Soplan vientos favorables para el retro rock. Es un efecto similar al boom del power metal de los 90, el nu metal de la misma década o del death metal melódico a principios de los 2000. Yo personalmente estoy encantado que se le dé visibilidad a esta corriente que explora y reverdece la música de finales de los 60 y de principios de los 70, pero es evidente que toda burbuja explota. Luego quedarán los mejores, el resto irá al hoyo o se reinventará. La banda espectacular que emerge de Suecia de “esta semana” son Lykantropi y reeditan su primer disco, de 2017. Exquisito gusto por la psicodelia y sonidos cercanos a Greatful Dead, Fleetwood Mac o Jefferson Airplane. Combinan voces solistas masculinas y femeninas y eso les da un plus muy a tener en cuenta. Los temas son muy buenos sonando a clásicos, pero con la pátina actual. Añaden a esta reedición un tema nuevo: “Summernights”.
Atención al riff monolítico de “Black Old Stone” que abre el disco e indaga en terrenos de Coven y algo de Black Sabbath. Perfecta carta de presentación con un altísimo nivel de composición quedando todo entre lo atmosférico y lo contundente. Os parecerá raro, pero la fusión entre voces masculinas y femeninas suena un poco a The Mamas and the Papas. La voz de My Shaolin es gran culpable de ello, despuntando en “Light Night”. A todo el poder del sexteto, que cuenta con cuatro voces hay que sumarle la flauta de Ia Öberg, otra gran baza para el grupo. Ecos de Blue Öyster Cult en “Mary Jane” y dulzura de época con coros muy a lo 60. El tema más largo del disco es “Julie (Old Death Whisper)” que se enfila más allá de los siete minutos y en los que puedes sentir como la música desarrollada aquí fue grabada en directo, sin trampa ni cartón. La flauta hace acto de presencia por vez primera aquí, dando un toque muy Led Zeppelin.
“Alexandra” me ha recordado a The Black Mirrors aunque aquí el estilo apunta a los 60 con gracia y un buen solo de Elias Hakansson. Espacio para el desarrollo instrumental a medio tiempo y un xilófono para dar color al final del tema. “Blue Eyes” es un medio tiempo con redobles rápidos de batería, pero son guitarras y voces lo que queda en primera línea. El bajo domina en “Raven” pero aquí ya el efecto novedad y la inspiración ya van decayendo. De todas formas, el material sigue siendo más que meritorio. “Summernights” es una dulce brisa de verano tirando otra vez de psicodelia y ritmos flower power. Le pone el cierre “Dödens Dans” en la que el riff es más marcado y hay bastante más músculo que en la mayoría volviendo al poderoso inicio del disco. Quizá cuando más me convencen es cuando atacan sonidos más netamente Blue Cheer y Black Sabbath, algo que cae a cuentagotas.
Suecia sigue demostrando al mundo que tiene bandas enormes para exportar y Lykantropi son la enésima demostración de ello. Relájate y que penetre la música añeja, la oscuridad ocultista con olor a flores y a bosque nevado. Te puedes creer perfectamente que estás ante un disco grabado en 1968, en los tiempos de Coven si no fuera por la excelente calidad de la grabación. Este pasado mayo sacaron su segundo disco bajo el nombre de Spiritousa y bien parece que el combo sueco prosigue su escalada. Dicho éxito les ha permitido regrabar su ópera prima con el añadido de “Summernights”. Si te gustan Graveyard, TheBlack Mirrors, Coven o Jefferson Airplane no lo dejes pasar.