Lingua Ignota – Caligula

Las propuestas más arriesgadas acostumbran a copar un sitio importante en mi día a día musical. Normalmente incomprendidos, discos enormes como You Won’t Get What You Want (2018) de Daughters y Magus de Thou en 2018 , Trumpeting Ecstasy de Full of Hell en 2017 o You Will Never Be One of Us de NAILS en 2016 han copado muchos de mis mejores momentos con el metal extremo estos últimos años. Para el artista, salirse de los cánones es complicado y arriesgado. Para el oyente tampoco es fácil; “menuda mierda”, “esto es infumable” o “esto ni siquiera es música” son las expresiones más repetidas por un entorno habitualmente hostil.

La belleza de lo incomprendido es incluso más bella que la de una generalización. En 2019 han entrado en el juego tres bandas sorprendentes. Los californianos Xiu Xiu nos avasallaron a principios de años con Girl with Basket of Fruit. Hace un par de meses nos hicimos eco del debut increíble de los ingleses black midi. Y hace unas semanas llegó el turno de Lingua Ignota quien traía su segundo disco titulado Caligula.

Y de Lingua Ignota nos vamos a ocupar, o eso voy a intentar, pues es tan complejo desgranarlo como escucharlo. De hecho he necesitado casi dos meses para afrontar este momento y aún desconozco si mi papel versus Caligula es del todo correcto.

Lingua Ignota es el proyecto musical de la artista de Providence Kristin Hayter. Un proyecto basado en experiencias cotidianas negativas en el que la violencia y el abuso forman nuestro siglo XXI. Caligula no es más que una metáfora en la que se compara al demente tercer emperador del Imperio Romano con el al actual sistema de orden mundial. Un orden basado en el abuso social y sobretodo en el abuso de poder.

Kristin forma orgánicamente un conjunto de pasajes melodramáticos en los que su voz es el ingrediente más suculento. La deconstrucción de las melodías y los minimalistas recursos electrónicos son los dos elementos más trabajados para lograr una vuelta de tuerca a lo que ofreció en 2017 con All Bitches Die. Las melodías neoclásicas se funden con sonidos industriales de una forma totalmente natural, atrevido pero visiblemente sin riesgo. Kristin sabe lo que hace, lo vive intensamente. A lo largo de casi 70 minutos logras compartir las vivencias con la artista, eres capaz de sufrir como sufre ella, puedes gritar de odio o de pena, puedes acabar tu viaje con llanto.

Volviendo al papel de Kristin en las voces, estas fueron grabadas en una improvisada cabina aislada dentro de un armario en su propia casa. El resultado es aterrador. Puedo transportarme dentro de esa cabina y sentir en mi propia piel el aliento de la artista. Un trabajo en las voces impecable, tanto en el afilado gutural como en el maquiavélico canto limpio. Siempre logra llevarte a su terreno.

En cuanto a las melodías, pensadas principalmente para ser un disco de piano y voces, son siempre lentas, envolventes y opresivas. La percusión es justa pero precisa, mientras que las agradables lineas de piano tienen esa estética de fría belleza que tan bien “inventaron” los compositores de música clásica como Chopin.

La experiencia personal escuchando este trabajo es intensa y totalmente imprescindible. Lingua Igonta firma el mejor trabajo metálico de 2019 y pone el broche de oro a uno de los despegues artísticos más intensos de los últimos lustros.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones