Este top se le ocurrió al redactor que está escribiendo un poco antes del Rock Fest 2018. Siempre había leído y le habían dicho que, más allá de la voz, lo de Halford encima del escenario era de otro planeta, y que con un simple movimiento de una mano lograba que el recinto donde estaba tocando con Judas Priest explotase. Como uno puede imaginar, era el concierto que más esperaba de esa edición del festival, y el chof fue tan grande que se olvidó del tema.
Hace poco, en el chat privado de los que formamos Science of Noise, lo rescató para hacerlo de forma colaborativa, y como los compañeros estuvieron la mar de contentos, aquí os traemos los que, para nosotros, son los tipos más carismáticos encima de un escenario. No los mejores, los más técnicos, los más “lo-que-sea”, los más carismáticos. Sólo una condición: el que escriba, debe haberlo visto en directo.
Steve Lee (vocalista de Gotthard) por Xavi Prat
Muchos han pasado por mi cabeza antes de ponerme a escribir. Kai Hansen lo demuestra (o, al menos, lo hacía en su época dorada) en cada concierto. Ver a David Coverdale en el pueblo español levantar el meñique y que los asistentes se volviesen locos, a pesar de que el pobre ya cantase menos que un tubo de escape de un 600, fue toda una experiencia. Incluso Blaze, siempre vapuleado por sustituir a otro de los que podrían estar aquí, era un fenómeno. Pero no, la elección estaba más que clara: el malogrado Steve Lee, de Gotthard.
Descubrí al grupo en 2005, con su impresionante Lipservice, y al año siguiente me fui a vivir a la capital. Por cosas del destino, a los pocos días de mi llegada a la nueva ciudad tocaba el grupo, presentando el directo Made in Switzerland (2006), y no me los quería perder. Por aquél entonces participaba en el foro de otra web, y con dos o tres personas fuimos a verles a la sala Macumba, encima de la estación de Chamartín. Les tenía ganas, pero lo que vi me dejó extasiado, y si me dejó así fue, principalmente, por su líder.
Steve Lee tiene (tenía, no me acostumbro, y en octubre hará 10 años de su muerte) todo lo que necesita tener un buen frontman: vozarrón tremendo, versatilidad para interactuar con el público, herramientas para no hacer el payaso en los momentos instrumentales, capacidad para encarar lo que sea… pero por encima de todo, tenía un magnetismo que nunca había visto ni he vuelto a ver. Era salir el añorado cantante al escenario y desaparecer todo lo que hubiese a su alrededor, fuesen músicos, luces o todo un parque de atracciones. La sensación era que todo se oscurecía y que un foco, como el que llama a Batman, lo seguía hiciese lo que hiciese y fuese donde fuera. A finales de 2007 o principios de 2008 volvieron a la misma sala y volví a experimentar lo mismo, una personalidad, con todo lo que eso implica, absolutamente incomparable. Y luego va el pobre Nick Maeder y le toca sustituir a semejante bestia (y bien que lo hace, dentro de sus posibilidades).
Descansa en paz, Steve. Aquí te añoramos.
Mark «Barney» Greenway (vocalista de Napalm Death) por Robert Garcia
Cuando se propuso este top inmediatamente me vino a la cabeza este excelente cantante y frontman de uno de los grupos más currantes dentro del metal extremo. Barney es todo un torbellino y desde que entró a formar parte de Napalm Death en el ya lejano 1989 no ha hecho más que mejorar día tras día. Ya son más de 30 años al frente de uno de los mejores exponentes dentro del grindcore y el death metal en general habiendo actuado por todo el planeta en infinidad de países.
Por Barcelona no sé cuantas veces deben haber pasado, un montón, y siempre es un placer tenerlos en nuestros escenarios. Siguen siendo la mar de sencillos y cercanos y así lo demuestran siempre que pueden. Su carisma viene tanto cuando está cantando como cuando nos mete esos discursos entre canción y canción con su marcado acento inglés pero también, en ocasiones, en un castellano más que correcto. Discursos con mensajes de concienciación, de fuerte carácter social y crítica al sistema. Y es que el grindcore, el punk, el metal, etc. nacieron para reivindicar una vida mejor para el trabajador, para el humilde. Y ellos, aunque sean un grupo pivotal, saben de donde vienen y siempre lo remarcan.
Ves conciertos de hace 20 años y de la actualidad y el bueno de Barney sigue igual. No para quieto en ningún momento, parece un chaval de 15 años que le han dado un micro y está sufriendo espasmos gestualizando cada palabra que expulsa por su garganta y «bailando» los ritmos alocados de sus compañeros.
Si no habéis visto nunca un concierto de Napalm Death ponedle remedio lo antes posible ya que él junto a sus compañeros siempre la acaban liando de lo lindo. Más gente maja como Mark Greenway es la nos hace falta en este mundo que va a la deriva y con la barca llena de agujeros.
Mike Patton (vocalista de Faith No More, Mr. Bungle, Tomahawk, Fantômas, Dead Cross) por Rubén de Haro
Mike Patton -o como a mí me gusta llamarle, DIOS- es un adicto al trabajo. Desde 1989 es conocido por ser el genio enigmático que lidera Faith No More, así como toda una serie de bandas, de proyectos paralelos, entre los que destacan Mr. Bungle, Fantômas, Tomahawk o Dead Cross. Además de ser un multi-instrumentista, compositor y productor, también es director de cine y dirige su propio sello discográfico, Ipecac Recordings. Y así hasta el infinito.
Patton posee una laringe que funciona como uno de los mejores instrumentos del mundo del rock. No en vano es considerado como el mejor vocalista de la Historia del Rock. Y es que el tipo llega a unas impresionantes seis octavas y media notas de rango. Tan magna y envidiable capacidad ha provocado que todos le quieran a su lado. El cantante presta su voz a actos tan eclécticos como Björk, Sepultura, The Dillinger Escape Plan, The Melvins y Dan the Automator. Ah, por cierto. ¿Alguna vez has jugado al videojuego Left 4 Dead? Él hace los ruidos de zombies (Patton tiene un talento natural para los ruiditos de zombies, pues también los hizo para la película de I Am Legend, 2007). Tal es la demanda de la voz de Patton, que cuando los australianos INXS perdieron a su cantante Michael Hutchence en 1997, le preguntaron a Patton si le gustaría unirse, a lo que les respondió que solo lo consideraría si pudiera actuar en el escenario con una soga colgada alrededor de su cuello. ¡Le puto amo mucho!
Cuando se sube a un escenario, Patton es impredecible, si bien con el paso de los años se ha ido calmando. Ha pasado de escalar todo lo escalable (altavoces, torres de sonido, grúas, etc.) a limitarse a retozar sobre las tablas cual cochino jabalí. Y es que los años no perdonan y uno ya no está para aguantar que el público le bañe literalmente en saliva. El show en cuestión tuvo lugar el 7 de septiembre en el Teatro Monumental de Santiago de Chile, frente a miles de personas, que frenéticos ante la espera de Ozzy Osbourne, recibían a Patton y a los suyos entre escupitajos y gritos. Las interacciones entre Faith No More y el público chileno se hicieron notar según avanzaba el concierto, y durante “Midlife Crisis”, la gente comenzó a escupirles aún con más fuerza, mientras que el vocalista salvajemente les desafía señalando que le apuntaran directamente a la boca.
Es realmente asombroso como alguien haya podido mantener esa efectividad, ese portento de voz durante más de 30 años. El tío no falla ni una y te clava cualquier cosa que le quieras echar a la cara: pop, rock, metal, hardcore, jazz, bossa nova, etc. Es más, cuando se pone en plan crooner, ya puede el Frank Sinatra de turno ponerse a jugar a la petanca.
Pocos artistas han despertado tanta admiración desde el público, prensa y colegas de profesión como Mike Patton. NO HAY OTRO COMO ÉL. FIGHT ME!
El Sevilla (vocalista de Los Mojinos Escozios) por Aleix Besolí
Seguramente de primeras me miréis raro al proponer El Sevilla entre los otros titanes del escenario que hay en este top, pero dadme un segundo. El frontman de los Mojinos Escozios es un experto en el arte del entretenimiento y es conocido por mucho más que su trabajo en la banda, ya que ha aparecido en bastantes programas de televisión y otros medios. Si nunca habéis asistido a una actuación de los Mojinos, seguramente esto os suene a chino, pero si los habéis visto en directo sabréis perfectamente de lo que hablo.
No hay concierto suyo que no sea una fiesta, ya sea en sala, en festival o en fiestas mayores. Hasta el público que no les conoce o está por ahí de casualidad se engancha y acaba disfrutando como los fans de la banda. Y eso se debe en gran medida al extenso repertorio de números y gags que normalmente protagoniza El Sevilla. Sabe ejecutar los monólogos y chistes que introducen las canciones con buen timing y consigue que el público nunca deje de estar involucrado en el espectáculo.
A la hora de hacer las letras no hay tema demasiado ridículo, ni parece importarle si van a tener éxito o no. De cualquier nimiedad te puede sacar una canción que luego se convierte en un hit de la banda y es coreado por miles de personas. Esos mismos han convertido a los Mojinos Escozios en la mayor banda de de rock cómico (o como quiera que se llame lo que hacen) del estado, y a ver quién puede conseguir eso sin un carisma como el de El Sevilla…
¿Tenéis prisa?
Bruce Springsteen por Beto Lagarda
Si hoy hablamos de carisma, se me hace imposible no pensar en el irrepetible Bruce Springsteen. Porque dejémonos de historias, Bruce no es un gran cantante, tampoco es un guitarrista virtuoso… pero por H o por B, todo el mundo le ama y le adora.
He tenido el placer de ver a The Boss dos veces en directo y en ambas ocasiones he salido enamorado de su persona. Su rasgada voz y su forma de tocar con ese sentimiento de proximidad provoca al espectador esa sensación de querer subir al escenario a darle un abrazo. Bruce es un artista cercano, humilde, respetuoso y, sobre todo, sencillo. Sus inicios “irregulares” o incomprendidos casi le cuestan el despido, pero su ímpetu y sus ganas de tocar y hacer disfrutar a sus fans le impulsaron a crear Born to Run. Un disco atemporal que marcó su destino y el del rock mundial.
Siempre he pensado en Bruce como el pariente ese que todos queremos por su talante, por las historias que le rodean. El típico tío al que todos los sobrinos se le acercan a escuchar sus batallitas de juventud. Y el tío también es capaz de darte el mejor consejo cuando lo necesitas y no puedes acudir a tus padres.
Y, por otro lado, su envidiable discografía y la gran cantidad de canciones sublimes, la facilidad con la que te cambia un repertorio de una noche a la siguiente o el poder escuchar a su público y tocar la canción que le piden siempre con una sonrisa gigantesca en su cara. Por todo esto -y mucho más- me atrevo a decir que hoy en día nadie posee el carisma de Bruce Springsteen.