Tras un merecido descanso y ver caer pequeños copos de nieve por la ventana del hostal, comer un típico bocadillo de calamares con una fresca caña nos dispusimos a gozar de la segunda jornada del Madrid Is The Dark, una jornada que me ilusionaba incluso más que la primera.
Entramos justo cuando había empezado la actuación de los locales Autumnal. Genial grupo de doom/death metal melódico que ya tuve la oportunidad de ver años atrás como teloneros de Katatonia y tenía ganas de volver a verles en acción. No defraudaron y nos ofrecieron un gran concierto lleno de energía con unas composiciones muy maduras. Tarea difícil abrir un festival pero se les vio con ganas y dispuestos a darlo todo. Como segundo guitarra contaron con Óscar Martín, un reconocido músico de la escena madrileña que ya había actuado en el festival con As Light Dies además de haber colaborado con otros grupos. Momento álgido de su actuación fue con “As Soon As You Die, Kill Me”, canción que abre su primer disco. Tras unos 40 minutos de actuación se despidieron dejando en el aire que no se sabe cuándo será la próxima ocasión en la que podamos disfrutar de su música en directo. Espero que no tarden mucho.
Tras los cambios necesarios para acondicionar el escenario se pusieron manos a la obra A Forest Of Stars, grupo de Inglaterra de black metal psicodélico que por alguna razón no llegaron a conectar conmigo. Un cantante que más que cantar gritaba sin control, una violinista que apenas se podía apreciar su instrumento y que cuando apoyaba con su voz, supongo que por no escucharse bien, desafinaba bastante. Su música me pareció bastante caótica y a veces casi sin sentido aunque me habían hablado muy bien de ellos. Lo siento, no los compro.
Por fin llegó uno de los momentos que más esperaba de todo el fin de semana. Al fin podría ver a Evoken, algo que parecía imposible hace años pero que gracias a este festival se ha hecho realidad al igual que poder ver a Daylight Dies o Ghost Brigade en la edición del año 2011. Literalmente nos aplastaron con su música llena de atmósferas opresivas, guitarras majestuosas y poderosas con una batería lenta con una cadencia desesperante y unas voces dignas del death metal más brutal. Tras el escenario había una pantalla en la que aparecían los logos de los grupos durante sus actuaciones o imágenes estáticas pero en el caso de los de New Jersey nos ofrecieron una serie de cortos muy perturbadores. Imágenes en blanco y negro con un tono muy “creepy”, un punto gore y asqueroso que por alguna extraña razón no podías dejar de mirar por mucho que te estuviesen follando el cerebro. Criaturas raras con graves problemas de estabilidad emocional y física llenos de malformaciones que no dudaban en auto mutilarse y tener comportamientos extraños. Todo esto mezclado con la música quedaba como anillo al dedo creando la tensión adecuada.
Nos dijeron que para el año que viene editarían nuevo disco y nos ofrecieron una canción nueva que me gustó mucho. Además de aunar los ingredientes de su música han optado por aportar un poco de frescura en forma de ritmos rápidos casi rozando el blast beat. Espero con ganas poder escuchar el disco entero. De lo mejor hasta el momento.
Y digo lo de mejor hasta el momento porque faltaba el que para mí era el plato fuerte de todo el festival y el grupo que hizo que me decidiera a ir hasta Madrid. Y bueno, hay que decir también que me gusta mucho esta ciudad y tenía ganas de volver, todo sea dicho.
Green Carnation son pura elegancia en directo con unos músicos entregadísimos y con un nivel impresionante. Rock, metal y progresivo mezclado con feeling, delicadeza y aderezado con pura magia. En fin, que me lo pasé como un niño pequeño disfrutando de la hora que estuvieron sobre el escenario y ellos también. Creo que es buena señal ya que espero que no pasen tantos años hasta su nueva visita que según recuerdo dijeron que sacarán nuevo disco el año que viene y será una buena excusa para que vengan de gira.
Los mejores momentos de la noche llegaron cuando interpretaron canciones de su disco A Bleesing In Disguise (2003) que sonaron incluso mejor que las originales. Qué maravilla ver a unos músicos tan grandes haciendo fácil lo difícil. También cayeron canciones de su disco A Quiet Offspring (2005) que gustaron mucho al respetable. Lo pasamos genial con su música y se veían caras de satisfacción por todos lados pero también de cansancio que empezaba a hacer mella entre los asistentes tras unas cuantas horas de pie.
Ese cansancio desapareció cuando aparecieron en escena Saturnus que junto a Tiamat fueron los sustitutos de última hora a la caída de My Dying Bride que cancelaron todas sus actuaciones por problemas de salud de un familiar de uno de sus integrantes.
Me gustó mucho el concierto de los daneses con un doom/death melódico de calidad, composiciones elegantes con partes muy intensas y otras más sosegadas. Con una puesta en escena sobria y sencilla fueron desgranando su repertorio entusiasmando a gran parte del público y yo lo disfruté aunque no sea gran seguidor del conjunto.
El resto de actuaciones que había pendientes me despertaban curiosidad y no quise perderme casi nada así que me dispuse a abrir la mente y a disfrutar de lo que nos venía a ofrecer Liv Kristine, la que fuera cantante de Theater Of Tragedy. Su propuesta estaba más cercana al rock y al pop que a todo lo visto hasta ahora en el festival y se agradeció un poco de música más calmada. Interpretó junto a su grupo canciones de su carrera en solitario además de algunas de su paso por Theater Of Tragedy. Al no ser un ferviente seguidor de dicho grupo desconozco cuales interpretaron y a mi parecer todas sonaban muy parecidas, vaya, que no vi diferencia entre lo que hace ahora y lo anterior. Un concierto correcto con una Liv Kristine agradecida y contenta por la respuesta del público.
Y llegó el último grupo de la jornada. Volvían Tiamat a actuar en el festival y como he comentado antes venían en compensación a la caída de los que debían ser cabezas de cartel. Mucha gente despotricó sobre su actuación en la pasada edición con un Johan Edlund muy decrepito y sin fuerzas que ofreció un espectáculo triste y pobre. En esta ocasión prepararon un repertorio que se basaría exclusivamente dos discos: Clouds (1992) y Wildhoney (1994) interpretando el primero en su totalidad y bastante del segundo. Me gustaron y aunque Edlund está en horas bajas y llevaba las letras en un atril no dio un mal show con un grupo entregado y mucho más entrenado que él. Nos confesó que no habían tocado nunca su disco Clouds en su totalidad y que fue una grata experiencia. Tras empezar con el repaso a Wildhoney mis fuerzas empezaron a fallar y decidí que el festival había terminado para mí.
Tras reunirme con mis amigos nos fuimos a cenar algo, metro, hostal y morir. Al día siguiente nos pasamos un rato por la feria del disco extremo que se celebraba en la Rock and Pop en la que vimos a algunos asistentes del festival y después de comer algo para reponer fuerzas nos fuimos al aeropuerto. De regreso a Barcelona tras un fin de semana intenso en el que pudimos disfrutar de grandes conciertos y sobre todo de un festival que no hace más que afianzarse como uno de los mejores y más selectos del país.