Lykantropi – Tales to Be Told

Nuestra Nota


7 / 10

Ficha técnica

Publicado el 6 de noviembre de 2020
Discográfica: Despotz Records
 
Componentes:
Martin Östlund - Voz, guitarra
My Shaolin - Voz
Ia Öberg - Flauta, voz
Elias Håkansson - Guitarra, voz
Tomas Eriksson - Bajo
Ola Rui Nygard - Batería

Temas

1 - Coming Your Way (3:57)
2 - Tales to Be Told (4:57)
3 - Mother of Envy (4:32)
4 - Kom Ta Mig Ut (6:37)
5 - Spell On Me (4:07)
6 - Axis Of Margaret (5:12)
7. Life on Hold (4:30)
8. Varlden Gar Vidare (6:35)

Multimedia



Escucha y compra

Este disco en Amazon: Lykantropi – Tales to Be Told
Todos los discos de Lykantropi – Tales to Be Told en Amazon


Adoro este proyecto sueco de folk 60-70, con sexteto masculino y femenino y de calidad excepcional. Considero que estamos ante un grupo destinado a crecer exponencialmente y adoro todo lo que hacen, pero… Tales to Be Told, su tercera obra ya, pierde por el camino parte del estilo primigenio y deja en segundo plano las voces masculinas de Martin. Las referencias ocultistas han quedado menos obvias más allá de la preciosísima portada, y a pesar de que el grupo sigue mostrando toda su calidad, no colman las expectativas que deposité en ellos.

Finalmente parece que la influencia de los primeros Fleetwood Mac ha pasado por encima de Black Sabbath, y eso les hace perder fuerza y que todo se vuelva más lineal. Por otro lado, cada vez se acercan más a los Coven, banda que apenas habían escuchado en sus inicios y a la que tanto se parecen. Así nos lo contó Martin.

La inspiración de aire antes de atacar la flauta travesera en “Coming Your Way”, y se agradece también que se desmarquen de Jethro Tull y que el instrumento no tome un papel tan protagonista y que ayude a formar unos temas bellos y en los que los coros son ahora muy protagonistas. El idioma sueco siempre ha estado en su música y destaca esa “Kom ta mig ut” con Martin a la voz. Hay riffs de corte Sabbathiano pero quedan muy en segundo plano dejando mucho protagonismo a la excelsa voz de My Shaolin, que dulcifica todo sin necesidad de buscar altas complejidades técnicas y agudos imposibles. Todo muy orgánico con un tremendo trabajo en los coros. La canción que da título al disco pide a gritos afinaciones más graves de guitarra, pero es de lo mejor del compacto, especialmente por la línea vocal.

Hay composiciones inspiradas como el single “Axis of Margaret”, pero sigue siendo la cara más pausada y bella del grupo. Considero que unas guitarras más contundentes o pasajes menos preciosistas y de aire psicodélico podrían hacerles ganar si bien en el aspecto vocal hay un trabajo excepcional. “Mother of Envy” está basada en el riff de la flauta y posee otra gran línea vocal, pero volvemos a caer en brazos de su álbum fetiche de Fleetwood Mac Then Played on. Eso sí, se agradecen los juegos con la campanilla del ride de Ola Rui Nygard.

“Life on Hold” repite esquemas en sobremanera y es algo que lastra el disco y que tampoco repunta con “Världen gar vidare”, que es la canción más extensa y con aires más psicodélicos del disco. Los momentos instrumentales vuelven a ser bellos, pero se instala la sensación de que el combo funciona a una única velocidad y no se culmina lo apuntado en sus anteriores compactos

Lykantropi un poco están jugando a ensanchar su base de fans, pero no es algo que se consiga fácilmente ni creo que estén todavía en la posición más óptima para intentarlo. Es el disco que menos me llena de sus tres ediciones y, quizá sea por gustos personales, pero creo que a pesar de que musicalmente sea su obra más trabajada, cambia de caladeros de pesca por lo que quienes les siguen quedarán algo decepcionados por el resultado final. Posiblemente sea cosa mía y sean las expectativas depositadas en ellos… Ojalá me equivoque y la obra les haga subir un peldaño, bandas como Lykantropi bien lo merecen.

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.