Aprovechando su paso por el Resurrection Fest este mismo fin de semana, y de la mano de la organización del propio festival gallego a través de sus cada vez más frecuentes Route Resurrection Fest, los americanos Red Fang se descolgaron por Barcelona para dar un divertido concierto acompañados por dos bandas locales que, al contrario de lo que suele pasar habitualmente, parecieron aportar una generosa cantidad de público que disfrutó de ellos casi tanto como del grupo principal. Y es que si Red Fang son una garantía de fiesta y alegría, y hoy también satisfacieron todas las expectativas, sus acompañantes no ofrecieron para nada peores conciertos que ellos, sorprendiendo con unas tablas, una actitud y una potencia atronadora. Dentro de lo que cabe la gente respondió, llenando prácticamente la zona acortinada del Razzmatazz 2, y quién se merece en esta ocasión las orejas de burro es la prensa barcelonesa. No sé si será porque este concierto coincidió con el Resurrection Fest, el Cruïlla Barcelona, el Mad Cool y el BBK, pero ante mi sorpresa máxima, fui el único periodista y fotógrafo acreditado. Algo rarísimo teniendo en cuenta el nivelón de la banda principal, pero nunca había sentido antes lo que significaba tener el foso para mi solo. Y aunque es una pena, no creáis que no me gustó.
Mount Cane
Salidos de las cenizas de los grandes The Eyes, los llobregatenses Mount Cane exploran una vertiente stoner / sludge que ha evolucionado con cierta dureza desde que los vi por primera (y hasta hoy única vez) cuando telonearon a Black Tusk y a Downfall of Gaia en la sala Rocksound en 2014. Entonces acababan de empezar (si no me equivoco ese fué su primer o segundo concierto), y su sonido se enmarcaba más estrictamente en una vertiente stoner cercana a lo que podrían hacer unos Down, pero desde entonces la banda parece haber experimentado una potente evolución, aparentemente reflejada en Bards, su primer álbum completo de estudio, cuya publicación han hecho coincidir precisamente con este evento de hoy. El disco no lo he escuchado aún, pero si las canciones son fieles a lo visto en directo, estamos ante un trabajo mucho más agresivo, más rápido y violento, con muchos elementos sludge y una potencia contagiosa que encandiló en todo momento a un público que en gran parte parecía conocerlos y que disfrutó enormemente de media hora larga de descarga enérgica y dinámica.
Mount Cane habrá sacado ahora mismo su primer disco y será un grupo relativamente nuevo, pero sus componentes estan muy lejos de ser unos novatos en esto y lo demostraron con unas tablas, una presencia y una actitud a la altura de cualquier banda internacional con una trayectoria mucho más extensa. Particularmente, el guitarrista Edgar Beltri (que también está en Hyde Abbey) y el cantante Jordi Castany, que tiene un vozarrón envidiable, exhudan carisma, magnetismo y confianza, interactuando con el abundante público constantemente con poses y gestos propios de quién ya se ha subido muchísimas veces a un escenario. En cuanto a los temas, la verdad es que solo conocía «Stone Fist», publicado digitalmente cuando comenzaron, mientras que el resto del repertorio, como es lógico, correspondió a canciones procedentes de Bards. Por lo que me pude pispar, en una primera escucha al vuelo me gustaron especialmente «Astro» y la final y potentísima «Hell in Me», pero todos me parecieron bien disfrutables. Confieso que a priori no me esperaba nada en particular del concierto de Mount Cane y me los tomé como una banda telonera más, pero acabaron dejándome bastante impresionado y con ganas de ir a pillarme Bards, cogiendo sitio en mi radar de bandas locales a las que vale la pena hacer un esfuerzo para ir a ver.
Set list Mount Cane:
Sea Storm
Our Victory
Tow-Truck
The Boat
Astro
The Destroyer
Stone Fist
Hell in Me
Malämmar
Y si Mount Cane demostraron que son capaces de comerse el escenario, Malämmar son otros que tal bailan. Algo lastrados visualmente por culpa de un reciente e inoportuno esguince en la pierna de su gutarrista Xavi Forné, que se movió lo justo de delante de su generosa pedalera aunque no tuviera que hacer uso de un taburete que colocó a su lado por si las moscas, el trío barcelonés nos presentó las canciones de su primer disco, Vendetta, un trallazo de sludge / post / doom instrumental que ha causado un cierto y justificado impacto en la escena local. Acompañado por un saltimbanqui y contorsionista Víctor Teller (también en Rebuig, como se encargó de anunciar en su camiseta) al bajo y de un brillante Guillem Bosch, también ex de The Eyes, a la bateria, Malämmar sonaron duros, potentes, gordos y monolíticos, quizás con menos matices que en disco pero con la misma o más contundencia. Al igual que pasó con Mount Cane, la cantidad de público que se reunió para verlos fué bastante generosa y disfrutó de su descarga, demostrando no solo que se lo merecen por calidad y originalidad, sino que sus miembros son bien queridos por la escena después de años currándoselo en múltiples bandas y entornos.
Vendetta protagonizó su repertorio casi al completo, con la única excepción de la curiosa «Sabbath», un tema que como su propio nombre indica no solo es muy sabatiano sino que contiene una revisión doomera del riff principal de «Paranoid». Por lo demás, «Global Betrayal», «Vendetta», «No Penalty, No Justice» y la maravillosa final «Mass Pardon», que para mi gusto es el gran temazo que tiene esta banda: largo, misterioso, envolvente, pegadizo, melódico y contundente, contó en esta ocasión con la inesperada colaboración de John Sherman, batería de Red Fang, que se subió a primera línea de escenario para aporrear el goliath que Guillem le prestó amablemente. Cabe recordar que Xavi Forné, que no solo es el guitarrista de Malämmar sino también el hombre que se esconde detrás de la marca Error! Design, ha labrado con los años una buena relación profesional y personal con la banda americana, lo que seguro que ha facilitado las cosas para esta colaboración. Una anécdota divertida y un celebrado momento que puso el colofón a todo un bolazo de una banda que promete lo suyo, completando un rotundo y contundente 100% de éxito en lo referente a los teloneros de hoy.
Set list Malämmar:
Intro I
Global Betrayal I
Vendetta III
No Penalty, No Justice II
Sabbath
Mass Pardon IV
Red Fang
Después de que ambos teloneros les pusieran el listón altísimo, el cuarteto de Oregon se subió a un escenario totalmente manco de decoración (excepto cuatro pantallas Orange, que siempre visten bien y hacer stoner) con la única misión de hacer lo que han hecho invariablemente cada vez que he tenido la oportunidad de verlos: poner la sala patas arriba sin ningun tipo de pretensión visual, sencillamente a base de rock n’ roll puro y duro, actitud macarra, cercanía y canciones. Porque esto de la actitud está muy bien, pero Red Fang, además de ir sobrados de ella, tienen temazos pegadizos y bailables para parar un tren, como demostraron el día anterior en el Resurrection Fest, donde lideraron una de las jornadas en el nuevo escenario Desert Stage, dedicado a sonidos mayoritariamente stoner y doom. Y después de unos sonrientes y amigables apretones de manos entre sus miembros, la banda se arrancó con un trío de lujo formado for «Blood Like Cream», «Malverde» y «Crows in Swine», que demostró que no se iban a dejar nada en el tintero y que calentó a las aproximadamente 250 personas que casi llenaban la parte acortinada del Razzmatazz 2 desde el primer momento.
Aunque necesitaron dos o tres temas para que la voz se escuchara bien (curioso a veces como las bandas principales tienen más problemas de sonido que las teloneras), finalmente todo cayó en su sitio y la precisa maquinaria que constituye el equipo formado desde el primer día por Aaron Beam al bajo y a la voz limpia, Bryan Giles a a guitarra y a la voz rasgada, David Sullivan a la guitarra solista y John Sharman a la batería pudo funcionar a la perfección. A diferencia de lo cachondos que demuestran ser en sus hilarantes videoclips, tampoco os penséis que los miembros de Red Fang son particularmente activos ni me atrevería a decir que carismáticos encima del escenario más allá del evidente buen rollo y compañerismo que se llevan entre ellos y con el público, pero su música tiene un no sé qué que hace que sea totalmente imposible resistirse a dejarse llevar por el desmadre y la alegría que parece apoderarse de la sala y de la pista como por arte de magia en cada uno de sus conciertos, ya sea en sala pequeña, en sala grande o en festival. Su capacidad para componer y ejecutar canciones festivas y reconocibles es cada vez mayor, y aunque ya han acumulado un buen montón de ellas a lo largo de su carrera, no fué hasta «Wires», uno de sus grandes hitazos, que la gente se engoriló definitivamente, y a partir de ahí ya no hubo vuelta atrás hasta el final de una descarga entretenidísima y que se hizo bastante corta.
Con la perspectiva del tiempo, y aunque los cuatro discos que han sacado al mercado hasta el momento no bajan del notable, quizás su gran hito por ahora es Murder the Mountains (2011). Esto se notó en la respuesta del público ante temazos como la mencionada «Wires», «Malverde», «Hank is Dead» o «Dirt Wizard», pero también en el protagonismo en el setlist que tiene este álbum, con hasta 5 canciones (y aún faltó el vaivén vacilón de «Into the Eye»). Más incluso que su reciente Only Ghosts (2016), que a mí me parece buenísmo pero que me temo que no ha calado del todo entre su público habitual, quizás por culpa de ciertas inclusiones melódicas y psicodélicas que siempre estuvieron presentes en la música de la banda pero que en este disco tienen una presencia algo más prominente. Un poco como pasa en Mastodon, una banda con el que tienen ciertas cosas en común (aunque quizás menos de las que parece, a pesar de que muchos los conocimos justamente por venir como teloneros de de Troy Sanders y los suyos hará ya unos seis o siete años), Aaron y Bryan se alternan a las voces para conseguir ese contraste entre lo limpio y melódico y lo sucio y rasgado que supone uno de las características más reconocibles de la banda.
Entre loas a Barcelona y efusivos recuerdos para las bandas teloneras, Red Fang fueron descargando temazos de todos sus discos como «1516», «Flies» o «Sharks», incluso una tal «Antidote» que, personalmente, no tengo ni idea de dónde ha salido, ayudando todos ellos a mantener la temperatura y la tensión al tope hasta alcanzar lo que fué un final apoteósico con «Dirt Wizard» y la imprescindible «Prehistoric Dog», el temazo con que se dieron a conocer y que aún hoy es lo más celebrado, me atrevería a decir que de largo, en sus conciertos. Y no hay para menos, ya que se trata de un temón ya casi histórico que la gente baila y corea como si no hubiera un mañana en la más absoluta de las locuras. Normalmente esta canción es la que cerraría su concierto, y así estaba escrito en el setlist previsto, pero ante la apasionada insistencia de un público que no había tenido suficiente ni por asomo, se vieron obligados a volver a salir para interpretar, en este caso, «DOEN», procedente de Whales and Leeches. Y ahora sí, después de poco más de una hora que, como digo, se hizo bastante corta, Red Fang se bajaron definitivamente del escenario y a nosotros nos tocó encarar el camino de salida y de vuelta a casa con la satisfacción y la extenuación que supone haber asistido a un bolo festivo y energético de tres bandones como la copa de un pino. Qué mejor plan para un caluroso sábado de verano!
Setlist Red Fang:
Blood Like Cream
Malverde
Crows in Swine
Antidote
1516
Not For You
Wires
Hank is Dead
Throw Up
Flies
Cut it Short
Sharks
The Smell and the Sound
Dirt Wizard
Prehistoric Dog
—
DOEN
Artículo publicado originalmente en Metal Symphony Website:
https://www.metalsymphony.com/los-infalibles-red-fang-se-desfasan-en-la-fiesta-de-graduacion-de-mount-cane-y-malammar/
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.