A pesar de que en el mundo del hard rock parece que está ya todo escrito y visto, cuando encuentras a algún grupo o solista capaz de firmar de su puño y letra material capaz de hacerte emocionar un poco, de verdad que se agradece. Este es el caso de Claus Lessmann y Michael Voss, dos grandes nombres ya veteranos del hard rock alemán que se marcan un disco al más puro estilo Frontiers, con esa producción pulcra y sonando todo perfectamente y sobreproducido.
Pero posiblemente, el hecho de que no haya entrado dentro de la discográfica de Nápoles (que la mayoría suenan igual) y que el señor productor de Michael Schenker (Michael Voss) se haya encargado de todo, pues le da otro aire a una obra que sorprende primero, enamora después y… termina repitiendo la misma fórmula. Esto es hard rock de quilates y con muchísima clase y alma.
Empiezan con la étnica “Medicine Man” con ecos al “Lift U Up” de Gotthard, en un tema festivo, entretenido y que busca el single directo y la complicidad del oyente. Son un poco exageradas las semejanzas con esa pieza maestra de los suizos, pero es totalmente disfrutable y adictiva. Esa batería de Vincent Golly es puro Lipservice (2005)… El single elegido ha sido “Smoke Without a Fire” y es un trallazo de hard rock melódico a dos voces, realmente logrado y entonado. Ese solo final repitiendo el estribillo y la pausa para terminar en eco la hacen realmente lograda.
Mismas premisas para una conseguida “Runaway Days” con ecos Journey y buscando ser directa y sin sobreproducciones. La verdad es que a nivel compositivo hay mucho material que les sirve de posible single en potencia y la gracia de combinar voces da mucho juego y profundidad a las canciones. La versión del clásico de America “Sister Golden Hair” les ha quedado de fábula. El tema es tan espectacular que no han tenido que añadir mucho, sólo la pedal steel de Martin Huch.
De entre las baladas hay una de muy elegante: “Slow Dance”, que puede recordarte especialmente al hard rock inglés al estilo de bandas como Quireboys y Dogs D’Amour. Aunque claro, la voz no es rasposa y sí totalmente melódica y luminosa. La dulce y trabajada “Take My Heart and Run” no baja el listón con otro buen ejercicio de hard rock y siendo absolutamente melódica y evocadora.
El tema que da título al disco tiene ese reverb solemne de Vincent Golly a la batería y juegan Voss y Lessman con talk box. Está claro que tienen como referente a Gotthard, pero vaya, que son de la misma generación y nuestros dos protagonistas llevan media vida trabajando en el estilo. La vacilona “Something Is Better Than Nothing” es un hard rock macarra, de esos de sala-tugurio humeante, de corte más inglés. Y les vuelve a quedar perfecta.
Para “Look Around” tiran de coros y músculo en el riff y “Stay” es otro medio tiempo sentido y pegadizo, muy en la línea general del disco, con muchos y trabajados coros en eco. Otra vuelta de tuerca afianzando la propuesta melódica. Ponen el cierre con “What Feels Right”, de aires reggae de inicio y posterior desarrollo algo oscuro
No soy especialmente amante de estos discos de bandas artificiales creadas para la ocasión al estilo Frontiers Records, pero es que este no es el caso: ni estamos en esa discográfica ni Lessman y Voss son desconocidos juntados a golpe de talonario, Rock Is Our Religion es un inmenso disco de hard rock con un balance global de temas impresionante. Todos y cada uno de ellos apunta a single clarísimo, por lo que es un placer escucharlo de cabo a rabo. Las canciones tienen alma, son comercialillas y convencen ya en la primera escucha. Poco más se le puede pedir a un disco de estas características.