También en el ámbito del rock se ve a mujeres trabajando en producción, de técnicos de sonido, luces, tour manager y cualquier otra función que desempeña un hombre y que hace unos años era impensable o era difícil conseguir ese tipo de puestos aunque hubieses estudiado para ello como es mi caso.
Cada vez hay más visibilidad de las mujeres en el rock y en otro tipo de estilos pero hay mucho trabajo que hacer. Asociaciones como MIM (Mujeres de la industria de la música), a la que también pertenezco, trabajan para conseguir la paridad, para que los festivales tengan el mismo número de trabajadores de ambos sexos, que cada vez se contraten a más bandas donde un porcentaje sea femenino o que participen en los ámbitos musicales igual que los hombres, como ser jurado en concursos musicales, participar en charlas relacionadas con la música u otros actos y eventos que se realizan.
También debe cambiar la mentalidad de la sociedad, no sólo en la música, se nos ha educado de una manera y hay gente joven que, sorprendentemente, sigue pensando como hace 40 años o como pensaban nuestros abuelos o nuestros padres y esto debe cambiar. Todos somos personas capaces de realizar un trabajo y por ser mujer no eres menos, ni más débil ni tienes que cobrar menos si vas a realizar el mismo trabajo y tienes igual o más experiencia y/o formación.
Quizás la escena rock/metal es menos clasista en este aspecto y aboga por que haya grupos que estén formados 100% por mujeres o un alto porcentaje, pero también es actitud de las mujeres rockeras para formar bandas. Hay niñas que comienzan a tocar instrumentos a los 5 o 6 años y lo dejan con 13 o 14 porque siguen viendo que la gran mayoría de grupos están formados por chicos y no se ven capaces y eso es lo que hay que cambiar, hacer charlas para que vean que ellas también pueden seguir y tener su propio grupo o formar parte de otro, componer y crear sus propias canciones.
Ahora no me encuentro con ningún prejuicio, en mi caso, en el desarrollo de mi trabajo porque llevo 20 años trabajando en la industria y ya me conocen, pero si los tuve en los comienzos, era muy joven, me saqué la titulación de técnico de sonido, de hecho, en los 3 años de estudios fui la única chica, y no pude ejercer porque era muy complicado, los técnicos no querían llevarte de prácticas ni en directo, que era a lo que me quería dedicar, ni en estudio. Me decían que tenía que hacer muchos viajes, cargar equipo, acabar tarde por las noches y era muy duro. Tampoco pude colocarme en un estudio y aunque sí que grabé algunas maquetas y estuve de técnico de dos bandas en un concierto en las fiestas de la ciudad donde vivía que organizaba la emisora de radio, donde estuve varios años haciendo un programa y de técnico de otros, no pude continuar mucho más.
Tras esto, he sido tour manager de bandas, he cargado y sigo ayudando a cargar equipo pesado, viajo, acabo tarde las noches de concierto, de promoción y trabajo muchas horas las semanas y días de festivales, soy madre y hago trabajo de oficina y todo se puede hacer.
Por circunstancias y por escribir para una revista de música, me enteré que necesitaban personal en una agencia de comunicación, me entrevistaron y me cogieron y allí empecé a formarme en la promoción de bandas. A partir de ahí cambié a otras discográficas hasta que decidí montar Background Noise que el 1 de marzo cumple 15 años.
Nunca me he sentido infravalorada por mis compañeros ni por mis jefes pero si por medios que llevaban años y me veían como una “pipiola” a la que no hacían caso y me costó un poco hacerme respetar. Por suerte, hoy sigo trabajando con muchos de ellos y tengo el respeto de todos que me he ganado trabajando seriamente y lo mejor posible. Con las bandas también tengo ese respeto, a veces tienes que actuar de madre y aunque con muchos la relación pasa de trabajo a amistad, el respeto es mutuo y ambas partes hemos de saber cuándo hay que trabajar y cumplir horarios y cuando se puede estar de ocio.
Ahora trabajo con más mujeres dentro de la industria, muchas compañeras de discográficas tanto aquí como en otros países de fuera, de producción, fotógrafas, medios de comunicación y algunas son jefas de departamento y aunque queda mucho camino por recorrer, sobre todo, para que muchas puedan llegar a ser directivas al igual que los hombres, que hay muy pocas. Creo que el trabajo que se está haciendo es bueno y hay que seguir por ese camino y sobre todo concienciar a las nuevas generaciones que todos somos iguales y podemos ejercer cualquier cargo independientemente del sexo que tengamos.
Andrea Muñoz (responsable de prensa de Madness Live!)
Hay muchas mujeres en el mundo del rock, como en cualquier otro ámbito profesional. Las vemos menos porque no son tantas las bandas que cuentan con mujeres en sus filas, pero trabajando en promotoras, como managers, agentes o publicistas relacionadas con este mundo hay muchísimas. Creo que de hecho, la escena rock es un mundo muy bueno en el que trabajar, hay otros donde de verdad se valora más el aspecto físico o el potencial de venta de una buena imagen, que el talento del artista, sin mirar su género.
Y ahora, en mi caso concreto trabajando en Madness Live!, sólo puedo decir que he encontrado apoyo y facilidades. Tengo un régimen laboral que me permite conciliar, ya que soy madre de familia.
Trabajando en los eventos, con los artistas, jamás he tenido el más mínimo problema. Esto también forma parte de la actitud de «ambas partes». Si eres profesional, vas a lo que vas y no entras en el juego, no tienes problemas. No veo mal que los integrantes de una banda quieran «ligar», eso no es acoso, es una actitud humana tan normal como respirar y es absurdo (y muy ridículo) estigmatizar/condenar a nadie, hombre o mujer, porque tal o cuál persona le ha gustado he intenta ligar con ella. ¿Qué hay de malo en eso? Otro tema para hablar largo y tendido es si perdemos las formas, nos emborrachamos, etc… Si no eres capaz de controlar tu propio comportamiento y luego te pasan cosas, quizá deberías plantearte ir siempre con tu papá o mamá a los conciertos para que te vigilen. Hemos visto gente, con 20 y con 40, hacer literalmente el gilipollas. Es asunto suyo.
Elsa Muñoz (vocalista de Le Mur)
A ver, es una opinión, es totalmente subjetivo, puedo hablar por mi experiencia en términos actuales, o por la de mi entorno (familiar en este caso) si me refiero al problema desde el punto de vista de las generaciones anteriores. Mi madre fue modelo en su juventud, mi tía era bailarina, sus anécdotas sobre encontronazos con hombres del artisteo, aún a pequeña escala, eran de película. En España durante los años de dictadura se eliminó el papel de la mujer como figura destacada profesional, intelectual o artística para potenciar el ideal de mujer del hogar, creo que todavía arrastramos viejos valores que son un lastre para el progreso en todos los ámbitos.
Bajo mi punto de vista, se veía a las mujeres que se atrevían a desarrollarse como músicas en los estilos más alternativos como precursoras de proyectos o gestos reivindicativos, como valientes, y lo eran, claro! Era difícil también, pero socialmente más digerible, el que un hombre quisiera ser músico a que una mujer quisiera desarrollar su talento o sus inquietudes en este ámbito. Curiosamente no se veía tan anormal que fuese en estilos populares, o que para lograr éxito se sexualizase a la artista, porque el escándalo era aceptable, pero la rebeldía tuvo que surgir, como en cualquier capítulo de la historia que hable de cambio. De hecho, aún ocupa un lugar en nuestro esfuerzo por deshacernos de ideas preconcebidas que van estrechamente ligadas a ser mujer y querer recorrer este (difícil ya de por sí) camino escarpado.
Creo que la concienciación está impactando a nivel general, no sólo en ciertos estilos, ni en disciplinas concretas. Hablamos de un movimiento que a día de hoy no debería tener que reivindicarse si quiera, en mi opinión vamos tarde en cuanto a aceptación, normalización, diría incluso empatía. Hasta yo misma tengo que revisar mis costumbres, los límites para las mujeres están muy enraizados en la educación, me alegra muchísimo por otro lado que sean en parte las nuevas generaciones las que empiezan a crecer deafiando y eliminando desde temprano esos valores arcaicos y dañinos, siempre ha habido mujeres en la música, pero ahora más que nunca las chicas montan bandas, las chicas crean conceptos, las chicas se posicionan sin complejos. Estamos viviendo un momento emocionante en el arte.
Si me preguntas por el ámbito musical, que desafortunadamente no es mi trabajo a tiempo completo (más bien una pasión que me mantiene lejos de que el curro y el dinero me vuelvan loca), tuve unos pocos momentos muy tensos al empezar a dar conciertos, con 19 o 20 años, que se resolvían de manera brusca o cortante por mi parte por ser medio inconsciente y estar a la defensiva a menudo. Ese estado de mantener la guardia, aunque parezca una tontería, se instala en alguna parte de tu comportamiento si eres mujer y pasas por situaciones de “alerta”. Luego con el tiempo y la madurez aprendes a identificar ciertas actitudes y si todo va bien te ocupas de rodearte de gente que no da cabida a ese tipo de mierdas.
Recuerdo al empezar a salir fuera de Murcia con Le Mur algún comentario del tipo, mejor que se presente a factor x, OT, la voz y esas cosas, pero salvo cosas así, tengo la suerte de tener unos compañeros que me respetan y trabajan conmigo con complicidad y confianza. Igualmente en el “circuito” en el que intentamos crecer se valora el esfuerzo y el trabajo, no lo que tienes entre las piernas, así que afortunadamente no siento ningún abuso o juicio añadido por mi sexo.
Si me preguntas por el ámbito laboral, casi toda la vida he trabajado de cara al público, y dentro de eso, he sido (y sigo haciendo extras si es necesario) camarera algunos años. Supongo que es triste asumir que se sobreentiende que he pasado como mínimo por unos cuantos malos tragos con clientes del sexo opuesto, pero más triste es tener que puntualizar que la cosa se ha ido de madre más de una vez, más de dos y más de tres.
Como consejo a aquel que aún piense que porque una camarera o dependienta de establecimiento (en mi caso he estado más de la mitad de mi vida laboral vendiendo consolas y videojuegos y sí, ahí también me han negado el atenderles por pensar que una mujer no podía tener ni puta idea de qué juego quieres o qué le puede pasar a tu consola en garantía) te atienda con educación y una sonrisa NO significa que quiere irse contigo al salir, significa que se esfuerza por hacer bien su trabajo.
En resumen, me cuesta creer que aun tengamos que espabilar y me motiva muchísimo que si trabajamos todos juntos con respeto y firmeza, en el peor de los casos, los que serán censurados, cuestionados y rechazados en cada vez más aspectos de la sociedad, serán los que quieran mantener viva una idea segregaría, tóxica y retrógrada. Gracias por contar con mi opinión, os mando fuerza y ánimo para seguir con vuestra labor!
Ruth O’Leary (guitarrista de Bones of Minerva)
En el rock y el metal, al ser música tradicionalmente “para hombres” tristemente se dan bastantes ambientes en los que una mujer ni quiere participar, ni siente que puede. Creo que lo importante es que podamos sentir que el espacio es nuestro y que podemos ocuparlo, ya sea como fan, artista, medio, fotógrafa… y eso es algo que se consigue entre tod@s.
Cuando vino Frank Carter hace un par de años, hubo una canción en la que invitó que sólo hicieran crowdsurfing las chicas y dejó bien claro que no iba a aceptar que se manoseara a nadie. Puede parecer algo sencillo, pero de pronto un montón de chicas sentimos que podíamos hacer algo que nos apetecía sin preocuparnos de que alguien decidiese meternos mano y nos jodiese la noche entera. Ese tipo de reivindicaciones del papel de la mujer en el público y sobre el escenario me parecen muy importantes.
Creo que otra cosa importante es la visibilización, viéndolas en las revistas nos hacemos a la idea de que todas podemos ser una Amy Lee, Sheila E o Brody Dalle. Los medios nos bombardean con grupos de rock de todos los niveles todos los días pero ¿por qué una banda con mujeres tiene que ser técnicamente “buena” para tener derecho a la difusión?
En Bones intentamos rodearnos de gente que no hace diferencias entre sexos como las promotoras La Rubia Producciones y Nooirax, o nuestro productor Alex Cappa, que son fantásticas y nos apoyan al cien por cien. Siempre pueden surgir movidas pero nos ayudan a navegar situaciones peliagudas, y tener ese apoyo de gente en la industria es muy importante.
Clara Orozco (fotógrafa y directora de fotografía de Diplodocus)
Como muchas otras disciplinas, podríamos decir que la fotografía se ha considerado siempre un “trabajo de hombres”. En varios conciertos he sido la única mujer e incluso las promotoras lo han destacado al día siguiente en sus redes como algo inaudito. Pero creo que en los últimos 5 años muchas mujeres han conseguido hacerse hueco entre codo y codo en todos los fosos de la ciudad. Cada vez veo más nombres y estoy orgullosa de todas ellas. Sé de primera mano lo que les ha costado.
Aún así, sigo viendo que las grandes empresas, agencias y medios tienen contratados mayoritariamente a hombres. ¿Qué debería ocurrir? Creo que habría que empezar por ahí. Nosotras estamos en los fosos día a día pero falta que “los de arriba” reconozcan más nuestor trabajo.
Yo lo vivo un poco desde fuera, ya que me dedico más a otros estilos musicales, pero veo grandes nombres de compañeras despuntando en este ámbito. Creo que es una escena muy abierta a la presencia femenina o, al menos, yo me he sentido muy a gusto cuando he tenido ocasión de acercarme a ella.
Entiendo que cualquier subcultura que ha sufrido y sufre discriminación y que, a su vez, expresa su rechazo a las políticas actuales será siempre más receptiva a la igualdad.
Ahora ya empiezo a tener una edad, pero los primeros 5 o 6 años fueron difíciles. Por ser mujer y por ser joven. Me ponían la etiqueta de “amateur” en la frente. Creo que todas las mujeres que nos dedicamos a la fotografía (o cualquier otro arte) tenemos dos trabajos: ser buenas en lo que hacemos y hacernos valorar. Y ya no solo por la creencia de que el trabajo de un hombre es mejor, sino porque a veces el cliente tiene otros intereses que si no estás dispuesta a asumir, no te dan el trabajo, you know what I mean…
Anécdota: Una vez, un colega fotógrafo le dijo a un cliente que iría con un segundo fotógrafo. Al acercarse la fecha, el segundo le falló y mi colega le dijo al cliente que iría yo en su lugar. El cliente dijo que le había prometido un hombre y me tuve que quedar en casa. Ni siquiera se dignó a ver mi trabajo.
Nerea Platero (batería de Bones of Minerva)
Yo personalmente pienso que hay menos mujeres en los escenarios porque estaba mal visto que participaran en este tipo de actividades y desde siempre ha sido algo hecho por hombres. Creo que eso es algo que está cambiando poco a poco, ya que el mundo avanza y, por suerte, las mentalidades también, y somos conscientes de que las mujeres somos tan capaces como los hombres.
Además, en el mundo del rock y metal hay bastante libertad, ya que son géneros bastante minoritarios, lo que hace que sea bastante abierto de mente (o eso quiero creer). Obviamente siempre quedan personas con “mentalidades prehistóricas” que siguen con comportamientos machistas, pero bueno, supongo que ese tipo de gente tiene la necesidad de discriminar a absolutamente todo lo que sea diferente a ellos, por lo que habrá que aceptarlos como un ser al que tienes soportar y punto.
Eva Plaza (Directora de Keep the Dream Alive, colaboradora en Rock Estatal)
Es difícil saber por qué el número de mujeres en este ámbito es menor, en comparación con la proporción de varones en el rock o metal. Una posible explicación es que el auge de esta música tuvo lugar con bandas como Black Sabbath, Led Zeppelin, Deep Purple o Queen, por decir algunos nombres. En suma, bandas conformadas por hombres. Creo que influyó un aspecto social: y es que en la década de los 60, 70, no estaba bien visto socialmente que la mujer saliera fuera de la casa sin acompañante; no estaba aceptado que formara un grupo ni ensayara. Sino que lo que se aceptaba era que se dedicara a las labores domésticas: cuidar niños, limpiar, etc. Creo que por eso se creó una “retracción” de la mujer en las situaciones públicas. Por suerte, hay excepciones: Beth Hart, Lita Ford, Roxette, Rennaissance, etc. Actualmente, esto está cambiando, aunque necesita más tiempo. Yo creo que cada mujer que integre una banda, un medio, una promotora, etc, está reivindicando esto. Y es cuestión de tiempo que la balanza se equilibre.
Creo que hay mayor conciencia de esto a título individual, no tanto como colectivo. Quiero decir que los proyectos solistas suelen respetar a la mujer y suelen caer menos en la cosificación. Y hay bandas (casos, no hablo en general), que “utilizan” el cuerpo de la mujer como reclamo para que un sector del público les escuche o compre sus discos. Sin embargo, en la actualidad buena parte del público sí que tiene conciencia de esto.
Personalmente, como redactora no he encontrado ningún problema de este tipo. El tipo de rock o metal en el que suelo especializarme es el rock progresivo (o rock sinfónico), y la proporción de hombres:mujeres que escuchan este género es del 98:2, diría. Es una pena, pero esto está cambiando.
Judit Pons (vocalista de Desafiant y Cultum Mortis)
Corría el 2005 cuando empecé en una banda, por lo tanto son unos cuantos años que llevo en la escena del metal extremo. Puedo decir que con el tiempo la proporción de mujeres (en las bandas, en la organización y entre el público) ha ido en alza. A nivel de público, nunca me he sentido menos, entre mis colegas siempre he sido una más: en la juerga, en el pogo y en lo que se tuerza. Es más, en la escena extrema unas de las personas más “true” que conozco son tías (¡un saludo a Elisa, Mari Carmen, Elisabet, Maite, Susana y tantas otras!). También he estado coorganizando festivales (Metal Art, Metall a Bellcaire y otros) y nunca se me ha tratado diferente por el hecho ser mujer. A nivel de organización casi siempre hay mujeres en ello, aunque no siempre son la cara visible, y eso es algo sobre lo que podríamos reflexionar.
El metal extremo como tal no tiene una ideología asociada, pero afortunadamente no me he encontrado con machistas ni fascistas en el rollo (quizá por eso me siento a gusto aquí). Como cantante no he tenido problemas ni con técnicos ni con otras personas asociadas al directo. Quizá el “pero” que podría destacar es que a menudo la peña me dice “te pareces a fulanita” siendo fulanita una cantante gutural a la que no me parezco en nada (excepto en el hecho de ser mujer). Jamás he visto que le digan a un compañero “te pareces a menganito” por cantar gutural. ¿Evolucionamos? 😉
Patricia Pons (vocalista de SynlakrosS)
Cada vez hay más mujeres dentro de la escena Metal, cuanto mayor es su popularidad en nuestro país más mujeres hay, para mi es una cuestión de estadística. No creo que haya que forzar nada para que haya más mujeres activas dentro de la escena, somos libres de decidir lo que queremos y cuanto nos queremos implicar. Lo único que me parece remarcable de cada a las futuras generaciones es resaltar que esto es música, y que puedes formar una banda de Metal sin pensar que se cierran puertas por tu género o tú sexualidad.
La escena Metal avanza como el resto de la sociedad, y hay ganas de cambios. Personalmente me encuentro con prejuicios constantemente, y me enfrento a ellos dando lo mejor de mí, artísticamente o en cualquier otro trabajo relacionado con la banda, puesto que hay mucho que hacer dentro de un grupo de música. Elijo predicar con el ejemplo, que es una manera de lucha lenta y pacifica que va dando sus frutos.
Angi Recordà (vocalista y guitarrista de Disaster Jacks)
Creo que actualmente el problema está en la falta de oportunidades. El patriarcado existe, pero cada vez somos más las que luchamos contra el sistema con la voz más fuerte. Hay mil bandas ahí fuera que lo petan! ¿Bomba al parlamento? jajaja Si te gusta la música y tienes una banda o vas por libre, sólo quieres tocar y hacer cosas especiales, así que al final, nos ayudamos entre nosotras, DIY! hazlo tú misma! En todas las escenas siempre hay la parte mas consciente y con ganas de evolucionar. Al fin y al cabo, en nuestro caso, el Punk, Rock, Hardcore y variantes son estilos rabiosos que reivindican ese empoderamiento y ganas de cagarse en todo. Aunque no hagas letras políticas y realmente te apetezca componer una canción de lo buena que está la pizza, sólo con la libre expresión de tocar y hacer lo que te da la gana, ya estás cambiando conciencias.
Nos educan mal desde el principio y reeducar no es fácil. Hoy en día hablando en términos generales, hay carteles de festivales que siguen si mirar a los lados sin ver que hay música muy buena tocada por mujeres y que merecen tener esa oportunidad. Hay que motivar que de ahí salen peces grandes! Con mi banda Disaster Jacks, hemos vivido de todo. Gente que se las da de feminista, te presentas en el bolo, y ves que todo es fachada y que a la hora de la verdad no hay nada de eso. Y mil historias más. ¡De todo se aprende! Es emocionante ver que vivimos en una generación muy bonita con mucha fuerza para cambiar las cosas
Marle Recordà (batería de Disaster Jacks)
Creo que hay que dar mas voz y visibilidad y tratarnos como personas, no tener prejuicios sobre lo que tenemos entre las piernas y nuestras capacidades. Creo que una gran motivación para seguir en esto es ver a tu banda evolucionar. A nosotras nos ponen muchas barreras, no nos toman en serio de primeras y tenemos que demostrar el doble que los hombres. Por eso ver mujeres en grupos llegar al mismo nivel de aceptación que otros formados íntegramente por hombres es NECESARIO. Cedernos espacios y no relegarnos a segunda fila como siempre ocurre en todas las disciplinas y oficios. Cooperar de verdad, apoyarnos de verdad entre todxs.
La escena alternativa es igual de machista que toda la sociedad heteropatriarcal. No ha cambiado nada. Y si tocas la batería es peor. Si tocas la batería hay gente que piensa que eres una marimacho. Ah, pero estamos en el siglo XXI eso la gente ya no lo piensa… Mentira. Lo peligroso es que es una idea enquistada que no se manifiesta. Nadie a voces te juzga por tocar la batería, pero sigue habiendo un sector de la sociedad que lo piensa. Y me dan pena. Espero que algun día despierten. Mientras tanto, valoro a todo aquel que me trata valora como músico. Eso es lo que soy. ¿Me tomo mi vocación como algo político a veces? Sí. Sigo mostrando que puedo golpear los parches igual de fuerte y técnicamente que un hombre. No literalmente, mediante mis palabras, sino tocando. Se chapan muchas bocas con la música, es necesario en algunas situaciones empoderarse, alzar la voz y decir ‘aquí estoy, soy como tú’ y hasta que eso no se consiga, seguiré tocando hasta que llegue a vieja y mi cuerpo no de más de sí.
Hay que entender que la música, igual que el mundo, está mayoritariamente dominado por hombres, entonces los amiguismos que hay entre ellos son mayores que entre nosotras por el simple hecho de que son más y aquí viene el factor más desequilibrante en esta realidad: que históricamente nosotras no hemos tenido voz alguna. Me han llegado a preguntar si se montar un hi-hat o dudar sobre mi nivel técnico antes de entrar en un grupo. Estas situaciones, lejos de crear impotencia hay que tomarlas como una oportunidad para empoderarse y sin hacer necesariamente pedagogia hacerles ver que se equivocan en su criterio. Que valemos mucho y hay que alzar la voz.
Marta Ribate (Holy Cuervo y Century Media Records Iberia y LatAm)
Bueno creo que hoy en día el rock o el metal son dos géneros mucho más minoritarios que en los 70 u 80. Ya no hay bandas jóvenes y actuales de rock de estadio (Foo Fighters para mi no cuentan) con lo cual eso difícilmente se va a ver reflejado en un incremento del público femenino. Led Zeppelin o Black Sabbath en los años 70 atraían a masas de gente, era un moda y una forma de vida así que por supuesto habían más tías dentro del Rock. Ya con los 80, al menos desde mi punto de vista, el género llegó a su cúspide con bandas más aptas precisamente para las mujeres. Con esto me refiero a que definitivamente Bon Jovi, Poison, Hardline etc estaban muy enfocados a las tías y esos, fueron sus años dorados. Mi explicación es que eso desapareció y ahora los únicos grupos llamados a ser los descendientes del rock de masas son…Umm ¿Ghost o Great Van Fleet? Lo siento, pero no le llegan ni a la suela del zapato tanto como músicos, como en actitud a un John Norum o a un John Sykes. Así que sí, ahora sólo quedamos unas pocas añorando esa época que ni pudimos rozar o bien esas valientes que se fueron por la rama del extremo o el doom, que han sido siempre minoría.
No creo que la escena del metal sea ni feminista ni consciente, nunca lo fue y sigue sin serlo. Ser feminista es pedir la igualdad entre hombre y mujeres, y te puedo asegurar que como sociedad, me da igual las escenas de la música, es en la misma sociedad donde nos queda aún un largo camino y no sólo pensando en que el género masculino acepte y se eduque en el feminismo, sino nosotras mismas. NOSOTRAS también tenemos que ponernos y MUCHO las pilas. ¿Alguien puede por favor decirle a la niña que entra en el camerino de Till Lindermann que eso no mola, sino que es asqueroso acostarse con un tío que te saca 30 años simplemente por ser el cantante de una banda? Cuando hay mujeres dispuestas a hacer lo que sea por ponerse unas medallitas por pillar con un músico y hombres que encima ven eso con buenos ojos o se aprovechan de esa situación ¡oye! No veo entonces ninguna diferencia entre 1978 y 2019.
Y llevándolo al ámbito de las bandas de chicas… Creo recordar que en 2017 al Azkena se le criticó mucho por no tener a ni una banda de mujeres en el cartel y vaya, en el 2018 ahí estaban Girlschool y Joan Jett. ¿Qué pasa? Que ahora sí que hay que meter a bandas de chicas porque sino no, llueven críticas. No señor, si se mete a una banda en la que sus miembros sean mujeres que sea porque lo valen no por el qué dirán de mi si no lo hago, o a ver si voy a vender menos entradas y me llaman machista. Igualdad, eso es el feminismo vuelvo a repetir. Ni discriminación negativa «¿sabes poner el jack en el ampli? ¿o te hago yo la prueba de sonido? ¡Voy al bolo porque están buenas!» y ni discriminación positiva «que estén en un cartel porque el festival necesite bandas de chicas para ser muy progre «. Me encanta las bandas de tías con un par de ovarios y las defiendo a muerte porque valen oro, más L7 y menos fotos con bajo, guitarra y poniendo morritos de pato, chicas. ¡Vamos a hacernos valer!
Dentro del ámbito laboral no he tenido ningún problema a la hora de desarrollarme como profesional en el sector y en mi empresa me han apoyado desde el minuto uno, pero obviamente el respeto con medios, bandas, promotores etc te lo tienes que ganar. Cuando entras muy joven en este mundo pues es obvio, te ven como el niñatillo de turno pero si encima eres mujer pues… Qué te voy a contar, es un extra añadido a que alguno o alguna pues no te tome en serio. Cuando entras en un backstage para hacer tu curro hay mucha gente que se sigue confundiendo. Ya aprendí la lección en varias ocasiones, aunque haga 35º no llevar pantalones cortos. Triste pero cierto: ya no los llevo o me pongo medias debajo, bien «tapadita». Cambiemos esto por favor, no es justo tener que demostrar que se equivocan. Los puestos de trabajo se consiguen en base a las aptitudes de la persona, no del género. Cambiemos los prejuicios y entonces daremos un paso de gigante.
Susana Rincón (vocalista de Suevicha)
La presencia de las mujeres en el rock no es sensiblemente inferior, es muy marcadamente inferior al de los hombres. Son hechos. Desde que somos niños se nos asignan roles de género que si esto es malo para chicas y que si esto es guay para chicos. El interés musical se forja desde la niñez y creo que esta asignación de papeles afecta a que la mujer esté más o menos dentro del rock y en el metal.
Desde luego en el ámbito musical, no solo del rock, por norma general, para que se nos tome en serio como músicos tenemos que demostrar el doble que un hombre, y curiosamente acaba resultando que una mujer llama más la atención cuando se sube a un escenario, me imagino que es a modo excepción.
Con mis compañeras en Suevicha, hemos vivido situaciones tales como si sabemos que nuestra tonalidad es muy grave, o si te coloco el equipo por si no sabes cómo lo llevas. Afortunadamente, está yendo a menos. Lo que sí, en ciertas entrevistas de radio me he encontrado con la pregunta… ¿Por qué una banda de chicas? Ya con esto se vuelve a que somos excepción y desde luego esto ayuda a que se nos discrimine y no ayuda a que seamos uno más.
Concretamente Suevicha fue forjado y echó a andar con la idea de tener componentes músicos sin importar el sexo, de hecho en el comienzo hubo componentes del sexo masculino, pero fue designio del destino que en la formación haya acabado siendo solo de mujeres, sin más. Somos músicos indiferentemente del sexo, es una labor diaria y que poco a poco, espero que se afiance y deje de ser una idea para ser una realidad.
Blue Rodríguez (vocalista de Bones of Minerva)
Al final el machismo es algo intrínseco en esta sociedad en cualquier industria, la mujer siempre ha de cumplir con un rol asignado y ser “femenina”, que en mi opinión es bastante la clave de este asunto. Cuando era adolescente siempre me sentía poco identificada con el resto de chicas de mi grupo de amigos, porque a mí me gustaba hacer el tonto, trepar por cualquier lado, hacer el ridículo… Y no me sentía menos “femenina” por ello, pero la sociedad nos dice que si quieres ser una mujer con “éxito” no puedes ser atrevida, no puedes hacer el tonto, decir gilipolleces… En resumen, no puedes perder la compostura, y aunque suene absurdo y muy antiguo, para la mayoría la feminidad se sigue viendo de esa forma.
Y al entrar más en la industria del metal, la verdad es que ese sentimiento de no encajar, para mi sorpresa, no cambió, pienso que es uno de los estilos que más necesitan un cambio y una conciencia sobre la igualdad de género. El metal es un estilo donde abunda bastante el tecnicismo. A mi me ha costado llegar a ese punto de poder creer en mi a ese nivel y permitirme el lujo de encerrarme en mi cuarto todos los días durante horas para centrarme sólo en mi mierda. No se nos educa para ser creativas, si no para preocuparnos de otras mil responsabilidades, pero cuando lo somos y pasamos de lo que se espera de nosotras, la gente se vuelve loca intentando encontrar el cómo encajarlo.
Por suerte pienso que estamos consiguiendo cambiar estas ideas poco a poco y que ahora cada vez hay más grupos con mujeres en esta industria. Siempre te vas a encontrar a alguien que te mire bajo el prisma de “girl band” o cualquier mierda, hasta donde yo sé una “boyband” son los Backstreet Boys y no un grupo como Mastodon. Pero creo que las cosas están cambiando, que el feminismo está cada vez más aceptado y comprendido tanto por hombres como mujeres y que se está tomando una conciencia real, independientemente de las modas. Creo que el día de mañana conseguiremos que se nos vea como personas antes que por nuestro sexo y que se podrá valorar nuestro trabajo de la misma forma.
Marta Sacri (flautista de Sechem)
En mi opinión, el metal es un género musical tremendamente machista. Desde adolescente he escuchado multitud de críticas de metaleros a otros estilos como es el reggaeton, cuando pocas veces he sentido un espíritu autocrítico por parte de la comunidad metalera. Desde sus inicios, la mujer en el metal ha estado poco presente al ser un género predominantemente masculino en especial por su ideario de “virilidad” y “agresividad” (roles típicos masculinos). En el momento en el que las mujeres aparecieron, su rol pasó a ser hipersexualizado. Si analizas los comentarios que se realizan sobre mujeres músicos, su talento parece estar ligado siempre a su apariencia física y/o al talento de un compositor hombre. Yo crecí escuchando Metal sinfónico y ahí se ve muy claramente: “Las Musas del Metal”, “Metal chick of the month”, suma y sigue. ¿Por qué musas? ¿Es que acaso es más importante ser la inspiración de un compositor que nuestro talento o participación en una banda?Creo que a la gente le cuesta visualizar todo esto porque el machismo es muy impermeable y tiene muchas dinámicas. Por un lado, las cantantes femeninas son juzgadas más duramente que sus compañeros masculinos a nivel vocal, de presencia escénica, carisma, simpatía (!!), estilismo… De hecho, tienen su propia etiqueta: “Female Fronted Metal”, como si no fuera machista crear una separación entre grupos con cantante femenina y cantante masculino. Así, y esto no lo he visto en otros estilos, todavía hay gente que va por ahí diciendo: “No, es que a mí las voces de chica no me gustan”. Y, por otro lado, hay una gran parte del público masculino en el metal que solo valora la apariencia física de las mujeres en las bandas, por lo que su capacidad técnica será pasada por alto y la de su guitarrista (masculino, por ejemplo) no.En realidad el género solo refleja la sociedad actual. Sin embargo, creo que deberíamos centrarnos en mejorar desde dentro y no en lo que hacen los demás, porque aunque cada vez hay más presencia de mujeres en el estilo, el machismo sigue predominando.
Paula Sánchez-Lafuente Lucas (batería de Wild Animals y Loss Leader)
Creo que, como en otros muchos ámbitos – el deporte por ejemplo – si de pequeña no encuentras representación, alguien en quien fijarte y con quien te identifiques, te cuesta mucho más arrancarte a hacerlo. Creo que tener una figura así es muy importante cuando tienes 12 o 15 años o los que sean, y te estás preguntando si tú serías capaz de tocar como lo hacen todos esos chicos que ves en la tele o en los conciertos a los que vas. A parte de esto, quizás ir a un local de ensayo en la pubertad con una panda de tíos al principio te puede hasta incomodar. Ya sabemos cómo son los críos a esa edad… Y eso que la mayoría de mis amigos siempre han sido tíos heterosexuales, pero aún así, cuando empecé a tocar me ayudó muchísimo el hacerlo junto a mi amiga Nuria, ir juntas al local y ponernos a tocar. Crear esa piña entre nosotras en un espacio dominado por hombres.
Por eso creo que es tan importante que ahora mismo tengamos en cuenta esto a la hora de montar un concierto, un festival, etc. Que se visibilice y las chicas jóvenes tengan un referente al que mirar, seguro que para muchas es importante para animarse a coger un instrumento. Nunca me olvidaré de cuando vi a Sleater Kinney con 17 años, yo ya tocaba entonces, pero de alguna forma me dio más fuerzas y ganas todavía de seguir tocando.
Crecí yendo a conciertos de punk, un estilo bastante politizado, y por suerte esto se notó en muchos aspectos y en la aceptación y el respeto de los hombres que tenía a mi alrededor, seguramente más progresistas que en otros ambientes. Aún así, me he topado muchas veces a lo largo de estos años con actitudes y comentarios machistas del tipo «tocas como un tío» (muchos chicos te dicen esto pensando que te están alagando), estar montando mi batería para probar sonido y que alguien de la sala o la organización pregunte «¿quién es el batería?», sin pensar que pueda ser la chica que está montándola, etc.»
Carla Santacreu (vocalista y guitarrista de The Lizards)
Es un hecho que en el rock y metal falta presencia femenina. Quizás sea por un motivo cultural que arrastra una tradición machista que durante años no ha propiciado que las mujeres formaran parte de ella. Aunque creo que cada uno/a es responsable de sus propios actos y nadie nos prohibe cojer un instrumento y empezar a tocar, sí que es verdad que hay factores que pueden potenciar a que haya más presencia femenina en la escena y la base de todo ello es cultural.
Aún queda mucho trabajo por hacer en nuestra sociedad y eso afecta a todos los sectores no sólo el musical. Aunque poco a la cosa va mejorando aún hay que cambiar muchas cosas para que podamos decir que existe igualdad. La brecha salarial por ejemplo es un problema muy injusto que nos afecta a todas. Los estereotipos en el rock o el metal tampoco han ayudado a potenciar la presencia femenina. Es trabajo de todos el construir una sociedad igualitaria sin prejuicios y es muy importante ser conscientes de ello y estar dispuestos a cambiarlo.
Diva Satánica (vocalista de Bloodhunter y Outreach; Redactora de La Heavy y MariskalRock)
Es simplemente una cuestión de devenir histórico… hombres y mujeres no siempre hemos tenido los mismos intereses, quizás hace décadas no sentíamos esa necesidad de involucrarnos en una banda o en cualquier cuestión relativa a la música más allá de asistir a algún concierto y al no tener referentes femeninos, es difícil tener en mente que es una opción que está ahí y es perfectamente factible como cualquier otra. Hoy en día tenemos acceso a cualquier tipo de formación musical y está en nuestra mano el tomar la decisión o dar el paso de estudiar para aprender a tocar un instrumento, y aún así, no existe una demanda demasiado elevada, pero porque nosotras mismas no queremos.
No hay ningún otro impedimento. No creo que sea ya una cuestión de machismo, o de limitaciones de ningún tipo, es una elección de interés personal y de confianza propia y en el potencial de tus facultades. Ése creo que es el único problema: a veces tenemos la fantasía de poder cantar o entrar a formar parte de una banda, pero a diferencia de los chicos, pensamos que no vamos a ser capaces de hacerlo y muchas veces ni lo intentamos. Yo misma no empecé a intentar aprender a cantar hasta cumplidos ya los 20…y gracias a que Fenris (guitarrista de Bloodhunter), me animó a que utilizase algunos de los textos que escribía e intentase adaptarlo como letra para alguna de sus canciones. A partir de ahí me animó a que acudiese a algún ensayo y mira hasta dónde he llegado gracias a su confianza… nunca lo hubiera imaginado.
No creo que nosotros desde nuestra perspectiva como músicos y amantes del arte en general tengamos una especial sensibilización con este tema porque la música no entiende de género, ni de sexo, entiende de arte exclusivamente. Como decía antes, no es una cuestión de que tenga que haber más mujeres porque sí, simplemente si una tiene el deseo de estudiar lenguaje musical, fotografía de conciertos o management… simplemente debe convencerse de que puede hacerlo (o al menos intentarlo). Seguro que si le planteas a cualquier otra chica si puede trabajar en una tienda de ropa, cuidar de su perro o hacer deporte, no tiene ninguna duda al respecto. El NO ya lo tenemos todos, pero el primer NO que nos ponemos, nos lo ponemos nosotras mismas. Nunca he tenido ninguna dificultad en este sentido, sino todo lo contrario, me han favorecido y nos favorecen constantemente con esta idea peregrina de que deben existir festivales «inclusivos» para que todas tengamos más oportunidades. Como decía, si lo que queremos es igualdad de oportunidades, no estamos desviando del camino.
¿Qué pasa con nuestros compañeros?, ¿Deben dejar su puesto a una mujer por el simple hecho de serlo?
A veces pienso que estamos perdiendo un poco la perspectiva. Yo no quiero que me dan más facilidades frente a otra persona porque simplemente yo soy mujer. No me parece justo. Y por eso, con los años he defendido que si tenemos que estar ahí seamos hombres o mujeres, que estemos por nuestro talento y nuestro trabajo duro, que debería ser la única fuente de reconocimiento.
Ester Segarra (fotógrafa)
Cuando yo empecé a hacer fotos hace más de 15 años, casi no había mujeres en el foso. Este año, en la edición de los premios de Metal Hammer España en la categoría de fotografía, la mayoria eran mujeres. Para mí es difícil entender porque no somos más! Hahahaha! Lo que veo es que las iconas femeninas del metal y rock, mujeres legendarias como Doro, Wendy O. Williams, The Runaways… representan la parte femenina más salvaje y guerrera. Es el archetipo femenino de Kali, Lilith, Hekate, la bruja y Babylon, el lado oscuro de la luna, lejos de otro prototipos de mujer que son más socialmente aceptados. Pero és algo que está presente en toda mujer, consciente o inscoscientemente y que por lo general se reprime o se deja en la oscuridad. Pero es un prototipo femenino central al metal, que se adora e inspira y se ve en el arte y en las letras, si se compara por ejemplo con la cantidad de arte y letras de rock/metal dedicadas a la Virgen Maria. Espero que con libros mainstream como “Mujeres que corren con los lobos”, esa parte se dejará de temer socialmente y saldrá más a la luz, porque es nuestro fuego interno femenino.
Aunque sí es cierto que socialmente primero se te ve como mujer y luego por lo que haces, mi experiencia como mujer trabajando en el mundo del rock/metal ha sido muy positiva. He encontrado un mayor respeto y consideración que en otros géneros en los que he trabajado. Se me ha tratado como una igual o más. Esta claro que he encontrado dificultades pero nunca he pensado, eso me pasa por ser mujer y no puedo hacer nada, sino que pienso qué puedo hacer al respeto. Evito la actitud de víctima, prefiero la de guerrera, tomar responsabilidad y acción de mi propia vida. Y claro, no se como mi vida seria si fuera un hombre, pero si que sé que me encanta ser mujer y no me siento menos. Y sé que mi existencia es tan fundamental y poderosa como la del hombre.
Xènia Senserrich (directora de El Octavo Día de Radio Cornellà y co-organizadora del Kanya!!! Fest)
Tema complejo y que da para mucho, pero voy a intentar ser lo más breve posible para que este articulo que estamos creando entre todas sea interesante y no se haga tedioso con las aportaciones de cada una de nosotras. Me gustaría leer que alguna de las compañeras metalheads que participa no ha tenido malas experiencias, pero tengo poca fe en ello. La que escribe estas líneas las ha vivido como público, fan, redactora, entrevistadora y organizadora de eventos dentro del mundo del Metal, aguantando ya no solo palabras despreciables hacia mi persona por el hecho de ser mujer, también infravalorando mi trabajo y/o conocimientos por ser del sexo femenino (dicho explícitamente). Y esto no solo lo he vivido a nivel nacional, también con grupos, festivales y conciertos fuera de nuestras fronteras.
Como si por ser mujer y escuchar Metal tengas que estar en un concierto solo por ser novia de, pero no gustarte esta música, ni siquiera tener conocimientos de Metal; o bien que tu función en la organización de un evento sea solo por tu cara bonita y contentar a los músicos aguantando sus chulerías (¡también en el underground y en nuestra querida escena!); otra es la de llevar una acreditación que ponga que eres periodista y que crean que es una excusa para hacer de groupie (por desgracia conozco más de una chica que lo hace y es libre de hacer lo que quiera, pero no debería pedir acreditaciones con ese fin), sucediendo lo mismo respecto a las solicitudes de entrevistas a artistas y que crean que es una excusa para tener relaciones sexuales con ellos, y que cuando ven que no es así te feliciten por la entrevista que les has hecho. Y pese a estas malas experiencias vividas, me gustaría centrarme en lo bueno, en que estos casos son pocos aunque existan, y en la evolución positiva de los últimos años.
La figura de la mujer músico ha sido, durante muchos años, pasiva. Sin querer entrar en detalles ni citas de estudiosos de la temática, la actitud social pasiva de la mujer a lo largo de la historia y de las artes es un aspecto que cuesta cambiar aún a día de hoy, pero que estamos logrando poco a poco. Por suerte, a finales de los 70 y sobretodo en los 80 artistas como Janis Joplin, Sinead O’Connor o Madonna rompieron con el sexismo de la industria musical, con la imagen que se debía proyectar de las mujeres músico y fueron una inspiración para las siguientes generaciones de artistas. Y pese a ello aún quedan muchos aspectos sociológicos que hacen que haya tan pocas metalheads. Al fin y al cabo, la imagen que se tiene del Metal es de una música agresiva y, de forma involuntaria y arraigada en la sociedad a lo largo de la historia, a las mujeres se nos ha criado con la idea de que nuestros hobbies sean estar bonitas, delgadas, formar una familia y, sobretodo, ser delicadas. Ni un solo interés más. Es decir, la antítesis del Metal. De hecho recuerdo que cuando presenté el trabajo final de Bachiller llamado “La Posición de la Mujer en el Rock y el Metal” las palabras que más mencionaron los miembros del jurado fueron “mundo de hombres, violencia, agresividad, ruido, bestia” y se valoró todo excepto el cometido de la investigación.
Por suerte estamos rompiendo con estigmas del pasado y cada vez son más las chicas que deciden disfrutar e involucrarse en proyectos relacionados con el Metal (grupos, periodismo, fotografía, eventos, discográficas, promotoras, management) rompiendo con esa barrera invisible en la que socialmente no está bien aceptado que las mujeres sientan pasión por lo rudo (o tan siquiera puedan tener un hobby que no esté relacionado con el mundo de la belleza) y siendo un modelo a seguir para futuras metalheads. Porque duele decirlo pero el Metal ha sido (y a veces sigue siendo) un mundo machista, pero ya hace años propuestas como MetalKuins, Queens of Steel o de nueva creación como Sycamore (completamente feminista, LGBT y queer) difunden el feminismo y siguen trabajando para que la evolución sea más rápida y podamos, entre todas y todos, aportar nuestro granito de arena y reeducarnos. Porque la reeducación empieza por la sociedad y los medios son importantes y aquí aún hay mucha carencia de conciencia.
El hecho de usar constantemente el término “female fronted” no hace más que perjudicar porque esa etiqueta no es un estilo, es solo describir el grupo por el género de sus miembros pero no dice absolutamente nada de su propuesta musical. Es como si etiquetásemos a un grupo con un adjetivo en referencia a que uno o varios de los miembros son de color, o son transexuales, o son homosexuales. ¿Verdad que eso no sucede? Y podríamos trasladar el mismo debate en la creación de conciertos o festivales que se forman solo para que actúen grupos con mujeres en sus filas. No, así no se hace un favor al grupo, contrata a la banda porque sea buena y tenga calidad, indiferentemente del sexo, la raza y la religión de los miembros que la forman. Bajo mi prisma, ese tipo de actitudes no son feministas sino que desprecian a la mujer músico porque tan solo es valorada por su sexo en vez de por su esfuerzo y trabajo. Y, repito y no quiero explayarme mucho más (material hay de sobras), me quiero quedar con lo bueno y con esos pasos hacia la igualdad que poco a poco se están forjando, tanto dentro como fuera del Metal, en los que entre todos nos reeducamos e incluso dejamos de asistir a conciertos de grupos que promulgan letras misóginas y actitudes machistas (lo hacemos por motivos políticos, ¿por qué no por esta causa?), y tengo fe que entre todos y todas lograremos acabar con estos estigmas y situaciones.
El Metal no deja de ser un reflejo de la sociedad y me gustaría y espero que el Metal, que es muy abierto de miras para algunas cosas, también lo sea para esta.
María Sihiro (directora de Sihiro Music, agencia de management, booking y marketing)
Creo que la proporción de mujeres dentro de la escena metalera/rockera es inferior a la de hombres porque desde hace mucho tiempo el arte no era algo de lo que se ocupaban las mujeres, sobre todo en la música. Ellas eran amas de casa y ellos podían ser artistas, estaban mal vistas si hacían otra cosa, y más en el mundo de la noche. Hoy en día eso ha cambiado muchísimo aunque quede un largo recorrido. Creo que en la escena hay tantos hombres que aunque la mayoría no sean machistas ellas siguen viendo un »campo de nabos» y a muchas les cuesta más entrar.
Creo que la escena de metal es menos machista y que hay mucha conciencia y cada vez más, aunque aún quede machismo como en todos los ámbitos de la vida, pero yo por lo menos me siento mucho más segura en esta comunidad que en »la vida normal», y sin duda sufro muchos menos casos de machismo dentro de un concierto de metal que por la calle. No me he encontrado con casi ningún problema en mi trabajo por ser mujer, tampoco ningún apoyo por serlo. A mí se me trata como una persona y puedo trabajar como cualquier otro. Sí que es verdad que he sufrido abusos sexuales, o palabras subidas de tono dentro de mi trabajo, pero han sido veces contadas y muchísimas menos que las que me pasan un día cualquier por la calle o en cualquier otro ambiente que no sea metal. Así que no creo que esta comunidad sea machista. Hay machismo en general y siempre hay algún cerdo suelto, pero en general eso no sucede.
Eva Solembla (directora de Zaragozaheavy.es)
Realmente el rock tampoco es una excepción. Ahí está el problema. Si hablamos del ámbito estrictamente artístico en todos los estilos de música verás que siempre existe una mayor proporción de músicos hombre. Sea por lo que sea. Quizá porque no ha existido referentes anteriormente. No ha sido lo común. Que una mujer se pusiera a tocar la batería en una banda de rock hasta hace poco era impensable. Quizá son los cánones autoimpuestos . No lo sé. Pero llama muchísimo la atención, especialmente en el rock . Y previa tras previa y crónica tras crónica, lo veo continuamente. No se llega a normalizar. Chirría. ¿Dónde estamos en una aparente igualdad de derechos? En el papel de la voz. Hombres y mujeres se reparten en la música el papel de cantante por un igual. Aparentemente hay igualdad. Y digo aparentemente porque muchas veces, quizá demasiadas, se usa a la mujer como gancho a través de la belleza ( junto con una imagen hipersexualizada)… Y aquí, si ya entramos en el mundo del rock-metal , lamentablemente es requisito fundamental.
Toda esta situación crea una cierta realidad en la que se da a entender que las mujeres solo podemos expresarnos con la voz. ¿Por qué? Porque el resto de papeles en una banda ya exige una habilidad técnica y … ay amigos! Eso en la cabeza de muchos, y lo que es peor, de muchas ,no entra. Vuelvo a repetir, quizá es el tema de cánones autoimpuestos . En ese asunto siempre se encarga el hombre. Nadie lo dice. Nadie lo tiene como una norma consciente. Pero se respira. Así se entiende.
Desde este punto de vista técnico algo os puedo contar, ya que he trabajado toda mi vida en el terreno audiovisual. Especialmente llamativo cuando ejercí en el maravilloso mundo del sonido, un trabajo que siempre he compartido únicamente con hombres. Al ser mujer tienes que estar demostrando constantemente tu capacidad, mucho mas de lo que podría necesitar un hombre. Constantemente. Y a todo ello añadiendo unas gotitas del dichoso paternalismo que cuando eres una profesional con años de experiencia molesta bastante…
Gracias a mi trabajo en zaragozaheavy.es he podido conocer mas a fondo la escena del rock y el metal y si que veo que están apareciendo mas casos de mujeres no solo en el papel de cantante. Especialmente lo veo en las bandas mas jóvenes. Aunque siguen siendo casos puntuales, si que veo cierto cambio. Y esto me imagino que seguirá cambiando. Soy optimista y creo en el cambio a través de la educación sana y sin prejuicios de los mas pequeños.
Helena Suárez (equipo de organización del AMFest)
Por poco que frecuentes ambientes relacionados con el rock/metal es muy obvio que la presencia de mujeres es muy inferior a la de hombres. Y no es nada nuevo, históricamente el rock/metal ha sido (y es) una subcultura bastante machista. Sólo hace falta mirar las letras de algunas canciones, las fotos de portadas de discos, los videoclipsmusicales, el lenguaje o las expresiones utilizadas en éste tipo de ambientes, los carteles de festivales musicales, las listas publicadas de “ las mujeres más atractivas del rock” en algunas revistas, el número de mujeres promotoras, o responsables del montaje el sonido, etc. Y por supuesto esto no es únicamente aplicable al rock/metal, sino ue refleja en general los valores de la sociedad actual.
La verdad es que no tengo la explicación de porqué ésto sucede así, pero sí que es cierto que el rock/metal (aunque personalmente no siempre esté de acuerdo) es una subcultura asociada en cierta manera a la agresión, la rebelión,el volumen alto y la energía, que son atributos más relacionados tradicionalmente con la masculinidad. También creo que dentro del rock y derivados, hay variantes dónde ésta discriminación parece más fuerte.
Históricamente las teorías de diferencia de género focalizaban en las diferencias biológicas entre machos y hembras pero hoy en día sabemos que son los factores culturales y las experiencias personales los que nos hacen actuar como un género u otro. Hombres y mujeres siempre han estado en esferas sociales separadas, y aunque actualmente esta situación ha cambiado hacia la igualdad de género, siguen existiendo, en los ambientes hipermasculinizados y homosociales, unas dinámicas de género repetitivas, que todos tenemos muy interiorizadas, aunque sea inconscientemente, que promueven el sexismo. Además, los individuos tenemos una tendencia natural a etiquetar las cosas para entenderlas, y esto tampoco ayuda en este aspecto.
Si miramos la subcultura del rock/metal, se puede considerar como un tipo de ambiente homosocial en el que ésto también sucede. Quizás cada vez haya más mujeres en este ambiente, más fans, más cantantes, más instrumentistas, etc pero eso no significa que no haya una “cosificación” de la mujer (también presente en muchas otras facetas de la sociedad como el cine, los anuncios, etc). Yo no soy música, pero creo que es como si, a parte de demostrar que eres buena en la música, tuvieras que “ser atractiva” y cumplir los estereotipos para ser visible de alguna manera, sólo por ser mujer. Y no digo que sea únicamente porque los hombres (sin generalizar, claro) vean a la mujer como un objeto, sino porque quizás también las mismas mujeres se vean a ellas mismas como diferentes y entren en comparaciones y reacciones para poder sobrevivir en este tipo de ambientes.
Supongo que en ambientes dominados por hombres, para vernos aceptadas podemos o bien “parecernos a ellos” o bien “llamar la atención” de alguna otra manera para hacernos visibles, corriendo el riesgo de ser cosificadas y no creo que ninguna de las opciones vaya ayudarnos con el sexismo. Cómo experiencia personal, aunque yo no soy asidua a los conciertos de metal, pero sí de rock y otras variantes, a veces te das cuenta de que si vas vestida con tu camiseta de flores o de topos (porque te gustan los colores y punto) y estás en uno de estos conciertos, alguien te dice “ah, pero a ti te gusta esta música?” o bien te preguntan “¿has venido sola?”, cómo si , por ser mujer, tuvieras que ser o novia de alguno de los músicos, ser la acompañante de tu novio o amigo o bien solo pudieras ser una groupie a la que sólo le interesa ligar y no la música en sí. Quizás sean hechos aislados, pero aún existen! A veces parece que , por ser mujer, como fan por ejemplo, tengas que demostrar que sabes más de música que los demás para ser “una buena fan”. Estereotipos.
Evidentemente que se ha avanzado y que todo ésto no es válido para generalizar, pero es evidente que el sexismo está en todas las capas de la sociedad y , en cuanto a la música, hay una sinergia entre quien consume la música, quién la produce y quién escribe o habla de música. Quizás habría que replantearse los valores que queremos promover en la sociedad en general, y en la música en concreto, como herramienta de tradición que perpetua ciertos mensajes y actitudes sexistas que vamos a ir repitiendo en nuestro día a día como normales.
Sònia Suárez (Socióloga y Activista Musical en Col·lectiu Fantasma, Blauelèctric, Aloud Music y AMFest)
Que el machismo en la música no lo inventó el reggaeton lo sabemos todas. La historia de la música puede entenderse como un reflejo de la cultura de cada época. La menor proporción de mujeres en el ámbito musical es solo una evidencia más de una sociedad profundamente heteropatriarcal. Ha habido mujeres en el música, lo que está claro es que la historia de las mujeres en la música no ha sido la misma que la historia de los hombres. Esta perspectiva androcéntrica evoluciona y se expresa de formas muy diversas, según el momento histórico y el contexto cultural, pero viene de muy lejos.
Como sabemos, desde la época antigua, con la división social del género el rol de la mujer ha estado más ligado al ámbito privado que al público y esto puede extrapolarse por igual al campo musical, y por tanto al rock. En la época clásica este papel se limitaba a formar parte del adorno familiar, permitiendo que algunas mujeres ricas tomaran clases de piano o de canto para deleitar a sus invitados en las reuniones familiares pero en los casos en que llegaban a destacar, no les era permitido mostrar en público su talento. Eso era cosa de hombres. En el barroco, muchas grandes obras fueron compuestas por mujeres vinculadas al ámbito religioso como Isabella Leonarda o Hildegarda von Bingen, que además de compositora fue científica, escritora y mística y es la primera persona de la que se conserva música escrita. Pero ¿qué se sabe de ellas? Yo toco música clásica y hace sólo unos pocos años que las he conocido. Solamente un profesor me habló de ellas en todo este tiempo. Tampoco aparecen en la mayoría de los libros de estudio. El trabajo de estas mujeres ha pasado a la historia como una curiosidad, anécdota o detalle bonito, pero nunca como parte protagonista de la misma. Muchas otras compositoras posteriores quedaron a la sombra de sus hermanos y maridos, como Nannerl Mozart (hermana de W.A. Mozart), Clara Schumann (esposa de Robert Schumann) o Fanny Mendelssohn (hermana de Felix Mendelssohn). Sus destinos eran el de ser esposas, madres y, como mucho, profesoras de piano.
Siempre ha habido mujeres en la música. A veces, hasta muchas. Sólo hay que remontarse al comienzo del siglo XX en Estados Unidos. El blues prácticamente lo inventaron las mujeres. Las mujeres negras. Entre los años 20 y 30 la música fue copada por mujeres con todo en su contra. Estas Big Mamas fueron las primeras figuras del blues y, a diferencia de lo que abunda actualmente, eran bastante radicales en sus contenidos. Ellas fueron las primeras en grabar (y componer) éxitos blues, pero quedaron sepultadas en el tiempo hasta el redescubrimiento de este género en los años 60 por parte de algunos críticos (por supuesto, hombres blancos). Estas mujeres existieron antes de que el rock fuera rock, abrieron el camino con su sacrificio, porque dedicándose a la música se condenaban prácticamente a una vida de paria social. Willie Mae Thornton cantó Hound Dog antes de que Elvis lo hiciera famoso. Memphis Minnie creó un estilo totalmente revolucionario, tocaba rock antes de que nadie supiese lo que era eso, pero ¿cuánta gente sabe que ella escribió When The Levee Breaks antes de que Led Zeppelin y A Perfect Circle la hicieran suya?
La lista de nombres de estas mujeres es enorme y su legado histórico para con el rock es monumental. También hubo mujeres en el Rockabilly y en el Country, pero los que pasaron a la historia como mitos de la época también fueron, en su mayoría, hombres. Tras la revolución sexual de los 60 se dio un cambio de matiz progresivo aunque no demasiado perceptible en algunos momentos. Aquí llega el rock, tal y como supuestamente lo conocemos. Y el rock, sobra decirlo, tiene nombre de tipo duro.
Es entonces cuando empiezan a llegar las primeras bandas de “tipos duros”, que promovieron la liberación juvenil basada en la rebeldía, la independencia y la juerga máxima con los colegas. Espacio público de nuevo. En oposición quedaba, otra vez, el mundo aburrido y alienante del entorno doméstico, reservado a las mujeres. Las mujeres también empezaron a llenar las salas de conciertos, aunque esta vez como groupies, otro claro ejemplo de cosificación femenina en el ámbito musical, aún bastante presente en el rock, por cierto.
Claro que hubo mujeres rockeras en los inicios, pero, como sus predecesoras, la mayoría pasaron de nuevo a la historia de un plumazo. The Runaways, Suzi Quatro, Heart, Fanny o Char Vinnedge, entre otras, podrían haber sido tan importantes como Led Zeppelin, los Stones o Jimi Hendrix. Pero la mayoría no lo fueron. Aunque se creó una estética que abanderaba una nueva masculinidad (pantalones ajustados, pelo largo, a veces incluso maquillaje) se hizo, en todo caso, desde la misma perspectiva masculina y heteronormativa. Y eso no cambia los privilegios.
El rock ha sido, y en parte sigue siendo, un terreno abonado por y para “tipos duros”, vinculado a un tipo de masculinidad muy concreta, en el que las mujeres han sido durante mucho tiempo un sujeto pasivo, cuando no un objeto sexual. Se habla mucho del reggaeton pero la verdad es que podrían contarse muchas páginas si nos pusiéramos a hacer recuento de las muestras de sexismo que podemos encontrar en el rock. Vídeo clips y letras denigrantes, a mares; Manowar, Mötley Crue, Rammstein, AC/DC, Guns ‘n’ Roses, y hasta The Beatles tienen algunas letras más que ofensivas para el género femenino, pero eso daría para otro artículo.
Es sorprendente que justo en los géneros de mayor contestación social se hayan reproducido durante tanto tiempo las conductas y prejuicios sexistas, por qué, a pesar de que algunas cosas han cambiado, el sexismo permanece aún bastante en este imaginario rockero, sin el cual, por otro lado, muchas de las bandas perderían buena parte de su mensaje y atractivo para muchos. Este imaginario se reproduce también en los medios de comunicación, que siguen asociando ciertas actitudes altamente sexistas a clichés supuestamente rockeros. Pienso, por ejemplo, en varios anuncios de perfume o, sin ir más lejos, en la campaña que Thomann lanzó bajo el título “el poder de la música”, y que era francamente denigrante.
Por desgracia, algunas de las bandas de rock lideradas por mujeres han acabado haciéndose un hueco a través de la legitimación y reforzamiento de estos mismos estereotipos rockeros masculinos. Esto no sucede solo en el rock, por supuesto, es una tendencia bastante extendida y muy regresiva, según mi punto de vista. El resultado es que muchas veces, cuando encontramos mujeres tocando, éstas son tratadas no desde su talento musical, sino desde su cosificación y su contribución al imaginario sexista.
En este contexto, a veces parece que el feminismo es más un reclamo que una causa. Los medios nos venden autoafirmación para chicas, igual que antes vendían mensajes románticos que ahora nos parecen desfasados. El resultado no significa mucho, más allá de las ventas. Actualmente el feminismo acrítico (aunque suene imposible) puede ser tan comercial como cualquier otra cosa. En realidad pasa con muchas otras causas. Ser feminista puede ser muy cool. En el plano comercial actual, sea del género que sea (y aquí también entra el rock), hay una hipersexualización de la estética femenina, de lo que se supone que es comercial y deseable. Muchas artistas muestran actitudes de empoderamiento pero en realidad, sólo están reproduciendo clichés de cosificación y cánones de belleza social y comercialmente definidos. Con este panorama, las mujeres que quieren ir más allá lo tienen bastante difícil.
En el ámbito más underground hay algo más de espacios para luchas feministas reales. Y, por supuesto, hay excepciones más allá del movimiento Riot Grrrl. Hay muchas mujeres en el rock más underground que escapan a estos cánones, yo creo que cada vez más, aunque todavía quede un largo camino por recorrer. Para mí un ejemplo cercano de empoderamiento en todos los campos sería Ainara LeGardon, pero hay muchas otras.
Lo mismo ocurre con las mujeres en el terreno de la producción, o de la industria musical. Sigue siendo mayoritariamente masculino el privilegio de la dirección artística, y no digamos ya en el campo técnico. Esto no quiere decir que no haya mujeres, pero seguimos estando en segundo plano en la mayoría de los casos.
Personalmente me molesta bastante cuando en algún concierto dónde tocan chicas se escucha entre el público al típico sorprendido con un “Oye, ¿pues bien el bolo, no?” o cuando alguna de estas chicas recibe una palmadita en la espalda por parte de aquellos hombres que, sin esperar nada del bolo, han constatado que, para ser mujeres, no tocan nada mal. Por supuesto que hay hombres muy conscientes y sensibilizados con la causa, pero no se puede decir que abunden todavía en el rock.
Estos gestos, que muchas veces no tienen la menor intención de ofender, encierran una actitud paternalista que a mí personalmente me parece bastante contraproducente. Yo creo que lo realmente justo no pasa por hacer un festival sólo de mujeres o por montarles un escenario a parte si no por que se llegue a hablar de ellas sólo por su música, en las mismas condiciones que se habla de la música hecha por hombres. Lo mismo con las que estamos al otro lado del escenario. En general son muchas las veces en las que se nos trata con cierta condescendencia en nuestros entornos cercanos. No digo que sea a propósito, pero sucede. Ojalá algún día pueda hacerse con naturalidad y normalidad.
También hay veces en las que te sientes directamente infravalorada. Recuerdo que estando con mis compañeras del Col·lectiu Fantasma, cuando aún se llevaba esto de pegar carteles, nos había pillado la poli bastantes veces y su reacción era siempre la misma. Una regañina como a los niños pequeños (por qué, pobres, no saben lo que hacen) y a seguir bien. Estoy segura de que si hubiéramos sido chicos la cosa hubiese cambiado bastante. Otra vez, trabajando en un bolo, me confundieron con una groupie que quería colarse en el backsatge. Por más que el segurata me había visto trabajando en el merch, no hubo manera de que entrase en razón. Me dijo que ok, qué como insistía tanto pasase, pero que después del bolo nos tomásemos unos chupitos. Seguro que otras mujeres han pasado por situaciones parecidas.
Con las nuevas tecnologías la industria musical ha cambiado bastante, existe otra forma de escuchar música y llegar a ella, que en parte ha facilitado que algunas mujeres hayan tenido más presencia. Eso no quiere decir que se haya logrado un cambio equitativo, pero puede ser un avance. Obviamente no podemos decir que estemos como en el Barroco, ni como en los años 50, pero el canon que domina los medios sigue siendo androcéntrico. Las personas siguen siendo juzgadas por el físico y, por desgracia, pocas mujeres han conseguido traspasar esa barrera aún.
Yo creo que, tanto a nivel filosófico como práctico, el reto pasa por conseguir un giro epistemológico, que empieza con una deconstrucción total del género, pero que debe ser capaz de superar el canon, y eso es lo difícil. En muchos ámbitos se está trabajando ya a través de la historia compensatoria, releyendo, redescubriendo y reconociendo el papel de todas estas mujeres, pero de ahí al cambio real hay un gran salto. Estamos hablando de un cambio de paradigma integral que viene de lo más profundo de las estructuras sociales y que, por supuesto, va mucho más allá del ámbito musical.
Susana, Sabela, Paula y Lucía (componentes de Agoraphobia)
El principal problema es la falta de referentes femenina, la historia del rock está plagada de ídolos y altos cargos masculinos al que cualquier niño tiene la opción de parecerse. Las mujeres llevamos muchos años predestinadas a labrarnos un futuro sólido para poder alcanzar la gran meta de formar una familia y dedicarnos a ella. La industria musical en este país no es algo tan estable como para probar suerte con tu proyecto cuando tienes un objetivo como el que nos han impuesto, por eso hay menos mujeres en la música, menos mujeres con poder en la industria, y, en general, menos puestos liderados por mujeres. Creo que lo primero que tiene que cambiar es la base educacional, hay que demostrarles a las niñas y a los niños que ellas pueden llegar a ser quienes se propongan, qué está permitido experimentar y que ser padres es una responsabilidad compartida. Solo y cuando eso sea una realidad las mujeres podremos dedicarnos libremente a la profesión que queramos, y llegaremos a ser grandes músicas de rock.
Por un lado, hay colectivos y asociaciones feministas que hacen una labor muy positiva luchando por la inclusión de la mujer en la industria de la música. Por otra parte, existe la discriminación positiva, por ejemplo, la creación de eventos única y exclusivamente por y para mujeres. Creo que la manera de que se nos reconozca es atacando a esos eventos en los que la presencia femenina es del 10 o el 20% y convertirla en un 50% o más, y con presencia me refiero a músicas, técnicas de sonido, iluminadoras, etc. La realidad es que la mayoría de los festivales siguen contratando a bandas masculinas como cabeza de cartel y, si cabe, tres o cuatro bandas locales femeninas para no dar que hablar.
Considero que tanto gente de la industria como medios de comunicación solo tienen que abrir los ojos y las orejas para darse cuenta de la variedad de grupos femeninos, o con integrantes mujeres que podrían ser cabezas de cartel, de mujeres con iniciativas para coordinar o montar un evento, de bandas de mujeres que podrían ser portada de revistas (y no solo el 8 de marzo, el único día en el que no deberíamos salir porque es nuestro día de protesta y de huelga), de cantidad de mujeres que podrían levantar un festival, etc. La triste realidad es que para poder llegar a eso tenemos que esforzarnos el triple para poder, tan siquiera, hacernos oír.
Nos encontramos con problemas de discriminación constantemente. Por ejemplo, llegar a un festival y que los técnicos de sonido den por sentado que no tienes ni idea de cómo funciona tu equipo, eso nos ha pasado muchísimas veces; o que, entrando en backstage con instrumentos en la mano, nos pregunten que a qué grupo vamos a ver. En relación a este tipo de situaciones compusimos un tema en nuestro disco Incoming Noise que las resume a la perfección. El tema se llama «É unha opinión» y en él recopilamos algunas de las frases paternalistas y machistas que nos han dicho a lo largo de nuestra carrera.
Irene Talló (guitarrista de Obsidian Kingdom)
Cuando en mi primera gira con Obsidian Kingdom vi que de 21 personas conviviendo en un mismo autobús yo era la única mujer, me di cuenta de lo realmente exagerada que es la desproporción entre géneros en la música.
Pienso que esta desigualdad se ve reforzada por la forma en que se nos representa. Si la industria está dominada por hombres, todo se desarrolla desde una perspectiva masculina donde somos representadas de forma sesgada, irreal y estereotípica. No es raro pues, que podamos llegar a sentir que nuestro lugar no está encima de los escenarios y que debemos conformarnos con el papel de “musas”. Y cuando las musas decidimos pasar a ser las creadoras, se nos suelen poner etiquetas que nada tienen que ver con nuestro trabajo.
Todos tenemos la responsabilidad de dar voz y escuchar a quien lo merezca, hablar del contenido de sus obras, de su discurso, su método de trabajo y dejar de lado de una vez por todas lo que no tenga que ver con el arte, construyendo así referentes veraces para las próximas generaciones.
Yanet Valmorisco (vocalista de Beryllium)
La duda es, antes también las había pero nadie las hacía caso?, o por el contrario, no nos atrevíamos a adentrarnos en este mundo. Pues yo creo que mitad y mitad…Suele hacer falta que una pionera rompa moldes para que los demás nos presten atención como algo mas que una mujer en el escenario y para que algunas se decidan a dar el paso. Hoy en día, creo que el hecho de que haya menor proporción de mujeres que de hombres es algo circunstancial más que de impedimento por parte del mundo musical. / No lo creo…como en todos lados, hay sectores mas retrógrados, arraigados a la imagen femenina de mujer heavy buenorra encurtida en cuero, y hay otros mas progresistas en que casi ni se presta atención a la cuestión del genero, solo se atiende a las cualidades musicales del individuo.
Impedimentos, ninguno…remitiéndome a lo anterior anterior, siempre me he movido entre el sector en que se me ha valorado por mis cualidades musicales y el hecho de ser mujer no se ha visto más que como una curiosidad. Ventajas, alguna que otra. De hecho, diría que algunos medios no hubieran prestado atención ni a mi ni a mi banda de no ser porque soy mujer, y esto es un poco triste…No me canso de decir que la auténtica igualdad (en mi opinión) llegará cuando no se preste ni mas ni menos atención a l@s músicos por cuestiones de género.
Kris Vega (vocalista de Born in Exile y Clean & Growl Vocal Trainer en la Metal Academy School of Music)
Desde tiempos inmemoriales el hombre siempre ha sido aquel ser «libre», sin ataduras, con ganas de volar sin mirar atrás. Quien puede hacer y deshacer, luchar y batallar por lo que cree y lo que siente. La mujer, madre de sus hijos, cuidando de su casa y de su esposo, siempre ha sido la que nunca ha podido luchar y jugar su papel de ser independiente e individual. Primero se encargó de sus hermanos, ayudó a su madre y a su padre, para pasar a cuidar a su marido e hijos. Renunciando a todo.
Mujeres que desde hace décadas dejaron sus trabajos, carreras y proyectos para tener la vida que todas soñaban: casarse y tener una familia. Ahora esto ha cambiado. La mujer juega un papel fuerte en la sociedad. La mujer quiere su lugar, y lo quiere bien. Y en nuestra escena pasa lo mismo. Hemos dejado se ser las que acompañabamos a nuestros maridos a los «bolos» o las que esperaban en casa cuidando de los niños mientras ellos iban a tocar.
La sociedad poco a poco ha ido aceptando que nos pueden gustar las mismas cosas que a un hombre. Que es compatible ir a ver a un grupo de Deathcore y estar en primera fila cantando todas las lineas guturales y ser mujer. Cada vez es más fácil encontrar a un grupo de amigas que van de concierto, parejas que van a ver conciertos con sus hijos, chicas que cantan o tocan en bandas o grupos de música liderados completamente por mujeres. Ojalá dentro de unos años ya no escuchemos comentarios dirigidos al sexo, apariencia o belleza de las «músicas» de la escena, pero queda aun mucho trabajo.
Hay que salir a la calle como iguales, y hay que dejar claro que no hay distinción entre sexos. Que ambos podemos ser capaces de hacer lo mismo, de vibrar por lo mismo y de aspirar a lo mismo. Creo que eso debe cambiar tanto en la cabeza del hombre como en el de la mujer, porque a veces incluso somos nosotras mismas las que nos tiramos tierra por encima por vergüenza, miedo o desconocimiento. Hay que ser fuerte, consciente y consecuente.
Desgraciadamente creo que aunque es mucho más consciente, en la escena Metal/Rock hay aún un gran abismo de discriminación a la «mujer musico». Igualmente también tengo que decir que en la escena es muy fácil conocer gente apasionada por la música de ambos sexos, los cuales aprecian el talento y disfrutan de buenos conciertos y de buena música. Yo siempre he salido con colegas hombres de concierto (de hecho congenio mejor con ellos, mis mejores amigos siempre han sido hombres y mis amigas se pueden contar con los dedos de una sola mano) y nunca me he sentido fuera de lugar ni apartada por ellos o por otros grupos de personas en conversaciones, o viendo a cualquier grupo.
Luego hay malas experiencias como cuando alguna vez me tratan de «tontita» o de «princesita» por el hecho de ser mujer. Después del primer berrido desde el escenario o despues de hablar de que enseño a chavales a cantar como los mismos Thy art is Murder ya todo se normaliza. Alguna vez me han gritado algo desde el público también, algo ofensivo o vejatorio pero no puedes hacer mucho. Sólo gritar más fuerte y que les duelan los tímpanos luego. Hay que pensar que gente maleducada hay en todos los sitios y cada vez pasan menos éste tipo de cosas.
En definitiva, mi experiencia es muy positiva, estoy muy contenta de formar parte de la escena y del trato que siempre he obtenido como «Músic@».
Anabel Vélez (periodista y autora de los libros “Rockeras” y “Mujeres del rock. Su historia”)
No creo que la proporción de mujeres en el rock/metal sea sensiblemente inferior a la de hombres. Al contrario, creo que mujeres que se dedican al rock y al metal hay muchísimas y muy buenas, lo que no tienen es la misma visibilidad que los hombres, que es algo muy diferente. Acabemos con el tópico de que las mujeres no tocan rock o no lo hacen bien. Eso de que las mujeres no rockean es uno de los grande bulos de la historia de la música. Hay una larga lista de mujeres que han sentado los pilares del género, pero igualmente de larga es la de las que están hoy en día dejándose la piel en el mundo del rock y el metal. Que no salgan en los medios de comunicación ni generalistas ni específicos del género dice mucho de lo que la sociedad piensa de las mujeres. A día de hoy se sigue pensando que las mujeres son débiles, el rock y el metal se asocian a una dureza y a una agresividad que no se considera femenina. Las mujeres son dulces y sonríen, las mujeres no gritan y no muestran su rabia. Eso es totalmente falso. Pero se sigue alimentando el tópico. Hay mujeres cantantes, guitarristas, bajistas, baterías, pero también productoras, promotoras, encargadas de luces y sonido, periodistas,…
Pero si todas esas mujeres no salen en los medios de comunicación, ni se las programa en las salas, ya pueden tocar hasta dejarse la piel en ello. No llegarán al público. No hay más que mirar las portadas de las revistas especializadas para ver cuántas están dedicadas a mujeres. O los carteles de festivales, a ver cuántas mujeres hay. El problema es de base y no de falta de mujeres rockeras sino de la poca consideración con que se les trata. Es también un problema de educación. Hay que empezar a concienciar desde la base de todo. Decirle a los niñas y a los niños que pueden dedicarse a esto si les gusta, mostrar referentes con los que sentirse identificadas e identificados. Creo que eso es esencial.
Conozco a algunas mujeres que se dedican al rock y que se quejan desde hace años que solamente se las llama para cumplir el cupo el día 8 de marzo, pero el resto del año, si te he visto no me acuerdo. No es justo. Es muy hipócrita. Por suerte, las cosas están cambiando. Evidentemente no estamos como hace 20 años, aún hay mucho por lo que luchar. Creo que la escena rock/metal es bastante conservadora en ese aspecto. Precisamente por lo que comentaba, el rock siempre se ha asociado a esa agresividad que nunca se ha visto como femenina. La rabia era siempre territorio masculino. No creo que la escena sea más o menos machista, simplemente la sociedad es machista y se muestra en todos sus ámbitos, incluidos el rock y el metal.
Esto también me pasa en el día a día en mi profesión. Soy periodista y escribo de rock desde hace casi 20 años. Aún se me sigue considerando antes la del blues, la del folk, la de todo antes que la que escribe de rock. Y eso que he escrito dos libros sobre mujeres del rock (el último de 400 páginas llenas de buenas rockeras), he hecho programas de radio y escribo en revistas de rock desde hace años. Con el último libro libro en la mano me han llegado a decir que no hay suficientes mujeres para hacer un libro como ese. Estoy cansada de hombres que vienen a decirme a quién debería meter o no meter en mis libros. Nunca una mujer se me ha acercado para decirme: ¿oye por qué no sale fulanita de tal en el libro?, en plan ofendida. Al contrario sí. El famoso mansplaining está a la orden del día. Llevo años dedicándome a esto y alguien que no ha escrito un libro en su vida, ni escribe en ningún medio, ni es periodista, ni siquiera músico, me viene a decir qué tengo o qué no tengo que escribir o poner en mis libros. Si eso no es machismo, ya me dirás, lo que es. Está claro que aún hay mucho por hacer, sobre todo concienciar. Somos iguales, tenemos los mismos derechos y rockeamos igual que cualquiera. Basta ya de discriminación. El rock y el metal no son territorio masculino.
Clau Violette (vocalista de Astray Valley)
Aquí entran muchos factores a mi parecer, para empezar tenemos toda la senda de estereotipos de mujer perfecta, ama de casa, con un rol de feminidad totalmente estereotipado! Si hay aun mujeres que creen que su lugar en el mundo es cuidar de una casa, tener hijos y poco más, difícilmente encontrarán tiempo para plantearse que quieren ser ellas más allá de un rol preestablecido. Por suerte es algo que el tiempo esta cambiando, pero la historia del rock y del metal tiene su pasado, totalmente condicionado a la realidad social o al lugar en el que se establece, donde y cuando se hacen los conciertos. El contexto siempre es detonante!
Evidentemente es algo que creo que hay que cambiar, personalmente yo nunca me he considerado dentro de este rol de mujer, y como yo, muchísimas más. Igual que un hombre puede tener mil aficiones y puede tener los trabajos que quiera sin ser menos por ello, nosotras también! Al final creo que el genero es algo divisorio, todos somos iguales…Si viene una invasión zombie, o un apocalipsis alien pillaremos todos por igual!
Hoy en día hay mucha conciencia, mucho contraste de opinión y información. Las injusticias se hacen eco enseguida gracias a las redes sociales, eso me parece genial, pero por otro lado es un arma de doble filo, todas entramos en el juego de lo que vende y lo que no…Tienes que elegir, si quieres estar en el lado de la sexualizacion, o omitir tu cuerpo, y hagas lo que hagas se te va a juzgar por ello. Si te arreglas demasiado o vas ligera de ropa, es para atraer al público independientemente de tu calidad musical, si vas desarreglada, eres una dejada…
Con esto no quiero decir que para los chicos de la industria (sobretodo en lo que a «frontmans» se refiere) no tenga su parte cruel o dura, es un mar de tiburones y creo que ellos también tienen unos estereotipos que cumplir, y dependen en parte de su físico. Quizás estemos hablando de un contexto más permisivo, pero si lo vemos desde lejos, no es tan diferente. Tenemos un problema de poco respeto en general que creo que hay que mejorar, empezando por uno mismo.
Realmente y personalmente creo que la industria del espectáculo se refuerza mucho de la estética, y creo que esta va más allá de los roles, creo que nos da un margen muy amplio para re inventarnos y jugar!
También debo decir que se están haciendo algunas cosas para mejorar o introducir el rol de la mujer en la escena del metal (más concretamente en este genero) que tiende a separar festivales por géneros, y es algo que me parece terrible y contraproducente. Es como si separases a la gente por genero para hacer un mosh, que mierda es esa! aquí si pillamos, pillamos todos por igual!
Si algo me hace hacer metal, amar y luchar por lo que hago, es que tiene una filosofía base de autosuperación, en la que da igual como seas, alto o bajo, flaco o delgado, lo que importa es que tienes un espíritu fuerte, y que a través de tu música puedes acoger a todo aquel inconformista que quiera abrir su propio camino y tener fuerza de voluntad. Ponerse a hacer separaciones me parece una falta de respeto a esa finalidad.Claro que todas sufrimos comentarios de mierda, y nos encontramos en la situación de que nos digan «las novias se tienen que quedar fuera» o «tu no puedes cargar esto que pesa mucho» cuando eres parte de la banda, o gente que cree que solo tienes el grupo para ligar, son cosas tan superficiales que prefiero omitirlas de mi trabajo, pero que evidentemente siguen estando y es faena de todos boicotearlas.
Esta es mi humilde opinión que muchas compañeras y amistades comparten. Ahora hay mucho activismo, solo espero que no se caiga en la radicalizacion y en la ignorancia, si nos cuidamos y escuchamos todos un poco, el mundo puede ser mejor. Todo se basa en escuchar, empatizar y comprender.
Beatriz Viosques (vocalista de Eternal Psycho)
Realmente no se porqué el número de mujeres es bastante inferior al número de hombres dentro de la escena metal y rock. También estamos acostumbradas a que la mayor visibilidad sea de bandas formadas por hombres, tal vez porque la industria musical y los grandes, que mueven estos hilos también sean hombres, y vuelvo a repetir la palabra hombre.
Hay miles de mujeres profesionales dentro de la música pero no tenemos la visibilidad que nos merecemos y casi siempre las criticas hacia bandas de mujeres en algún momento de su carrera, han sido desagradables y sacadas del contexto musical. Tal vez si más mujeres entraran a organizar conciertos, crear espacios, fomentar la música, radios, festivales y un largo etc darían más oportunidades a bandas intregadas por mujeres, estoy segura de ello.
Nuestra escena tal vez esté más evolucionada o volcada con el tema feminismo que el resto de los humanos, pero aún así siempre hay que limpiar a gente de nuestro entorno porque sigue existiendo el machismo retrogrado de siempre en muchísimos aspectos. Siempre en algún momento de tu carrera te puedes tropezar con alguna anécdota curiosa, recuerdo un festival muy grande, no voy a decir el nombre, ni de la banda tampoco. Me invitaron a subir a ver el directo desde el Gran Escenario, yo lo agradecí muchísimo, estaba flipando! Con la euforia y la adrenalina de ese musicón no me daba cuenta, cuando me di la vuelta eramos unas 5 chicas todas monísimas y superfestivaleras. Nos ofrecían comida, bebida y fotos. A los 20 minutos bajé pensando porque no invitaron a ningún chico???
Yadira Zamora (promotora en Rock Chicks Concerts)
Es triste decirlo, pero creo que el mundo del rock y el metal, aún estando en pleno siglo XXI, sigue siendo un mundo extremadamente machista, al menos desde mi punto de vista. No busco culpables la verdad, porque lo veo tanto en mujeres como en hombres. Llevo desde los 15 años yendo a conciertos por mi cuenta, viajando por toda Europa, y la escena nunca cambia. Mi situación es la siguiente: yo soy una chica a la que le gusta mucho arreglarse y eso muchas veces, digamos que no es que se haya venido en mi contra porque si que es verdad que nunca he tenido ninguna experiencia negativa, pero sólo por el hecho de ir arreglada me han ofrecido entrar en camerinos, me han ofrecido ir a cenar con bandas, me han ofrecido ponerme en listas de invitados. Digo que no han sido experiencias negativas porque en ningún he pasado miedo ni he temido por mi integridad. Si que es verdad que todo esto te hace pensar y puedo demostrar que si no fuera arreglada y fuera sin maquillar y «de calle», seguramente no me ofrecerían lo que me ofrecen. Creo que los músicos son los primeros que buscan ese tipo de «compañía», que OJO, en ningun momento he hablado de sexo (que en algunos casos también me ha pasado), sino tan sólo el hecho de que la gente los vea en «buena compañía».
Parece sorprendente que leyendo o viendo este tipo de cosas, el resto de público lo peor es que te termine juzgando a ti, en lugar de al músico o a la persona que te meta en este tipo de situaciones. Es decir, el músico ya de por si te puede llegar a ver como un objeto o como un simple momento de compañía y la gente pensará que es un crack y a ti encima te tildarán de groupie o cosas más fuertes he llegado a oir de mí sin llegar más lejos. Yo con el tiempo aprendí a alejarme de las bandas que pude ver que me trataban así, pero también he de decir que he hecho muchos amigos que me han tratado siempre increíblemente bien y con los que puedo ir a conciertos sin miedo a que me tachen de nada. De hecho gracias a gente que me ha tratado tan bien decidí junto con dos de mis mejores amigas montar una promotora. Rock Chicks Concerts nació hace un par de años, y como tanto yo como mis amigas como comentaba antes, que viajabamos mucho a ver conciertos, decidimos traer bandas que nos gustaran y que hubieramos ido a ver fuera.
Ya de por si nos topamos desde el principio con comentarios en nuestro propio Facebook llamándonos groupies, gente que incluso venía a conciertos pensando que no seriamos capaz de organizarlos, o incluso me atrevería a decir que hay gente que aún no ha venido a ninguno de nuestros shows porque directamente se piensa que no sabemos como funciona esto, cuando entre las 3 Rock Chicks seguramente habremos visto más de 1.000 conciertos. Es frustante que, teniendo cada una nuestro trabajo, sacando tiempo y dinero de donde no tenemos, manteniendo las redes sociales activas, sacando horas de sueño para ir a colgar posters, todavía haya gente capaz de pensar que sólo por el hecho de ser mujeres no tenemos ni idea de música.
Elena Zodiac (vocalista de Lizzies)
La poca presencia de mujeres es algo que existe en todo el conjunto de la sociedad, y efectivamente es más notable en los géneros como el heavy metal, hard rock… Poco a poco está creciendo la participación de las mujeres como músicas, pero lo cierto es que siempre se ha tratado de un mundo muy machista, un mundo de hombres que refleja características relacionadas con el rol de género masculino, tales como la fuerza, la rudeza por ejemplo. Sin embargo la mujer se posicionó en la parte ‘fan’ en un segundo plano alabando a los músicos. Como ya he comentado la mujer se está abriendo paso en este estilo musical, se está posicionando en el lugar digno que implica la equidad, es un camino largo, que implica un cambio en las mentalidades y una erradicación del machismo.
En realidad toda la sociedad lo es, quizás es cierto que por tratarse del género que se trata el machismo es mayor, en otros casos cuando la mujer es intérprete de esta música rompe con los esquemas implícitos en los roles de género por lo que es un gran paso hacia el feminismo real. Por el hecho de ser mujer se te exige más nivel, tienes que demostrar tu valía por duplicado, por otro lado si el público considera que eres buena sorprende por duplicado también, lo que llaman discriminación positiva, aunque de positiva no tenga nada.
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.