Luces y sombras en el concierto de Interpol en Barcelona

Tras el anuncio, a inicios de temporada, de la gira europea que celebraba el quinceavo aniversario del larga duración “Turn on the Bright Lights” de Interpol, cualquier aficionado melómano y, por supuesto, no fanático del grupo neoyorkino se pudo plantear las siguientes razonables cuestiones: ¿Es justificable un revival de un trabajo con solo una década y media de existencia? ¿No es exageradamente demasiado pronto? ¿Sentará precedente y se convertirá en una nueva moda? ¿Es esta obra tan capital que merece ser recuperada y homenajeada? ¿O es que la banda, tres años después de la publicación de su último álbum «El Pintor» (curioso anagrama del nombre de la formación), está inmersa en una crisis creativa?

Era fácilmente deducible que las previsibles respuestas a estas preguntas no saldrían de los labios de los que agotamos, en poco tiempo, el papel para el concierto de Barcelona. Tengo dudas si se hubiera producido un sould out, ya no digo anticipado, en el caso de una exclusiva presentación de un hipotético flamante material. Más si tenemos en cuenta que esa misma noche, en otra sala de la ciudad y también con todo vendido, estaban programados los actualmente alabados Band of Horses. Ineludibles asuntos laborales y, porque no decirlo, la escasa o nula promoción, en los carteles o en los correspondientes tickets, de la presencia de los locales It’s Not Not como teloneros, provocaron que solo contemplara sus dos postreras piezas. Un cuarteto con ex-miembros de reconocidas y similares propuestas como Tokyo Sex Destruction, Dies Irae, Standstill o The Unfinished Sympathy que me deparó, aunque breve, un intrigante sabor de boca.

Con decente demora en el horario preestablecido aparecieron los protagonistas principales de la velada. Pese al rugido del respetable salieron discretamente, sin aspavientos ni efusivos saludos, como si la fiesta no fuera con ellos. Queriendo emular, descaradamente, la carátula del disco tributado con sus trajes negros y una iluminación primordialmente rojiza. Los incipientes acordes de «Untitled» nos dejaron claro que, al menos durante la primera parte del evento, no se desmarcarían del guión pronosticado. Pero las 11 oscuras composiciones, en orden cronológico y por espacio de unos 60 minutos, retumbaron tan fieles a las partituras originales que a mí me privaron de pasar de la emotividad a un posible y esperado éxtasis. Indiscutiblemente tampoco colaboraron los habituales desajustes acústicos de la sala (no recuerdo haber escuchado en este recinto, ni desde la época de Zeleste, un bolo con sonido impecable).

En los conclusivos compases del tema “Leif Erikson” ya tenía el oído acostumbrado a las discordancias y, por tanto, solamente me restaba disfrutar de los elegidos bonus tracks. De entrada, mi corte preferido (también destacado por el mismo vocalista Paul Banks) de toda su discografía: la extensa y sensual «Specialist». Y finalmente, dentro del segmento de los bises, cinco estupendos escogidos clásicos (cuatro de ellos extraídos del soberbio «Antics”) del conjunto. Notable setlist y apropiada escenografía pero que me dejaron con la agridulce sensación de no haber quedado plenamente saciado. Tendré otra idéntica oportunidad?

Setlist Interpol:

Untitled
Obstacle 1
NYC
PDA
Say Hello to the Angels
Hands Away
Obstacle 2
Stella Was a Diver and She Was Always Down
Roland
The New
Leif Erikson
Specialist
—
Not Even Jail
Slow Hands
Take You on a Cruise
Lights
Evil