Lo mejor de 2020 según… Jonathan Pernía

El año 2020, ha supuesto un antes y un después para nuestras vidas. Podría catalogarse como el anus horribilis de la era moderna. Un año que tristemente pasará a los anales de la historia y que ha azotado sin compasión y con especial virulencia al mundo de la cultura.

A pesar del duro revés, la industria musical no se ha detenido por completo, ya que musicalmente han salido obras notables, para dejarnos un 2020 con un poso musical muy notable, en todos los espectros sonoros posibles.

Mejores álbumes de 2020

Como cualquier persona que se precie, elaborar un top musical siempre es una ardua tarea, pues a pesar de las facilidades tecnológicas que poseemos, siempre quedará algún álbum pendiente de incluir en una selección de tal magnitud, ya sea por falta de tiempo, o porque algún que otro lanzamiento se te haya escapado de tu ‘radar de acción’.

Uno de los álbumes más señalados en este tipo de listados ha sido Ohms de Deftones. Su predecesor Gore, personalmente pasó sin pena ni gloria por mis oídos, por lo que esperaba con recelo esta última obra. Pero todas dudas fueron despejadas con el homónimo single que da título a esta sobra y «Genesis». Sonido orgánico fruto de la vuelta a los potenciómetros del legendario productor Terry Date, guitarras pesadas características marca de la casa, los tímidos escarceos a la electrónica gracias a los sintes y esos estribillos tan pegadizos, hacen que el hype de este disco, merezca con todas de la ley dicho puesto.

Muy de cerca de los americanos, les seguiría al rebufo Black House de los siempre inconformistas Secrets of the Moon. Los teutones, no paran de mutar musicalmente hablando con su enésima y acertada reinvención. Alejados ya prácticamente de cualquier sonido metálico (black metal), quizás esa estela ‘oscura’ se haya transformado hacia elementos más melancólicos y oníricos propios del rock gótico o del post-punk que los de una banda de metal convencional.

Cambiando de tercio, fijemos la mirada al siempre agradecido circuito underground nacional para hablar de las 3 joyas que meticulosamente se han esculpido.

Por un lado, Bed of Snakes de esa ‘super-banda’ (¿por qué no hablar de ese término con nuestros propios músicos?) llamada Shallow Waters, conformada por miembros de Darkness By Oath, Nahemah, The Holeum, Demised y HEX). Un debut que a muchos nos ha impactado sin parangón, en un excelso ejercicio de los mejores elementos del post-black metal y del death/doom metal melódico, capaz de competir contra cualquier banda internacional y de cierto status.

Otro proyecto, sumido en el más recóndito underground, ha sido Through Doors of Moonlight de At The Altar of the Horned God, liderado por Heolstor. Todo un veteranísimo músico, principalmente ligado a la escena más subterránea del black metal de nuestro país (Cyhiriaeth, Carcharoth, Nazgul, Uruk Hai, etc o más recientemente, Mystagos). En esta ocasión, nos ofrece su versión más experimental en una especie de híbrido de música ambiental, ligeros pasajes blackmetaleros, ritmos tribales y cierto aire K.

Para finalizar este pequeño repaso nacional, acabar con Aversio Humanitatis. No es de extrañar, que todo un sello como Debemur Morti Productions (Blut Aus Nord, Archgoat, Behexen, Manes) se hayan fijado en los madrileños. Con el paso de los años, sin mucho ruido, con buena letra y poco a poco han ido macerando su propuesta hasta dar con Behold the Silent Dwellers. Las palabras se quedan cortas para describir esta nueva obra: hechizante, mágico, disonante, etc. Un trabajo sumamente personal y hasta en cierto modo, vanguardista. Y valga la redundancia, capaz de mirar de tú a tú a grabaciones venideras de colegas franceses o islandeses. Y no solo lo decimos nosotros, sino otros reputados colegas periodistas.

Entrando en terrenos más extremos y ligados al death metal, Ulcerate por enésima vez vuelven a sobresalir por encima de todos o casi todos. Con Stare into Death and be still lo vuelven a conseguir con un disco asfixiante, técnico (sin ser vulgar), brutal (sin tener que abusar del infinito recurso de los blastbeats) y opresivo. Como decía, ya nos le hace falta inundarnos de incesantes blastbeats, porque su evolución musical es simplemente impecable y brillante con el paso de los años. Crees que no podrán superarse y disco tras disco, lo vuelven a conseguir. Alumnos aventajados de Gorguts. Ahí es nada.

Otra banda cuya progresión ha sido más que notoria, ha sido la de los italianos Devangelic. Han pasado de ser el enésimo clonado o copy/paste de los americanos Disgorge en la pobladísima escena del brutal death metal para asomar la cabeza con Ersetu y situarse entre el selecto grupo de los más grandes del género. Un álbum que no adolece de la brutalidad que siempre han impregnado el cuarteto de Roma, sino que han querido darle una pequeña vuelta de tuerca con un enfoque más oscuro que de costumbre (más enfocado a los viejos Nile y Disentomb) y que estoy seguro de que les habrá hecho ganarse nuevos adeptos y fans a su causa.

Los suecos Draconian sorprendían a propios y extraños cuando presentaron la espectacular portada de su nuevo elepé, Under a godless veil con la vuelta tras 13 años a su primer y original logo. ¿Vuelta a las raíces? No precisamente, pues los escandinavos siempre han mostrado un nivel muy notable en toda su carrera discográfica. Pero este nuevo disco tiene una atmósfera que te atrapa y es de las grabaciones cuyo nivel de inspiración compositiva, raya la perfección. Su anterior obra, el primero con su nueva vocalista Heike, fue notable. Éste, simplemente le supera con creces.

Y para terminar, hablemos de vanguardia. Pero de los dos puntos equidistantes hablando de vanguardismo. Flowers of Evil de Ulver nuevamente les posiciona en los más alto, con otro disco sencillamente pegadizo, repleto de beats, experimental y electrónico como solo Kristoffer Rygg y sus secuaces saber hacer. A veces, menos es más y he aquí un ejemplo de ello.

Mientras que Melinoë de Akhlys se postula como un espeluznante, terrorífico y opresivo viaje sideral hacia la locura, el desenfreno y el caos perpetuo. Una especie de pozo sin fondo, cuya única visión que nos ofrece es la más absoluta y magnificente oscuridad perpetua.

Menciones Especiales

Otros trabajos dignos de mención, podría ser el esperado e inspirado regreso tras 12 años de silencio musical de los británicos Benediction con Scriptures. Una grabación del que no tenía grandes esperanzas y que sorprenden a propios y extraños con un estado de forma excepcional con su clásico death metal inglés. Sin movernos de género, los alemanes Nekrovault irrumpen con un trabajado Totenzug: Festering Peregrination, un disco que quizás ha pasado un poco desapercibido en términos generales y que recuerda a una mezcla entre sus propios compatriotas Sulphur Aeon y Bölzer. Sofocante, denso y monolítico death metal contemporáneo.

Pasando a terrenos más brutales, tampoco nos podemos olvidar de la brillantez, pericia y excelsa ejecución técnica de otros teutones, como son Defeated Sanity y su depurado estilo mostrado en The Sanguinary Impetus. Sin movernos de la brutalidad más encarnizada, mención para el prolífico vocalista turco, Batu Çetin y el segundo elepé de Molested Divinity, Unearthing the Void, otro magnífico ejercicio del brutal death metal clásico como mandan los cánones de finales de los años 90 / principios del nuevo milenio 2000.

En terrenos puramente black metal destacar el experimental EP Pillars of Salt de Balmog, conformado por un único tema de 18 minutos de duración o Teufelgeist del dúo neerlandés Urfaust, quizás no tan inspirado o de tal magno nivel como sus predecesores, pero sí que representa fielmente a su etérea y atmosférica cita en forma de propuesta musical.

Jonathan Pernía
Sobre Jonathan Pernía 36 Artículos
Ferviente y devoto melómano. Enfermizo coleccionista de CD's, vinilos, K7's y fanzines, ya que siento especial predilección por todas y cada una de las ramas del metal extremo o los géneros más underground. No obstante,como buen amante de la música en general, me considero muy open-minded en ese aspecto.
Otra de mis pasiones es la prensa escrita musical. Con sus luces y con sus propias sombras. Poseo una dilatada experiencia en medios como el extinto Pitchline'Zine (2005-2016) del que fui redactor-jefe o Subterraneo Zine (2017-2019).