Mad Season – Above: 30 años del grito de redención del grunge

Ficha técnica

Publicado el 14 de marzo de 1995
Discográfica: Columbia Records
 
Componentes:
Layne Staley – Voz, guitarra
Mike McCready – Guitarra
John Baker Saunders – Bajo
Barrett Martin – Batería, percusión, contrabajo, violonchelo, marimba, vibráfono

Músicos adicionales:
Mark Lanegan – Voz en "I'm Above", "Long Gone Day", "Locomotive", "Black Book of Fear" y "Slip Away"
Skerik (Nalgas Sin Carne) – Saxofón en "Long Gone Day" y "I Don't Wanna Be a Soldier"

Temas

1. Wake Up (7:38)
2. X-Ray Mind (5:12)
3. River of Deceit (5:04)
4. I'm Above (5:44)
5. Artificial Red (6:16)
6. Lifeless Dead (4:29)
7. I Don't Know Anything (5:01)
8. Long Gone Day (4:52)
9. November Hotel (7:08)
10. All Alone (4:12)

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Si alguna vez un álbum encarnó la fragilidad humana y la búsqueda de redención a través del arte, ese fue Above (1995), la única entrega del efímero supergrupo Mad Season. Nacido en medio de crisis personales y un escenario musical tan gris como la lluvia de Seattle, este disco va más allá del mero concepto de “supergrupo” para convertirse en una de las obras más enigmáticas y desgarradoras del grunge de los 90.

Mad Season no era un simple experimento musical; era una terapia colectiva. El guitarrista Mike McCready (Pearl Jam), el bajista John Baker Saunders (The Walkabouts), el batería Barrett Martin (Screaming Trees) y el vocalista Layne Staley (Alice in Chains) se unieron en un acto que era tanto un intento de redimirse como de crear algo único. Con una alineación de ensueño, la banda tenía todo para brillar, y lo logró con una mezcla de introspección, melodías viscerales y exploraciones sonoras que no temían desviarse de lo convencional.

Desde la apertura con «Wake Up», el álbum nos sumerge en un paisaje sonoro profundamente introspectivo, liderado por la desgarradora interpretación de Staley. Su voz, cargada de vulnerabilidad y desesperación, contrasta con momentos de una esperanza tenue, como si luchara por mantenerse a flote en un mar de oscuridad. Líricamente, Layne ofrece aquí algunas de sus composiciones más personales, mostrando un lirismo que roza lo poético en su crudeza.

En este marco de emociones crudas y sonido expansivo, «River of Deceit» emerge como la canción más reconocible del álbum, una pieza que vendría s ser algo así como el alma de Above. Inspirada en los escritos del filósofo libanés Khalil Gibran, su letra refleja un cansancio existencial en el que Staley, con una serenidad casi irónica, acepta el peso de sus decisiones. La melodía, más accesible que el resto del disco, fluye con una belleza melancólica que la convierte en una de las composiciones más memorables de su carrera.

El dinamismo instrumental de Above es igualmente impresionante. «Artificial Red» se hunde en el blues más oscuro, con un bajo que resuena como si de una confesión se tratara, mientras que «November Hotel», un tema instrumental de más siete minutos, ofrece una experiencia hipnótica que, aunque puede resultar desafiante para algun@s oyentes, recompensa a quienes se dejen llevar por su atmósfera envolvente. Por otro lado, «I Don’t Know Anything» podría ser criticada por su estructura repetitiva, pero su minimalismo aporta un tono inquietante y claustrofóbico que resume a la perfección el espíritu de la banda.

El punto más alto llega con «Long Gone Day», una pieza que desafía las expectativas del género. Aquí, el saxofón de Skerik y las contribuciones vocales de Mark Lanegan (Screaming Trees) añaden un matiz tribal y melancólico que desarma por completo al oyente. Es un momento de pura alquimia musical, donde cada elemento se entrelaza para crear algo verdaderamente único.

Sin embargo, Above no es un álbum perfecto. Su inclinación hacia tempos lentos y canciones extensas, como «Wake Up» o «Artificial Red», puede alienar a quienes busquen gratificaciones inmediatas. Además, la repetitividad de ciertas estructuras, como en la ya citada «I Don’t Know Anything», puede parecer un obstáculo. Pero en lugar de ser defectos, estas características son una prueba del compromiso del grupo con su visión artística, incluso si eso significaba alienar a ciertos oyentes.

Mad Season logró lo que pocas superbandas consiguen: no sonar como una mera extensión de los proyectos individuales de sus diferentes miembros, sino como un ente completamente nuevo. Lejos de ser un pastiche de Pearl Jam, Alice in Chains o Screaming Trees, Above es un testimonio de la capacidad de la música para explorar las profundidades de la condición humana. Es una obra que no solo capta un momento de claridad dentro de un caos personal, sino que lo convierte en arte duradero.

Above es mucho más que un álbum; es un grito desesperado, una confesión íntima y una declaración de fe en la música como fuerza redentora. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, pueden surgir destellos de una belleza desgarradora. Un trabajo que, aunque desafiante en su profundidad emocional, merece un lugar en las estanterías de tod@s l@s que crecimos y nos atrevimos a perdernos en su abrumadora intensidad.

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 645 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.