Livløs es una banda danesa que practica un death metal fuertemente influenciado por la rama melódica de bandas como At the Gates y la rama más técnica de los padrinos Death. Incluso podemos citar como influencias a The Black Dahlia Murder. Con este híbrido podemos afirmar que Livløs han creado un sonido bastante propio que les encumbra como una de las promesas de la escena death del viejo continente.
No es de extrañar que Napalm Records se fijara en ellos tras su auto producido y notable debut titulado Into Beyond (2018). Los de Jutlandia regresan entonces bajo el protectorado de un sello mayor y lo hacen con un afilado disco titulado And Then There Were None. Sin ninguna duda, el disco ralla en un nivel superlativo y, lejos de presentarse como una promesa, se presentan como una de las bandas que más darán que hablar en el futuro más inmediato.
Pese a todas las influencias que la banda cita habitualmente, And Then There Were None no suena a ninguna de ellas. Lo que si se puede corroborar es que su death metal tiene un nivel digno de admirar. Gran parte de su poderío viene comandado por Niklas Lykke y su variado y amplio rango vocal que va de secciones profundas y guturales a voces agudas. El punch de la batería sustenta una amalgama de excelentes riffs tan técnicos como melódicos. El disco no aminora en intensidad en ningún momento y la variedad de recursos utilizados provocan una sensación de dinamismo muy acertada.
Tanto en momentos en los que la banda pisa el acelerador como en la atronadora “Seize the Night”, o en pasajes más calmados como “The Purest Black”, Livløs muestran un talante firme y aplicado. Las canciones se desenvuelven todas ellas con la máxima profesionalidad y plenitud de texturas y contrastes.
And Then There Were None es el mejor segundo disco que una banda podría llegar a imaginar. Despuntar en el underground, fichar por un sello consagrado y publicar este trabajo encumbra a Livløs a la palestra de las bandas más interesantes del último lustro. Veremos de que son capaces a partir de ahora.