Más que dejar a la gente alucinada, nuestro cometido es el de entretener. Algunas de las cosas que hacemos en directo son algo chocantes para alguna gente, pero te repito, no es nuestra intención. Solo queremos entretener.
Muchos son los que ven a la agrupación Lizzy Borden como una banda menor, que consiguió cierta repercusión gracias a su parafernalia shock rock y en el hecho de aparecer en la película The Decline of the Western Civilitzation Part II: The Metal Years (1988). Hay gran parte de verdad en esta opinión, pues su legado ha pasado bastante desapercibido a ojos de la escena o público, pero eso no quita que el grupo posea un buen puñado de canciones y algún disco que merece mucho la pena. Pero definitivamente su gran valuarte como combo es su consistente directo. Entretenidos, instalados siempre en el heavy metal clásico y ofreciendo un espectáculo que combina vampirismo, violencia, chicas sexys y un homenaje patriótico a sus amados Estados Unidos. Siempre han sonado muy metálicos, pero si ves fotos y videos de sus primeros pasos, entiendes que se les metiera en el saco del glam-hair metal de los 80. No se han prodigado bastante por estas tierras y resulta todo un hito poderles ver en directo. No defraudan, y hay que recordar que son una de las bandas clásicas en lo referente a shock rock.
Trayectoria
Empiezan su carrera en 1983 en Los Ángeles y toman su nombre de la tristemente célebre Lizzie Borden. Esta mujer era la principal sospechosa de un doble crimen cometido en 1892 en el que murieron, a golpes de hacha, su padre y su madrastra. A pesar de que Borden fue absuelta del crimen, se la consideró en vida la autora material de los asesinatos. Desde entonces existe una canción infantil muy popular en Estados Unidos en la que niños y niñas saltan a la comba y recitan los hechos, contando los golpes de hacha de Lizzie a la vez que saltan la cuerda. Su líder tomó el nombre de la supuesta autora del crimen a pesar de que modificó alguna letra de su nombre original: Lizzy Borden.
Sí, es una canción de niños. Tomé el nombre y el hacha, pero realmente escribí mi propia historia.
La banda consiguió cierta fama gracias a su espectáculo y a su participación en el film The Decline of the Western Civilitzation Part II: The Metal Years, en la que interpretaban su versión particular del “Born to Be Wild” de Steppewolf. Su líder, el propio Lizzy Borden, considera esa aparición muy positiva, pero las posteriores polémicas con las que tuvo que pelear la banda contra el PMRC (madres y padres defensores de los valores de la familia americana) les supusieron más un freno que una ayuda.
Tocar el “Born to Be Wild” fue idea de la directora. Nos vio tocar ese tema en algún sitio y lo quiso para la banda sonora. La verdad es que lo pasamos genial a la hora de rodar. Mucha gente nos descubrió gracias a esa película, estamos muy felices de haber formado parte de esa historia.
En 1985 debutan con Love You to Pieces y en 1986 vería la luz Menace to Society. Ese disco consigue una mejor acogida por parte de público y prensa. Pero conseguirían una mayor fama gracias a Visual Lies, que contiene uno de sus más grandes clásicos: “Me Against the World”. Ese tema llegaría a aparecer en la película de culto “Black Roses” estrenada ese mismo año. Desgraciadamente para el grupo las cosas no marcharían del todo bien y los cambios constantes de miembros en la formación serían una constante más que habitual. Afortunadamente las cosas en lo musical seguirían marchando bien y Master of Disguise, en 1989, sería otro de sus grandes trabajos, muy a pesar de que el grupo entraría en una fase de estancamiento. Tendrían que pasar hasta 11 años para que volviéramos a escuchar otro disco del grupo americano. La banda decidió hibernar en los 90, esa década maldita que sepultó al glam y al metal festivo.
En el año 2000 aparece el interesante Deal With the Devil, un disco más que correcto que iniciaba una nueva etapa para el grupo y en el que se acercaban a estilos más modernos y a ritmos maquinales que coqueteaban con lo industrial como “We only Come Out at Night”. Incluso la portada era obra del reputadísimo dibujante Todd McFarlane el cual también les realizaría otra portada para un directo grabado en Wacken. El grupo sorprendía con la inclusión de dos versiones: una del padre del shock rock, Alice Cooper, y otra de los Blue Öyster Cult. El título aludía a una de las típicas historias de pactos con el diablo que se inició con Robert Johnson a principios del siglo XX. En 2004 la tragedia se cruza en el camino del grupo y el bajista Alex Nelson muere en un accidente de tráfico. No sería el único accidente que termina con la vida de un miembro del grupo pues Corey James murió tres años después en otra colisión en la carretera. La banda había parado toda actividad hasta que, en 2006, vuelven a reemprender su carrera. En 2007 el grupo edita Appointment with Death con el que consiguen cierta repercusión y confirman su buen estado de forma. A partir de entonces el grupo empieza a gozar de un estatus de culto apareciendo en todo tipo de festivales, especialmente los de rock y metal clásico. Incluso giraron por Estados Unidos con Lordi. En 2010 los pudimos ver en Wacken y en el Leyendas del Rock murciano. No es una banda fácil de ver, pero en 2014 realizaron una gira hispana por Zaragoza, San Sebastián y Madrid. Tras 11 años de parón en estudio sacan un nuevo álbum en 2018 titulado My Midnight Things.
Su directo
Si bien nunca llegaron a conseguir altas cotas en las listas, ni a grabar rutilantes discos clásicos, ni vender millones de copias… son una de las bandas clásicas de shock rock más reconocibles y famosas, y saben mantener un show entretenido y para nada desfasado. Borden ejerce de maestro de ceremonias, ataviado de negro y con pintura blanca y roja. Intentan dotar a su espectáculo de una cierta coherencia y hay siempre introducción, nudo y desenlace, a pesar de que, a veces, queda la cosa algo confusa. Uno de los momentos cumbres es cuando Borden saca su hacha y muerde a la chica rubia brotando sangre de su cuello. La aparición de las chicas ligeras de ropa es habitual, y en la festiva “American Metal”, aparecen vestidas con la bandera de barras y estrellas. Su patriotismo es innegable pues hasta su logo muestra la bandera norteamericana.
Tenemos un tema llamado “American Metal” y esta es la razón de que aparezca la bandera, pero también te digo que amo a mi país, creo que es un crisol de culturas y creo que cada una de ellas queda representada aquí. No hay nada aburrido en todo ello. También adoro el descubrir nuevos países y la verdad es que algunos de ellos los amo de verdad, eso sí, siempre vuelvo a mi hogar: los Estados Unidos de América.
Su sonido y apuesta visual son muy contundentes y toda la banda posee una gran imagen destacando la larga cresta de su baterista Joey Scott, al lado del vocalista desde la génesis del grupo. En lo musical te pueden parecer una banda más de sonido angelino, pero cuando uno asiste a uno de sus conciertos, aunque sea de casualidad en un festival, termina atrapado por su espectáculo. Poseen muchas tablas y experiencia, y a principios de esta década han estado, posiblemente, en su mejor momento. Actualmente han estado cinco años de parón, pero hay rumores de que se están pensando una posible gira europea…
En uno de sus habituales viajes hacia el Viejo Continente encontramos la célebre anécdota de Lizzy con la policía alemana. Cuando utilizas sangre y hachas en tu espectáculo y a la mañana siguiente tienes que ir al aeropuerto hay que vigilar qué se deja en la bolsa de mano… Algo que le podría suceder a toda banda de shock rock. Pero dejemos que sea el mismísimo Lizzy Borden quien nos lo cuente:
Fue en el aeropuerto de Stuttgart. No quisieron revisar todas nuestras maletas pensando en que contenían lo mismo que habían encontrado en nuestro vuelo de Estados Unidos a Alemania, así que me llevé mi maleta con mis ropas de directo como bolsa de mano en el avión. Cuando mis cosas pasaron por la máquina de rayos X una de las controladoras me pidió de mirar dentro de mi maleta. Cuidadosamente abrió la cremallera. ¿Y qué es lo que vio? Un hacha, con sangre fresca y goteante.
Dio un salto de medio metro hacia atrás con las manos manchadas de sangre. Con voz histérica lanzó un par de gritos por el walkie talkie y en unos segundos me encontraba rodeado por seis o siete miembros de la policía alemana. Me escoltaron por la fuerza a través de todo el aeropuerto y me llevaron a una pequeña sala de interrogatorio. Dejé a toda la banda atrás sabiendo que el avión despegaba en sólo 10 minutos. La puerta se cerró detrás de mí, me situaron en el centro de la estancia y tomaron posiciones rodeándome entre todos.
Me espetaron: ‘¡Danos tu pasaporte!’. Le acerqué el pasaporte y el policía lo miró a la vez que se fijaba en el hacha ensangrentada goteando sobre la mesa. Luego me di cuenta de que todavía tenía rastros de maquillaje en la cara, los clavos negros de los dedos y el pelo alborotado de la noche anterior. Luego el policía me preguntó: “¿Qué has hecho? Yo respondí: “Nada, es atrezzo. ¡Show Business, show business!”. “¿De dónde viene esta sangre?” yo contesté en voz seria: “Toqué en un concierto la noche anterior. Soy el cantante de una banda de rock llamada Lizzy Borden”. Él me contestó con voz muy enojada: “¿De dónde coño viene esta sangre?” Le dije: “Ésta es la sangre que uso en mi show, no he hecho nada malo. Puedes quedarte con el hacha y dejarme ir en el avión”. Él me contestó: “¿Es que no sabes que esto es un arma? ¿Cómo llegaste a pensar que podías traer esta arma al aeropuerto? Es lo mismo que llevar una pistola, o incluso peor. Encima tiene rastros de sangre. ¿qué demonios has hecho para que esté todo salpicado de sangre? ¿Qué es esto?, ¿Cómo dices que lo llamas?” Yo respondí, “¡es un hacha!”. Finalmente pude convencerle, y un buen rato después, me dejó marchar, pero antes tuve que prometerle que no volvería a Alemania durante unos cuantos años. Me escoltaron hacia el avión, eso sí, mi hacha sangrienta se quedó en el aeropuerto.