Como diría el compañero Xavi Prat… «¡Qué bonito es el rock!»
De nuevo estos valencianos vuelven a deleitarnos los sentidos a base de buen y clásico rock ‘n’ roll. Casi tres años después de haber salido su anterior A Todo que Sí (2016) vuelven a liarla situándose en los primeros puestos en las listas de ventas.
En apenas ocho años de historia como banda han sacado tres discos en los que han recorrido todo el país cosechando buenas críticas y nuevas legiones de seguidores. Tal ha sido su buen trabajo que aparte de llenar salas de conciertos, han podido telonear a Fito y Fitipaldis o a los mismísimos Stones en las giras de 2014 y 2017 respectivamente.
El pasado marzo salió a la luz, como ya hemos comentado, el tercer disco Apaga la radio (2019), en el que el rock desenfadado y macarra es la marca de la casa, pero en el que se aprecia una ligera evolución en el sonido y en la composición de las canciones, rompiendo con el estereotipo de los grupos clásicos del género. Me explico. La primera vez que oí a los valencianos me vinieron a la cabeza los míticos Tequila, con ese desparpajo y frescura que destilan en cada una de sus canciones. Han sabido filtrar y adaptar el rock más clásico a los nuevos tiempos.
Tuve la suerte de poder descubrirlos y disfrutarlos abriendo para Fito en el 2014 y aún mantengo en la memoria el buen concierto que se marcaron. Con lo difícil que resulta abrir para una de las bandas más importantes del rock patrio, en un espacio enorme como un Palau Sant Jordi, siendo unos desconocidos para la mayoría que acudía, éstos señores caldearon el ambiente y consiguieron agitar con una actitud arrolladora al público que acudía con cuentagotas.
Para no irme más por las ramas, vamos a analizar su último lanzamiento haciendo caso a su título, apagando la radio y desintoxicándonos de actualidad política y banalidades musicales a ritmo de buen rock ‘n’ roll.
Primero destacar el buen trabajo a la producción de Carlos Raya, de nuevo a los mandos, como ya lo hizo en sus dos anteriores trabajos.
Abren con la acústica “La Trampa”, tema corto y lento que en todo momento da la sensación que se va a arrancar en una canción más rápida, pero para nada. Esta delicada canción sirve para adentrarnos en “Apaga la Radio”, alegato a vivir los conciertos y las bandas que tocan por el sinfín de salas y garitos de la ciudad. Desprende esencia de los AC/DC más clásicos, incluso me aventuraría a ver influencias de The Who con sonidos de guitarra que me recuerda al sintetizador que abre “Won’t Get Fooled Again”. Buena canción, pegadiza y algo diferente a lo que nos venían presentando hasta ahora, siendo más pausada pero sin perder gancho.
“Mis Amigos” es rock canalla y acelerado marca de la casa similar a “Hablar, Hablar, Hablar…” de su primer disco o “Dentro de la Ley” de su anterior trabajo. Da la casualidad que éste tipo de canciones tan eléctricas son siempre la segunda canción de disco, el tercero en este caso al haber la “La Trampa” como introducción.
La sureña “Listos para el Despegue” precede de nuevo esa influencia de sonido de mis amados australianos, pues “Malas Decisiones” me lleva a aquella época lejana del bueno de Bon. Claro está, en toda canción canalla no puede faltar la aventurilla sexual.
“Queda muy Poco de Mí” tiene un aura más pop seguida de la funky “No Sé lo Que Me Pasa”. “Con las Manos Rotas” es pegadiza y la melodía del estribillo no te lo podrás quitar de la cabeza, al igual que “Con Solo un Movimiento”. Ambas son canciones que rozan el pop en las melodías pero tienen un gancho muy bueno.
Finalizamos con “Espinas” de la mejor manera. Sí, más rock a lo australiano con un estribillo pegadizo.
Estamos ante un disco corto, apenas media hora de duración, pero que es variado y fresco por lo que da la oportunidad a una nueva reproducción sin pensar demasiado. Tal vez ya no tenga la capacidad de sorpresa de sus dos anteriores trabajos pero han sabido evolucionar sin perder la esencia.
Señoras, señores… déjense llevar y empapar por el rock ‘n’ roll.
Salud y rock ‘n’ roll.
Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.
Salud y Heavy Metal.