Crónica y fotos del concierto de Leprous + Agent Fresco + Alithia + Astrosaur - Sala Bikini (Barcelona), 10 de noviembre de 2017

Leprous y Agent Fresco emocionan a una Barcelona entregada a su talento

Datos del Concierto

Bandas:
Leprous + Agent Fresco + Alithia + Astrosaur
 
Fecha: 10 de noviembre de 2017
Lugar: Sala Bikini (Barcelona)
Promotora: Madness Live!
Asistencia aproximada: 400 personas

Fotos

Fotos por Albert Vila

Nuestra Previa

La previa de Science of Noise: LEPROUS

Cada vez que escribo un artículo sobre Leprous es importante que deje una cosa clara a priori: los noruegos son, muy probablemente, mi banda favorita de todas las que han aparecido en el panorama metálico en la última década, así

Entrevista a Simen Daniel Børven, bajista de Leprous: ‘El Be Prog! 2017 ha sido el mejor concierto que hemos dado este año, de largo’

Los noruegos Leprous son una de las grandes sensaciones de la escena progresiva contemporánea. Si cada disco ha sido un puñetazo en la mesa, su reciente Malina les sitúa en otro nivel, escapándose un poco de la tradición metal para abrazar un

Leprous – Malina

Uuffffff. ¡Vaya! (resoplidos, suspiros…) A medida que van publicando discos y voy viéndolos en directo estos chicos me dejan más y más sin palabras. De hecho, casi lo único que me queda por decir es que Leprous me parecen, me

Los noruegos Leprous impresionan en una memorable segunda jornada del AMFest

Los dos escenarios de la sala Apolo brillaron con luz propia en el fantástico segundo día de esta quinta edición del AMFest. Los noruegos Leprous se bautizaron en la sala grande y reinaron con un concierto sensacional, mientras que los

Si me habéis leído algun momento u otro, sabréis que Leprous son una de mis grandes debilidades. De hecho, llamarles «una de mis grandes debilidades» es quedarse muy corto, ya que más bien lo que son es la banda que más me ha impactado en la última década. Lo han hecho disco tras disco y concierto tras concierto, siempre dando un paso más allá e impresionándome cada vez que he tenido algun contacto con ellos, obligándome a convertirme en poco menos que un fanboy locaza. Aunque lo mío puede ser un caso exagerado, no soy ni muchos el único que con el tiempo ha ido enganchándose más y más a la propuesta de este fascinante quinteto noruego.

De hecho, en cada una de las muchas veces que han venido a Barcelona en los últimos años, Leprous han dado un pasito más allá, atrayendo a más gente y asentándose con solidez entre los gustos del público progresivo local (no sin haber sembrado algunos haters por el camino, eso también es cierto). Y mira que nos han visitado veces: desde la publicación de The Congregation en 2015 han estado en dos Be Prog!, co-encabezando un AMFest al lado de God Is An Astronaut, en ese extraño concierto en la sala Razzmatazz 2 en el que juntaron su gira con la de Annihilator y, finalmente, abriendo para Devin Townsend y Between The Buried And Me a principios de este mismo año.

A pesar de tantas visitas (en las que, curiosamente, nunca han repetido sala, incluso en los dos Be Progs tocaron en escenarios distintos), ésta es la primera vez en todo este tiempo que vienen como cabezas de cartel indiscutibles (sí, ya sé que lo habían hecho antes, y lo tendrían que haber hecho también el día de Annihilator), y para ello se han sabido acompañar de unos invitados de auténtico lujo. Los islandeses Agent Fresco ya nos habían demostrado de qué son capaces tanto en el Be Prog de 2016, en el que se erigieron como una de las grandes y triunfantes sorpresas, como, en menor medida, abriendo para Katatonia hace poco más de un año. Aunque estas dos formaciones por sí solas ya hubieran constituido un cartel suficientemente llamativo, completan el pastel los australianos Alithia y los también noruegos Astrosaur, formando un elenco de artistas valiente, potente, diverso, emotivo y original.

Por todo ello y por el recuerdo aún fresco del apoteósico concierto de Leprous en el Poble Espanyol este mismo verano, había en Barcelona la sensación de que estábamos ante un pequeño gran evento, como se demostró en la larga cola que se formó a las puertas de la Sala Bikini y en la excitación de un público que llenó la sala hasta la bandera (aunque no hubo sold out). Gente de todas las edades, con destacada presencia de jóvenes muy jóvenes y de especímenes de múltiples orígenes musicales, desde heavies greñudos de toda la vida (pocos) como nerds, hipsters y demás gentes de camisetas estrechas y barbas abundantes. Una demostración de que tanto Leprous como Agent Fresco han empezado a trascender etiquetas y, a día de hoy ya son patrimonio de la música en general sin pertenecer a ninguna tribu en concreto.

Astrosaur

Los noruegos Astrosaur fueron los encargados de inaugurar la velada con su entretenida amalgama de rock y metal progresivo, stoner, jazz, sludge, shoegaze, black, djent, psicodelia, capas, oscuridad y humo. Tanto ellos como su música son expresivos y enérgicos, y es innegable que tuvieron bastante éxito en su cometido de calentar a una Sala Bikini con muchas ganas de emociones y de rock progresivo de calidad que, a estas alturas, ya presentaba un aspecto más que decente. Este trío instrumental ha publicado su álbum de debut este mismo año, llamado Fade In // Space Out y que, obviamente, copó el repertorio de esta noche, tocándolo prácticamente en su totalidad (y en orden), y dejando únicamente de lado el tema final que le dá título. Hay tantos matices entre los diversos cortes como dentro del mismo tema, desde blast beats y veloces riffs blackmetaleros a grooves stoners o momentos tranquilos de base jazz, así que nadie tuvo ocasión de aburrirse a pesar de que la gente tampoco parecía conocerlos en exceso. Como único detalle negativo (y secundario), llevaron unas luces muy atmosféricas pero bastante horribles para los fotógrafos, y quienquiera que controlaba la máquina de humo situada al lado izquierdo del escenario se emocionó en exceso, ya que llenó la mitad de la sala haciéndola casi irrespirable. Dejando eso de lado, Astrosaur se revelaron como una banda tremendamente interesante cuyo disco ya tengo en rotación habitual.

Setlist Astrosaur:

Necronauts
Space Mountain
Yugen
Fishing for Kraken

Alithia

Así como Astrosaur me atraparon sin demasiada dificultad en las escuchas previas a este concierto, debo confesar que mis intentos con Alithia no acabaron de ser del todo fructíferos. Por eso quizás su concierto me impresionó tanto, ya que me esperaba a la banda más floja del día y, tanto visualmente como técnicamente, la ecléctica propuesta de los australianos adquiere una dimensión infinitamente más rica sobre las tablas. Los seis miembros de esta banda, gente de múltiples procedencias y orígenes (anglosajones, asiáticos, latinoamericanos, eslavos) dieron una lección de virtuosismo, falta de prejuicios y riqueza musical bastante impresionante, resultando en un espectáculo energético, dinámico, lleno de matices y tremendamente entretenido.

Aunque varios de sus miembros aportan voces de diferentes registros, para esta gira cuentan con el apoyo de la pelirroja y siempre etérea vocalista rusa Marjana Semkina (que ya conocemos de la banda de cámara progresiva Iamthemorning, presente también en el Be Prog de 2016), que ejerce de vocalista principal aunque no participa de todos los temas. En esta diversidad cultural emana la esencia más pura de la banda: si Astrosaur mezclaban un montón de estilos (más o menos coherentes) para conformar su propuesta musical, estos ya se van totalmente de madre: a su base de rock progresivo y generalmente luminoso añaden electrónica, ritmos tribales, versos raperos, atmósferas evocadoras, gritos desesperados y múltiples ruiditos, resultando en una propuesta muy original que toma todo el sentido encima de un escenario.

En los cuarenta minutos de los que dispusieron (y que pasaron volando) tuvieron tiempo para desgranar únicamente cinco temas. Dos de ellos pertenecían a su único disco de estudio, un To The Edge of Time que publicaron en 2014 y que, personalmente, nunca ha acabado de entrarme, mientras que los otros tres formarán parte, presumiblemente, de su próximo trabajo, que debe de estar al caer. Saltando sin previo aviso desde los pasajes más tranquilos, melancólicos, atmosféricos y evocadores hasta el caos más absoluto representado simbólicamente por la entrega momentánea de una guitarra al público para que la rasgaran sin un criterio específico, Alithia convencieron sin ninguna reserva a una Sala Bikini que, a esas alturas, ya estaba casi llena. Abandonaron el escenario visiblemente emocionados por las sinceras ovaciones y caras de alegría de la gente, que estoy seguro que, en gran parte, hoy añadieron un nombre nuevo a sus listas de grupos a descubrir y profundizar. Por mi parte, no solo me han hecho esperar con ganas su nuevo trabajo de estudio, sino que me motivaron y generaron la curiosidad suficiente para pedirles una entrevista que publicaremos en breve aquí.

Setlist Alithia:

Pi
The Veil
Diamonds
Empress
Sacrifice

Agent Fresco

Si con Alithia ya había mucha gente, os podéis imaginar como estaba la cosa con Agent Fresco, uno de las nuevas niñas de los ojos del público barcelonés desde que en el Be Prog de 2016 se generara la mayor comunión que yo haya visto entre una banda joven y semi desconocida y un público que pasó a quererlos con locura gracias a su frescura, su honestidad y su emotividad. Unos meses más tarde volvieron junto a Katatonia para dar otro concierto igualmente brillante, pero que pasó mucho más desapercibido por culpa de que, a mi juicio y me temo que al de la mayoría, no acababan de pegar del todo en ese cartel. Todo lo contrario que hoy, ya que Agent Fresco se me antojan como el telonero prácticamente perfecto para una banda como Leprous. No se parecen realmente en lo musical, excepto quizás en momentos muy concretos, pero comparten un cierto espíritu que hace que generen emociones parecidas y que puedan llegar a un público bastante similar. Además, se tiene que ser muy bueno en directo para no palidecer al lado de los noruegos, y no tan solo Agent Fresco consiguieron estar a la altura, sino que tengo incluso dudas sobre qué banda se erigió como triunfadora de la noche.

Porque lo único que se le podría criticar al cuarteto islandés, en todo caso, es que el repertorio fue prácticamente el mismo, tanto en canciones como incluso en orden, que el que tocaron en su última visita hace poco más de un año, lo que es un detalle que chirría un poquitín. Las únicas excepciones fueron la inclusión de «Bemoan», muy bonita como dueto de pianos y batería, y de un tema nuevo que, quizás la falta de familiaridad, no acabó de enganchar como otros. Dejando esto de lado, o quizás exactamente por ello, lo cierto es que el directo de los islandeses roza la perfección. Sus canciones suenan precisas y potentes mientras son capaces de generar un vaivén de emociones alternando de forma muy bien estudiada (y por eso llevan haciendo el mismo concierto un año y medio, supongo) los momentos más agresivos con los pasajes más dulces y las partes más poperas y bailables. Mención especial para la presencia al bajo de Nicolai Mogensen, de los daneses VOLA (compañeros también en esa gira junto a Katatonia), que merece nuestros aplausos por cubrir perfectamente la ausencia de Vignir Hilmarsson, de vuelta a Islandia por haber sido padre hace bien poco.

Como era de esperar, la banda vivió el concierto con un nivel de emotividad envidiable, y el público tardó bien poco en contagiarse de la dulzura y la mimosidad de los islandeses, con su abrazable vocalista, Arnór Dan, en cabeza. Los mejores temas de su discografía fueron cayendo con brillantez uno por uno, empezando por la delicadeza de «Anemoi», la fuerza de «He Is Listening» o la emoción de «Wait For Me», pero no fue hasta «See Hell», para mí el mejor momento de su descarga, que eso se convirtió en el apoteosis. Con un sonidazo perfecto, llegamos rápidamente hasta un trío final sencillamente sublime: «Dark Water», dedicada al padre de Arnor, con sus brutales ritmos sincopados y su escalofriante final a capella, la enérgica «Eyes of a Cloud Catcher» y la fabulosa «The Autumn Red», en la que el simpático vocalista islandés se bajó a cantar entre el público para acabar subiéndose a la mesa de sonido. Este tema tiene una outro sencillamente impresionante a la altura de las grandes outros de la historia del rock y el metal progresivo (Hola, «Deliverance», hablo de ti), y es más espectacular aún cuando los ritmos hipnóticos y machacones se acompañan de unas luces estroboscópicas parpadeantes que hicieron brillar el voluminoso pelo flameante y en constante sacudida de su activo bateria Hrafnkell Örn Guðjónsson.

La gente cantó, bailó, sonrió y fué feliz mientras Agent Fresco estuvieron sobre el escenario, y eso es algo que no tiene precio y que hace de ellos una banda realmente especial. Supongo que su siguiente paso ya es lanzarse a por una gira como cabezas de cartel, y la verdad es que, a no ser que su próximo disco baje mucho el nivel, no se me ocurre qué podría pararlos en su carrera hacia el estrellato. Agent Fresco lo tienen todo para ser los nuevos Biffy Clyro o, exagerando un poco, los nuevos Muse: musicalmente no se parecen demasiado, pero son una banda de esencia rockera con la capacidad de tocar las teclas correctas para emocionar y encandilar a una audiencia infinitamente más amplia que el pequeño nicho que es hoy en día el rock. Viéndolos tan honestos, tan cercanos y tan encantadores, nada me haría más feliz que pudieran vivir y llevar su sueño a cotas aún más altas.

Setlist Agent Fresco:

Anemoi
He Is Listening
Howls
Pyre
Wait For Me
(Canción nueva sin título)
See Hell
Angst
Bemoan
Dark Water
Eyes Of A Cloud Catcher
The Autumn Red

Leprous

Pues bueno, ahí estamos de nuevo ante el enésimo encuentro en directo con una de las bandas fetiche de mi yo musical contemporáneo. Aunque los hemos podido ver por Barcelona un montón de veces, en esta ocasión había bastantes novedades respecto a cualquiera de sus visitas anteriores. La más importante es que estan presentando Malina, un nuevo disco que iba a tener un protagonismo capital en el repertorio de hoy y que supone un paso más en su progresivo distanciamiento del metal más estricto en el que se encuadraban en sus primeros años. Para ello, y debido a la abundante presencia de cuerdas que hay en este disco, contaron con la presencia sobre el escenario del celista canadiense Raphael Weinroth-Browne, que completó la formación habitual de la banda, encabezada como siempre por el histérico y apasionado Einar Solberg a las voces, teclados y sintetizadores, el aparentemente delicado Tor Oddmund Suhrke a la guitarra y el espectacular Baard Kolstad a la bateria. Hablando precisamente de Baard, me sorprendió bastante que quedara situado en una esquina al fondo del escenario, sin tan siquiera una triste tarima, de manera que sus evoluciones tras los parches pasaron, por desgracia, un poco desapercibidas.

La última gran novedad es que en esta gira, Leprous vienen cambiando el repertorio noche tras noche. Algunos temas son fijos, pero la mayoría parece cambiar de forma más o menos aleatoria, así que existía el aliciente extra de ver qué os lo que nos iba a deparar la suerte (o el destino), y si podríamos escuchar nuestros cortes favoritos o no. Lo único que se mantiene exactamente igual en todos los conciertos es el principio, que al igual que Malina empieza con la pareja «Bonneville» / «Stuck», que enlazaron directamente con lo que pareció ser la prueba de sonido del cello de Raphael, pero que acabó por ser una intro perfecta que consiguió atrapar y silenciar a la gente antes de que ni tan siquiera empezaran. Aunque Malina tuvo una presencia realmente destacada (ocho temas), los cortes que se llevaron las mayores ovaciones fueron los procedentes de The Congregation, probablemente el disco que supuso el punto de inflexión más decisivo en la carrera de la banda.

Bien temprano pudimos comprobarlo con «Third Law», y al cabo de poco llegó el momento álgido con la pareja «The Cloak» (que a la postre sería la única concesión a Coal y a su producción anterior a 2015) / «The Flood», con las que me flipé y me desgañité como si no hubiera mañana. Analizado este momento y esta situación me asaltaron algunas dudas: las canciones de su último disco, aún y gustarme mucho (no en vano le dí un diez como una casa a Malina cuando lo reseñé hace un par de meses), no parecen tener el mismo gancho y la misma potencia en directo que sus temas anteriores. Al menos a mí no me lo parecen, así que no consiguieron poseerme con la misma intensidad irresistible que me tienen acostumbrado. Y si ya dos de mis temas favoritos, como son «Captive» e «Illuminate», palidecieron un poco al sonar justo después de «Third Law», lo de «Malina» después de «The Cloak» / «The Flood» fué casi alarmante. Es verdad que el tema título de su último disco, muy lírico y melancólico, es un pelín raro de por sí, pero para mi supuso un pequeño bajón que yo no había experimentado aún nunca en un concierto de Leprous.

El set principal acabó con un potente «The Weight of Disaster» que volvió a subirme algo los ánimos, aunque hay que decir que, mirando a mi alrededor desde las primeras filas a las que me ví confinado después de los apretujones que tuve que pelear para poder sacar fotos a las tres primeras sin flash, solo había gente entregada y feliz cantando una canción tras otra (¡y haciendo hincapié en las nuevas!). Así que bueno, quizás nadie más que yo necesitaba que le subieran los ánimos. Tal y como ocurrió al principio, para amenizar la espera hasta el bis pudimos escuchar una pequeña pieza de cello que acabó cuando Einar se subió silenciosamente al escenario para empezar el asalto a «Lower», uno de mis temas menos favoritos de su penúltimo disco, pero que aquí quedó genial. La esperada «The Price», con su infeccioso estribillo y los espectaculares e icónicos ritmos que Baard le imprime a la batería, supuso un pequeño orgasmo generalizado que nos abocó directamente a un final en el que pudimos escuchar «Mirage» y «From The Flame», dos de los mejores temas de Malina. Esta última, por fin, sonó a la altura de sus cortes «clásicos», potentísima, pegadiza y motivante, lo que me lleva a pensar que, ojalá, estamos hablando solamente de que Leprous aún no llevan el tiempo suficiente tocando estas canciones en directo para que lo peten tanto como su material anterior.

Lo que vino una vez acabada la música fue una ovación cerrada y sincera, y la honesta e insistente petición de «One More Song!» por parte del público. La banda habría ido a por ello sin duda, pero desde la mesa se les dijo que ni hablar, que la Sala Bikini debía re acondicionarse rápidamente para albergar una noche de reggaeton y demás bailes apasionantes, así que nos tuvimos que conformar con lo que hubo, que fue mucho. Por supuesto, leer que al cabo de un par de días en algun lugar de Francia sí que cedieron a la presión del público y se marcaron un «The Valley» como segundo bis es algo doloroso, máxime teniendo en cuenta que ésta, quizás junto a «Rewind» fueron para mí las grandes ausentes de un setlist que no me desagradó para nada y que se hizo muy corto en la hora y media de reloj en que la banda estuvo sobre el escenario.

He necesitado unos días para poder desarrollar mi conclusión de este concierto. Quizás mis expectativas estaban demasiado altas, ya que todas y cada una de las veces que a había visto a Leprous en el pasado habían conseguido volarme la cabeza y dejarme la mandíbula y los cojones en el suelo, pero hoy, siendo un gran concierto también, fue la primera vez en que eso no ocurrió del todo. Las posibles justificaciones que se me ocurren van desde la incomodidad de una sala tan llena (aunque el sonido fue como siempre genial) hasta, como he dicho antes, que los propios miembros de la banda no tengan tan interiorizadas aún las canciones de Malina. O sencillamente puede que no exista ninguna justificación: cuando vi por última vez a los también noruegos Kvelertak tuve la sensación inequívoca que mi momento de máxima comunión con su directo, ese en el que me flipaba con todas las canciones de su repertorio, había quedado atrás, y si bien su último disco me gusta mucho, sus canciones no me atrapan en vivo de la misma manera que las anteriores. Y con Leprous podría ser que me pasara algo parecido. En todo caso, estoy deseoso a darles tantas oportunidades como veces decidan volver a pasarse por aquí, que supongo que serán bastantes.

Por último, constatar y celebrar que una banda como Leprous, no precisamente accesible (aunque cada día más) consiga llenar la Sala Bikini en una temporada tan intensa de conciertos. ¡Bravo por ellos y bravo por la escena progresiva barcelonesa!

Setlist Leprous:

Bonneville
Stuck
Third Law
Captive
Illuminate
The Cloak
The Flood
Malina
The Weight Of Disaster
—-
Lower
The Price
Mirage
From The Flame

Avatar
Sobre Albert Vila 955 Artículos
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día. Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.