Liv Sin – Burning Sermons

La potente voz y personalidad de Liv Jagrell, que siempre ha caracterizado a la carismática cantante, está de nuevo de actualidad al frente de Liv Sin, la que lleva siendo su banda desde 2016 tras la disolución de Sister Sin. Recientemente han publicado su segundo trabajo, cuyo último video ha sido estrenado en exclusiva en nuestra web, en el cual podemos encontrar una vuelta de tuerca más al sonido con el que nos sorprendieron en su disco debut Follow Me (2017).

La esencia clásica de su antigua banda continúa, no se pierde el metal clásico con una contundente base rítmica y guitarras pesadas que en ocasiones pueden acercarse a sonidos más thrash. La utilización de teclados e incluso arreglos orquestales dota a las canciones de atractivos matices. Destacable es el trabajo de Emil Nödtveidt, guitarra y teclista de los suecos Deathstars, notándose la influencia en el sonido de éste segundo disco. Está claro que tienen las ideas claras y saben de rodearse de buenos músicos que sepan aportar personalidad a su sonido. Ya en el anterior Follow Me Steffan Kaufman (Accept) se encargó de la producción y arreglos.

“Blood Moon Fever” abre éste Burning Sermons (2019) con una pequeña introducción de teclado con ambientación electrónica que se verá arrasada con todo el peso de los músicos, quedando los sonidos electrónicos como ambientación durante todo el tema. La poderosa voz de Liv te atrapa con sus altos registros dando cuenta de su poderosa personalidad, aún así “Chapter of the Witch”, segundo tema, tiene mayor fuerza y carisma en la que los teclados continúan con su discreto protagonismo y en donde la banda por momentos se aproxima a la velocidad y contundencia de sonidos más thrash.

Si en el anterior Follow Me (2017) se contó con las colaboración de Jyrki 69 (cantante de 69 Eyes) para cantar la versión “Immortal Sin” de Fight, en esta ocasión Liv se hace acompañar de Björn Strid, cantante de Soilwork y The Nightflight Orchestra, en la contundente “Hope Begins to Fade”. Los arreglos orquestales destacan durante toda la composición así como el calmado pasaje tras el solo de guitarra para caer de nuevo todo el peso de la banda. La fusión entre ambas voces aporta una fuerte personalidad a la canción.

“War Antidote”, “At the Gates of the Abyss”, “Slave to the Machine” y “The Sinner” es heavy metal sin concesiones. Destaca el uso de los teclados (con cierta reminiscencia Hammond) y el bajo en “Slave to the Machine”. El bajo suena contundente siendo tan protagonista como las guitarras aportando pesadez al tema, en cambio los teclados me recuerda al clásico sonido de la vieja escuela.

Oscura y tenebrosa introducción con teclados es la que tiene “Death Gives Life Meaning” para luego destrozarnos las cervicales con poderosos ritmos. La desgarradora voz de Liv siempre se encuentra arropada por los teclados aportándole pomposidad.

“Ghost in the Dark” es un medio tiempo con un bajo atronador, una dinámica batería y unos envolventes teclados que aportan grandilocuencia y relativa calma al tsunami que se nos viene al final del disco con “Dead Wind Intermezzo”. Espectacular final en el que el particular heavy de los suecos va de la mano de contundentes ritmos thrash. Muy destacable el afilado solo y el coreable estribillo que seguramente sonará en sus directos.

La contundente sorpresa que los suecos nos tenían preparada en su anterior disco no lo es tanto en éste, pues el sonido ya queda consolidado aportando un mayor protagonismo en los teclados y arreglos orquestales como en el último single. Un disco que aunará a los clásicos seguidores de Sister Sin como a los nuevos llamados por la contundencia y nuevas influencias pero que se resisten a perder la esencia del clásico heavy metal.

Liv Sin estará de gira por nuestro país durante el próximo mes de octubre en ocho ciudades, por lo que tendremos una inmejorable oportunidad de disfrutar de una contundente formación con la arrolladora voz y personalidad de Liv Jagrell al frente.

¡Salud y Heavy Metal!

Abel Marín

Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.

Salud y Heavy Metal.