13 de Julio, segundo día de Mad Cool, por Beto LS y Mar Ji.
El arranque del segundo día de Mad Cool venia marcado sobretodo por los problemas organizativos de la primera jornada y, ya desde primera hora se vió mucha más gente entrando en el recinto para evitar la saturación que mucha gente suponía para hora punta.
Con puntualidad nos acercamos al pequeño Mondo Sonoro Stage donde la joven compositora Marta Casanova, más conocida por su nombre artístico Mavica nos regalaba una de las sorpresas del festival. La artista, natural de Cartagena, aprendió a tocar de forma autodidáctica, influenciada por el sonido de artistas como Amy Winehouse, Bon Iver, Sufjan Stevens o Ben Howard. De hecho es a la malograda Amy con la que más similitudes comparte Marta que posee una intensidad impresionante a la hora de cantar. Con apenas 35 minutos programadas para su actuación, la artista lo dió todo, agradó mucho y lo pasó en grande pese a los visibles nervios que le azotaban durante los primeros temas del show. Con la excusa de que la carpa del Mondo Sonoro stage tenia una larga sombra el pequeño recinto quedó lleno en pocos minutos lo cual fue realmente perfecto para la artista murciana la cual agradeció infinitamente que nos acercáramos a tan temprana hora para conocer de primera mano su tierna y agradable propuesta.
Minutos más tarde nos desplazamos a KOKO stage para ver una de las bandas apuntadas en rojo en este inicio de viernes, Real Estate. La banda de New Jersey disponía de una hora de tiempo no solo para regalarnos sus temas más conocidos sinó también para regalarnos casi en exclusiva tres nuevos temas de su próximo e indeterminado álbum. Pese al abrasador sol que caía sobre el escenario y el público, el sector colindante al KOKO stage presentaba un aforo envidiable pese que la banda es asidua a los escenarios nacionales aunque menos a la capital, pues su última visita se remonta a 2011 cuando actuaron en la Sala Sol siendo aún una banda muy novel, recordaremos que justo este año la banda esta celebrando su décimo aniversario.
Con un show agradable y lleno de optimismo iban pasando los minutos sin darnos cuenta a la espera de cantar a pulmón alguno de sus hits más famosos como «Darling» o «Talking Backwards», ambas situadas en el tramo final de la actuación, momentos en los que ya abandonamos el Koko Stage en dirección al escenario grande donde At The Drive-In iban a arrancar su espectáculo.
Espectáculo quizás es hasta algo light como definición al conciertazo que se marcaron los de El Paso, Texas. Pues la locura permanente de su estandarte más visible, Cedric Bixel-Zavala contagió a todo el mundo excepto a un estático Omar Rodriguez Lopez que parecía más bien decorar un escenario copado por el cantante californiano. «Arcarsenal» el tema que abre su mítico álbum Relationship of Command daba el pistoletazo de salida de un show incendiario como pocos. Pese que su último trabajo In·ter·a·li·a (el primero en 17 años) no acabó de cuajar entre los fans, sus temas en directo tienen una vitalidad y potencia a destacar, nadie puede dudar que «Governed by Contagions» o «Pendulum in a Preasant Dress» sean un portento en directo, aún así es lógico pensar que los temas que mejor entran y mejor interpretan son los de su álbum estandarte, del cual sacaron hasta seis temas entre los que no podía faltar «One Armed Scissor» como colofón final de un show realemente increíble en el que vimos a Cedric caerse de morros un par de veces, subirse de pie sobre los bombos de la batería, apalear los platos con su cinturón, asaltar al pobre cámara un par de veces y hasta hacer rodar por el cable el ventilador que tenía Tony Hajjar tras su batería.
Mientras At the Drive-In arrasaba en mainstage nuestra compañera Mar se desplazó al pequeño Thunder Bitch Stage para presenciar el directo de The Big Moon, el cuarteto londinense formado íntegramente por chicas debutó hace solamente un año con Love in the 4th Dimension y se ha ganado el respeto de la comunidad underground de indie rock. Poco rodaje se notó des de el primer momento, con voces más chillonas que en sus temas de estudio, buena compenetración en el cuarteto pero sin siquiera arriesgar. Aunque si arriesgaron con la versión del clásico de Bonnie Tyler «Total eclipse of the Heart».
Tras los desiguales shows realizados por At the Drive-In y The Big Moon nuestra siguiente parada estratégica era en Koko Stage donde Bew Howard y su banda actuarían unos minutos más tarde. Con sobriedad y elegancia se presentaba el artista londinense frente a una importante multitud en el escenario más alejado de la zona de los dos mainstage. Con su nuevo trabajo Moonday Dream, el primero en cuatro años y el primero tras su obra magna I Forget where we are , el artista arrojó nuevos temas sin compasión olvidándose casi por completo de sus célebres temas que le dieron a conocer antaño. Acompañado de un gran puñado de músicos de sesión, incluído dos baterias, la delicadeza con la que Ben recita sus temas esta fuera de toda duda aunque quizás su oferta en un marco de festival y a la luz del sol no sea la adecuada para el total gozo del mismo. De todas maneras, un soverbio concierto de folk en toda regla.
y a partir de aquí toma el mando de la crónica Pau Rosell.
Había llegado el viernes. Uno de los días con los que más emoción afrontaba el festival, ya que iba a ver por fin en directo a Alice in Chains, de los que por cierto estaremos escribiendo en breve otra vez con motivo de la salida de su nuevo disco de estudio, que promete ser demoledor.
Por suerte o por desgracia, amanecí sin resaca. La mañana vino marcada por un aluvión brutal de críticas hacia Mad Cool, tanto en la tele, en la prensa, e incluso por whatsapp. Fue cuando nos enteramos de que había habido colas de mas más de 3 horas para acceder al recinto la jornada anterior, lo que no era ningún buen augurio, ya que, a diferencia del jueves, ese día si íbamos a entrar a una hora prudencial.
Bueno, nos ponemos en marcha. Llegamos a Valdebebas a eso de las 20.00, y la cola no parecía ser tan horrible como habían pintado. Podríamos ver incluso el final de At the Drive in, a los que no pudimos ver completos porque ese día tocó currar también desde Madrid. Todo pintaba bien, conseguimos entrar sin hacer prácticamente cola, y bajo un sol matador disfrutamos de los últimos minutos de la banda de El Paso tomando una cerveza. Remarcar dos cosas; At the Drive in acabó su bolo un poco antes de lo marcado en los horarios, tanto que al posicionarnos frente al escenario, empezaron a sonar las guitarras de “One Armed Scissor”, por lo que eso fue lo que vimos de Omar Rodríguez y compañía. Nuestro compi Beto nos ha comentado más cosas sobre el concierto hace un momento. Por otro lado, este día el servicio de los mochileros de la birra parecía funcionar como era debido. Tanto, que descubrimos su guarida secreta abajo del todo del recinto, de donde no paraban de salir luces de colores cual hormiguero, por lo que tras el concierto, decidimos posicionarnos estratégicamente en esa zona a la izquierda del escenario principal, donde estaría a punto de empezar a tocar Snow Patrol. Parecía que Mad Cool remontaba.
No somos ningunos fans de Snow Patrol pero bueno, estuvimos un rato en el escenario principal viéndolos tranquilamente. Y de paso estudiando el percal y cogiendo sitio para el primer plato fuerte del día que empezaría en el escenario contiguo poco después; el maestro Jack White. El sol se había ido, y la cosa empezaba a calentarse. Ya casi no se podía uno mover a sus anchas por el recinto, de toda la gente que esperaba ansiosa por ver salir a escena al de Detroit. Y empezó como a él le gusta. Por todo lo alto, con “Black Math” de The White Stripes, para todos los nostálgicos. A esto siguió “Over and Over”, volviendo loca a toda la gente que poblaba el Cool Stage en ese momento, que no era poca. Ya todos lo sabíamos, pero te guste más o menos la obra de White, no se puede negar el despliegue de energía y el aura que crea en el escenario, con largas improvisaciones en cada tema, y logrando imposibles sonidos con la guitarra al más puro estilo Tom Morello. Pues esta vez no fue menos, acompañado por una banda que me sorprendió gratamente, en la que había incluidos dos teclistas, y una batería brutal, la puesta en escena estaba siendo mejor de lo esperado. ¡Parece que a este tío le molan las mujeres baterías!
Mientras estos seguían a lo suyo, se desató la locura entre el público cuando empezó a sonar “Hotel Yorba”, con todo el buen rollo folkie que tiene esta canción. Me jodió no saberme la letra porque me daba mucha envidia la gente cantándola a mi alrededor, pero sin duda momentazo del concierto. No fueron los dos únicos temas que sonaron ajenos a su discografía en solitario. Se atrevió con una versión de The Dead Weather, y entre otros temazos de The White Stripes como “We’re going to be Friends”, o “The Hardest Button to Button”, se marcó también un “Steady, as she Goes” de su etapa en The Racounters, en el que recuerdo a la gente particularmente metida en el concierto.
La verdad es que había oído hablar muy bien de los directos de Jack, aunque para ser sincero no he seguido mucho su obra en solitario, tarea que tengo pendiente porque la verdad es su show en directo es un espectáculo digno de ver. Despliegue de hard rock, improvisaciones imposibles, folk, blues y momentos nostálgicos, para acabar, como no podía ser de otra manera con el tema que para mí (con todos mis respetos a MR. MERCURY), es el “We Will Rock You” del sigo XXI; “Seventh Nation Army”. Para ser sincero, con la excentricidad y actitud antimainstream que suele demostrar este tío, no pensé que la fuera a tocar. Pero vamos, final apoteósico con este temazo, el cual se aprecia de otra manera cuando no se oye en un estadio de fútbol, si no con Jackie a las cuerdas. Después de esto se despidió del escenario haciendo especial mención a Arctic Monkeys, que empezarían a tocar minutos después en el escenario contiguo. Resumiendo: bolazo del de Detroit y su banda, al cual prometo seguir más la pista a partir de ahora. BRAVO.
Llegaba así otro de los momentazos de la jornada. El escenario se oscurecía para recibir a Arctic Monkeys, que tras su discutido y a la vez aclamado nuevo disco, se disponían a reventar el Mad Stage. Minutos antes de arrancar, gente muy dispar alrededor, de todas las edades, pero nada en comparación con la masificación que hubo el día anterior con Pearl Jam. Y salen al escenario. Alex Turner al más puro estilo El Cigala, de traje, camisa abierta con el pecho al aire y cadena de oro, dispuesto a demostrar que su último trabajo es tan bueno como los otros, aunque no suene a los Arctic que nos enamoraron en 2006 con su sonido indie pero cargado de garage. Personalment, me considero un fan de los de Sheffield, ya que creo que pocas bandas modernas han sabido evolucionar con la clase y madurez con que lo han hecho.
Como ya comenté en mi última crónica, no iba a poder disfrutar del concierto entero por lo que se avecinaba después (gracias Mad Cool), pero lo poco que vi me dejó satisfecho. Si no recuerdo mal empezaron el setlist promocionando su nuevo álbum, con “Four out of Five”. No los había visto en directo y la verdad que la voz de Alex me sorprendió, e incluso el tema e gustó más en directo que en el disco. Tras esta presentación, bombazo con “Brianstorm” levantando a todo el público y dejando claro que los Monkeys siguen más vivos que nunca. Después de tocar otra del “Favourite Worst Nightmare”, para mi sorpresa, se arrancaron a tocar “Crying Lightning”, lo cual no me esperaba tan pronto y fue todo un detalle, ya que me tenía que ir pitando, y este disco “Humbug” es mi disco preferido de los ingleses, producido por el gran Josh Homme, al que estaríamos viendo al día siguiente en Mad Cool. Tras “Teddy Picker” y “Knee Socks” empezaron a entonar “505”, otro temazo en el cual tuve que despedirme del Mad Stage un poco triste, pero a la vez con una brutal motivación, ya que se avecinaba en el KOKO la locura; estaba a punto de empezar ALICE IN CHAINS. Palabras mayores.
Llegamos al KOKO. Escenario más pequeño pero abarrotado. Lo que más me gustó es que allí no había nadie por casualidad, a diferencia de los escenarios principales. Todos los que estábamos allí lo estábamos por la misma razón. Y llegó el momento, aparecen en el escenario Duvall, Cantrell y compañía. Jerry, como no, con sombrero de pluma. Y empezó la locura. Sin perder el tiempo arrancaron con “Check my Brain”, y la gente entregadísima desde el minuto 1. Siguen con “Again” y se acabó la tontería; “Them Bones”. Creo que fue la primera vez que grité en lo que llevábamos de festival. Increíble. Siguen con “Dam that River”, sin descanso, y tras tocar “Hollow”, empieza a sonar la guitarra acústica de Duvall entonando los primeros acordes de “Nutshell”, una de mis canciones preferidas de la banda. Pelos de punta con este oscuro baladón, en el que fue inevitable pensar en Layne, y esa voz, abriendo ese maravilloso unplugged, del que no hace falta decir nada más. Nostalgia pura.
Llegó entonces el momento de otros clásicos como “No Excuses” o “We Die Young”. Me estaban convenciendo bastante a nivel de sonido, como en todos los conciertos de Mad Cool hasta el momento. Destacar el sonido de Sean Kinny la batería, que retumbaba en el pecho tras cada golpe de bombo y caja. Cuando llegó el turno de “Your Decission”, otra pieza de sonido más acústico, durante la cual, escuché un comentario detrás de mí; “este tema no puede ser más Alice in Chains”. No pude evitar darme la vuelta y comentar esto con el grupo que tenía detrás, en el que aprovechamos para recordar con nostalgia a Layne, pero a la vez para elogiar y mostrar nuestros respetos al señor Duvall, que sí, no habrá nunca otro Layne, pero este tío es el puto amo. Pocos hubieran sido capaces de afrontar tal papelón de esa manera. Una de las señas de identidad de Alice, es el juego armónico que hacen con las dos voces, en las que incluso a veces es Jerry quien hace la voz principal. Vale que la otra voz no es LA VOZ. No es Layne, pero ese juego armónico lo siguen dominando a la perfección, y en directo fue capaz de ponerme los pelos de punta igual que siempre.
Bueno. Recta final. “Man in the Box”, y yo empezaba a estar afónico ya. La gente se desgañitaba cantando, y continúa el espectáculo con “The One You Know”, temazo con el que presentan su nuevo álbum, que tendremos el placer de escuchar a partir del 24 de agosto, si no recuerdo mal. Y ahora sí, tras un corto silencio, Mike Inez empieza a hacer sonar esa línea de bajo, para desatar la locura y terminar de dejarme sin cuerdas vocales, con “Would”. Momento espectacular con este himno de los de Seattle, para acabar como no podía ser de otra manera. F# con una ligera distorsión, dando entrada a “Rooster”. Esta fue la canción por la que conocí a esta banda, y sin duda una de mis canciones preferidas. Hasta ahora el momento del festival sin duda. Pelos como escarpias, cuerdas vocales muertas, y un sueño cumplido.
Por no perder el lado crítico, decir que el setlist se quedó un poco corto. He oído que en Hellfest se marcaron un bolo mejor, y llámenme mainstream, pero quedo un pequeño vacío dentro de mí al retirarse del escenario sin tocar “Down in a Hole”. Y no fue porque no la pidiéramos, ya que mientras se retiraban todo el público entonaba a grito pelado “Down in a Hole, Down in a Hole”. Por un momento creí que pasaría. Pero bueno, no podemos decir nada malo de esta banda, a la que espero volver a ver algún día. Ahora toca esperar al estreno de su nuevo trabajo, sobre el que estaremos escribiendo pronto.
Para mí el festival ya estaba más que amortizado. El viernes todo había ido sobre ruedas quitando el solape de Alice y Arctic, pero era demasiado bueno para ser cierto. Con toda la motivación después de AIC, tocaba cambiar de género y movernos a la carpa, para tranquilamente, bebiendo una cerveza y al final del escenario, disfrutar del show que siempre promete un grupo como es Massive Attack. Lo que sigue creo que ya lo conocen todos. Tras más de una hora de espera, de ver volar todo tipo de objetos hacia el escenario, y de cantar todo el repertorio de Alice In Chains, anuncian que no van a salir a tocar por solapes de sonido con el escenario principal, donde estaban tocando los escoceses Franz Ferdinand. Esto hay gente que se lo cree, y gente que no. Yo soy más partidario de creer la otra versión, la cual dice que se negaron a tocar porque el escenario/carpa no era digno de que subieran a tocar Massive Attack. Cuestionable la actitud de los de Bristol si esto es cierto, pero si montas un festival de este calibre, tienes que saber a quién llevas. No es la primera vez que Robert del Naja es autor de uno de estos episodios, y es algo que se podría prever.
Es lo único negativo que podemos decir de esta jornada, en la que Jack White, Arctic Monkeys, Alice In Chains y los mochileros hicieron remontar a Mad Cool, hasta que Massive Attack los devolvió a La Tierra.