Los dos escenarios de la sala Apolo brillaron con luz propia en el fantástico segundo día de esta quinta edición del AMFest. Los noruegos Leprous se bautizaron en la sala grande y reinaron con un concierto sensacional, mientras que los madrileños DobleCapa sorprendieron y cautivaron con su energía rockera desde el centro de la sala pequeña. La solidez de los aclamados God Is an Astronaut, la rica belleza de The Album Leaf y el buen hacer de Our Next Movement se unieron a un sonido espectacular, un público dispuesto y expectante y una organización amigable y cercana para completar con éxito la jornada más ambiciosa de la historia de un festival que hace sentir a todos como en casa y que no para de crecer y de convencer.
El viernes ya estaba configurado a priori para ser el día grande de este AMFest 2016, y más lo fue aún después de que el cartel del sábado sufriera la inesperada caída de última hora de los alemanes My Sleeping Karma. Sin tiempo material para sustituirlos, casi todos los grupos internacionales con poder de convocatoria elevado acabaron concentrados en esta segunda jornada y por primera vez se abrieron las puertas de la sala grande de Apolo para repartir a las seis bandas que iban a tocar hoy entre ambos espacios. Por ello el sistema de pases y entradas fue un poco complejo: por un lado, entrada para ver a God Is an Astronaut y Leprous en la sala grande (que si no se llenó, le faltó bien poco) y por otro, entrada específica para ver a The Album Leaf y Arms and Sleepers cerrar el día en La [2]. Las dos bandas restantes solo se podían ver si poseías el abono del festival, lo que te daba la posibilidad, claro, de acceder a todos los conciertos. Quizás eché en falta la existencia de una entrada de día que hubiera permitido acceder a los seis grupos de hoy, y si se repite este formato en el futuro debería ser algo a tener en cuenta, ya que hubo cierta confusión entre algunos asistentes.
Centrándonos en los grandes reclamos del día, lo cierto es que veinte euros (y sin gastos de gestión, a ver si los demás toman ejemplo!) para ver a dos grupazos del nivel de los post-rockeros irlandeses God Is an Astronaut y los inclasificables noruegos Leprous se antojaron casi como un regalo, y aunque en anteriores visitas ambas bandas habían actuado en escenarios bastante más pequeños, el precio de las entradas, la interesante combinación y los muchos abonados hicieron que la sala alcanzara prácticamente el lleno. Los grupos respondieron sobradamente sobre las tablas, con un sonido, luces y puesta en escena magníficos. Con Leprous, además, el festival hace su primera incursión en el metal más estricto (está por discutir, claro, cuan estrictos son los noruegos) y creo que no hay duda que más allá de que se pegaran un bolazo absurdo, el experimento fué un éxito, con lo que me imagino que esto servirá para incorporar más bandas de este estilo en carteles futuros, lo cual por supuesto celebramos.
Se nota que la organización ama lo que hace, siempre con una sonrisa en la boca y cuidando de detalles como que el precio de la bebida fuera (un poco) más barato que el habitual de la sala, que se pudiera entrar y salir a la calle en cualquier momento o que tuviéramos la oportunidad de disfrutar de comida hecha en casa, deliciosa, económica y para todos los paladares. Otros años dejaron entrar de forma gratuita a menores de 23 años, al considerar que son el vivero del que se nutrirá la escena en un futuro, lo que me parece una iniciativa sencillamente preciosa. Que no lo hayan hecho en esta ocasión solo puede decir que ya completaron el aforo con los asistentes de pago, lo que es una excelente noticia que espero que garantice que este festival tan cercano y especial perdure por muchos años y que, junto al Be Prog!, siga poniendo a la ciudad de Barcelona como una de las capitales europeas de rock y metal progresivo y experimental.
Our Next Movement
Los valencianos Our Next Movement fueron los encargados de abrir la jornada con su math / post rock ligero y trabajado, y lo hicieron ofreciendo un concierto muy correcto. Aunque cuando empezaron no había demasiada gente, a medida que iba avanzando su actuación el Apolo 2 se fué llenando para acabar mostrando un aspecto más que digno, cosa que dice mucho de los asistentes de un festival para melómanos y amantes de verdad de la música que no se guardan solo para los grupos grandes, sino que también demuestran un interés generalizado en ver las propuestas más alternativas y desconocidas. El cuarteto aprovechó la ocasión para presentar su álbum de début, un 119 que saldrá al mercado en las próximas semanas de la mano de los propios Aloud Music, y que gozó de un protagonismo casi absoluto en el repertorio.
Ataviados con camisetas blancas y tímidas sonrisas, desgranaron uno a uno hasta seis temas de 119 con precisión y elegancia, una ejecución magnífica y un sonido potente, nítido y claro, como iba a ser la tónica de la noche en ambas salas. Su math rock mayormente instrumental, técnico, con mucho tapping y poca distorsión fué en todo momento muy entretenido de escuchar y no desagradó a nadie, aunque es probable que tampoco despertara excesivas pasiones. Cerraron su corta descarga con «Love You So Math», tema perteneciente a su EP de début Polyhedral Trails (2014), y por lo tanto, único corte que conocía de antemano. Por desgracia, no pude disfrutar de los divertidos, saltarines y pegadizos punteos que copan este tema, ya que me pilló buscando sitio para poder tomar alguna foto decente de Leprous en la sala grande. En todo caso, Our Next Movement demostraron ser un grupo con clase y calidad que tan solo necesita soltarse un poco y desarrollar un sonido algo más personal para dar que hablar en el futuro no muy lejano de la escena post y alternativa.
Setlist Our Next Movement:
The Japanese Standoff
Goodbye, Dusty Harry
Sr. Shemyrs
Who the Fuck Invited Murphy?
Ihan Kaunis
Michael’s Secret Stuff
Love you so Math
Leprous
Una de las sensaciones más mágicas de la música en directo es cuando un grupo que te encanta es capaz de sorprenderte y emocionarte con un concierto que te flipa aún más de lo que esperabas. Y mira que soy iluso, porque no es la primera vez que me pasa con ellos, pero volví a caer de cuatro patas ante la fantástica actuación de los noruegos Leprous, para mí el reclamo indiscutible a priori y los grandes triunfadores a posteriori de esta edición del AMFest y, por lo que pude averiguar, también el motivo por el que muchos adquirieron su entrada. Acostumbrados a verlos en escenarios más pequeños o dando soporte a otros grupos, fué maravilloso comprobar como la sala grande del Apolo presentaba un aspecto fantástico para recibir a una de las bandas destinadas a ocupar el trono del metal progresivo y experimental en los próximos años.
Su última presencia en Barcelona, hace aproximadamente un año, fué en esa extraña fusión de giras que hizo que Annihilator y Leprous acabaran compartiendo velada en la Razzmatazz 2. A pesar de que los noruegos ofrecieron un concierto excelente, la sensación acabó siendo un poco agridulce ya que la mitad de la sala no tan solo no conocían ni estaban interesados en el grupo sino que les horrorizó totalmente su propuesta. Aquí, en la que me huelo que no será su última visita al Apolo grande, la cosa fué diametralmente opuesta. Muchos de los fans del post rock / math que prácticamente llenaban la pista no estaban demasiado familiarizados con los encantos de los noruegos, pero se respiraba una curiosidad y expectación total para descubrir a qué venía todo el hype. Como resultado, los muchos que ya los conocían y veneraban se postraron una vez más a sus pies y los que no, acabaron contagiados y convertidos a la fé leprosiana gracias a su impresionante ejecución, su calidad como músicos y a las atmosféras únicas que son capaces de generar. Al haber venido de Noruega especialmente para este concierto, fuera del contexto de una gira, la decoración se limitó a un vulgar y habitual telón de fondo, y no montaron las televisiones que acostumbran. Aunque esto supuso una pequeña decepción para los que ya les habíamos visto, la verdad es que su fantástica actuación hizo que nos olvidáramos de ello bastante pronto.
Leprous me maravillan, pero lo cierto es que últimamente estoy dándole más a otras cosas y tenía un poco olvidada a una de las bandas que más escuché en 2015. Su disco más reciente, The Congregation, me parece (al igual que me lo parece Coal) una obra maestra absoluta, y me tuvo enganchado como pocos discos en los últimos tiempos. El quinteto noruego se subió al escenario ataviado con sus habituales trajes negros de camarero del Ritz (rebequita incluida por parte de Einar Solberg), y tardé exactamente lo que tardaron en llegar al «Stay with me now / when I’m falling» que supone el clímax ecstático de la incial «The Flood» a caer rendido una vez más ante la clase y la emoción inigualable que transmiten. Leprous es una banda que, a pesar de basar su música en estructuras complejísimas, es capaz de crear canciones inmediatas, pegadizas y emotivas que se te calan en los huesos y de las que es imposible escapar.
Con un sonido perfecto (¡la sala Apolo nunca falla!) y un rastro de mandíbulas desencajadas entre el personal gracias a la impresionante calidad de su ejecución, fueron cayendo hasta siete canciones de The Congregation, aderezadas con varios temas de su anterior Coal, como «Foe» y las espectaculares «The Cloak», muy melancólica, y «The Valley», poseedora de ritmos hipnóticos e infecciosos. La cautivadora y progresiva «Acquired Taste», por su parte, fue la única concesión a Bilateral, el disco con el que muchos conocimos a la banda. Entiendo que la voz de Einar Solberg puede resultar cargante para algunos, pero a mí no me queda otra que rendirme ante el espeluznante dominio que demuestra sobre sus cuerdas vocales, sin fallar ni una nota, embelesando con sus omnnipresentes voces agudas y manejándose con gritos rasgados y agresivos perfectamente creíbles en las pocas ocasiones en los que hacen falta.
Ajenos a todo, ambos guitarristas van alternando instrumentos de seis y ocho cuerdas dependiendo de las necesidades de la canción, afinando a cada pequeña oportunidad e imprimiendo el corazón del sonido Leprous con su característica distorsión minimalista y sus ritmos asincopados mientras se las apañan para ayudar con permanentes coros hipnóticos. El espectacular Baard Kolstad, por su parte, merece una mención especial a la batería, atacando constantes ritmos endiablados y complejísimos con total naturalidad, dejando repetidamente boquiabierto a un público que acabó con la risa floja viendo las virguerías que se inventaba tras los parches.
Después de la pareja que forman la enigmática «Red» y un «Slave» muy poderoso, con partes metaleras agresivas y gritos desgarrados que rememoraban sus orígenes black, abandonaron el escenario dejando tras ellos un sampler atmosférico que preparó el camino para su regreso a los pocos minutos, donde atacaron con tres temas más de su último disco, encabezados por una esperada y fantástica «The Price», y continuando con un «Moon» que, no sé bien por qué, no acabó de sonar del todo bien, y un «Rewind» perfecto que se ha convertido en uno de sus himnos. Ovación de gala de un público entre el que seguro que se encuentra más de un nuevo fan y concierto impresionante el del quinteto de Notodden a pesar de escamotearnos algún que otro tema de los que venían tocando últimamente («Down», donde estás!). Pocas horas después de completarse su presencia aquí se confirmó lo que era un secreto a voces: los volveremos a tener por aquí en febrero como teloneros de la giraza de Devin Townsend y Between the Buried and Me, en un cartel delicioso que es casi un pequeño Be Prog!. Ya se pueden andar con cuidado ambos, porque Leprous son absolutas bestias en directo y vienen con ganas de comerse el mundo.
Setlist Leprous:
The Flood
Foe
Third Law
The Valley
The Cloak
Acquired Taste
Red
Slave
—
The Price
Moon
Rewind
DobleCapa
No es fácil ser la banda que toque después de un concierto espectacular, y las papeletas para que tu actuación pase desapercibida son muchas. Aún en la nube en la que me colocaron Leprous, bajé a la sala pequeña para encontrármela en el más absoluto silencio y, como quién entra en una fiesta sorpresa, fue abrir la chirriante puerta y que Arianne y Mario empezaran con las notas de «A Todas Pastillas!», el único tema disponible en su Bandcamp y, por ende, el único tema que conocía de DobleCapa antes de su concierto. Y ahí estaban, tal y como ya habían dejado caer que harían, plantados en medio de la pista: Arianne con su batería a pelo y Mario con su cigarbox enchufado a un Orange, iluminados por un tenue foco blanco y estático que les apuntaba por detrás. Y fíjate tú por dónde, esto fue exactamente lo que necesitaba para alargarme el subidón después de la compleja y emotiva descarga que acababa de vivir en la sala de arriba. El dúo madrileño practica un rock ‘n’ roll instrumental bluesero y cejillero, gordo, directo, vacilón, energético, auténtico y sin artificios que emana de las tripas y del corazón, y su corta e intensa descarga, opuesta en todo a lo que vimos con Leprous, conectó con mi estado mental de ese momento a la absoluta perfección.
No sé si es porque al estar la banda en el centro de la sala mi percepción espacial era distinta, pero me dio la sensación que no había demasiada gente para verlos, lo cual es una pena y me sabe mal por todos los que se perdieron uno de los mejores bolos del día, pero permitió que los que estábamos nos pudiésemos acercar tanto como quisimos, sintiéndonos como un grupo de amigos en el local de ensayo. A pesar de lo austero de la infraestructura, sonaron precisos, nítidos y poderosos. La mayoría de temas que tocaron, directos y potentes, pertenecen a un futuro disco de début (estaremos atentos!) que se está masterizando en estos momentos y que se publicará a principios del año que viene. Justo antes de la última canción, Arianne tuvo unas palabras para dedicar el concierto a su padre, alguien muy querido y estrechamente implicado familiar y físicamente en el entorno Aloud desde sus inicios y que nos dejó hace pocas semanas, provocando un prolongado y sentido aplauso del público que supuso uno de los momentos más bonitos y emocionantes de todo el festival. Pero el show debe continuar, así que si os gusta el rock n’ roll duro y energético y os enterais que DobleCapa estan cerca de vuestra ciudad, ni se os ocurra perderos su concierto. Os garantizo que disfrutaréis de uno de los grandes triunfadores de esta edición del AMFest.
Setlist DobleCapa:
A Todas Pastillas!
Bola de Energia
Suave con la Canoa
Estás ahí que no te Sostienes
Vas de Guays con la Ropa Rota
Limpio Tropical
God Is An Astronaut
Había muchas ganas de ver por primera vez en directo a estos referentes del post-rock, como el casi-lleno de la sala Apolo certificó. Y la cosa no pudo empezar mejor: una intro fantasmagórica seguida de un solo de piano que sonaba de lujo. Luces de navidad totalmente blancas detrás del escenario arrancando los primeros aplausos de un público que tenía muchas ganas de gozar. Y en el momento preciso, los irlandeses desplegaron todo su arsenal sonoro sin reparar en gastos con la máquina de humo.
El segundo tema empezó con una intro de sinte y una guitarra de gustera, seguidas de voces en vocoder con efecto chorus para desembocar en una megadistorsión abrumadora. Le siguió Echoes, donde se apreció una gran transición entre caña y calma liderada por el batería, quien por cierto estaba situado en una inusual ubicación a la izquierda del escenario.
Un buen momento pues para darse cuenta del sonido súper compacto que estaban ofreciendo. El bajista no suelta la púa para nada, lo que me hace fantasear con su hipotético pasado punk y olvidarme que en los trozos de calma le faltaría un poco más de volumen. Destacan los focos ubicados en el suelo, un gran recurso para un grupo que prescinde de visuales. De hecho toda la iluminación fue magnífica, con el juego de luces clavadas al compás que contribuía en atrapar aún mas a la gente.
El siguiente tema ofrece un momento jazzero después de la intro, seguido de caña, esta vez en modo loop. Vetus Memoria, con un compás de cinco tiempos, sonó tan bien que me entraron ganas de ir corriendo a felicitar al técnico. El final, con un sinte casi gutural, fue de traca. La siguiente canción empezó (lo adivinan?) con una intro de sinte, esta vez con un sonido futurista de los ochenta (gran concepto oximorónico), para que después una melodía de guitarra y batería y bajo aparejados lo acabaran de arrancar y de finiquitar. Un momento propicio para que el guitarra de la derecha se dirigiera al público con un breve y castrati «how are you guys doin’?», seguido de una especie de batucada rítmica que fue como mínimo curiosa.
Le siguió un tema un poco plano: vocoder, parte de calma y a recuperar el momentum con la parte final a lo heavy. From Dust to the Beyond insistió con lo que empezaba descaradamente a parecer una fórmula: primero sinte, luego guitarra y la batería entrando después de una larga intro. Lo mismo ocurrió con el siguiente tema, lo que me permitió centrar mi atención en cosas como lo clavados que iban bajo y bombo. Y así iba transcurriendo todo, y noté que me estaba empezando a… iba decir a “aburrir”, pero no lo diré, porque el sonido y la manera de tocar seguía siendo brutal. En esas que llega clásico momento de peloteo con el público: «I have to say this is my favorite city in Europe». Seguro que eso se lo decís a todas! Aunque puede que estuvieran siendo sinceros, quién sabe.
Una intro a lo Michael Jackson me rescata de ese momento hater, hasta que una amiga del público me pregunta inocentemente: “Esta ya la han tocado antes, no?” Ciertamente, fue una lástima que un bolo que sonó genial, perfecto, con unos músicos buenísimos, quedara mitigado por un setlist que terminó rozando la auto-parodia. Y encima me quedé con las ganas que tocaran Age of the Fifth Sun, sin duda uno de sus temazos y que no sigue precisamente la fórmula anterior. Los “astronautas” saben cómo llegar (y hacernos llegar) a la Luna, pero cuando ese viaje se convierte en pura repetición deberían quizás plantearse un paseo más ambicioso por todo el sistema solar.
Setlist God is an Astronaut:
When Everything Dies
Pig Powder
Echoes
Snowfall
Vetus Memoria
Worlds in Collision
Helios Erebus
From Dust to the Beyond
Fragile
Centralia
Forever Lost
Agneya
Red Moon Lagoon
Suicide by Star
The Album Leaf
Los curiosos cambios de ubicación de los conciertos del viernes entre las dos salas del Apolo hicieron que el regreso a La [2] desvelara una estructura compleja de cortinas reticulares sobre el escenario. Nunca antes había visto un decorado que impidiera a los músicos acceder a sus propios amplis. Pero bueno, tampoco es que llevaran muchos. El ex Tristeza (mítico grupo desaparecido de post-rock) Jimmy LaValle se presentaba a Barcelona con la misma banda que había grabado su último disco, y el resultado no pudo ser mejor, con esa combinación exquisita de ambient, post-rock y electrónica a partes iguales.
El inicio del concierto fue un tanto surrealista, escoñándose sin motivo aparente el sonido del teclado de Jimmy, y volviendo a empezar como si nada hubiera pasado. Es en esos momentos donde una banda demuestra su aplomo, y de hecho ese fue el único percance perceptible que tuvieron en todo el concierto. Hubo muchos recursos no muy habituales: temazos con drones (sonoros), temazos vocales, gran sonido de la caja de ritmos, que encima estaba perfectamente superpuesta con un batería habilidoso a quien le sonaba divinamente una caja sin prácticamente reverb, y quien por cierto tenia un parecido razonable a Walter White de Breaking Bad.
Mención a parte merecen los momentos guitarreros de Jimmy, encargado también de los sintes. Cuando cogió la guitarra directamente se salió, sin notas rápidas ni mucho menos, simplemente con un tono y una interpretación difícil de alcanzar. Y al final de los temas respondía a los aplausos entregados del público con un “Gràcies!” en un catalán casi perfecto, aunque tengo mis dudas que fuese realmente esa la intención y no simplemente una cuestión de acento yanqui.
La presentación de su último disco Between Waves no pudo ser más exhaustiva. Los tres primeros temas del concierto, empezando con False Down, coincidieron con los tres primeros tracks del disco. De hecho tocaron siete de las ocho canciones del álbum, lo que indica su grado de satisfacción con su último trabajo. El resto de temas cubrieron magníficamente su extensa discografía, con un set list exhaustivo:15 canciones en total, algunas de ellas no precisamente cortas. Un concierto fantástico de uno de los cabezas de cartel de esta edición del AMFest.
Setlist The Album Leaf:
False dawn
Glimmering lights
New Soul
Window
Falling from the sun
Descent
Back to the Start
Forever drive
Never far
2214
Brennivin
The Outer Banks
Lost in the Fog
Between Waves
The Light
Texto por Albert Vila y Toni Feliu
Artículo publicado originalmente en http://www.metalsymphony.com/los-noruegos-leprous-impresionan-en-una-memorable-segunda-jornada-del-amfest/
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.