Parecía que Lorna Shore tenía mucha prisa en presentarnos a su nuevo cantante. Will Ramos fichó para la banda de Nueva Jersey y, cuando vieron que la alianza daría un resultado tan óptimo, la banda decidió publicar un EP titulado …And I Return to Nothingness (2021). Fue un aviso, una pequeña muestra de que en breve se cambiarían las tornas.
Hasta ese momento, Lorna Shore era una banda más dentro del saturado mundo del deathcore. Otra banda plagada de guturales y blasbeats repetitivos en los que la violencia era más importante que la calidad de las canciones. Con el fichaje de Will Ramos, Lorna Shore daba un salto de calidad increíble, pues la versatilidad del cantante de A Wake in Providence ayudaría a la banda a ampliar el abanico de su propuesta.
Y pudimos ver esa nueva visión del deathcore con el EP citado anteriormente. El deathcore se transformaba y tecnificaba, además se incorporaron ideas del symphonic black metal. Era algo así como ver a Lorna Shore abrazar a Dimmu Borgir. Tres canciones que nos convencieron de que el futuro del deathcore iba a ser reescrito en un corto plazo de tiempo. Tan corto que Pain Remains aterriza solamente un año después del debut de Will Ramos con los coretis.
Y, ¿qué vamos a encontrar en Pain Remains? Pues la pregunta correcta sería, ¿qué no vamos a encontrar aquí? Estamos frente a un disco capital para comprender el subgénero y la evolución del mismo. Sin duda, Lorna Shore acaba de gestar seguramente el disco más completo del deathcore por encima de los clásicos de After the Burial, Days of Suffering, Fit for an Autopsy, Whitechapel, Thy Art Is Murder o Suicide Silence.
Pain Remains es un discazo superlativo. Su poderío queda marcado ya en el primer corte, “Welcome Back, O’Sleeping Dreamer” es una canción de algo más de siete minutos de duración que, tas una operística entrada, te azota al ritmo de un blackdeathcore realmente bestial. Cuando la avalancha sonora entra junto a los berridos de un Will Ramos, sabes que este disco va a volarte la cabeza. La técnica de batería me parece de locos, la combinación de growls y pig squeals te noquea. El solo de guitarra de Adam de Micco muestra el nivel de tecnicismo de una banda que ha crecido hasta cimentarse en la cima del género.
Los arreglos orquestales siguen pisando fuerte en “Into the Earth”. Una canción camaleonica con cambios de ritmo constantes y un tramo central de puro deathcore, pero del pútrido, no del violento. Repiten solo colosal en los 2/3 del tema, al puro estilo Obscura. El tramo final, grandilocuente amplificado por la combinación de elementos sinfónicos y los growls de Will.
Superados los dos primeros cortes, algo más de 12 minutos, tu capacidad de gozo como oyente está en su máximo. Deseando seguir devorado por Lorna Shore. Y entonces llega “Sun//Eater”, una canción que arranca de forma nítida y celestial, pero todo se rompe en dos cuando entra la acribillación de blastbeats y growls siempre acompañados por la bella melodía de fondo. Pero todo llega a su fin, la violencia toma en control sin piedad. Otra canción sublime.
Llegados a este punto y en perspectivas de que el nivel no decae en el tramo central del disco, me desplazo hasta “Pain Reamins”. Por el camino sabreas la instrumentación rica de “Apotheosis” y los azotes desmesurados de potencia en “Wrath”. La canción principal del disco, “Pain Reamins”, viene dividida en tres partes para un total de 20 minutos de duración.
Superada la hora y un minuto de duración. La sensación de tu cuerpo es de devastación total. Cual paseo por Mordor, no sabes por donde te han ido azotando. Todos los pasos previos a “Pain Remains” eran el preámbulo de tu encuentro con el Señor Oscuro. Un encuentro con lo que posiblemente es el mejor momento de un servidor vs. el deathcore. De hecho, todo el disco es el descubrimiento de un género que, aunque ha intentado evolucionar con discos como The Valley (2019) de Whitechapel o The Sea of Tragic Beasts (2019) de Fit for an Autopsy, aún le faltaba una pieza para completar la transición. Hoy ya podemos vislumbrar el presente y el futuro de un género algo repudiado. Con este nuevo disco, Lorna Shore se coronan como los nuevos amos del deathcore y se sitúan como una de las bandas más emergentes del metal moderno.