Lunarsea – Earthling / Terrestre

Lunarsea surgió en 2003 tras la disolución de la banda de power – prog metal Hollowearth a través de Cristian Antolini (bajo) y Fabiano Romagnoli (guitarra). Actualmente la formación la completan Alessandro Iacobellis a los guturales y Andrea Miazzeto a la batería.

Con este nos topamos con el cuarto trabajo de los italianos, los cuales se mueven con soltura y comodidad en el death metal melódico. Como viene siendo habitual desde hace unos años en el género, se enriquece con otros sonidos aportando calidez y candidez a su propuesta.

¿Qué es lo que más me ha enganchado de Lunarsea? Posiblemente este pobre redactor sea algo simple y fácil de agradar, pero la melodía inicial de “Light Hearted in an Ergonomica Resin”, canción que abre el disco, ha estado resonando en mi cabeza desde el primer día. Hace ya varios meses que tuve mi primer contacto, dejándolo en espera -inexplicablemente- hasta el día de hoy.

El inicio in crescendo es fácil y efectivo, algo habitual en sus anteriores trabajos por lo poco que podido ir descubriendo, siguiendo la tónica ya fundamentada en su anterior Hundred Light Years (2013).

Como ya he comentado, todo el disco se mueve entorno al death melódico con la alternancia habitual en el género -desde hace ya unos años- de voces rasgadas y guturales con fraseos limpios, de los cuales se encarga el bajista Cristian. Así pues, nada nuevo para los seguidores habituales, pero un disco extraordinario para acercar al género a los no habituados a las voces más correosas. Buen trabajo en las melodías, sobre las que se apoya la voz limpia, jugando a ser un instrumento más. “In Expectante” es un ejemplo de ello.

El pomposo inicio, acompañado de coros femeninos, de “Helical Stalemate” es la banda sonora perfecta cuando consigamos salir por la puerta de casa a respirar aire fresco. Lo bien que que funcionan estos temas para elevar el ánimo.

Otro hecho característico de la formación es la utilización del italiano en diferentes partes de las canciones, como iremos comprobando a partir de ahora, aportando una personalidad especial.

Pero no todo es caña y velocidad, encontrándonos en mitad del disco “Aqueducts”, un medio tiempo que sirve de enlace con el lento inicio de “Humanoid, Mannequinn, Androgyne” que coge impulso para continuar con la dinámica general de ritmos pesados y melodías envolventes.

Los motivos por lo que inexplicablemente dejé en stand-by este disco ahora mismo no los podría justificar, por lo que recuperarlo ha supuesto subsanar el error que habría sido su olvido.

Antes de finalizar, “Mi Suthina” repite el patrón de introducción melódica y voz limpia a la que se une la potente voz de Alessandro. Algo me dice que en un futuro posiblemente las voces limpias irán ganando terreno. Espero equivocarme, pues perdería la rica esencia conseguida en este disco.

Y si hemos hablado de melodías, que mejor manera de finalizar que hacerlo con «Π». La delicadeza del piano sobre un cómodo colchón orquestal es el final perfecto para un disco que necesita de nuestra plena atención.

Abel Marín

Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.

Salud y Heavy Metal.