Tras una jornada enorme, el viernes presentaba varios grupos marcados en rojo en los horarios, por un lado el doble cabeza de cartel llegaría con dos propuestas muy diferentes entre sí, por un lado teníamos a The National y más tarde el esperado concierto de The Smashing Pumpkins. Las nubes cubrían el cielo de Madrid, las sombras inundaban el recinto pero la sensación de sofoco se resistía a abandonar Valdedebas. Poca gente llegaba a primera hora a sabiendas que el día sería el más caluroso del fin de semana… pero nosotros si estábamos allí.
18:10h en el escenario Comunidad de Madrid nos citaba una de las bandas revelación del indie rock y pop punk de 2018, Rolling Blackouts Coastal Fever. Los de Melbourne lograban reunir un buen puñado de curiosos deseosos de un festival con más rock y menos “postureo”. Otra vez tenía que ser una banda de las antípodas la que hiciera botar al tempranero público de la segunda jornada del festival.
La joven banda publicó su primer disco en 2018, Hope Downs fue recibido con halagos por los principales medios especializados del sector y se habló de ellos como la esperanza de un estilo en presunta decaída. Electrizante concierto de una banda muy prometedora, aún sin conocer los temas el público vibró, lo pasó bien y descubrió en ellos un diamante en bruto. Veremos como les trata el futuro, de momento nos podemos contentar con haber visto su primer show en España y disfrutar un buen rato con ellos.
Justo al terminar con los australianos teníamos en Mad Cool stage uno de los platos fuertes del día, la magnífica Sharon Van Etten quien saltaba puntual al escenario principal por detrás de su banda. La artista norteamericana vive su en su mejor momento artístico y lo quería mostrar a un público en claro aumento.
Tras tres temas, entre ellos el brutal y emotivo “Comeback kid”, temas en los que se dedicó solo a cantar, se armó de su guitarra para empezar a repasar temas más antiguos de su catálogo. Sharon haciendo uso de un español muy meritorio agradeció el poder estar aquí en su último show de presentación de su último disco Remind me Tomorrow.
Siempre haciendo gala de su simpatía, su delicadez y su emotividad, Sharon se mostró cercana en todo momento. La calidez de su voz mantuvo viva la conexión artista vs. fans a lo largo de los 70’ que estuvo sobre el escenario. La cantautora de New Jersey roqueó con su Fender, nos enamoró con el teclado, y nos divirtió con una pandereta… artistaza multiinstrumentista que robó el corazón a fieles y a escépticos. Dedicó “All I Can” a The National, banda que tocaría unas horas más tarde en el mismo escenario.
Hasta nueve temas de Remind me Tomorrow sonaron en Valdedebas, a estos le añadimos “One Day” de Epic, “All I Can” y “Serpents” de Tramp. “Tarifa” y “Every time the sun comes up”, ambas del disco Are We There sonaron mejor que ningunas, dos temas clásicos de la norteamericana que repartieron sensaciones positivas entre la multitud aglutinada frente a Sharon. Impecable su concierto, rodeada de artistas enromes pero su brillo ensombrece al resto de músicos que la acompañan.
Tras un descanso para cenar y comprobar que el aforo presentaba una entrada muy discreta le llegaba el turno a Miles Kane. El compañero de Alex Turner (Arctic Monkeys) en The Last Shadows Puppets acudía a Mad Cool en solitario acompañado de su habitual banda de directos. La versión más rockera de Kane logró atraer mucho público en lo que demuestra una vez más que en este festival se quiere rock.
Vestido con una divertida camisa, gorro playero y sus mejillas pintadas a lo hooligan arrancó el concierto. Destilando grandes momentos de rock e indie rock para el júbilo de miles de asistentes. 80 minutos que pasaron volando, cuando el rock toma el recinto todo es más bonito.
El guitarrista británico, ex The Rascals, tiene tres discos notables publicados y entrelazó temas de todos ellos, siendo “Inhaler”, “Wrong Side of Life” y “Come Closer” los momentos más grandes de su concierto. Miles se mostró afable y agradecido, muy buena entrada, inesperada a decir verdad. El recinto empezaba a presentar mejores números en cuanto a público pero no suficiente.
Tras diez minutos de rigor llegaba el primer cabeza de cartel de la noche. The National no arrastran tantos fans y se nota, los agujeros anchos relativamente cerca del escenario son algo común en este Mad Cool y con la banda de Cincinnati no sería una excepción. El bochorno aún estaba presente en un medio lleno o medio vacío Valdedebas. 40.000 almas son pocas, pero es perfecto para vivir un festival de la forma más cómoda posible.
Arrancó el concierto con un par de temas lights de su nuevo disco, primera toma de contacto con la banda, y ellos con el recinto. Sabían como ganarse al público. Matt Berninger bajó a abrazarse al público mientras cantaba el tramo final de “Don’t Swallow the cap”, uno de los temas icónicos de la banda incluido en el que para muchos es su obra magna, Trouble Will find me.
Otro momento sublime fue cuando interpretaron “Oblivions” en el que Matt compartía protagonismo con una de las tres coristas con voz maravillosa que compartían escenario con la banda. Las buenas vibraciones no abandonaron su concierto, un show cargado de épica y belleza, con un sonido nítido perfecto, unos músicos intensos y entregados.
En “Day I die” Matt solo bajó al foso sino que se metió entre el público a cantar mientras dejaba que le abrazasen (incluso demasiado). Estas cosas son las que nos gustan, la humanidad. “Graceless” también fue recibida con alegría. La etapa más rockera de The National afloraba y Matt disfrutaba, otra vez sobre el público. Ya se olía la recta final del concierto, “Fake Empire” sonó genial y se llevó una buena ovación.
“Mr.November”, su tema más famoso levantó a todo el mundo del asiento, Matt se metió literalmente entre el público, ni las cámaras lo encontraron hasta que decidió salir de las masas. Su capacidad y aptitud como frontman en este Mad Cool solo puede competir con el mismísimo Iggy Pop. Con “Terrible Love” llegó el cierre de un espectacular concierto.
Excelente cierre de concierto, abrazos entre músicos, saludos a los fans. The National tomaron Madrid sin inmutarse. Si alguien dudaba de su capacidad para encabezar un macrofestival como este, mejor que se lo piense dos veces.
El otro plato fuerte de la jornada llegaría en el vecino escenario Madrid te abraza con los esperados The Smashing Pumpkins, otro de los grandes nombres del festival. La banda de Bill Corgan presentaba la mejor decoración, por el momento, del fin de semana: tres hinchables gigantes multicolores adornaban el escenario. Y junto a Bill uno músicos enromes que saltaron al escenario al ritmo de “Siva“, primer temazo e inicio del clímax.
El juego de luces fue impecable y jugó un papel muy importante a lo largo del concierto. Bill está en buena forma pero el peso como speaker de la banda se lo llevó James Iha, quien no dejó escapar la ocasión para hablar con el público y afirmar que le encanta Madrid.
Los temazos se entrelazaban con temas meno populares, los momentos más esperados y más celebrados fueron cuando tocaban temas de sus aclamados discos Siamese Dream y sobre todo de Mellon Collie and the Infinite Sadness. “Tonight, tonight” posiblemente se llevó el premio al mejor tema de su concierto.
El repertorio si sufrió altos y bajos y se notó con la actitud del público que solo reaccionaba cuando sonaba un temazo, no faltaron “Zero”, “Knights of Malta” (el temazo de su último disco Shiny and Oh So Bright Vol.1. “Bullet with butterfly wings” arrastró a las masas a un jolgorio generalizado, con “Ava Adore” llegó otro de los momentos más esperados que se alargó con “1979” y “Tonight, Tonight”, el trío de temas despertó a las 35.000 personas reunidas frente a ellos. Durante el tramo final mucha gente desfiló hacia otros escenarios a catar otras alternativas.
Momentos para aflojar con “Cherub Rock” y “The Aeroplane Flies High”, curiosa elección de este duo de temas para la recta final del concierto. Concierto cerrado a lo grande con “Today”, este si, impecable. Ejercicio de nostalgia el que nos brindaron The Smashing Pumpkins, banda que perfiló el sonido de los 90 y, pasados treinta años, seguimos queriendo.
El grupo predilecto de la capital regresaba a Mad Cool, Vetusta Morla se preparaban para arrasar, inesperadamente, al menos, para un servidor. Parecía que había más gente para ver a los madrileños que para ver a The National, curioso el dato. Con un sobrio escenario con proyecciones agradables arrancó “Deséame suerte” y con ella arrancó el concierto más celebrado del día. “Palmeras en La Mancha” lo petó, la comunión banda – público fue intensa en todo momento, rozando lo épico, la gente saltaba, vibraba, cantaba a pulmón…
“Golpe Maestro”, “Maldita Dulzura”, “Copenhague”… sin tregua despacharon sus temazos para el gozo generalizado de hasta escépticos como yo, que no esperaba que la propuesta más indie pop de Vetusta Morla se transformase en un electrizante concierto de rock de mucha calidad.
No estaríamos más de 40´con Vetusta Morla pues en Comunidad de Madrid stage arrancaba uno de los conciertos más esperados para los amantes del rock, Wolfmother. Mucha gente se movió hasta el escenario más apartado del festival para ver como la banda de Andrew Stockdale iba a hacer uno de los conciertos del día.
Con “Victorious” arrancó un concierto de gran rock, un concierto de esos que te hacen vibrar tanto como sudar, con solos de guitarra y de batería, con un frontman alocado que lo pasa en grande y sabe como hacer gozar a su público. Se intuía que sería un conciertazo y vaya si lo fue.
“White Unicorn” nos hizo saltar pero con “Woman” llegó el primer estallido de banda y público, el tema que les hizo grandes en 2005 incluido en su álbum debut, el homónimo Wolfmother. Parecía que poca gente no conocía este tema y la gente lo cantó a pulmón.
Otro momento mágico fue con “Dimesion”, tema alargado a base de solos y con Andrew haciendo que el recinto se sentara literalmente frente a la banda, esas tonterías que al final tanto nos gusta. La recta final del enorme show vino marcada por “California Queen”,”Gypsy Caravan” y “Joker & the Thief”, grandes temas para cerrar una hora de rock sin limites.
Cerraríamos la segunda jornada del festival en el escenario principal. Allí estaban ya tocando Empire of the Sun. Los australianos llegaban a Madrid en el último concierto de su gira mundial que les ha llevado a girar sin parar celebrando el décimo aniversario de su álbum debut Walking on a Dream, el álbum que les hizo grandes. En su momento fueron comparados con Prince e incluso David Bowie, odiosas las comparaciones.
Luke Steele y Nick Littlemore nos introdujeron en su mundo de psicodélia y neo electrónica a base de proyecciones y una puesta en escena surrealista. Los de Sydney actuarían hasta las cuatro de la madrugada y poco a poco iría perdiendo a un público que ya hacía cuentas de cómo y cuándo llegaría a casa frente a los graves problemas de movilidad de este festival.
El momento más celebrado fue sin duda cuando un rostro anciano apareció en las pantallas y se puso a hablar con el vocalista, en un principio todo ello nos extrañó hasta que los primeros acordes de “We are the People” hicieron estallar a las decenas de miles de almas ya exhaustas a disfrutar y bailar del que sería el último gran temazo del día.
Un gran tema sino el mejor de unos Empire of the Sun divertidos, entregados y comunicativos. Un buen cierre de jornada y a guardar energía pues aún queda la jornada del sábado frente a nosotros.
La decepción de día: ver la pobre entrada en la jornada teóricamente grande del festival
Los temazos del día: <<Comeback Kid>> de Sharon Van Etten; <<Mr. November>> de The National y <<Tonight, Tonight>> de The Smashing Pumpkins
La sorpresa del día: Matt Berninger y su capacidad para hacerte vibrar
El grupo del día: The National