Tarde/Noche de hardcore la que nos esperaba en la sala 2 de Razzmatazz, nos visitaban con la gira West Coast III Lionheart, que lo hacían muy bien acompañados de Terror, Get the Shot y Dying Wish. Se presumía una noche brutal llena de locura… y así fue.
Dying Wish
Empezó Dying Wish, un grupo desconocido para mí, que aprovecharon del poco tiempo del que disponían para darnos una muestra de entrega y energía genial. La cantante no paraba quieta e iba descargado su voz gutural en cada canción como si le fuera la vida en ello, mucho mejor que cuando lo hacía con voz limpia y melódica. Se metieron al público enseguida en el bolsillo pues ya se vieron los primeros bailes y empujones de la noche. Buen primer aperitivo.
Get the Shot
Era el turno de los canadienses Get the Shot, grupo que sí había visto anteriormente en directo y del cual me había impresionado la entrega del cantante, pues esta vez fue aún más brutal. Jean-Philippe Lagacé se pasó más tiempo bajando al público y saltado encima de él que en el escenario, incluso estuvo cantando mientras le llevaban en volandas la gente, aunque, sería mucho mejor que si hace todo esto, se compre un micro inalámbrico, pues, los técnicos iban de culo. La locura se apoderó de la sala montándose circle pits continuamente. Al final, incluso el guitarra saltó del escenario. Estuvieron geniales y el público vibró enormemente con ellos.
Terror
Terror salió al escenario para reventarlo todo. Con la gente ya bien caldeada, animó al público a que subiera al escenario y saltara pese al foso y la gente, como no, respondió con un festival de saltos. El pit no paró ni un momento y el cantante no paraba de pedir más y más movimiento en la gente. Fue un derroche de energía tanto de la banda, que no paraba de moverse y bailar en el escenario, como del público que saltó y bailó hasta la extenuación. Evidentemente, el momento mágico fue cuando sonó «Keepers of The Faith» que fue coreado por todos los de allí presentes. Bestial.
Lionheart
Y llegó la hora de Lionheart, contundentes y brutales siguieron con la fiesta montada en la sala, con más saltos, más moshpit, más cicle pit, más crowd surfing y más locura generalizada. Pura actitud hardcore de todos los allí presentes. Los temas iban cayendo ante un público entregado totalmente que cantaba y coreaba cada canción. El cantante no paraba de moverse de un lado a otro y animaba a un público al que no le hacía falta, pues estuvieron apoyando y bailando durante todo el concierto. En definitiva, fue la guinda del pastel para una noche realmente brutal.
Ex bajista, ex cantante (más que cantar gritaba), fotógrafo apasionado, adicto a la música. Rock en la sangre desde que nací, amante del metal desde que escuche Barón Rojo en el 84/85, loco por el thrash desde que escuche a Slayer con 13 años y loco por el punk y el hardcore y de esa energía brutal que desprende en directo. Fotógrafo y redactor (a veces) en Science of Noise