Lost Society – No Absolution

Nuestra Nota


7 / 10

Ficha técnica

Publicado el 21 de febrero de 2020
Discográfica: Autoproducido
 
Componentes:
Samy Elbanna - Voz, guitarra
Arttu Lesonen - Guitarra
Mirko Lehtinen - Bajo
Ossi Paananen - Batería

Temas

1. Nonbeliever (4:31)
2. No Absolution (4:18)
3. Blood on Your Hands (3:54)
4. Artificial (4:08)
5. Pray for Death (3:43)
6. Outbreak (No Rest for the Sickest) (4:38)
7. My Prophecy (3:41)
8. Mark Upon Your Skin (3:57)
9. Worthless (3:03)
10. Deliver Me (5:03)
11. Into Eternity (feat. Apocalyptica) (6:32)

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Hace poco reseñé el último trabajo de los australianos King, donde os hablaba sobre cómo los descubrí por casualidad a través de Spotify. Pues bien, hoy os hablaré de otro grupo que descubrí en su momento, pero que no llegué a escuchar nunca. Se fueron a la “caja” de futuribles, de pendientes; llamadlo como queráis. Como suele pasar también con los libros o con las pelis. Lo típico que compras un mogollón y los acabas leyendo o viendo, según sea el caso, al cabo de “x” tiempo, que puede ser a los dos meses o al cabo de 10 años.

Pues bien, hoy le toca el turno a Lost Society, grupo finlandés formado en 2010. Este grupo podríamos decir que es de la misma hornada que Nervosa o nuestros autóctonos Crisix. Surgidos en pleno apogeo revival del thrash metal, se hizo famoso (o con cierto nombre) por representar a su país en las finales del 2012 del Global Battle of the Bands, una especia de suerte de la Metal Battle de Wacken, pero en este caso organizado o patrocinado por, si no me equivoco, Nuclear Blast Records. Posteriormente sacaron sus dos primeros álbumes, Fast Loud Death (2013) y Terror Hungry (2014), claramente influenciados por el thrash ochentero, pero con una fuerte reminiscencia a Megadeth y, sobre todo, a Anthrax. Música ultra veloz, letras sobre borracheras y mucha diversión. Esas fueron las señas de identidad de Lost Society.

Con su tercer LP Braindead (2016), la cosa derivó en un cambio de década, la de los 90, y el thrash pasó a una base más groove, todo un poco más lento, sin tanta velocidad, pero dejando claro que había otro grupo de referencia: los Pantera de inicios de los 90; incluso con versión incluida. Aunque sí es cierto que también había toques heavy. En fin, un paso adelante, dejando de lado ese thrash tan añejo que se puso de moda, otra vez, hará unos 10 años.

Pues bien, ahora viene lo bueno. Ya sabéis que generalmente me engullo, previamente, todo lo publicado por un grupo que no había escuchado nunca. Pues en esta ocasión, he querido hacer todo lo contrario. Ponerme directamente este último álbum suyo, sin escuchar nada de nada, solo informándome un poco de su historia y su estilo musical, como os acabo de contar. Con No Absolution (2020) me esperaba, pues lo dicho, más y más groove y más y más thrash. ¿Y cuál ha sido mi sorpresa? Pues si de los 80, en su tercer álbum pasaron a los 90, con este, pues avanzamos a los 2000 y nos presentan un sonido diferente, en el que predomina, ni más ni menos, el metalcore de esos años…. Sí, sí, así es. Tuve que comprobar que no me equivocaba de grupo… y no, es el mismo.

Después de una escucha de este No Absolution, entonces sí que me casqué toda su discografía y el cambio realizado es muy significativo, la verdad. Realmente parece un grupo diferente. Si no fuera por la voz tan característica de Samy Elbanna, con un timbre similar a la de Juli Bazooka, no se parecen a sus anteriores trabajos. El álbum empieza, con ”Nonbeliever”, en unas guitarras acústicas en modo de intro calmada, junto unos sutiles toques de piano, para pasar a la canción en sí. Aquí si que parecen los Lost Society de siempre, esperando lo que he comentado anteriormente, con un riff pegadizo y con unos pre-estribillos bastante nu metal o metal alternativo, o los estribillos totalmente metalcore azucarado. En sí la canción está muy bien y en general bastante trallera. “No Absolution”, tema que podría haber sacado tranquilamente Trivium, o con momentos que podrían que pueden recordar a nuestros paisanos Blaze Out, con esas twin guitars tan características. “Blood on Your Hands”, otra que podría ser tranquilamente de los Slipknot, de comienzos de siglo. Casi que me atrevería a decir que es todo un homenaje.

Con “Artificial” seguimos con el camino elegido de recuerdos. Pues aquí nos encontramos con una canción de Bullet for my Valentine. Veis que no hago como otras veces que hablo más concretamente de la canción. No hace falta ya que la gracia está en que escuchéis el disco, y veréis que con solo decir el grupo al que se parece, ya sabréis a que me refiero. Con la siguiente “Pray for Death”, los estribillos me recuerdan un poco, entre otros grupos, a los In Flames de esa época, como me gustaban aunque hubieran cambiado de estilo… Podría continuar diciendo que “Outbreak (No Rest for the Sickest)” tiene un poco bastante de Metallica, y que con “My Prophecy” contiene sus buenas dosis de groove y coros metalcore extra trillados.

“Worthless” es un tema flipante, del trío de temas que se salen de la norma. No contiene estribillos pegadizos, sino riffs directos a la yugular, groove del bueno, y se les ve mucho más desatados. Y terminamos el disco con una canción en forma de balada, “Into Eternity”, con la colaboración del grupo Apocalyptica. ¿Qué queréis que os diga…? Es un buen disco, quizá rememorando a diferentes grupos, con un estilo más que manido. El problema viene si comparamos a Lost Society con lo que han sacado anteriormente.

A los fans del thrash que escuchaban estos finlandeses, por su estilo añejo, ya os podéis olvidar. A los metalcorienses, ya tenéis grupo nuevo y de los buenos. No actual, pero si suficiente. Puede ser que, viendo su progresión a lo largo de diferentes décadas, en el 2030 ya saquen un disco avanzado a esos tiempos…

Dídac Olivé
Sobre Dídac Olivé 180 Artículos
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.